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OPINIÓN: Apuntes de la semana

Pintan bastos para el Gobierno: "Es un fin de año terrorífico"

  • Las denuncias por acoso y la corrupción lastran al PSOE y Díaz pide una remodelación del Gobierno
  • La jueza de la dana cita a Feijóo como testigo por sus mensajes con Mazón
El presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, a su salida de una rueda de prensa, en la sede del PSOE en Ferraz, a 12 de junio de 2025, en Madrid (España).
El presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, a su salida de una rueda de prensa, en la sede del PSOE en Ferraz, a 12 de junio de 2025, en Madrid (España). GABRIEL LUENGAS / EUROPAPRESS

El PSOE, noqueado, está pasando, posiblemente, uno de sus peores momentos de su historia. "Son horas, muy bajas", dicen. Es un fin de año "terrorífico" reconocen fuentes de la dirección socialista y del Gobierno.

El Ejecutivo de coalición y el Partido Socialista ven completamente opacada su gestión. De la subida salarial de los funcionarios, que afecta a tres millones y medio de empleados, o del incremento de las pensiones, que beneficiará a más de seis millones de jubilados, de los buenos datos económicos, ni se habla. Los escándalos por acoso y por corrupción lo opacan todo.

La secuencia de denuncias por acoso en el PSOE salpican ya a varias de las federaciones del partido. Lo que empezó con el llamado caso Salazar parece haber abierto la espita para que salga a la luz otras denuncias de acoso machista. Un escándalo tras otro que está arrastrando la agenda de uno de los partidos que más ha apoyado la lucha por los derechos de la mujer en nuestro país.

El PSOE que ha enarbolado con orgullo la bandera del feminismo, se ve marcado por "cuatro manzanas podridas" dicen, que están lastrando su credibilidad entre las mujeres dentro y fuera del Partido. Que están provocando enfado y frustración.

Comentan fuentes socialistas que la casualidad no existe y sugieren que la explosión de un caso tras otro parece organizado, agendado. Las casualidades, añaden, no existen.

Visto desde fuera parece que esa ya conocida oficina antiacoso del PSOE tiene un buzón para poner las denuncias y nadie al otro lado para resolverlas. Su funcionamiento, un buen proyecto en principio, ha fracasado rotundamente sin que ningún dirigente haya explicado el motivo. Tampoco la secretaria de Organización del PSOE en su primera rueda de prensa desde que fue nombrada. Rebeca Torró pedía perdón y aseguraba que no ha habido ningún intento para ocultar el caso Salazar, que el problema es que en cinco meses no han podido localizarle para hablar con él y de ahí el retraso. ¿Nadie tenía el teléfono de Salazar para llamarle a Ferraz? Increíble, literalmente.

La corrupción por dinero nos escandaliza a todos, pero no resolver con celeridad los casos de acoso machista puede costarle al PSOE la perdida de la confianza de muchas de las miles de mujeres que se encuentran, o se encontraban, entre sus votantes.

El PP huele sangre

El PP lo sabe, huele sangre y de ahí la intervención de su líder esta semana en la sesión de control. Feijóo soltaba ya la presa del ex Fiscal General del Estado para meter el dedo en la llaga del feminismo al presidente del Gobierno. "Las lecciones de feminismo se las han debido de explicar en los prostíbulos" le espetaba Feijóo a Sánchez. El presidente, en un tono algo más bajo que en otros cara a cara con el líder de la oposición, intentaba sobreponerse al envite argumentando que el acoso es un problema “estructural”; es decir, un problema que lo hay en muchos estamentos de la sociedad, mal de muchos. Y añadía Sánchez que el PSOE castiga a los implicados, mientras que el PP sostiene a los protagonistas de casos parecidos. La conclusión del presidente del Gobierno, en su defensa, es que el verdadero problema para las mujeres proviene de la “coalición negacionista” de PP y Vox.

No parece que el "y tú más" del uno contra el otro vaya a arreglar nada. Mejor hacer que decir. De momento el hacer ha ido llegando muy tarde. Y muchos echan de menos alguna intervención drástica, significativa del presidente del Gobierno.

Eso es lo que quiere la vicepresidenta Yolanda Díaz. Aseguraba haber hablado con el Sánchez para pedirle un" cambio absolutamente profundo del Gobierno", que así no pueden continuar.

Pero no parece que esa sea la intención de Pedro Sánchez. Previsiblemente, limitará los cambios en su Ejecutivo para sustituir a la ministra Pilar Alegría. La portavoz, aunque pendiente de las primarias, será, casi seguro, la candidata del PSOE a las elecciones de Aragón, que se celebrarán previsiblemente el 8 de febrero.

Pero no únicamente hay casos de acoso. Siguen una tras otra las detenciones por corrupción. Todos ellos relacionados con el que era la mano derecha del presidente, todos conectados de una u otra manera con Santos Cerdán.

Desde el primer informe conocido de la UCO se señalaba al exsecretario de Organización del PSOE como el "mediador" de la trama, el cabecilla, vaya. Y así lo van confirmando las detenciones que son un no parar.

Mientras, los socios parlamentarios siguen poniendo como línea roja para mantener su apoyo que no haya financiación ilegal del PSOE. Pero aunque estén dispuestos a que la legislatura siga, ya no ocultan su preocupación, su agotamiento, por la cadena de escándalos. Lo han expresado ERC y el PNV, dos de los socios más estables del Gobierno, hasta ahora. Veremos.

Ábalos suspendido como diputado

Y uno de los protagonistas de los escándalos por corrupción, el exministro José Luis Ábalos, ha perdido todos sus derechos y deberes como diputado. Lo decidía la Mesa del Congreso como consecuencia de que el procesamiento del exministro ya sea firme.

Ábalos no cobrará su sueldo como parlamentario ni tampoco podrá votar.

Por un poco de dignidad, el también ex secretario de Organización del PSOE debería dejar su escaño. Pero no parece que esa sea su intención teniendo en cuenta que pocas horas antes de su suspensión tuvo la desfachatez de pedir el voto telemático.

La jueza de la dana cita a Feijóo

Mientras, la jueza de Catarroja sigue investigando una de las mayores tragedias de los últimos tiempos. Qué pasó y qué hizo cada posible responsable el día de la dana. El día que murieron 230 personas.

En ese empeño, Nuria Ruiz cita como testigo a Alberto Núñez Feijóo. Quiere que el líder del PP le cuente sus conversaciones con Mazón. Se refiere la jueza a esas conversaciones en las que, según decía Feijóo, el ya expresident le iba informando "en tiempo real" de la catástrofe. Como testigo, el presidente del PP está obligado a decir la verdad, mentir es un delito.

La jueza además emplaza al presidente del PP a que, voluntariamente, le envíe en el plazo de 5 días los mensajes que intercambiara con Mazón.

Una sentencia sin precedentes contra el FGE

Los casos de acoso son tan perjudiciales para el PSOE que el PP en la última sesión de control del año ni mencionó la sentencia al FGE. Aunque ha sido el leitmotiv de los populares durante meses.

La expresión 'sin precedente' se usa mucho, tal vez con demasiada frecuencia, pero en el caso del ya ex Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, está, en mi opinión, más que justificada. Primero, por lo obvio: ningún FGE se había sentado en el banquillo y, por tanto, ninguno había sido condenado.

Pero al menos tan grave como eso, o más, es la fractura en el mundo de la judicatura en general que cada día parece más irreconciliable. Unos contra otros. Demasiada ideología por encima de las leyes, parece.

Es lo que hemos visto en el Tribunal Supremo. Que una sentencia conlleve votos particulares no es una novedad, la ley es interpretable, pero que los argumentos de la sentencia dictada por la mayoría del Tribunal Supremo, cinco magistrados, sea prácticamente desmontada con argumentos absolutamente contrarios por los votos particulares de otras dos magistradas es muy, muy preocupante.

Juristas de renombre coinciden en decir que a García Ortiz se le ha condenado con indicios, no con pruebas. Que nunca debe ser así pero, añaden, mucho menos en un caso tan delicado por ser un juicio contra una institución. Por eso, argumentan, la sentencia debería haber estado cargada, de hecho, de pruebas incontrovertibles.

En la agenda

Feijóo ha pedido un pleno "extraordinario" del Congreso para que el presidente del Gobierno dé explicaciones sobre los casos de corrupción y de acoso machista del PSOE. No tiene pinta de que vaya a conseguirlo. Y Abascal, de nuevo, reta al PP a que presente una moción de censura. Tampoco parece que vaya a tener éxito.

Acaban de empezar casi dos meses de vacaciones parlamentarias. Hasta febrero no volveremos a ver esos broncos cara a cara Sánchez-Feijóo.