El BCE recorta los tipos en 25 puntos básicos hasta el 2% ante el débil crecimiento y la guerra comercial
- Hace justo un año se inició el ciclo de rebajas en el precio del dinero, una vez dada por controlada la inflación
- Con esta nueva rebaja, la séptima consecutiva, los tipos de interés se sitúan en niveles de diciembre de 2022
Las perspectivas a la baja en la economía europea, agravadas por la guerra comercial impulsada por Estados Unidos, han llevado este jueves al Banco Central Europeo (BCE) a recortar los tipos de interés en 25 puntos básicos. Así, la tasa de facilidad de depósito —que remunera el exceso de reservas a un día y que el organismo utiliza ahora como referencia— se sitúa en el 2%, niveles que no se veían desde diciembre de 2022.
Mientras, la tasa de las operaciones principales de financiación (OPF) —las inyecciones semanales de crédito— baja hasta el 2,15% y la de la facilidad marginal de crédito —la que presta a los bancos a un día—, al 2,4%.
"La decisión (...) se basa en su evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, de la dinámica de la inflación subyacente y de la intensidad de la transmisión de la política monetaria", ha expresado el supervisor en un comunicado, argumentando que "la inflación se sitúa actualmente en torno al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% a medio plazo": "Estamos en una buena posición para navegar la incertidumbre", ha dicho en rueda de prensa su presidenta, Christine Lagarde.
El Consejo de Gobierno se ha reunido este jueves justo un año después de iniciar su senda de recortes de tipos de interés, tras subirlos del 0% al 4,5% en apenas dos años para controlar la inflación, que llegó a superar los dos dígitos en la eurozona. Y los mercados apuntan que podría ser la única, al menos, hasta el próximo otoño. La propia Lagarde ha revelado que la medida se ha tomado "casi por unanimidad" y que "solo un miembro no apoyó la decisión".
En cualquier caso, se trata del séptimo recorte consecutivo en el precio del dinero y el octavo ajuste de este ciclo de relajación monetaria. Entre los motivos, la inflación ya se da por controlada en la eurozona —cerró en mayo en el 1,9%—, pero la economía sigue prácticamente estancada —creció un 0,3% en el primer trimestre—.
De esta forma, una nueva bajada de los tipos de interés busca dinamizar el crecimiento económico: al reducir el coste del dinero, pedir préstamos resulta más barato para las familias, las empresas o los gobiernos, lo que incentiva el consumo, la inversión y, en general, la actividad económica. No obstante, el BCE también asume ciertos riesgos, como un aumento del endeudamiento o una menor rentabilidad del ahorro.
Incertidumbre por la guerra comercial
Lo cierto es que las previsiones para la economía europea no son optimistas. La mayoría de organismos internacionales ha rebajado el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de los países que comparten la moneda común en 2025 y 2026. El último ha sido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que prevé para este año una expansión del 1%, frente al 1,3% anterior; y del 1,2% para 2026, en vez del 1,5% proyectado en diciembre.
El motivo: la incertidumbre por la guerra comercial iniciada por Estados Unidos que, lejos de finalizar, se ha agravado en los últimos días tras la nueva subida de gravámenes a las importaciones de acero y aluminio.
Esta decisión no ha sido bien recibida por sus socios comerciales, que están negociando la posibilidad de que la Casa Blanca dé marcha atrás a estas medidas, al considerar que "socava" la posibilidad de llegar a una solución negociada. Entre ellos, la Comisión Europea, quien ya ha anunciado que si ambas partes no llegan a una solución "aceptable", las contramedidas europeas a la guerra arancelaria "entrarán automáticamente en vigor el 14 de julio, o incluso antes si las circunstancias lo requieren".
Y es que, si finalmente se cumplen las amenazas de Donald Trump, sus efectos sobre la economía europea podrían ir en dos direcciones: desacelerar la actividad y, por lo tanto, reducir los precios; pero también hacer subir el dólar, lo que llevaría a una inflación importada en la eurozona. A su vez, si Europa toma represalias, eso alimentaría de nuevo las presiones inflacionistas, lo que complicaría aún más la tarea del BCE para seguir bajando los tipos, ya de por sí en niveles bajos.
No obstante, desde el BCE han celebrado que "la preocupación de que un aumento de la incertidumbre y una respuesta volátil de los mercados a las tensiones comerciales de abril tuvieran un efecto restrictivo en las condiciones de financiación ha disminuido" respecto a la última reunión.
Adelanta a 2025 la consecución del objetivo de inflación del 2%
El BCE también ha publicado este jueves sus nuevas proyecciones macroeconómicas de inflación y crecimiento. En el caso de la primera, el supervisor ha revisado a la baja en tres décimas la inflación media prevista para la eurozona en 2025, hasta el 2%, en línea con el objetivo que mantiene la entidad como referencia para la toma de sus decisiones de política monetaria. Y lo mismo ha hecho en 2026, hasta el 1,6%.
Las previsiones económicas, por su parte, se mantienen en el 0,9% en 2025 y bajan una décima, al 1,1%, en 2026; lo que a juicio del supervisor "refleja un primer trimestre más vigoroso de lo esperado junto con unas perspectivas más débiles para el resto del año".
Y, "aunque se espera que la incertidumbre sobre las políticas comerciales afecte a la inversión empresarial y a las exportaciones, especialmente a corto plazo", ha apuntado el BCE, "el aumento de la inversión pública en defensa e infraestructuras respaldará progresivamente el crecimiento a medio plazo".
Eso sí, ha advertido: "Si en los próximos meses se produjera una mayor escalada de las tensiones comerciales, el crecimiento y la inflación se situarían por debajo de lo previsto". En cambio, "si las tensiones comerciales se resolvieran con un resultado favorable, el crecimiento y, en menor medida, la inflación se situarían por encima de lo previsto en ese escenario", ha concluido.
Asegura que cumplirá su mandato como presidenta
Las preguntas en la rueda de prensa también han girado sobre otro asunto: la posible salida de Christine Lagarde como presidenta del BCE, de la que se viene especulando desde que el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, revelase que la francesa se había planteado una salida anticipada para convertirse en presidenta del Foro de Davos.
Sin embargo, Lagarde lo ha negado: "Puedo asegurar con total seguridad que siempre he estado y estoy totalmente decidida a cumplir mi misión y a completar mi mandato", ha afirmado, para después ironizar: "Lamento informaros de que no os vais a librar de mí".