(Sirenas)

(Música)

Hola, "clanners". Bienvenidos a "Aprendemos en Clan".

Hoy tenemos un programa para grandes aventureros.

-Hola, James, necesito tu ayuda.

-Hola, Nacho, ¿qué puedo hacer por ti?

-Tengo que hablar sobre Don Quijote en el "mapachacole".

-Muy bien. ¿Cómo lo vas a hacer?

-Si lo supiera, no te pediría ayuda, James.

-Claro.

Pues podías hacer una obra de teatro.

-Qué buena idea he tenido, voy a hacer una obra de teatro.

-(RÍE) Ya, claro. Bueno, a mí el teatro me encanta.

-Vale, pues te dejo a ti de Sancho Panza.

-¿Yo de Sancho Panza?

-Claro, James, yo sería el protagonista, Don Quijote.

-¿Por qué no haces tú de Sancho Panza

y yo hago de Don Quijote y así serías mi escudero?

-Ah, como eres alto y tienes barba, vas a ser Don Quijote, y yo,

como sé dar consejos muy sabios, seré Nachopanza.

¿Dónde está mi caballo?

-Bueno, empecemos por el principio, hay que leer la obra,

para entender los personajes, saber los conflictos...

-El conflicto eres tú, que no me dejas avanzar.

¿Dónde está mi caballo? -Te estás confundiendo, Nacho.

Vamos a escuchar a Katharine para que nos hable del teatro.

-Me parece "very mapachal".

Ladies and gentlemen,

the play is about to begin.

Can raise the curtain? I want to act.

Hello everybody,

welcome to the wonderful world of theatre.

Did you know that in places

like Castilla-La Mancha and Madrid,

a long time ago, people used to watch comedies

in "corrales de comedias"?

In English cities too.

Actors and actresses put on plays in open spaces

like courtyard or "patios", in Spanish.

-Oh, oh, oh!

I love comedies!

-Oh!

Who are you?

-Don't you know who I am?

I am a writer.

-Oh, I know!

You are Miguel de Cervantes,

author of "Don Quijote".

-¡No! I am an English writer, not a Spanish writer!

I'm going to give you another clue.

"To be or not to be? That is the question".

-Oh, okay!

You are Hamlet!

-No!

I am William Shakespeare.

I am the most famous playwright in the world

and also the very best!

-Woow!

-Of course, I've written "Romeo and Juliet",

"Macbeth", "Othello", "Hamlet"...

I've written 38 plays,

half of them were comedies

and half of them were tragedies or dramas.

-Oh, that's right!

I've seen some of your plays

and they're pretty good.

-Pretty good?

They're all excellent!

-Okay.

If he was so good,

maybe you can help us learn about the theatre.

For example:

Can you tell me what is the stage?

-That's very easy.

The stage is right here!

-Okay, the stage.

-And lots of actors and actresses feel nervous

and they are scared to go out on stage.

They don't want to forget their lines.

For example:

The eyes are the window to the soul".

-Oh, that is beautiful.

-I know, I wrote it.

-Hey, William!

Did you know that some actors and actresses

are very superstitious?

They think that wearing certains colours

can bring bad luck.

For example, like wearing grey.

-Oh, no!

Wearing grey is bad luck, did you say?

I'm leaving right now,

I don't want any bad luck!

-No, William, please, don't go.

I was just joking.

I'm a very big fan of your work

and it is an honour that you have come to our show.

-Was this all a joke?

You know that I'm the very very very best playwright in the world.

-Yes, you are.

I just wanted to make the children laugh

because we were talking about the "corrales de comedia"

and the comedies.

-Oh, I understand.

You were doing a performance for the audience.

-Yes, that's right.

And now, let's say "goodbye" like actors and actresses do

at the end of the play.

Like this.

(Aplausos)

Listen!

The audience is clapping.

-Oh, thank you, thank you.

I love theatre, I love it!

-Today was a big day:

Learning about theatre,

acting on the stage as an actor and an actress

for the audience.

And it was a success:

people are clapping!

-That's because I am the very best playwright in the world!

(Aplausos)

-Yes, of course it is, William.

Goodbye everybody, see you soon!

(Música)

Pues, decidme, fiel escudero, ¿qué tal estoy?

-Vuestra merced, está usted de lo más feo.

-Oye, pues yo me veo de lo más elegante.

-Sí, claro, por detrás y por delante. (RÍE)

-Bueno, Nachopanza, ¿qué hacemos ahora?

-Cabalgar. Dame un caballo, James.

-Espera, espera, que el caballo es para mí y para ti el burro.

-Lo que me ha dicho...

-Bueno, es que Sancho Panza iba en burro.

-Yo quiero cabalgar en un unicornio,

tráeme un unicornio, James.

-¿Oyes eso?

Creo que se acercan unos bandoleros.

-No, James, es mi estómago, tengo hambre.

-Vamos a dar una vuelta por Castilla-La Mancha

y así comemos algo.

-Me parece una "mapachestupenda" idea.

Pero la limpias tú. -¿El qué?

-La mancha del castillo.

-Nacho, no hay ninguna mancha,

es el nombre de la comunidad autónoma.

-Amigo, Sancho Panza.

Hoy te voy a mostrar la comunidad donde yo nací.

Se llama Murcia.

-Dile a vuestra merced que usted no nació en Murcia,

que usted es Don Quijote de La Mancha,

que nació en Castilla-La Mancha.

-¿Qué sabrás tú de mis orígenes?

Da igual, un caballero puede ser de donde él quiera,

aunque, ya que lo mencionas,

te voy a enseñar Castilla-La Mancha,

una comunidad extensa y hermosa.

Esta ínsula está rodeada de monstruos marinos

y legendarios piratas.

-Vuestra merced, ha leído demasiados libros de piratas.

Castilla-La Mancha está situada dentro de la Península Ibérica.

No tiene salida al mar.

Sus 59 provincias han sido testigo de las más gloriosas batallas.

-Pero, mi señor,

que Castilla-La Mancha solo tiene cinco provincias:

Guadalajara,

Cuenca, Albacete, Ciudad Real y Toledo.

-Prosigo mi relato.

Estas tierras están habitadas por mágicas criaturas

y hay una ciudad que está encantada por el gigante Malambruno.

-¿Se refiere, vuestra merced, a la ciudad encantada de Cuenca?

Ahí no hay criaturas mágicas.

Son esculturas naturales de piedra

que se han esculpido por la acción del agua

y el viento durante miles de años.

-No te fíes, Sancho, de lo que dicen por ahí.

En estas ciudades hay gigantes con largos brazos

contra los que yo tuve que luchar.

-Ya estamos con los molinos otra vez.

Ya le expliqué que hay zonas donde hace mucho viento,

como en la provincia de Albacete.

Por eso había molinos de viento que antaño se usaban

para moler trigo.

En la actualidad hay otros molinos también,

pero que sirven para generar energía eólica,

que es una energía renovable.

-En eso te doy la razón, amigo Sancho.

El viento es nuestro aliado.

Escucha cómo nos trae el sonido de los bandoleros

que vienen a tendernos una emboscada.

-¡Mi señor!

Ese ruido es de las grullas que habitan

en las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real.

Es un gran parque natural en el que nace el río Guadiana.

-Mi fiel escudero, menos mal que yo te alerto de los peligros.

¡Cuidado con ese brebaje!

Puede hechizarnos... -¡Miel...!

Con lo rica que está la miel de la Alcarria.

Pruébela, mi señor.

Es deliciosa. -No la quiero ni ver.

-Esta miel es famosa en todo el mundo.

Se fabrica en la Alcarria,

que es una comarca natural de la provincia de Guadalajara.

-Demasiados peligros sorteados por hoy.

Busquemos unos aposentos donde descansar.

-Allí, en el Alcázar,

es un edificio muy famoso de Toledo.

-¿Ese no es el Palacio del Caballero de la Blanca Luna?

Seguro que nos tiende una trampa.

-Mire, Don Quijote, yo dejo este trabajo.

Dimito. Es imposible disfrutar de un viaje con vuestra merced.

Me voy a tomar un bocata aquí, en la orilla del río Tajo,

y voy a disfrutar de las vistas de esta ciudad tan bonita

que es Toledo.

-¿De qué es el bocata?

-De queso manchego.

Pero seguro que está envenenado o hechizado.

-Me arriesgaré, que para eso soy un caballero.

¡Qué viaje más largo, Sancho!

Estoy muy cansado.

Vámonos a casa.

Pero antes, recuerda:

Castilla-La Mancha tiene cinco provincias,

Guadalajara,

Cuenca, Ciudad Real, Albacete y Toledo.

Vámonos, fiel escudero.

Hasta pronto, niños y niñas.

-Me está "mapachaflipando" Castilla-La Mancha.

-Ya te lo dije, Nacho, es precioso.

-James, ¿cómo me dijiste que se llamaba eso

que daba vueltas? -¿Los molinos?

-Eso, molinos.

-Oye, ¿tú sabes lo que son?

-En algún lugar de internet, de cuyo nombre no quiero acordarme,

vi algo, pero lo he olvidado. (RÍE)

-Pues mira, los molinos los mueve el viento,

que tienen una piedra interior que sirve para moler el grano.

-Ya, claro.

Ahora me vas a decir que el viento tiene brazos

y que el grano tiene muela.

No me pillas, James, soy más listo que tú.

-Nacho, moler el grano.

Ya sabes, machacarlo. Y los molinos se mueven por la fuerza del viento.

-¿El viento trae fuerza?

Lo máximo que he visto es que el viento trae hojas.

-Bueno, dependiendo de la velocidad que tenga el viento.

Puede mover unas hojas, puede mover un molino o cualquier otra cosa.

-Venga, ¿en serio?

¿Nunca va a la misma velocidad?

-No, y además, esa velocidad se puede calcular.

Nos lo enseñan Orilo y Arlequina.

-Uh, qué "mapachada".

-Uy, Orilo.

-Arlequina, ¿qué te ha ocurrido?

-Pues que vengo de la calle y hace hoy un viento huracanado...

¡Madre mía, qué viento!

-Ya veo, te ha despeinado entera.

Pero, por cierto, Arlequina, ¿tú sabes lo que es el viento?

-Pues claro que lo sé.

Las orejas de Orilo en movimiento.

-¡Claro que no!

Aunque mis orejas son muy poderosas.

No, no, el viento es el movimiento en masa de aire entre dos puntos

que están a diferente presión atmosférica.

-Oye, Orilo, qué bien explicado eso.

-Claro que sí, lo aprendí mientras estudiaba...

los molinos de viento.

¿Sabes cómo funcionan?

-Pues claro que sé cómo funcionan, mira,

la fuerza del viento es capaz de mover las aspas,

que mueven un eje central, que es capaz, al final,

de mover una piedra, que muele el grano,

o una rueda que es capaz de extraer agua de los pozos.

-Arlequina, ¿te parece si construimos unos artefactos

para medir las características del viento?

-Orilo, me parece que ya tenemos reto.

(Música)

Primero, construiremos un anemómetro

para medir la velocidad del viento.

-Para ello, vamos a utilizar unos vasitos de cartón,

unos palitos de madera,

también algunas pajitas y un poco de plastilina.

Y con ello construiremos nuestro anemómetro.

Es muy sencillo.

Conectamos dos vasitos de cartón al bastoncillo de madera,

y cruzamos los bastoncillos en este vaso central.

De esta manera, cuando sople el viento,

los vasitos lo recogerán y harán girar el anemómetro.

Si pintamos el culo de uno de esos vasitos,

podremos contar cuántas vueltas da el anemómetro por minuto

y, a partir de ahí, calcular la velocidad del viento.

-Ahora vamos a hacer una manga de aire.

-También conocida como... anemoscopio.

-Que nos va a permitir medir la intensidad

y la dirección del viento.

Para eso necesitamos una tela con una abertura frontal,

y vamos a hacer distintas marcas a la misma distancia

las unas de las otras, cuando sople el viento,

dependiendo de cuántas de estas marcas se eleven,

podemos saber cuál es la intensidad del viento.

¿Hacemos una prueba, Orilo? -Vale, vale, vamos allá.

-¡Sujeta la manga! -A ver...

-(RÍE)

¿Qué te ha parecido? -Me parece increíble, Arlequina.

Me voy a construir mi propia manga de aire utilizando un calcetín.

-¡Bien!

-Y cuando hablamos del viento es muy importante conocer

la escala Beaufort,

una escala que nos permite saber cuál es la fuerza del viento,

simplemente mirando las características del mar.

-Imagínate, Arlequina,

que estás navegando en tu barco velero

y no tienes ningún artefacto para medir

ni la fuerza ni la velocidad del viento. Nada.

¿Cómo vas a saber si tienes que extender o no las velas?

Mirando el mar y utilizando la escala Beaufort.

Si tú miras el mar y ves que está totalmente en calma,

estamos en el cero de la escala Beaufort,

que significa que no sopla el viento.

Pero, en cambio, si hay olas enormes,

el mar está encabritado y blanquecino,

estamos en el número 12 de la escala Beaufort,

que significa que el viento sopla a más de 118 kilómetros por hora.

(RÍEN)

Ahora es tu turno.

Construye tus propios artefactos

para conocer las características del viento.

Nos vemos en nuestra próxima aventura.

(AMBOS) Adiós.

-James, quiero un molino.

-¿Para qué quieres un molino?

-Para moler sandías.

-Oye, para eso mejor una licuadora.

-No, quiero un molino de la época de Don Quijote.

Y plantar sandías en la tierra de Castilla-La Mancha.

-Espera, Nacho, ¿cuántas quieres plantar?

-Muchas. 10, 100, 1.000, 10.000...

Y muchas más.

-Oye, ¿y cómo las vas a cuidar? -Yo cuidaré diez y tú el resto.

Luego te doy un poco de zumo de sandía de recompensa.

-No sé si me compensa, Nacho.

-Te compensa, James.

Lo que pasa es que todavía no te has dado cuenta.

-Espera, ¿tú cuidas diez y yo cuántas?

-Más. Todas las otras.

-Pero ¿cuántas exactamente? -Muchas.

-Podríamos decirle a Miguel que nos enseñe a contarlas

con el ábaco.

-Me parece bien, que las cuente Paco.

-Espera. ¿Quién es Paco?

-El que va a contar las sandías con Miguel.

-No, Nacho. He dicho "ábaco", que es una herramienta que sirve

para calcular. Mira, Miguel nos la explica.

-Y que luego cuente las sandías, que no se le olvide.

-Seis, siete, ocho, nueve...

¡Hola, matemaníacos y matemaníacas!

Me habéis pillado contando con los dedos.

¿Saben que las Matemáticas empezaron así,

contando con las partes del cuerpo?

Empezamos a contar con los dedos

y después pasamos a contar con las falanges.

Como ven aquí: uno, dos, tres,

cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez,

11 y 12.

De hecho, por eso decimos "una docena de huevos",

"una docena de churros",

"una docena de cualquier cosa".

Contamos con las partes del cuerpo.

Después contamos con piedras

y cuando necesitábamos cantidades mayores,

empezamos a necesitar otras cosas, como por ejemplo el ábaco.

¿Sabéis lo que es? Vamos a verlo.

Aquí vemos el ábaco,

que se cree que es una de las primeras calculadoras

de la historia.

Tiene miles de años de antigüedad.

Ahora vamos a ver cómo funciona y dirán:

"¿Para qué sirve cada barra?",

pues cada barra equivale a una cosa.

La primera barra equivale a las unidades;

la siguiente, a las decenas;

la tercera a las centenas;

unidades de millar, y así sucesivamente.

Bien. Cuando no tenemos nada aquí, ¿qué pasa?

Que tenemos un cero, equivale al cero.

¿Y si ponemos aquí una, dos, tres, cuatro y cinco?

Pues estamos poniendo cinco en las unidades.

Así que tenemos cinco.

Vale.

¿Y qué pasa si pongo una aquí y otra aquí?

¿Cuánto tendríamos? ¿25?

¿14?

¿O siete?

Claro que sí. Tendríamos 25.

¿Por qué? Porque tendríamos dos decenas y cinco unidades.

Les voy a lanzar la siguiente pregunta:

¿a qué equivale la barra que tengo aquí?

Esta de aquí. La tercera.

¿A las decenas, a las centenas

o a las unidades de millar?

Claro que sí.

Equivale a las centenas.

Pues si equivale a las centenas,

y pongo un aquí, ¿qué número tengo?

Pues tengo el 125:

una centena, dos decenas y cinco unidades.

Bueno, bueno.

¿Y qué pasaría si cojo y quito

todas las unidades que veo aquí?

Pues me queda: el 120,

una centena y dos decenas.

¿Y si quito estas dos decenas de aquí?

Pues solo me queda una centena.

Es decir, el número 100.

Ya hemos visto las centenas.

Genial.

Y ahora se preguntarán:

¿y por qué hay diez bolas en cada fila?

Pues hay diez bolas,

porque diez unidades equivale a una decena.

Pues si tenemos diez aquí, ¿qué tenemos que hacer?

Pasarlas al otro lado y poner una decena.

Genial.

Bueno, vamos a ver ahora un ejemplo.

Vamos a sumar 14 más 18.

Bien, en primer lugar tenemos que colocar el 14,

que sería una decena,

y uno, dos, tres y cuatro unidades.

Tenemos colocado el 14.

Ahora vamos a sumar el número 18.

El 18 sería...

Una decena y ocho unidades.

Pues vamos: uno, dos, tres, cuatro,

cinco, seis, seis...

Bien. ¿Qué pasa?

Que ha pasado, que hemos completado una decena.

Así que tenemos que llevarlas todas para acá

y poner otra decena aquí.

Pero importante,

solo habíamos contado seis unidades.

Era 18, son ocho unidades. Faltan... ¿Cuántas?

Faltan dos: una y dos.

Así que ya tenemos la suma hecha 14 más 18...

¿Cuánto es? Tres decenas y dos unidades.

Es decir, 32.

Recuerda: contar con los dedos

es el principio de las Matemáticas.

El ábaco es una de las primeras calculadoras de la historia.

Y cada barra del ábaco equivale a algo.

La primera, las unidades;

la segunda, las decenas; la tercera, las centenas;

y así sucesivamente.

Bueno, matemaníacos y matemaníacas, les voy a lanzar una pregunta:

¿cómo sería 14 más 34 con el ábaco?

Les dejo pensando. Hasta la próxima.

-Bueno, pues ya sabemos de dónde son Sancho Panza,

Don Quijote,

los molinos y la calculadora de la época.

-Es hora de que representamos la obra, James.

-Exacto, ya tenemos suficiente información.

Venga, vámonos. -¿Adónde?

-Pues al teatro. Podríamos ir a Almagro.

-Sí... No sé donde está, pero suena muy bien.

-Pues te va a encantar. Es precioso.

Ya verás qué bonitos los corrales de comedia.

-Gracias. -¿Por qué?

-Porque me has dicho: "Qué bonitos los colores de tus medias".

Y yo soy muy educado.

Pero yo no llevo medias, James, soy un mapache, no un futbolista.

-Nacho, yo te he dicho:

"Qué bonitos los corrales de comedia".

-Ah... Los corrales de comedias

son los teatros donde las gallinas cuentan chistes.

-No exactamente.

Pero escucha a Juan Carlos, que él te lo explica y muy bien.

-Ay, ¡mísero de mí!

¡Hola, superlingüistas! ¿Qué tal?

Me habéis pillado ensayando para participar

en una obra de teatro

en el Corral de Comedias

de Almagro,

que es un pueblecito de la provincia de Ciudad Real.

Un corral de comedias es un patio

en el que se representan obras de teatro

y en este en concreto se llevan presentando

desde hace más de 500 años.

Y lo mejor de todo es que todavía lo puedes visitar.

¿Te imaginas representar una obra de teatro en el patio de tu casa?

¿A que mola?

Ay, ¡mísero de mí!

Ay, ¡infelices!

Apurar cielos pretendo, ya que me tratáis así...

¿Qué delito cometí contra vosotros naciendo?

¿Qué? ¿Te parece que hablo raro?

Pues sí, un poquito. Es que en esa época se hablaba así.

Estos versos que he recitado son de Calderón de la Barca,

un escritor del Siglo de Oro.

Antes de 1560 no había teatros.

Se actuaba en palacios, en iglesias o en la calle.

Poco a poco se fueron extendiendo las actuaciones

en los patios de las casas o en corrales como este.

¿A qué mola?

En pleno Siglo de Oro de las letras

se extendieron los corrales de comedias,

así que grandes escritores de la época escribieron obras

para ser representadas en estos lugares.

Algunos muy conocidos como Lope de Vega y Cervantes.

¿Quiénes crees que eran los espectadores

que iban a los corrales de comedias?

¿Los reyes y los nobles?

¿Los curas y las monjas?

¿O los hombres y las mujeres del pueblo?

Pues todos ellos,

ya que se representaban obras populares,

es decir, que eran obras que se podían entender

por todo el mundo.

(RÍEN)

-Lo que pasa es que se sentaban en sitios separados:

los nobles y los reyes tenían los mejores sitios;

y el resto de la gente en el patio.

Eso sí, los hombres y las mujeres no podían estar juntos,

tenían que estar en espacios separados.

Imagínate, ahí, al sol, todos de pie, pasando calor,

y cuando llovía, las que se montaban...

Así que lo que hicieron fue poco a poco irlos mejorando,

pusieron toldos para que la gente no se mojara,

para que se cubrieran del sol...

Pero al final los terminaron cerrando.

¿Y sabes por qué?

A ver, te voy a dar tres opciones...

Porque hacía mucho frío;

porque la gente no cabía;

o porque estaban muy sucios.

Pues creo que has acertado porque estaban muy sucios.

¿Y sabes por qué?

Porque no había aseos y la gente no se aguantaba

y hacía sus necesidades en cualquier sitio,

¡qué guarretes que eran!

Y también por otros motivos,

porque era muy fácil que hubiese fuego,

ya que había mucha madera y también porque a veces se montaban broncas.

La gente se peleaba.

Al final, los nobles cambiaron de costumbres

y prefirieron irse a sitios más limpios

y cerrados donde se representaban obras como la ópera.

Así que los acabaron prohibiendo hace más de 200 años.

Aunque el Corral de Comedias de Almagro siguió en pie,

se utilizó para otras cosas.

Fue utilizado como mesón o posada.

Por suerte,

en 1952 se recuperaron y se representó la obra

"El retablo de las Maravillas" de Miguel de Cervantes.

Sí, sí, ese que he comentado antes y que escribió "El Quijote",

aquella triste figura que vagaba precisamente por La Mancha.

Hoy en día las obras de teatro se representan en auditorios

o teatros.

Seguro que has ido a alguna.

Recuerda que un corral de comedias

es un patio en el que se representan

obras de teatro.

Algunos, como el de Almagro, siguen en pie y se pueden visitar.

Te recomiendo que vayas a verlo.

Es un lugar mágico y lleno de historias.

Ah... Te sugiero una cosa.

¿Qué te parece si representas

una obra de teatro en el patio de tu casa?

Seguro que te va a encantar. Y a tus vecinos y vecinas más aún.

¡Hasta otra, superlingüistas!

-James, me encanta ser actor.

Además, soy buenísimo.

-Claro, es lo que tiene hacerlo todo bien.

-Tú también te has dado cuenta, ¿verdad?

-Ay, Dios...

¿Qué habré hecho para merecer esto?

-Después de leer "El Quijote", estoy lleno de aventuras, James.

-¡Sí, qué gran libro!

-Pero que sepa vuestra merced que nuestros caminos

han de separarse de los personajes.

Porque empieza... "Está Mapachando".

-Exacto. Venga, vámonos.

(Música)

"Está Mapachando."

Bienvenidos y bienvenidas a "Está Mapachando".

El noticiero Mapache que da las noticias

"pache" lo que "pache".

James, si tuviéramos un caballo no tendríamos que venir corriendo.

-Pero entonces sería el caballo el que vendría corriendo.

Y también hay que pensar en ellos, Nacho.

Como estas ONG que piensan en la naturaleza

y por eso están plantando árboles en las Tablas de Daimiel.

Varias asociaciones pacifistas en colaboración

con el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel

reforestan por la paz con el objetivo de volver

a crear un espacio verde

donde puedan habitar felices los animales de la zona.

-Uh, voy a llamarles para que planten un árbol

en mi jardín.

-¿Y por qué no lo haces tú?

-Porque no sé, James.

Bueno, Nacho, puedes llamarles y que te enseñen a hacerlo

y así puedes hacerlo tú.

-También es buena idea.

-Exacto.

Mira, ahora, si quieres saber más cosas sobre "Don Quijote",

puedes descargarte una app y aprender desde el móvil.

La aplicación se llama Don Quijote y el titiritero

y consiste en una serie de cápsulas históricas sobre "El Quijote".

Materiales como partituras y la ópera completa para títeres,

"El retablo de Maese Pedro",

del compositor español Manuel de Falla.

-James, ayúdame a elegir entre estos amigos para actuar

en la obra.

Es lo que tiene ser "mapachafamoso",

que todo el mundo quiere actuar conmigo.

Desde que se ha dado a conocer la noticia de que voy a actuar

en el papel de Nachopanza,

muchos son los vídeos que me han llegado

para que los elija.

En este vídeo podemos ver a "Bisbal de Borroma",

haciendo el casting.

Me lo ponen difícil,

porque son todos muy "mapachegraciosos".

(RÍE)

James, ¿puede tener más de un burro en la obra de teatro?

-Pero si Sancho Panza solo tenía uno...

-Bueno, pues Nachopanza tendrá cuatro.

Oye...

¿Sabes que en mi "mapachacole" no es el único

donde se hacen obras de teatro?

Estudiantes de tercer y cuarto curso

de la Mención de Lenguajes Creativos de la Facultad de Cuenca

realizan un taller de títeres

coordinado por los profesores y profesores de la facultad.

Les voy a dar mis medidas por si quieren

hacer un títere de Nachomapacho.

-Qué bien que cada vez se haga más teatro en los coles.

-Bueno, James, me tengo que ir, tengo que ir a calentar la voz.

Hasta luego.

# Sancho... Quijote. #

-Bueno, "clanners",

hasta que el programa de hoy, que leáis muchos libros

y os llenéis de aventuras.

¡Hasta pronto!

(Música)