(Estruendos)

(Sintonía)

Hola, claners.

En el programa de hoy hablaremos de...

-¡James!

-Nacho Mapacho, ¿qué pasa?

-He ayudado a mi Mapacha Mama a limpiar la casa.

-Pues muy bien, estará contenta. -Sí, sabes que soy buen mapachito.

-Bueno, cuando quieres. -Oye, no me interrumpas.

-Vale, te dejo hablar. -¿Otra vez?

-Que sí, que no te interrumpo. -¿Me dejas hablar?

-Claro, di.

-¿De verdad? -Te lo juro.

-Ahora no me acuerdo de lo que te iba a decir.

-Estabas hablando de algo de tu madre, de limpiar...

-Ah, sí. Limpiando he encontrado una caja con fotos de mi familia.

-Muy bien, podrías hacer un álbum.

-¿Un qué?

-Sí, un álbum, ya sabes, un dosier donde agarras las fotos

y las pegas en las hojas.

-¿En hojas de árbol?

-No, en hojas tipo folios. ¿Tienes folios?

-Sí, tengo un montón. Tengo grandes, medianos, pequeños

y más pequeños todavía.

-Tienes que empezar cortándolos todos a la misma medida

y para eso tienes que usar una regla.

Y Miguel te enseña.

Hola, matemaníacos y matemaníacas. ¿Qué es esto que tengo aquí?

Exacto, es una regla.

Una regla puede estar formada por madera, por cartón

o por plástico.

Lo que pasa es está dividida en partes iguales.

En este caso, en centímetros y en milímetros.

Y nos sirve para medir longitudes.

La regla del estudiante suele medir 30 centímetros.

Y nos sirve para medir cosas pequeñas.

¿Y qué ocurre si queremos medir algo mucho más grande?

Utilizamos la cinta métrica.

Tanto la cinta métrica como la regla

nos ayudan a medir longitudes

Porque nos hemos puesto de acuerdo en las unidades de medida.

Si no, sería una locura medir. ¿Te animas a ello?

Hola, bienvenidos a una nueva edición de La justa medida.

En La justa medida medimos al azar aquello que nos encontramos delante.

A lo loco, a ojo de buen cubero.

La única regla es que no hay reglas.

Sí, sí, tenemos que coger un objeto y decir aproximadamente cuánto mide.

Eso sí, sin pasarnos. Si nos pasamos, perdemos.

Vamos allá con la primera prueba. ¿Están preparados? Vamos allá.

La primera prueba dice así:

"Para que esto tenga algún sentido, busca en 30 segundos

algo que mida exactamente 30 centímetros.

Así, todo seguido.

Como por ejemplo, una regla de estudiante.

Y luego úsala a ver si acertaste. ¡Tiempo!

Tienen 30 segundos.

Sabían que antes de ponernos de acuerdo y establecer

el sistema métrico decimal

el ser humano usaba aquello que tiene a su alcance.

Como por ejemplo, las manos, los brazos o los pies.

Yo para saber aproximadamente cuánto es un metro

doy un paso largo.

Y para saber cuántos son 30 centímetros,

utilizo la medida entre mi muñeca y mi codo.

Así que, vamos a buscar algo rápido

que mida aproximadamente 30 centímetros.

Si se fijan, mide más o menos, yo creo que sí, 30 centímetros.

Lo puedo comprobar con una regla. A ver, a ver...

Pues sí, mide 30 centímetros, he acertado.

Vamos allá con la siguiente prueba.

La siguiente prueba dice así:

"Busca, busca con ahínco algo que mida exactamente en centímetros

90. Tiempo.

Esto lo tengo facilísimo

porque si de mi muñeca al codo son 30,

seguramente mi brazo va a medir, aproximadamente, 90 centímetros.

Voy a calcularlo. Lo calculo por aquí..

Y, mal. Mide aproximadamente 70 centímetros.

Así que he fallado.

Seguramente ustedes han acertado

porque el ancho de vuestras camas mide 90 centímetros.

Así que, hasta aquí por hoy.

Les espero en la próxima edición de La justa medida.

(Música)

Espero que hayas entrenado la vista para poder medir

sin regla o cinta métrica.

Ahora, eso sí, muy importante,

si vas a utilizar la regla, recuerda empezar por el 0,

no por el principio de la regla. Y otro truco,

si tienes que medir un centímetro y quieres hacerlo con las manos,

puedes utilizar el ancho del dedo índice.

Miren por aquí.

El mío es un poquito más, pero el vuestro sin son peques,

seguramente se aproxime.

Hasta la próxima, matemaníacos y matemaníacas.

(Música)

-Te ha quedado muy bonito, Nacho. -¿A qué sí?

Qué bien lo hago todo.

Se nota que soy un mapache del Renacimiento.

-Anda ¿y estos quiénes son? -Esos son mis 17 hermanos.

Mira, aquella es Mapacha Bella, es la mayor.

Luego viene Luis Mapacho.

Y aquella es Mapacha Yani.

Uy, ese soy yo, qué guapo.

-Pero espera, Nacho, ¿has dicho que tienes 18 hermanos?

-Sí.

Yo le pedí otro hermano a mi mamá, pero dice que valgo por dos.

-Ya, me lo imagino.

-Uy mira, esa es mi Mapacha mamá y mi papá en Londres,

comiendo sandía.

Jo, qué suerte.

-¿Por la sandía? -Por Londres.

Yo quiero ir.

Me han dicho que hay una basura excelente.

-Pero para ir a Londres tienes que hablar inglés

-"Do you speak English?" -¿Qué?

-"Do you speak English?" -¿Qué?

-¿Que si hablas inglés? -Sí, perfectamente.

Creo que necesitas una clase repaso de Kate,

que nos habla de los alimentos en inglés.

(HABLA EN INGLÉS)

(HABLA EN INGLÉS)

(HABLA EN INGLÉS)

(HABLA EN INGLÉS)

(HABLA EN INGLÉS)

(HABLA EN INGLÉS)

(HABLA EN INGLÉS)

(HABLA EN INGLÉS)

Uy, James, mira, qué bonito.

-¿Y esto qué es? -Soy yo.

-¿Esta bolita de pelo eres tú? -Sí.

¿A que no has visto una bolita peluda más bonita que esa?

-De las mejores.

-Uy, qué mapache adorable era de bebé.

-Sí, eras muy bonito.

-Oye ¿por qué hablas en pasado?

Yo soy mapachudamente mapachástico.

-Sí, ahora también.

Pero me refiero a que los bebés son adorables.

-Sí, los bebés son adorables,

pero yo es que además era mapachencantador,

mapacheagradable y mapachestupendo.

-Y muy listo.

-Sí, mapacheingenioso.

-¿Qué te parece si vemos a Orilo y Arlequina?

Que nos van a contar algo muy interesante sobre los bebés?

-Mapachástico.

Pero Orilo, ¿qué es todo esto que tienes aquí montado?

-Ay, Arlequina, estoy rememorando la época más feliz de nuestra vida.

¡Cuando éramos bebés!

Ay, sí, que vamos vestidos con cosas preciosas,

que estamos ahí comiendo y con el chupe todo el día,

eso es maravilloso.

Y no tienes que preocuparte de hacer caca

porque estás protegido.

-Qué maravilla de vida, Orilo, prácticamente el paraíso.

¿Sabes que cuando nacemos crecemos superápido?

Nacemos y medimos aproximadamente 50 centímetros,

pesamos 3,5 kilos

y solo en el primer año de vida triplicamos nuestro peso.

Tres veces nuestro peso, hasta los 10 kilos.

Y podemos llegar a medir 75 centímetros.

-Si ya te decía que estamos todo el rato comiendo...

-Es que tenemos que meter muchos nutrientes

para poder crecer sanos.

Y en el primer año también empezamos a distinguir

distintos tonos de voz de la gente que nos habla.

Sabemos si alguien está triste, sabemos si alguien está contento,

incluso nos podemos sentar ya erguidos

y empezamos a manipular las manos.

Podemos sujetar distintos objetos,

vamos gateando a todos lados y empezamos también a caminar.

Y nos empiezan a salir los dientes, así que empezamos a comer de todo.

-Uy, y desde el primer año y hasta los tres,

crecemos más o menos un centímetro al mes,

y llegamos casi a los 90 centímetros,

casi un metro.

Y podemos alcanzar los 12 kilos.

Además, empezamos a comer con cuchara,

nosotros solos, nosotras solas.

Empezamos a garabatear con los colores,

empezamos a hablar con frases completas,

¡Ah! Y empiezan a gustarnos los cuentos y las canciones

porque ya podemos comprenderlos.

-Y de los 3 a los 6 años, seguimos creciendo,

pero a menor ritmo, unos cuatro centímetros por año.

Y nos convertimos, Orilo, en auténticos científicos

porque empezamos a aplicar el método científico.

El ensayo, error,

queremos que las cosas nos salgan y hasta que no las conseguimos

seguimos y seguimos intentándolo.

-Guau, Arlequina, el crecimiento de los bebés es apasionante.

Recordad que en el primer año, el tamaño y el peso crecen

a lo loco, de forma desmedida, muy, muy rápido.

Por eso estamos alimentándonos todo el día,

necesitamos un montón de nutrientes.

-Claro, los bebés tienen que comer porque tienen que crecer

muy rápidamente.

Y también empezamos a manipular los objetos.

Podemos empezar a sujetarlos, a manipularlos

e incluso aprendemos a comer con cubiertos.

Y conseguimos también hablar, formar frases enteras

para hacernos entender.

-Y también empezamos a convertirnos en científicos y científicas,

queremos entender cómo funciona todo lo que nos rodea,

y empezamos, incluso, a imaginar cosas que queremos hacer,

como por ejemplo, hacer un dibujo y buscamos fórmulas

para poder realizarlo.

Coger un rotulador y un papel y empezar a dibujar.

-Ya sabemos mucho más sobre el crecimiento de los bebés.

Nosotros nos vemos en nuestra próxima aventura.

-Adiós. -Adiós.

(Música)

Mira, James, ese es mi primer día de cole.

-Qué ilusión. ¿Y quién es toda esta gente, son tus amigos?

-No, eso es mis primos.

-Esos son tus primos.

-No, son mis primos, no los tuyos.

-No, me refiero a que el sustantivo primos es plural,

y el verbo también tiene que serlo.

No es "es" es "son".

-James, no te entiendo. Eso no es mi primo.

-Te digo que tiene que concordar el verbo con el sustantivo.

-¿El qué? -¿No sabes lo que es un sustantivo?

-Sí, claro, lo de sostener.

-No, los sustantivos de género, de número, de nombre propio...

Ya sabes. Por ejemplo, Nacho es un sustantivo.

-No, yo soy un mapache, no un sustancioso de esos.

-No, me refiero a que el nombre Nacho es un sustantivo.

Por ejemplo, este de aquí ¿cómo se llama?

-A ver si lo adivinas, empieza por la letra E.

-¿Ernesto? ¿Eduardo?

-El primo Charly.

-Creo que necesitas una clase de sustantivos con Juan Carlos.

Hola, terrícolas.

Soy Juan Carlus, del planeta Linguo.

Voy de camino a La Tierra porque en mi planeta

nos estamos quedando sin sustantivos.

Sabéis lo que es un sustantivo, ¿verdad?

Los sustantivos son palabras que sirven para nombrar personas,

cosas, animales o ideas.

Y es que en mi planeta, cada vez quedan menos sustantivos.

Tenemos alguna cosa como polvo,

algún animal como cucaracha,

o alguna persona como yo, Juan Carlus,

y alguna idea como aburrimiento.

Y, claro, necesitamos encontrar sustantivos.

Por cierto, hay que aprender a diferenciar los sustantivos

porque no todos son ese tipo de palabras.

Tú sabes diferenciarlos, ¿verdad?

A ver, te voy a decir una frase, a ver si encuentras el sustantivo.

¿Qué? ¿Sabes cuál es el sustantivo de esa frase?

Muy bien, es planeta.

Es una palabra que sirve para nombrar cosas.

Por cierto, ya me estoy acercando a tu planeta,

así que ahora te veo.

Porque tengo que aterrizar y esto está...

Esto está muy complicado...

Vaya aterrizaje más forzoso que he tenido.

Veis algo raro, ¿no?

Y es que he adoptado la forma de un humano

para no llamar mucho la atención.

Increíble, este planeta está lleno de sustantivos,

es un paraíso.

Mira, aquí hay uno, bolígrafo.

Y otro, mesa.

Y vaso.

Y agua.

Todos sustantivos.

Y hay también polvo,

como en mi planeta.

Y aquí tengo papeles.

O sea, que tengo sustantivos en singular, papel.

Y sustantivos en plural, papeles.

Esto es lo que se llama el número de los sustantivos.

Esto es una maravilla.

A ver, a ver, que voy a seguir mirando

con mis prismáticos.

¡Hala! Pero ¿qué veo?

Hay sustantivos masculinos, como niño,

y sustantivos femeninos, como niña.

Esto es el género de los sustantivos.

Hay de todo.

Madre mía, estoy alucinando,

aquí hay todo tipo de sustantivos comunes.

Son los que sirven para nombrar a personas, cosas, animales o ideas.

Como perro, ciudad, niño o alegría.

Ay, qué maravilla.

Intentan comunicarse conmigo.

(Teléfono)

¿Veis esto de aquí? Es el teléfono.

¿Cómo funcionará?

¿Cómo? ¿Qué?

¿Manuel?

Manuel.

El último tipo de sustantivos que me faltaban.

¿Sabéis cuál es?

Claro, son los sustantivos propios.

Son los que sirven para nombrar a personas concretas,

lugares o animales.

Como Toby, Manuel o Londres.

Terrícolas, estoy volviendo a mi planeta

para informar de que en La Tierra hay todo tipo de sustantivos.

Un montón.

Cuando lleguen no se lo van a creer.

Nos vemos en la próxima misión. Hasta luego, terrícolas.

He traído a Conexa para que me ayude a hacer un álbum digital.

-Hola, James. -Hola, Conexa.

Pues me parece muy buena idea.

-Así no tengo que tomar medidas.

-Tomar medidas puede ser muy divertido, Nacho.

-A mi Mapacha Mamá le encanta tomar medidas.

Siempre dice que va a tomar medidas conmigo.

-Creo que tu mamá se refiere a otra cosa.

Oye, por cierto, ¿y esta foto? Qué pequeño, ¿no?

¿Sabes cuánto medías aquí?

-Pues como media cola de mapache.

-¿Media cola?

-Correcto. La cola es la unidad de medida de los mapaches,

como los pies de los humanos.

-Ah. No lo sabía, es que yo siempre he medido en centímetros,

pero Orilo y Arlequina nos enseñan las unidades de medida.

Uno, dos, tres, y un poquito.

-Pero Arlequina, ¿qué estás haciendo?

-Pues estoy midiendo mi brazo en palmos de Arlequina.

Mira, que te lo mido a ti.

A ver, uno, dos, tres y medio, tres y medio, tú.

-Pero ¿palmos de Arlequina? Pero ¿eso qué es?

-Es mi propia unidad de medida,

una unidad de medida que me he inventado yo.

-¿Has inventado una unidad de medida?

-Sí. -¿Y puedo inventarme yo una?

-Claro, claro que puedes,

tú y todo el que quiera puede inventarse unidades de medida.

-Arlequina, creo que ya tenemos reto.

Lo primero que necesitamos para idear nuestras unidades de medida

son folios y colores.

Y después debemos seleccionar un objeto o una parte del cuerpo

que sea nuestra unidad de medida y dibujarla en el folio.

¿Tú qué eliges, Orilo?

-Una cucharilla. -Una cucharilla, bueno...

-Serán las "cuchorilo",

la unidad de medida de la cucharilla de Orilo.

-Muy bien, dibuja. -Perfecto.

-Ahí voy... -Yo voy a elegir...

El pie de Arlequina y serán los arlequipiés.

-Ay, madre, voy a dibujar aquí... -Perfecto, así...

-Todos los dedos... -Dibujamos...

-Muy bien... -Tres, cuatro...

Y una vez está dibujado, tenemos que colorearlo...

-Así. -Y recortarlo

-para obtener... -A ver, a ver...

Muchos objetos y así poderlos utilizar

para ponerlo uno delante del otro y hacer las medidas.

Por ejemplo, ¿qué podríamos medirnos, Arlequina?

-Pues vamos a medir la cabeza. -Toma.

-Vamos a medirnos el diámetro de la cabeza, venga.

-Vamos allá. -En cuchorilos...

-Vaya pedazo de almendra, Arlequina. -Jolín, qué cabezona soy.

-Te voy a medir yo la tuya, pero en arlequipiés.

-A ver... -Vamos allá. Tenemos...

-Pues dos. -Dos.

Son menos que cinco cuchorilos.

-Pues sí, la verdad es que mi cabeza mide cinco

y tu cabeza mide dos.

Oye, ¿tengo yo la cabeza más grande que tú?

Un momento, un momento, creo que aquí hay un fallo.

Estamos utilizando distintas unidades de medida

y así nos podemos hacer un lío.

Lo que necesitamos hacer es utilizar la misma unidad de medida.

Voy a medir tu cabeza en cuchorilos.

-Eso es, Arlequina, con la misma unidad.

A ver, ¿cuántos cuchorilos tiene mi cabeza?

-Cinco y medio. Cinco y medio -Cinco cuchorilos y medio.

-Y medio, eres más cabezón.

-Pero un momento, Arlequina. -¿Qué?

-Aquí yo es cuando veo un cierto problema.

¿Cómo vamos a hacer llegar cuchorilos

a todos los rincones del mundo

para que la gente pueda medirse la cabeza

y comparársela los unos con los otros?

-No vamos a poder, Orilo, necesitamos utilizar

una unidad de medida que ya esté en todos los sitios del mundo.

-Claro:

-Claro que sí. -Podemos utilizar

los metros, los centímetros, para medirnos la cabe... A ver.

Arlequina, vamos a medirte el cabolón así y mide...

55 centímetros.

-Buena cabeza tengo. A ver cuánto mide tu cabeza...

-A ver... -La mía...

-57 centímetros, Orilo, me ganas por dos.

Ahora es vuestro turno,

inventad vuestra propia unidad de medida

y medidlo todo, las cosas que hay por casa,

partes de vuestro cuerpo, lo que queráis.

Nos vemos en nuestra próxima aventura.

-Adiós. -Adiós.

Bueno, ahora ya lo tienes más claro, ¿verdad?

-Sí, James, ahora quiero medirlo todo.

¿Cuánto medirá una hormiga?

No qué me-dirá de decirme, sino de medir.

-Depende del tamaño de la hormiga.

-Oye, ¿cuánto me quieres tú?

¿El amor se mide?

-¿Yo a ti? De aquí a La Luna.

-Pero eso es muy poco.

Yo quiero que me quieras de aquí a Francia.

-Pero, Nacho, eso es menos. -¿Cómo va a ser menos?

Yo miro por la ventana y veo La Luna,

pero no veo a Francia.

-Luego te lo explico que ahora no tenemos tiempo

porque empieza "Está mapachando".

(Sintonía noticiario)

"Está mapachando".

Bienvenidos y bienvenidas a "Está mapachando",

el noticiero mapache que da las noticias "pache lo que pache".

Eh, James, tenemos que medir mejor las distancias,

casi llegamos tarde.

-Totalmente de acuerdo, Nacho.

¿Alguna gran noticia por ahí?

-Como el programa de hoy va de medidas traigo una noticia

muy alta.

Las campeonas animales de las medidas son

las maravillosas jirafas,

los animales más altos de la tierra.

Pueden pesar de 750 a 1.600 kilos y medir hasta seis metros.

La cola de la jirafa es algo más grande que la mía,

pudiendo medir 2,4 metros de largo. Y su cuello, hasta dos metros.

Me pregunto cuánto tardará en tragarse una sandía.

-El mundo de los animales es apasionante.

-Dímelo a mí que soy uno de ellos.

-¿Y sabes que también hay animales muy muy pequeños?

-Sí, claro. Yo cuando era bebé.

-Bueno, o como este pulpo, el octopus wolfy.

Fue descubierto en 1913, vive en el océano Pacífico,

mide 2,5 centímetros

y pesa menos de un gramo.

Este pulpo pequeñito suele vivir un año,

no le gusta alejarse de la costa,

ya que prefiere aguas menos profundas, de 3 a 30 metros.

Y es una criatura bastante solitaria.

Las hembras suelen poner muchos huevos

y por eso no se encuentra en peligro de extinción.

-Qué bien, James, pero no son tan mapachalucinantes

como lo que vamos a ver ahora.

Unos animales que comen sin medida.

Estos perros y este gato se han preparado un festín,

se han puesto de lo más elegantes y son capaces de comer en la mesa,

sentados y con buenos modales.

Mira, James, se parecen a mí. También tienen deditos.

Voy a hacerme amigo de ellos, a ver si me invitan a su próxima reunión.

Yo también tengo muy buenos modales, de comer en la mesa,

en el suelo, en los cubos de basura...

Donde me inviten, allí estaré.

-También me podrías invitar a mí.

-Lo hablaré con mis nuevos amigos, pero no te prometo nada.

-Bueno, y mientras te enseño estos curiosos bebés.

Se trata de los muñecos bebé "reborn".

Son casi iguales que un bebé de verdad,

con cabello real, sistema de respiración,

pestañas y su peso y tacto se parece al de un bebé.

No solo se compran para jugar,

sino que también lo compran algunos coleccionistas

o incluso se utilizan para terapias.

-Necesito uno urgentemente, James. -¿Ah, sí? ¿Para qué?

-Para que me acompañen en este programa.

-Oye, ¿y yo?

-No sé, James, le preguntaremos al bebé "reborn"

si quiere que nos acompañes.

-Pero, Nacho, los bebés "reborn" no hablan.

-Mejor, así solo se me escucha a mí. (RÍE)

Son tan bonitos...

-Ay, qué fácil es sustituirme. -Es broma, James.

Si sabes que yo te quiero mucho, eres mi mejor becario.

Bueno, voy a sustituirte por la merienda. Hasta luego.

-Claners, hasta aquí el programa de hoy. Hasta pronto.

(Sintonía)

Sí, sí, probando...

Probando...

A ver si os sabéis este.

¿Por qué va siempre tan feliz la escoba?

Porque va barriendo.

"Barriendo".

"Ba-rriendo".

¿Lo pilláis?

(NIÑOS RÍEN)

¿Sabéis por qué a los elefantes no les gusta usar el ordenador?

¿Nadie?

Porque les da miedo el ratón.

-(RÍE) -(NIÑOS RÍEN)

Por cierto, ¡un ratón! ¡Ay!

El otro día subo al bus y le pregunto al conductor:

"Oye, ¿cuánto cuesta el bus?"

Y me dice: "Un euro".

Y yo le digo: "Que se baje todo el mundo, que me lo quedo".

(NIÑOS RÍEN)