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La UE busca acelerar el rearme militar y un pacto comercial con EE.UU. mientras retrasa el debate de la ofensiva en Gaza

  • En Bruselas se ha vivido la resaca de la cumbre de la OTAN tras el desencuentro entre Estados Unidos y España
Banderas europeas ondeando ante un edificio de oficinas moderno con fachada de cristal y estructura de acero visible.
La Comisión Europea estudia multar a AliExpress GETTYIMAGES
RTVE.es

Los líderes de la Unión Europea han acordado acelerar su rearme siguiendo la estela del presidente estadounidense, Donald Trump, y su exigencia de que los Estados miembro de la OTAN eleven el gasto militar. En Bruselas se ha vivido la resaca diplomática de la cumbre Atlántica celebrada la víspera en La Haya, cuando Estados Unidos y España centraron la atención mediática internacional por la negativa de Pedro Sánchez de incrementar la inversión en Defensa.

Al término de la cumbre militar, el presidente español informó de que, pese a las reticencias iniciales, España cumplirá sus compromisos sin aumentar la factura en defensa, como exigía Trump. A este anuncio le procedieron amenazas del magnate, que apuntó que Madrid sufrirá represalias comerciales. Sin embargo, los 27 no esperan que esta disputa afecte a las negociaciones en curso entre Bruselas y Washington para evitar una escalada comercial.

En "plena coherencia" con la OTAN, los socios comunitarios han acordado acelerar la consecución de las capacidades militares de la UE. Ante la prensa, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha señalado que los países aliados se han centrado en hablar de "cómo gastar mejor: invertir juntos, de manera más racional, más eficiente, como un equipo" para alcanzar los objetivos requeridos para la disuasión. Para ello, han encargado a la Comisión Europea y a la jefa de la diplomacia, Kaja Kallas, una hoja de ruta para alcanzar los objetivos comunes de defensa para 2030, al ver necesario "seguir aumentando sustancialmente el gasto en defensa y seguridad" de Europa, e "invertir mejor juntos".

La amenaza rusa y las nuevas sanciones

La amenaza rusa se ha convertido, en los últimos tres años, en el principal argumento esgrimido en el Viejo Continente para elevar el gasto en defensa. Desde que Moscú inició su guerra en Ucrania en febrero de 2022, Bruselas se ha volcado de lleno con Kiev y se ha distanciado por completo de las políticas del Kremlin. Esta cumbre no ha sido una excepción, ya que, según ha avanzado la presidenta comunitaria, Ursula von der Leyen, el decimoctavo paquete de sanciones contra Rusia está en un estado "avanzado" y debería aprobarse "pronto".

Por videoconferencia, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha insistido en la misma idea y ha instado a los Veintisiete a imponer más sanciones a Rusia, con el fin de presionar al Kremlin para que ponga fin a la guerra.

La diferencia, como ya es habitual, la ha marcado el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, al desmarcarse del documento en el que se pide a Rusia que muestre "voluntad política real" para poner fin a la guerra y se implique en negociaciones de paz. De la misma forma lo ha hecho el líder del Ejecutivo eslovaco, Robert Fico, que ha asegurado que mantendría su veto al considerar que se había ignorado su petición de enmendar un acto legislativo para impedir completamente el flujo de gas ruso a Europa a partir del 1 de enero de 2028.

Sin embargo, el texto conjunto ha demandado "objetivos políticos ambiciosos", como que Ucrania sea Estado miembro de la Unión Europea para enero de 2030. Lo que también han aprobado los líderes durante la cumbre fue la prolongación durante otros seis meses de las sanciones económicas contra Rusia, que se llevan renovando desde 2014 por no haber aplicado de forma efetiva los acuerdos de paz de Minsk.

Un debate sobre la posible vulneración de derechos en Gaza

A diferencia del caso ucraniano, donde la respuesta europea ha sido decidida y coordinada, la guerra en Gaza sigue sin aunar una respuesta firme y unificada dentro de las fronteras europeas. Tras esta cumbre, los líderes de la UE han retrasado a julio un debate sobre si el Ejército israelí ha cometido violaciones de derechos humanos en la Franja, algo que la ONU ha reiterado en varias ocasiones.

El pasado lunes, Kallas presentó el informe a los ministros de los Veintisiete, en el que se apuntaba a que Israel podría estar vulnerando sus obligaciones humanitarias, al usar el hambre como un arma de guerra. "La situación humanitaria allí (en Gaza) es catastrófica y los derechos humanos están siendo violados. La revisión del cumplimiento por parte de Israel de nuestro acuerdo de asociación lo ha confirmado", sostuvo ante los medios.

En este sentido, los líderes de los Veintisiete han pedido a Israel a levantar "totalmente" el bloqueo que impone sobre la Franja, un alto el fuego inmediato y la liberación incondicional de todos los rehenes en manos de Hamás, que conduzca a un "fin permanente de las hostilidades", sin que sobre el Estado hebreo pese ningún tipo de sanción europea.

En Bruselas, Pedro Sánchez lidera los esfuerzos por lograr el reconocimiento del pueblo palestino dentro de la agenda europea, algo que le ha propiciado numerosos desencuentros con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Sin ir más lejos, el jueves, el jefe del Ejecutivo español ha respondido con un "basta ya" a su homólogo israelí después de que su Gobierno haya acusado a Madrid de cometer "una cruzada antisraelí" por pedir en el Consejo Europeo la suspensión de los acuerdos con Tel Aviv. "Lo que ocurre en Gaza y en Cisjordania es equivalente a un infierno a cielo abierto", ha afirmado Sánchez desde Bruselas.

15 países piden mano dura en materia migratoria

En paralelo, los líderes europeos han hecho balance sobre la política migratoria mientras una quincena de países, sin la participación de España, han abogado por endurecer la legislación, reforzando el giro restrictivo del bloque frente a la llegada de migrantes, muchos de ellos procedentes de regiones en conflicto como Oriente Próximo.

Los mandatarios han incluido en su alegato final unos párrafos sobre migración, después de una carta de la presidenta de la Comisión que pedía a los países acelerar los preparativos para poder aplicar a tiempo el Pacto de Migración y Asilo, programado para junio de 2026. Han pedido esfuerzos para facilitar, incrementar y acelerar los retornos y para sacar adelante las propuestas sobre los países de origen seguros.

Este impulso por reforzar el bloqueo de las fronteras exteriores ha sido encabezado por la primera ministra ultraconservadora de Italia, Giorgia Meloni. Ella ha explicado que 11 Estados miembros han puesto el foco en las devoluciones de migrantes, una cuestión especialmente sensible para Bruselas, dado que solo el 20% de quienes reciben una orden de abandonar el territorio comunitario acaban siendo repatriados.