Irlanda del Norte declara inocente a un soldado por los asesinatos del Domingo Sangriento
- Era el primer juicio de un soldado británico por los tiroteos de 1972
Un tribunal de Belfast ha absuelto este jueves a un soldado británico que estaba siendo juzgado por dos asesinatos y cinco intentos de homicidio cometidos durante el Domingo Sangriento de 1972, uno de los episodios más oscuros del conflicto de Irlanda del Norte hace más de 50 años.
El 30 de enero de 1972, en Londonderry (también conocido como Derry), paracaidistas británicos abrieron fuego contra una manifestación pacífica de activistas católicos, matando a 13 personas e hiriendo al menos a 15. El primer militar en ser juzgado por este día ha sido un exparacaidista, conocido simplemente como "Soldado F". Este jueves ha sido absuelto por falta de pruebas de los asesinatos de James Wray y William McKinney y de otros cinco intentos.
En 2010, el Gobierno británico se disculpó por los asesinatos "injustificados e injustificables" del Regimiento Paracaidista de élite del Ejército inglés. Sin embargo, todos los esfuerzos para procesar a los soldados han fracasado y muchos familiares de las víctimas creen que la posibilidad de un procesamiento justo es remota.
Absuelto por falta de pruebas
El soldado F, cuya identidad legal no puede ser revelada, se encontraba en la sala, pero oculto tras una cortina azul que protegía su identidad. Tampoco fue llamado a declarar durante el mes que duró el juicio.
El juez Patrick Lynch ha declarado en su veredicto que estaba convencido de que los soldados habían perdido todo sentido de la disciplina militar y habían abierto fuego con la intención de matar, y que "los responsables deberían avergonzarse". Sin embargo, ha señalado que "la demora ha obstaculizado gravemente la capacidad de la defensa para comprobar la veracidad y exactitud de las declaraciones de oídas". "Las pruebas presentadas por la Fiscalía no alcanzan el alto estándar requerido en un caso penal", ha lamentado
Mickey McKinney, hermano de William McKinney, una de las dos víctimas nombradas en el caso, ha culpado directamente al Estado británico de no haber procesado con éxito a ningún soldado.
Un conflicto que dejó unos 3.500 muertos
El Domingo Sangriento se convirtió en uno de los acontecimientos más claves de la historia de la región que, durante tres décadas, se vio envuelta en un conflicto entre nacionalistas que buscaban una Irlanda unida, unionistas que querían que Irlanda del Norte siguiera siendo una provincia del Reino Unido y fuerzas británicas.
Los tiroteos alimentaron la desconfianza hacia las autoridades entre la minoría católica e impulsaron a decenas de personas a unirse a la campaña del Ejército Republicano Irlandés contra el dominio británico.
Trece personas, todas católicas desarmadas, murieron cuando los soldados abrieron fuego en la zona nacionalista de Bogside, en Londonderry, el 30 de enero de 1972. Una decimocuarta víctima falleció posteriormente a causa de las heridas sufridas ese día. Las tropas afirmaron haber disparado contra personas armadas con pistolas o bombas de clavos.
No fue hasta 1998 que el llamado Acuerdo de Paz de Viernes Santo puso fin a este conflicto, que dejó aproximadamente 3500 muertos. Desde entonces, solo un exsoldado británico ha sido condenado. A principios de 2023, David Holden recibió una condena condicional de tres años por disparar a un hombre por la espalda en un puesto de control en 1988. Explicó que disparó accidentalmente porque tenía las manos mojadas.