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Aunque es madrileño, como iba mucho a El Espinar terminó estudiando cocina en Segovia, casi de rebote. Después de un tiempo haciéndose experto en cochinillos, Jorge Asenjo terminó en San Sebastián donde llegó a lo más alto y donde aprendió que no hay que mezclar determinadas cosas.

Ramona Trujillo nació en Calzada de Calatrava, en Ciudad Real. En un principio su destino era ser peluquera como quería su padre, pero por una casualidad terminó en la Dichosa Cocina.

Nacho Otamendi se dedicó toda su vida en su Valencia natal al negocio inmobiliario hasta que un día se cansó y se puso a trabajar, ¡qué casualidad! Como comercial para una empresa de servicios a la Hostelería. Y ahí le vino la idea.