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Análisis

Aranceles: incertidumbre y temor en los Estados Unidos

  • Las bolsas en Estados Unidos castigan la incertidumbre y temen efectos negativos de los aranceles
  • Pocos ven los efectos positivos para la economía de EE.UU. que Trump pretende con su castigo a las importaciones

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Aranceles: incertidumbre y temor en los Estados Unidos
Una de las vallas publicitarias digitales pagadas por el Gobierno canadiense en protesta contra los aranceles estadounidenses en Florida JOE BURBANK

El Golfo de México no es el único topónimo que el presidente Donald Trump ha cambiado con su firma de punta gorda, también ha rebautizado la montaña más alta de los Estados Unidos, en Alaska. Le ha devuelto uno de los varios nombres que ha tenido, Monte McKinley en honor al presidente William McKinley, su ídolo. ¿Por qué admira Trump a McKinley? A juzgar por las múltiples menciones en sus actos públicos y en el discurso de su toma de posesión, por los aranceles: "El presidente McKinley enriqueció este país con los aranceles y el talento —era un hombre de negocios nato-— y le dio a Teddy Roosevelt [su vicepresidente y sucesor] el dinero para grandes cosas". "McKinley fue el rey de los aranceles", según Trump. Sobre el cambio de la toponimia volveremos en otro artículo. Vamos con los aranceles.

Aranceles de ayer y hoy

Desde que Donald Trump hizo público, ya en su primera presidencia, su furor impositivo a las importaciones y su admiración por McKinley, muchos son los economistas e historiadores que han estudiado y comparado las economías de entonces y de ahora. McKinley presidió de enero de 1897 hasta que lo asesinaron en septiembre de 1901. El final de la denominada Edad de oro de los Estados Unidos, que va de la reconstrucción tras la guerra civil al inicio del siglo XX, y lo primero que destacan economistas e historiadores al comparar aquel ayer con la actualidad es que se trata de sociedades y economías distintas; y lo segundo, vinculado a lo primero, es que la clave de aquella riqueza no fueron solo los aranceles.

La Edad de Oro en la que McKinley ejerció en política como congresista, gobernador y presidente, fue la de unos Estados Unidos en transición de una economía fundamentalmente agraria, exportando mucho a una economía industrial en expansión. Los aranceles funcionaron para proteger a las manufacturas propias frente a las importaciones, pero cómo aislar el efecto de esos impuestos de otros factores del momento como los avances tecnológicos, la electricidad, el ferrocarril, la mano de obra barata (inmigrantes), con una administración federal que tenía en los aranceles la mitad de sus ingresos y apenas gastaba, el ejército no se llevaba la parte de presupuesto que se lleva hoy, ni tampoco otros servicios públicos; el gasto público entonces era inferior al 3% del PIB mientras que ahora está en torno al 23%. Y otra gran diferencia: el peso de los servicios en la economía estadounidense actual y la integración de sus manufacturas en un sistema de producción globalizado interdependiente. ¿Cuántas empresas estadounidenses fabrican fuera porque es más barato? ¿Cuántos productos que se fabrican en Estados Unidos requieren de componentes importados de otros países?

Otra diferencia es que en tiempos de McKinley no existía el impuesto sobre la renta, que hoy, junto con el impuesto de sociedades, es la principal fuente de ingresos para el erario público. Según explican dos economistas en la crónica de PBS, la televisión pública de Estados Unidos, por mucho que aumenten los aranceles no van a compensar una bajada de impuestos prometida por Trump. Además, según señala el profesor Douglas Irwin en esa crónica, el arancel, que acaba repercutiendo en los precios al consumo, es una carga más injusta que el impuesto sobre la renta porque es igual para todo el mundo y no gradual en función del patrimonio.

El periódico económico The Wall Street Jornal ha elaborado un video tutorial sobre las tres motivaciones que pueden tener los aranceles (ingresos, proteccionismo y reciprocidad), cómo pueden tener efectos paradójicos y cómo es imposible conseguir los tres objetivos a la vez: si se gravan las importaciones, estas caen y con ellas los ingresos por aranceles. Si el proteccionismo funciona, como funcionó a finales del siglo XIX, se genera un excedente en la producción que lleva a querer exportar, lo cual, por el principio de la reciprocidad, lleva a bajar los impuestos a las importaciones para que otros países, a su vez, se abran a las exportaciones estadounidenses. Esa fue la lógica que expuso el propio McKinley al iniciar su segundo mandato y dar media vuelta a su trayectoria arancelaria.

Veredicto de la bolsa: del entusiasmo al temor

La bolsa estadounidense celebró con entusiasmo la victoria de Donald Trump en noviembre. Multitud de accionistas ganaron literalmente de la noche al día miles de dólares. Las políticas del presidente Trump iban a ser positivas para la economía, esa era la interpretación. Pero la reacción ha cambiado notablemente desde que Donald Trump ha tomado posesión (20 de enero). El primer trimestre ha sido malo para las bolsas. Según el S&P 500, el índice que se considera de referencia sobre los mercados bursátiles, marzo ha cerrado con un valor inferior al de la víspera de la elección de Donald Trump. Expectativa contra realidad.

"La bolsa de Estados Unidos tiene el peor trimestre desde 2022 por la preocupación por los aranceles" y "Los inversores se pasan al oro por miedo a los aranceles de Trump" tituló el periódico económico británico Financial Times la víspera del trumpiano 'Día de la Liberación', este 2 de abril. "Un trimestre salvaje para las bolsas de EE.UU. expulsa a los inversores. La incertidumbre por los aranceles y las tecnológicas las arrastran", tituló el neoyorkino The Wall Street Journal.

El banco de inversiones Goldman Sachs publicó el domingo previo al "Día de la Liberación" una nota con previsiones negativas como efecto de los aranceles: una subida de la inflación al 3% en 2025, muy por encima del objetivo de la Reserva Federal (2%), y un debilitamiento del crecimiento económico hasta la posible paralización. También prevé un aumento del desempleo, aunque con perspectiva española parezca ridículo, hasta el 4,5%. Y, tal vez lo más notable, aumenta a un 35% las posibilidades de que Estados Unidos entren en recesión. El juicio de Goldman Sachs a las tarifas de Trump es claramente negativo.

¿Qué dice la opinión pública?

A principios de marzo, el periódico The Washington Post hizo una encuesta sobre ello entrevistando a mil personas. El balance económico del primer mes y medio de presidencia Trump fue negativo, así lo consideró el 55% de los encuestados. Mayor fue la diferencia al preguntar específicamente por los aranceles anunciados sobre las importaciones de Canadá, México y China, el 60% las desaprueba. Y a la gran mayoría, un 75%, le preocupa "un poco" o "mucho" que esos aranceles acaben subiendo los precios que paga el consumidor. Muy interesante el artículo que publicó el mismo día The New York Times, donde se veía que los resultados cambian según se formule la pregunta, pero, en cualquier caso, en la media que hace de las encuestas el apoyo a los aranceles es minoritario.

Más McKinley

Donald Trump prometió presidir una nueva Edad Oro, como su admirado William McKinley. McKinley fue también el presidente de la guerra de Cuba, o la guerra hispano-americana como la llaman en los Estados Unidos, una guerra incomprensible sin las ansias expansionistas de los Estados Unidos más allá del continente, el calentamiento de la opinión púbica contra España por parte de la prensa amarilla del legendario William Randolph Hearst y, cómo no, la explosión y hundimiento del acorazado estadounidense Maine en el puerto de La Habana. Hoy sabemos que no fue España quien hundió ese buque y mató a sus 266 marineros, pero la acusación de aquella prensa llevó al Congreso de los EE.UU. y al presidente McKinley a declarar la guerra a España. Una guerra que ganaría Estados Unidos y con ella control sobre Cuba, Puerto Rico, Guam y las Filipinas. El inicio de su imperio. ¿Hay en la explosión y hundimiento del Maine una metáfora para hoy?

Postdata

El presidente Trump ha pasado del 1 al 2 de abril el anuncio de nuevos aranceles porque el 1 es en los Estados Unidos, y en otros países, el Día de los Inocentes.