¡Stella!

Bueno, ¿qué te parece?

Me parece que te está costando entender el concepto de vivir

como la gente normal.

Puedes sacar a la princesa del palacio,

pero no puedes arrebatarle

a la princesa su vestido de princesa.

Vale.

Pero puedo intentarlo.

¡No!

Stella, no, lo vas a arrugar.

Así te quedará a las mil maravillas.

¡Oye!

En realidad te equivocas.

Es un regalo muy original para mamá.

¿Vas a regalarle un vestido de princesa

de tu tamaño a mamá por el día de la madre?

Explícame eso.

Es mi mamá y ella quiere que su princesita sea feliz.

Y este vestido tan bonito me hace muy feliz. Y ya está.

Pues yo voy a regalarle a mamá

unas galletas que he preparado con Mía y Freya.

Dicen que a su madre le encantan los regalos caseros.

Qué raro.

¿Seguro que no te están engañando?

No.

A la hora de hacer un regalo, la intención es lo que cuenta.

Pero has dicho que fue una idea de Mía y Freya.

¿Seguro que copiar una idea también cuenta?

Pronto lo averiguaremos.

¡Feliz día de la madre, mama!

Querida, gracias.

¿Es hoy el día de la madre?

No tenía ni idea.

Bob, ¿te has acordado?

Señor Pi,

no recuerdo haber visto ninguna referencia

al día de la madre en el diario Real.

No, su majestad ordenó muy claramente,

después de la última llamada telefónica

con la reina madre,

que nadie de esta casa debía mencionar nada

que tuviese que ver con su madre durante el resto del año.

Siempre dice eso.

Es mi deber cumplir

las instrucciones reales con la máxima diligencia, majestad.

Entonces, ¿te acordabas del día de la madre?

Por supuesto, ¿cómo iba a olvidarme de mi querida madre?

Gracias por ser tan considerada y acordarte del día de la madre.

Antes de abrir esto,

creo que será mejor que coja el teléfono y llame a la abuela.

(Trompeta)

En pie para recibir a la reina madre.

Feliz día de la madre para mí.

¡Madre!

Reina madre, por favor.

Mientras estemos al alcance de esos plebeyos.

Ya os vale, mira que dejarme tirada en la puerta...

un minuto más y me habrían robado las joyas de la corona.

Gracias a Dios que has logrado empujar la puerta con el hombro.

Adelante.

Señor Pi, ¿por qué no nos has avisado?

Me remito a la instrucción real que he citado, majestad.

No mencionar a la reina madre.

Bueno, no os quedéis ahí embobadas.

Aquí estoy,

desde bien temprano preparada para ser agasajada en mi gran día.

Al fin y al cabo, soy la reina de todas las madres.

Una maravilla.

Ya estoy lista para recibir mi regalo.

Ahorrémonos los protocolos.

Si es que puede haber protocolos en esta casa, venga, pasádmelo.

Pero si eso es mi... Sí,

Stella, nos has hecho tú,

levántate y dale a la abuela su regalo.

Se una buena chica.

¿Galletas?

Señor Pi...

Mirad esto, el carrito de los pasteles reales.

Señor Pi, puedo servirme yo mismo.

Un momento. ¿Has traído tus propios regalos?

Por supuesto.

Una debe estar siempre preparada para evitar momentos como este.

También he traído flores.

¿Todavía recuerdas cuáles eran mis favoritas?

No...

Válgame Dios.

Es todo tan vergonzosamente excesivo...

Stella, toc toc.

Te he preparado un chocolate caliente.

Qué considerado por tu parte.

Ya sé, creo que lo guardaré,

lo envolveré y se lo daré al bebé Brady

por su primer cumpleaños,

porque seguro que él sí que lo agradecerá.

Está bien, tal vez más tarde,

cuando se hayan enfriado los ánimos.

¿Una taza de té? Té especial por el día de la madre.

No me digas, seguro que es venenoso.

A tu madre le cuesta expresar sus sentimientos,

ella disfruta de la pompa y la ceremonia.

Está apegada a los protocolos. Intenta no enfadarte con ella.

No estoy enfadada con ella, sino conmigo misma.

He renunciado al regalo de mi hija

para intentar encubrir mi propio error.

¿Cómo he podido ser tan desalmada? No eres una desalmada,

es normal que te hayas dejado

intimidar por esa mujer tan aterradora.

Mira, tu hija está a una habitación de distancia

y dispuesta a hacer las paces contigo.

Un abrazo y todo quedará perdonado.

Jamás se lo voy a perdonar.

Ya estoy harta de tanta cortesía y corrección y nunca poder decir

lo que siento de verdad.

Así que voy a pasar

el resto del día de la madre con gente normal.

Y así, hijo mío, es como se arregla una cadena rota.

Hola, gente normal haciendo cosas normales.

¿Esperábamos una visita real? -Hola.

¿Va todo bien, Stella? No.

No estoy bien, por culpa de mi madre y de su madre.

Solo quería pasar un día normal con mi madre

y ella lo ha echado a perder por ser tan egoísta.

El día de la madre.

Verás,

en realidad estábamos disfrutando de un rato entre padre e hijo.

-El día de la madre es un día difícil para nosotros, Stella.

Caray, esto es...

Qué buen trabajo habéis hecho.

Mirad qué rueda tan bonita y brillante.

Y así es como se rompe la cadena, hijo, y hay que volver a empezar.

Vamos...

¿Ya estás mejor? No.

Sigo siendo una persona horrible.

No me puedo creer que haya sido tan insensible y tan patosa.

No te agobies.

Has ayudado a mi padre a olvidarse del día de la madre.

Obligándole a reparar la bici de nuevo.

Oh, no, lo siento muchísimo.

Pero es genial que hagáis eso juntos.

Fíjate en mi familia.

Todos enfurruñados en habitaciones separadas.

Acabas de describir mi tarde ideal.

Oye, ¿podemos enfurruñarnos juntos? Creo que ya se me ha pasado.

Pero ya sé,

dado que mi madre está tan ocupada discutiendo con su madre,

¿por qué no homenajeamos a tu madre?

Tiene sentido.

Las madres que no están tienen menos ganas de discutir.

Pues eso es lo que vamos a hacer.

Honrar a todas las madres que no están aquí

para hacernos la vida imposible.

Lo siento. En mi cabeza sonaba mucho mejor.

Sí, señor alcalde, es la gota que colma el vaso.

Sí, lirios atigrados. Es inaceptable.

¿Eres consciente de que estoy informando al alcalde

de las extravagancias absurdas de tu familia?

Hola, señora Kaufman.

Queríamos compartir estas flores en el día de la madre.

Representan el amor por todas las madres

que ya no están con nosotros

pero permanecen en nuestros corazones.

Estas son para usted.

Rosas amarillas.

Eran las favoritas de mi querida madre.

Lo mismo que la tarta de chocolate.

¿O era la tarta de merengue con limón?

Mejor las probaré las dos.

Falsa alarma, señor alcalde, que tenga un buen día.

Debes parar esto inmediatamente.

Esas flores se cultivaron con semillas reales

de hace varias generaciones.

No permitiré que mis flores se malgasten en plebeyos.

No son plebeyos.

Son nuestros amigos y vecinos. Son iguales que nosotros.

Nuestras hijas lo entienden así, aunque a ti no te guste.

No voy a pararlas. Estoy muy orgullosa de ellas.

Ojalá yo pudiera decir lo mismo.

Señor Pi, mi carruaje.

Voy yo.

¿Más regalos?

Pero si ya estaba encantada por haber recibido

las mismas galletas que la reina.

-Sí, no va a parar de contárselo a sus pacientes.

¿Y bien?

¿Las galletas han recibido el sello de aprobación real?

No sé si mi madre ha tenido tiempo de probarlas.

Ya sabéis, con lo de la visita de mi abuela...

¿La reina madre también está aquí?

Qué maravilla.

Tres generaciones celebrando juntas el día de la madre.

Sí...

De hecho, probablemente debería de volver ya.

No quiero perderme... ¿Los fuegos artificiales?

Las celebraciones,

no quiero perderme las celebraciones.

Feliz día de la madre, señora, por duplicado.

¡Suéltalas, son mías!

Por el amor de Dios.

¡Dámelas!

Mamá.

Vaya, Stella, tenías razón.

Tus galletas han tenido muchísimo éxito.

¿Os estabais peleando por mis galletas?

¿De verdad?

¿Entonces sí que las querías?

Pues claro que sí.

Y debería haberme peleado por ellas antes,

no haberlas regalado.

Lo siento, mamá.

Me olvidé del día de la madre y quise fingir que no era así.

Entristecí a Stella solo por no entristecerte a ti.

Ser una buena madre para mis hijas es lo más importante,

pero me esforzaré por ser una hija mejor.

¡Una disculpa!

Al fin un regalo que puedo disfrutar.

Debo decir que estas son las migajas más deliciosas

que he probado nunca.

Mamá, yo todavía no te he dado mi regalo por el día de la madre.

Muchas gracias.

Un vestido precioso, cariño.

¿Lo ves, Stella?

Siempre tienes que hacer un regalo que te gustaría recibir a ti.

No sé si eso es exactamente lo que significa.

Bobadas.

Estás celosa porque solo le has regalado

unas migajas de galleta.

¿Crees que hacerte un regalo a ti misma

es una buena forma de celebrar el día de la madre?

La nomalidad...

Por fin un regalo que puedo disfrutar.