Trump firma la orden para imponer aranceles del 50% al acero y al aluminio e invoca el principio de "seguridad nacional"
- A diferencia de otros instrumentos, la medida no puede ser impugnada por el Tribunal de Comercio Internacional
- El decreto presidencial sostiene que los gravámenes actuales no han permitido cumplir al país con sus necesidades en defensa
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este martes una orden ejecutiva que duplica del 25 al 50% los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, con efecto inmediato a partir del 4 de junio. La medida se basa en la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que permite imponer restricciones comerciales por razones de seguridad nacional y que, a diferencia de otros instrumentos, no puede ser impugnada por el Tribunal de Comercio Internacional.
"El aumento de los aranceles brindará mayor apoyo a las industrias de acero y aluminio", ha señalado el decreto presidencial, que ha advertido que los gravámenes actuales "no han logrado asegurar niveles sostenibles de producción nacional para cumplir con las necesidades de defensa". Trump ha sostenido que los nuevos aranceles buscan frenar la importación masiva a bajo precio, especialmente desde países que, según Washington, "socavan la competitividad" industrial estadounidense.
Con esta decisión, Trump evita usar el mecanismo de "emergencia nacional", declarado ilegal por el Tribunal de Comercio Internacional, para justificar los aranceles generalizados que publicó en abril. En su lugar, retoma el marco legal de 1962, ya utilizado en su primer mandato, y actualiza las proclamaciones firmadas desde 2018 para endurecer la política arancelaria.
Los principales perjudicados de la subida arancelaria son Canadá, el gran suministrador de ambos metales a EE.UU., así como México, Brasil, Corea del Sur o Vietnam en lo relativo al acero, y también China, el segundo país que más aluminio vende a la primera economía mundial.
El Departamento de Comercio será el encargado de la medida
El decreto presidencial indica que no se contemplan devoluciones fiscales para importadores, y que la aduana y el Departamento de Comercio serán los encargados de supervisar y adaptar las normas para implementar estas medidas. También ordena la creación de cuotas específicas y medidas de control sobre zonas de libre comercio, todo bajo el argumento de blindar sectores clave frente a riesgos estratégicos.
Esta medida —la más drástica hasta la fecha en su política comercial— refuerza el discurso proteccionista de Trump, centrado en el fortalecimiento de la industria nacional y la confrontación con prácticas comerciales extranjeras que considera "injustas o desleales". Al igual que con anteriores anuncios, se espera un aumento de las tensiones con socios comerciales y una posible respuesta de la Unión Europea y otros países afectados.
Reino Unido, excluido de los nuevos aranceles
El decreto también establece un trato diferenciado para el Reino Unido en el marco del reciente Economic Prosperity Deal. Como resultado, los productos británicos mantendrán un arancel del 25% hasta el 9 de julio, fecha a partir de la cual podrá ser revisado o elevado al 50% si Londres no cumple los compromisos pactados.
Mexico, por su parte, ha dicho que su secretario de Economía, Marcelo Ebrard, presentará en Washington los argumentos del país para ser excluido de la medida. “No creo yo, en primer lugar, que se puedan sostener en el tiempo (…) Se va a tener que ajustar porque el impacto económico es grande”, ha dicho.
En segundo lugar, ha añadido, "lo veo injusto para México porque con México tiene superávit, Estados Unidos". "No tiene sentido poner un arancel a un producto en el que tú tienes superávit. Normalmente se pone cuando tú tienes déficit, no superávit", ha explicado. “Yo creo que esto va a tener una afectación a la economía de los Estados Unidos”, ha advertido.
"El objetivo real es China"
El embajador de EE.UU. en Canadá, Pete Hoekstra, ha asegurado este martes que el sector del automóvil canadiense no debe preocuparse por las políticas comerciales de Donald Trump y ha añadido que su objetivo real es China.
"Según avanzan las negociaciones, nuestro principal competidor es China. Cómo usamos las fortalezas del sector del automóvil de EE.UU., cómo usamos las capacidades de Canadá y cómo las unimos para derrotar a China y no el uno al otro", ha afirmado. Sus palabras, pronunciadas en un evento en Toronto, contrastan con las declaraciones de Trump, que ha dicho que EE.UU. no necesita ni quiere los automóviles producidos en Canada.
China, por su parte, ha pedido a EE.UU. "seriedad" y que cumpla los acuerdos entre ambas potencias. "Tras las conversaciones económicas y comerciales de Ginebra, China ha aplicado con rigor el consenso alcanzado. Lamentablemente, EE.UU. ha introducido recientemente una serie de medidas negativas bajo argumentos infundados, socavando los derechos e intereses legítimos de China. Nos oponemos firmemente", ha afirmado.
El ministro de Exteriores de China, Wang Yi, ha instado a la Organización Mundial del Comercio (OMC) a que fortalezca la supervisión sobre los "aranceles unilaterales" y a que presente propuestas políticas "objetivas y neutrales". Asimismo, ha animado a los países miembros de la OMC a que garanticen que sus acuerdos comerciales bilaterales "cumplan con las normas" de la organización y se "evite perjudicar los intereses de otros".