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Héctor Alterio, el gigante común del cine español y argentino, en ocho películas

  • El actor hispanoargentino, fallecido a los 96 años, protagonizó obras maestras de las dos cinematografías
  • La tregua, Asignatura pendiente, El nido o La historia oficial, entre sus cintas más destacadas
Muere Héctor Alterio: las mejores películas del actor
El actor Héctor Alterio, en una imagen de 2020 EFE/ Luca Piergiovanni
ESTEBAN RAMÓN

Una llamada telefónica rompió en dos la vida de Héctor Alterio y, como consecuencia, modificó también la historia del cine español y argentino. El actor, de 45 años entonces, se encontraba en España, en el Festival de San Sebastián de 1974, promocionando La tregua, la primera película argentina nominada al Oscar, cuando se enteró por teléfono de que la funesta Triple A, la Alianza Anticomunista Argentina, incluía su nombre en un comunicado: una amenaza en toda regla.

“Empecé a sentir miedo a 13.000 km de distancia. Miedo de sentirme vigilado o apuntado por un arma”, recordaba el actor en una entrevista con RTVE en 2008. Alterio, como un funambulista, caminó entonces en el filo de la historia: Argentina se dirigía hacia la dictadura militar mientras España todavía vivía sus coletazos de autoritarismo. Se quedó en España, donde criaría a sus hijos Ernesto y Malena, y, en la explosión de libertad artística tras la muerte de Franco, fue aprovechado por el cine de la incipiente Transición hasta convertirse en uno de sus rostros fundamentales.

Con su fallecimiento se pierde un puntal de ambas cinematografías: Alterio fue clave en el nuevo cine argentino de los 60 y 70, y regresó triunfal al país austral cuando la dictadura se desvaneció en los 80. De España no se fue ya nunca y, aunque el teatro fue su primer, gran, y último amor, su talento queda para siempre ligado a las imágenes de no pocas grandísimas películas.

La Patagonia rebelde (1974)

Alterio comenzó su carrera en el final de la primera oleada del nuevo cine argentino de los 60 (interpretó a Simón Bolivar en El santo de la Espada, de Leopoldo Torre Nilson) y enlazó con la segunda, de la que fue protagonista absoluto.

Ninguna fue tan importante políticamente como La Patagonia rebelde, de Héctor Olivera, donde se recreaba la represión de los movimientos obreros en los años 20 en la región austral de Argentina. Alterio interpreta al militar encargado de evaluar la situación de los trabajadores, con los que empatiza, pero al que acaban encargando una masacre. En la emotiva escena final, Alterio recibe honores mientras experimenta la culpa.

La película fue aprobada por Juan Domingo Perón y posteriormente prohibida por Isabelita Perón. Triunfó en el festival de Berlín ganando el Oso de Oro, pero no pudo volver a proyectarse en Argentina hasta 1984 y sus creadores, y la mayoría de su reparto, acabaron exiliados.

La tregua (1974)

Su última película de su primera etapa argentina es uno de los grandes éxitos de la historia del cine argentino. Dirigida por Sergio Renán y adaptación de la novela de Mario Benedetti, Alterio interpreta a un mustio oficinista viudo con tres hijos que recupera la pasión vital al conocer a una mujer más joven. “Su interpretación más sentida”, para el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez Leite, fue la carta de presentación definitiva para Alterio en el mundo tras la nominación de la película al Oscar en habla no inglesa.

A un dios desconocido (1977)

Elías Querejeta, una de las personas que Alterio siempre ha señalado como uno de sus principales benefactores de su primer exilio (junto a Núria Espert y Juan Diego), le contrató para la película de Jaime Chávarri sobre un hombre homosexual que regresa a su Granada natal, donde asistió como niño a la represión franquista en la Guerra Civil.

Alterio aprendió rápidamente a amoldar su acento porteño al nuevo cine español y fue correspondido con la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de San Sebastián del 1977.

Asignatura pendiente (1977)

José Luis Garci fue el cineasta que mejor retrató a la primera generación adulta de la democracia y Asignatura pendiente la clave de bóveda del cine de la Transición. Tras la historia de reencuentro de un amor de juventud entre José Sacristán y Fiorella Faltoyano, palpitaba el clima político del final del franquismo: Alterio interpretaba a un trasunto de Marcelino Camacho, encarcelado, al que visita su abogado que interpretaba Sacristán. En Argentina, inmersa en la dictadura militar, la película se estrenó mutilada, sin las escenas de Alterio.

Versión española - Asignatura pendiente

El nido (1980)

La película de Jaime de Armiñán, también nominada al Oscar a mejor película de habla no inglesa, era incómoda entonces y lo es más ahora. Alterio interpretaba a un director de orquesta que se enamoraba, platónicamente, de una niña de 13 años a la que daba vida Ana Torrent (que apenas cuatro años antes hizo de hija de Alterio en Cría Cuervos), aunque el trasfondo es mucho más sutil que su perturbador punto de partida. El nido puede ser la mejor película de su director, que volvería a contar con Alterio para Mi general, en 1987.

Días de cine - Cine en casa: 'El Nido'

El crimen de Cuenca (1979)

En una rima con La Patagonia rebelde, la película de Pilar Miró sobre un caso de truculenta tortura y asesinato de la Guardia Civil a principios del siglo XX fue censurada por el ministro de Cultura de la UCD, Ricardo de la Cierva, y no pudo estrenarse hasta dos años más tarde, cuando lo autorizó el Tribual Supremo.

Alterio encarnaba el juez Emilio Isasa, responsable de reabrir el sumario que llevaría a detener y condenar, tras horrendas torturas, a dos hombres por el asesinato de un hombre que ni siquiera había muerto.

La historia oficial (1985)

O la tragedia argentina condensada en un drama sobre una mujer (Norma Aleandro) que comienza a sospechar que su hija adoptada ha sido robada por su marido militar (Héctor Alterio).

La primera película argentina que ganó el Oscar, dirigida por Luis Puenzo, es una cinta de guion y de actores, donde la olla a presión estalla en la escena final, una de las más impactantes del cine en español, en la que Alterio, hasta entonces un padre y marido atento, estalla violentamente pegando a su mujer cuando es confrontado por el origen de su hija.

El hijo de la novia (2001)

Otro título clave del cine argentino (con nueva nominación al Oscar incluida), que supuso el reencuentro de Alterio con Norma Aleandro, y un triunfo para su director y guionista Juan José Campanella. El protagonista, Ricardo Darín, es un hombre estresado por sus obligaciones que encuentra la calma organizando la boda de su madre, enferma de alzhéimer, con su padre, al que interpretaba Alterio.