Los republicanos se despiden de Charlie Kirk y lo consagran como un "mártir conservador" en un multitudinario funeral
- Donald Trump define a Kirk como "uno de los más grandes patriotas de la historia"
- La viuda de Kirk "perdona" al asesino de su marido "porque es lo que hizo Cristo"
El estadio State Farm de Glendale de Arizona se ha teñido este domingo con los colores patrios de Estados Unidos. Más de 60.000 personas han despedido a Charlie Kirk, el 'influencer' ultraderechista asesinado el pasado 10 de septiembre. La ceremonia, que ha contado con la solemnidad de un funeral de Estado, ha reunido a las voces más fuertes del movimiento MAGA (Hacer América Grande de Nuevo, por sus siglas en inglés), y ha convertido el último adiós del activista en un verdadero mitin político.
Arropado por varios miembros de su Gobierno, Donald Trump ha definido a Kirk como "uno de los más grandes patriotas de la historia", "un gigante de su generación" y "el mayor evangelista de la libertad". Entre ovaciones y un discurso que ha durado sobre 40 minutos, ha denunciado al "monstruo asesino radicalizado" que, según él, lo mató "por decir la verdad". Ha insistido en que su muerte no "ha sido un ataque contra un hombre o una idea, sino contra Estados Unidos". Fiel a su estilo combativo, ha vuelto a cargar contra "la izquierda radical y los medios de comunicación que la apoyan", asegurando que su "violencia" amenaza los dos de los grandes mantras del republicanismo: la fe y la libertad.
La viuda de Kirk "perdona" a su asesino
Junto a la viuda del activista, Erika Kirk, se han dado cita los rostros más populares del conservadurismo estadounidense actual. Liderados por Trump, han acudido al homenaje el vicepresidente, J.D. Vance; el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario de Sanidad, Robert F. Kennedy Jr. y el jefe del pentágono, Pete Hegseth. Todos ellos han alabado la figura de Kirk y muchos lo han calificado como alguien que "ha cambiado la historia" del país.
Durante su discurso, Erika ha afirmado "que perdona" al asesino de su marido "porque es lo que hizo Cristo". Su último adiós, salpicado por narrativas ultraarreligiosas, ha terminado por certificar la total simbiosis entre el conservadurismo cristiano y el trumpismo. Como la nueva directora de Turning Point, la organización que fundó Kirk hace 13 años, su mujer ha asegurado que continuará "con su misión" profética para seguir "expandiéndola".
"Mi marido Charlie quería salvar a los jóvenes, como al que le quitó la vida", ha dicho entre sollozos. "A este hombre, a este joven, le perdono. Le perdono porque es lo que hizo Cristo y lo que Charlie habría hecho. La respuesta al odio no es el odio", ha añadido.
Como un eco persistente, las palabras odio, religión, fe y cristianismo se han escuchado una y otra vez en el funeral. Entre cánticos patrióticos, fuegos artificiales y actuaciones musicales, los organizadores han alentado a los asistentes a vestir "ropa de domingo" y los colores de la bandera estadounidense para celebrar el legado del activista. "Charlie Kirk representaba lo mejor de nosotros", han coreado los invitados, elevando su figura hasta el mito.
Funeral de Charlie Kirk Eric Thayer/GETTY IMAGES
Un gran dispositivo de seguridad
El Departamento de Seguridad Nacional ha elevado al máximo la protección del evento, con un dispositivo que se reserva para ocasiones de alto perfil como la Super Bowl. Esta inquietud, omnipresente por la propia violencia del asesinato, se ha podido observar en los grandes paneles de cristal y los numerosos agentes de seguridad que separaban al líder republicano de la multitud.
La tensión en la ciudad ha crecido en las últimas horas, especialmente tras la detención de un hombre armado el pasado viernes en el estadio. El portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, ha confirmado a Fox News Digital que el individuo, de 42 años, había accedido al recinto "antes de que se estableciera cualquier perímetro de seguridad", haciéndose pasar por un agente del orden.
De funeral a mitin político
La intervención de Trump, al igual que los demás discursos del memorial, se ha acercado más a un mitin político que a un evento funerario. El presidente ha asegurado que Kirk entendía perfectamente su programa de Gobierno, como la necesidad de traer de vuelta "fronteras, orden público y religión" a Estados Unidos. También ha aprovechado para presumir de sus hazañas en la Casa Blanca, como su guerra arancelaria y el fortalecimiento del movimiento antivacunas MAHA (Hacer la Salud Grande de Nuevo). Sobre ello, ha dicho que su Gobierno ha "encontrado una solución al autismo" que hará pública el lunes, alardeando de que este es "el anuncio más importante" de su mandato.
Trump estrechando la mano de Elon Musk EFE/ Turning Point Usa
La ceremonia también ha vuelto a reunirlo con Elon Musk, después de varios meses de batallas abiertas en redes sociales. Con los ánimos más calmados, ambos han hablado de manera visiblemente amistosa e incluso se han dado la mano como una señal de reconciliación pública.
El funeral no ha sido solo un acto de despedida, sino una demostración del poder de movilización de la base conservadora y una reafirmación del legado de Kirk. Su figura fue clave para los republicanos en las elecciones, ayudando a movilizar el voto millennial. Asesinado en la Universidad de Utah Valley, su muerte ha generado un intenso debate sobre la seguridad y la libertad de expresión.
Odiado por algunos, amado por otros, muchos le han tachado de racista, misógino, homófobo o de ensalzar la identidad blanca. Sin embargo, en palabras de Trump, "el mensaje de Charlie Kirk es ahora más grande que nunca", porque su legado ha pasado a ser "eterno".