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Análisis

El matarife del IRA era un infiltrado protegido por el MI5

  • Se publica la investigación final sobre el mayor infiltrado de los servicios de inteligencia británicos en el IRA
  • El topo Stakeknife mató a 14 personas y secuestró a 15, "seguramente mató a más de las que salvó"
Reino Unido: El matarife del IRA era un infiltrado protegido por el MI5
Soldados británicos revisan un arsenal incautado al IRA en Belfast, en julio de 1970 MALCOLM STROUD

Los servicios de seguridad del Estado necesitan saber qué pasa dentro de aquellos grupos que consideran peligrosos para esa seguridad nacional, sobre todo si se trata de organizaciones armadas, y lo ideal para ellos es tener a alguien de los suyos dentro de estas formaciones que les pase información, y con ello les permita detener a miembros, imposibilitar la realización de sus planes y evitar muertes. Abunda la obra de ficción, novelística o cinematográfica, sobre la figura del infiltrado.

La infiltración da para muchos dilemas vitales y morales ¿Cómo actuar para no delatarte, para no levantar sospechas de que no eres un miembro sincero? ¿Hasta dónde llegar cuando de matar o planear asesinatos de trata, para no levantar sospechas y afianzar la confianza del grupo en ti? ¿Qué lleva a alguien a aceptar ser un infiltrado, o informante, topo, soplón, chivato? Y el miedo constante del infiltrado a las represalias, la muerte, si lo descubren. En el último año, se han estrenado en España dos películas que tienen como protagonista a una infiltrada en ETA.

Como suele decirse, la realidad a menudo supera la ficción. Es el caso de Stakeknife, el alias que dieron los servicios de inteligencia militar británicos al topo que tuvieron durante más de dos décadas en el IRA, la organización armada de los católicos republicanos en Irlanda del Norte, que llevaron una campaña sangrienta contra las instituciones británicas y los protestantes leales a la Corona. El otro lado, el pro-británico, también tenía sus grupos armados, había terrorismo en ambos bandos, con la diferencia de que los británicos contaban además con las fuerzas de seguridad del Estado. Y los servicios secretos.

Casi 28 años después de la firma de los acuerdos de paz siguen apareciendo pruebas de cómo condujo la lucha antiterrorista el Estado británico en Irlanda del Norte. Esta semana se ha hecho público en el Reino Unido el informe completo de la investigación sobre el caso del topo Stakeknife y las acciones de los servicios de seguridad. La conclusión más demoledora es que en el caso de este infiltrado por sus acciones "probablemente" murieron más personas de las que se salvaron.

El matarife de los soplones era el mayor soplón

Es lo que hace extraordinario este caso, que el que consideran el mayor espía, el infiltrado más valioso que tuvo el Estado británico dentro del IRA, ejercía él como máximo perseguidor de informantes de las fuerzas de seguridad británicas, el rastreador y castigador de los chivatos dentro del IRA. El matarife de todo soplón era el mayor soplón. Los relatos sobre sus métodos son escalofriantes: secuestros, torturas y asesinato, se le atribuyen 14 muertos y 15 secuestros.

Lo más truculento y abyecto moralmente es que su seguridad pasó durante dos décadas por encima de la de inocentes, acusaron y mataron a inocentes para cubrir a Stakeknife.

El alias y la identidad

"A veces aparecía escrito Stakeknife (cuchillo estaca), otras Steak Knife (cuchillo de carne) y otras Stake Knife, en todos los casos la visualización era clara, una hoja afilada, letal, en el corazón del IRA. En 1999 se lo describió como la joya de la corona de la inteligencia británica en el Ulster", así narra el periodista Patrick Radden Keefe la importancia del infiltrado, en su aclamado libro de investigación Say Nothing ("No digas nada").

Lo que causa más perplejidad de la investigación oficial, que ha durado nueve años y costado 47,5 millones de libras esterlinas, unos 54 millones de euros, es que en ningún momento se identifica al agente, a pesar de que la prensa lo desenmascaró en 2003, hace 22 años: Frederico "Freddie" Scappaticci. Él lo negó e inmediatamente después desapareció de Irlanda del Norte, huyó a Inglaterra donde le dieron una identidad nueva, y donde vivió sin trabajar en una confortable casa hasta que murió en 2023.

La investigación y quien la ha dirigido, el jefe de la policía de Irlanda del Norte, Jon Boutcher, critican a los servicios de inteligencia, MI5, y al gobierno por seguir negándose a estas alturas a identificar al agente, "identificar a Stakeknife no pondría en riesgo a nadie, ni afectaría al reclutamiento o continuidad de agentes, ni a los servicios de inteligencia ni a la seguridad nacional", declara Boutcher, quien considera que esta negativa oficial "roza la farsa". Stakeknife era Freddie Scappaticci.

Freddie Scappaticci

Frederico “Freddie” Scappaticci nació en Belfast en 1946, hijo de inmigrantes italianos, católico por lo tanto. En 1969, con 23 años, entró en el IRA, cuando se iniciaron casi tres décadas de violencia, una especie de guerra civil que dejó más de 3.500 muertos, y que los británicos han bautizado con el eufemismo The Troubles, los problemas. En 1971 lo detuvieron y encarcelaron, salió en 1974, pero lo volvieron a encarcelar un par de veces más. Fue entre 1976 y 1978 cuando se convirtió en informante de las fuerzas de seguridad británicas. En el IRA entró en el "Escuadrón loco" (Nuting Squad) que se formó en aquel momento para depurar la organización de soplones.

Sobre sus métodos escribe Patrick Radden Keefe: "Durante décadas el cazador de espías más temido fue Freddie Scppaticci (...) sus métodos no variaban, secuestraba al sospechoso, le vendaba los ojos, lo sentaba en una silla de cara a la pared y lo interrogaba durante horas o días, recurriendo a golpes y tortura hasta que confesaba. 'Todo ejército atrae psicópatas', pero Scappaticci era un caso aparte, a menudo le prometía al sospechoso que, si confesaba, le salvaría la vida, éste a base torturas confesaba, aunque fuera mentira, y no se libraba del castigo, la muerte. (...) En ocasiones dejaba los cadáveres en el campo con las muestras evidentes de tortura. Una vez que encontraban el cadáver, Scappaticci visitaba a las familias y les hacía escuchar la grabación de la confesión, incluso les relataba los detalles de la ejecución (...) Scappaticci era un killer (un asesino)".

Esa crueldad implacable, esas manos manchadas de sangre eran la mejor coartada para este infiltrado. Años más tarde, el propio IRA reconoció que algunas de las víctimas del "Escuadrón loco" nunca habían sido chivatos.

La investigación

La investigación de estos nueve años revela que este infiltrado elaboró 3.517 informes para los servicios de inteligencia británicos, y destaca que muy a menudo no se actuó en consecuencia, se sobreentiende que para impedir algún atentado, porque "aparentemente la protección de este agente era más importante que la de aquellos que podían y debían haber salvado".

También consideran probado que quienes se ocupaban de él lo sacaron de Irlanda del Norte en dos ocasiones cuando supieron que la policía lo buscaba. Sobre la motivación de este miembro del IRA para cambiar de bando y pasar a ser un topo del ejército y los servicios de seguridad del enemigo, los británicos, la investigación especula que pudo ser porque corría el riesgo de ir a la cárcel de nuevo o por motivos económicos. No cuenta lo que Stakeknife cobró, pero sí afirma que "el ejército se aseguró de que se le recompensara bien, entendemos que se le ofrecieron incentivos financieros durante los años de colaboración y después. Desde un sueldo medio a decenas de miles de libras, y ayuda para comprar una propiedad".

MI5

Es la gran novedad de la investigación final respecto a lo que se adelantó el año pasado. La implicación de los servicios secretos para el Reino Unido, el MI5. Hasta hace un año negaron a los investigadores oficiales estar involucrados en las actividades del infiltrado, reconocían haber tenido solo un papel "periférico". En este último año, sin embargo, han reconocido que estuvieron involucrados y mucho, y entregado una documentación valiosa que ha permitido a los investigadores afirmar que "el MI5 supo de Stakeknife desde que lo reclutaron y recibía todos los informes sobre sus actividades.(...) Todo lo que se hizo respecto a Stakeknife fue con conocimiento y consentimiento del MI5 (...) estaban al corriente de su participación en crímenes graves".

El informe hecho público critica la opacidad de los servicios secretos y su poca colaboración con la investigación durante ocho años. El actual director general del MI5, Sir Ken McCallum, ha pedido disculpas públicas a las familias de víctimas que fueron torturadas o asesinadas por aquel "escuadrón loco" del IRA.

Los familiares de las víctimas del infiltrado Stakeknife consideran un insulto que el MI5, y el gobierno británico, que responde por él, sigan negándose a confirmar lo que es de dominio público desde hace veintidós años, que ese infiltrado matarife fue Freddie Scappaticci, "es un bofetón por parte de un Estado en un momento en el que deben pedir perdón por unos asesinatos amparados por el Estado que duraron de 1979 a 1994", ha declarado el despacho de abogados que los representa, y el hijo de uno de los asesinados señala la paradoja, "¿cómo puede decirse que conocemos la verdad, si falta este detalle clave?"