Los lazos de Kast, favorito en las presidenciales de Chile, con la ultraderecha mundial
- Tiene un perfil ultraconservador y lazos internacionales con otras ultraderechas del mundo, entre ellas, la española
- La estrategia se basa en un equilibrado balance entre campaña a pie de calle y redes sociales
"Se nota, se siente, Kast presidente", corea una multitud en el cierre de campaña, el jueves, del candidato con más opciones de imponerse en la segunda vuelta de las elecciones chilenas. Aunque en este caso lejos de los grandes estadios, la estética es propia de un mitín de Trump. Mucha bandera, seguidores cantando el himno nacional, gorras como las que usa el presidente estadounidense y hasta un cristal protector para el candidato como los que Trump utiliza en sus actos desde que fuera atacado en uno de ellos.
"Esta es la historia de un hombre que sintió el llamado de un país y decidió atreverse. Su nombre es: José Antonio Kast". El hit de campaña suena. La gente baila. El candidato en su lista Musikast en Spotify tiene temas para todos los gustos. De guateque, pop, disco, trap. Esa diversidad queda reflejada en los asistentes a este broche final en Temuco, en la Araucanía, en el sur del país.
Acto de campaña de Kast en Chile Campaña de Kast
Kast lleva años recorriendo Chile. Es candidato a tiempo completo desde hace años. "En 2017 sacó menos de un 8%, era una minoría muy minoritaria; después perdió contra Boric y ahora, en su tercera carrera presidencial, está a un paso de la Moneda", señala la socióloga, directora del Centro de Estudios Nodo S.XXI, Pierina Ferreti. Una intensa campaña tanto en las calles como en las redes sociales parece el secreto de su éxito, según dictan las encuestas. La estética, el lenguaje y la estrategia parecen calcados de la de sus socios de la ultraderecha global, con la que tiene una sólida red de conexiones.
Kast repite que las elecciones se ganan en la calle. Es un corredor de fondo. "Él tiene una cultura religiosa fuerte y eso se nota en la forma de ampliar las bases. Su partido no va al choque. Se acercan a las comunidades y no hablan ni una palabra de política. Es como si fuera pastoral. Preguntan qué sienten, qué necesitan… y la gente se siente escuchada y los ve más moderados de lo que son", apunta Simón Escoffier, sociólogo que estudia a la ultraderecha en la Universidad Diego Portales. Selfie por aquí, posado por allá: un post. Abres Instagram y ahí está. Tiktok y más de lo mismo. Tuitea varias veces al día.
En esa plaza, la virtual, el candidato domina como también ha sabido manejar unos resultados que en primera vuelta le fueron favorables. Sin arriesgar ni entrar en polémicas. Mantener el paso que, tiene la confianza, le llevará al palacio presidencial. "Podría haberse metido en una cueva toda la campaña y hubiera ganado igual. Entonces no le importa que le digan pinochetista, si le dicen que tiene bots, que inventa fake news… él ya se siente ganador. Está en una posición muy cómoda", señala Felipe González Mac-Conell coautor del libro Kast. La ultraderecha chilena.
Kast miembro de la comunidad ultra global
Kast es consciente de que, salvo cataclismo, los números le dan y se presenta como un estadista. En lo interno, se ha procurado el respaldo de expresidentes como Eduardo Frei —polémico porque es democristiano y la Democracia Cristiana apoya a Jeannette Jara— así como de la familia de Sebastián Piñera, de esa derecha tradicional y más moderada a la que Kast perteneció y que ha conseguido sorpasar de largo.
De otro lado, estos días, ha charlado con algunos líderes amigos: el presidente argentino, Javier Milei; con el ministro de seguridad salvadoreño, Gustavo Villatoro; con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Kast lleva muchos años de gira internacional participando en distintos grupos de conexión de las derechas más ultraconservadoras del mundo. Exponiendo ideas y recabando fórmulas para adaptarlas a la realidad chilena. Fue por ejemplo, presidente de Political Network for values y participa igualmente de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en la que también está el primer ministro húngaro, Viktor Orban, cuestionado incluso en la Unión Europea, por el retroceso que impone en materia de libertades civiles, por tratar de controlar los medios de comunicación y la justicia. En alguna de sus reuniones, por ejemplo en la de México en 2022, los asistentes escuchaban con atención al ideólogo de la primera versión de Trump, el cerebro del movimiento MAGA, Steve Bannon. En la de febrero de este mismo año en Washington, el dueño de X, Elon Musk, apareció sobre el escenario con una motosierra que le había regalado Javier Milei.
En la región, son conocidas sus buenas relaciones con quien fuera presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (ahora en prisión por intento de golpe de Estado, aunque Kast considera que los jueces han actuado con ideología política). "De él, por ejemplo, se fijó en la estrategia para captar el voto evangélico (16% de la población en Chile)", señala Felipe González Mac-Connell. Kast tiene el apoyo del Partido Social Cristino fundado por evangélicos en 2022. En Latinoamérica ha visitado las macrocárceles de Bukele de quien admira su decisión contra el crimen. ‘Ahora Bukele es el referente y parece que se olvidan de que tiene un gobierno autoritario donde hay vulneración de derechos humanos’, continúa el coautor de Kast, la ultraderecha chilena. Con Javier Milei sincroniza en política económica, menos Estado y recorte de impuestos. Motosierra pero sin estridencias.
En el retrovisor de Kast, sin embargo, está Donald. "Nuestras ideas ya triunfaron en Estados Unidos", aseguró cuando el magnate revalidó en la Casablanca. Entre otras cosas, le gusta su política contra los migrantes. La zanja que propone en su frontera con Bolivia o Perú para conseguir frenar a los que lleguen, encuentra analogía con el muro entre Estados Unidos y México que ordenó construir Trump.
El presidente estadounidense, que sin pudor está tratando de influenciar en diferentes países del cono sur, no ha hablado directamente de esta campaña, pero sí lo ha hecho el recién incorporado embajador en Chile, Brandon Judd. El diplomático abiertamente ha criticado al presidente Gabriel Boric, ha asegurado que sus diferencias con Trump tienen un coste y que la mejor opción para Chile es la victoria de Kast. Luego, eso sí, se reunió con Jeannete Jara unos minutos.
José Antonio Kast y sus amigos en España
Las visitas de José Antonio Kast a España han sido relativamente frecuentes. Se le ha visto, por ejemplo, en las distintas cumbres organizadas por Vox, en las que ha tomado la palabra. Su relación con Santiago Abascal está más que consolidada y es uno de los firmantes de la llamada Carta de Madrid que promovió la Fundación Disenso —vinculada a Vox— para "reivindicar la Iberosfera, contra el comunismo y en defensa de la libertad".
Kast tiene vínculos también con Hazte Oír y de hecho, el polémico autobús de este lobby ultracatólico también recorrió las calles de Santiago. Su presidente, Ignacio Arsuaga, "rezaba por Chile" el día de la primera vuelta y tras los resultados felicitaba a su amigo, a quien ya veía como 'próximo presidente'. Comparten la agenda contra lo que llaman ideología de género. Contra el feminismo, la educación sexual y los derechos LGTBIQ+. Se dicen patriotas, defensores de la familia (de su modelo de familia) y se autodenominan provida, es decir, contrarios al derecho al aborto, en el caso de Kast, incluso en casos de violación.
En realidad, esa es una agenda que ha pasado desapercibida en esta campaña, aunque no haya desaparecido del ideario. "En 2021, perdió frente a Boric fundamentalmente por su planteamiento antiderechos sexuales y reproductivos, antiderechos individuales y por su adhesión bastante inocultada a la dictadura. Son temas que estratégicamente ahora se han esfumado", apunta Pierina Ferreti. Lo central: economía, seguridad e inmigración. La emergencia. "Si la gente tiene temor, los números, las estadísticas, no valen aunque contradigan algunos discursos. Ahora mismo hay una fuerte demanda de orden y también de control migratorio y parece que la gente identifica eso en la derecha que en este caso es Kast", continúa.
Kast ya se ve presidente
Kast no se ve solo como presidente entrante, sino como presidente saliente. En uno de esos reels que tanto rédito le dan en Instagram, se representa a sí mismo en 2030. Con una estética cinematográfica, su yo del futuro repasa los éxitos de su legislatura en su discurso de despedida de La Moneda. El domingo los chilenos decidirán. Si como todo parece el elegido fuera él, el tiempo y la videoteca nos permitirán contrastar si la realidad se corresponde con las ficciones premonitorias de TikTok o si estas fueron, simplemente, una forma para convencer a un electorado sistémicamente descontento.