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Vacunas, salud pública y movimiento MAHA: la batalla que trasciende las fronteras de Florida

  • Florida apela a la libertad individual para eliminar la inmunización obligatoria, comparando la vacunación con la esclavitud
  • La decisión conecta directamente con la corriente populista MAHA ("Hagamos a EE.UU. saludable de nuevo")
Florida será el primer estado de EE.UU. que dejará de exigir la vacunación obligatoria.
Una mujer recibe una dosis vacunal en un centro hospitalario de Estados Unidos. H. BEIER / REUTERS

La decisión de Florida de eliminar la vacunación obligatoria convierte a este estado en el primero de EE.UU. en adoptar esta medida, lo que podría sentar un grave precedente de salud pública en el país norteamericano. Para justificar su decisión, el máximo responsable de los asuntos sanitarios de Florida, Joseph Ladapo, ha apelado a la libertad individual, comparando la vacunación con la esclavitud. "¿Quién soy yo, o cualquier otra persona, para decirte qué debes introducir en tu cuerpo?", se ha preguntado.

La decisión de eliminar la obligatoriedad de las vacunas conecta directamente con el discurso del movimiento MAHA (“Make America Healthy Again”: "Hagamos a Estados Unidos saludable de nuevo"), liderado por Robert F. Kennedy Jr., el polémico nuevo secretario de Salud de EE.UU. Inspirado en el lema MAGA (“Make America Great Again”: "Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo") de Trump, MAHA se ha consolidado como un movimiento de salud pública que comparte con su referente un corte populista, con fuertes críticas al sistema establecido, lo que no deja de ser contradictorio en el caso de un líder que pertenece a una de las familias más influyentes y poderosas de Estados Unidos.

Florida se convierte así en la punta de lanza de MAHA al capitalizar el escepticismo hacia la vacunación como parte de una agenda más amplia contra la intervención estatal en salud pública. Mientras reivindica la “libertad sanitaria” y desconfía de la ciencia institucional, Kennedy se refuerza como uno de los abanderados del movimiento antivacunas en EE.UU., y decisiones como la de Florida apuntalan esta posición que amenaza con extenderse a otros estados del país.

Su mensaje central sostiene que EE.UU. se enfrenta a una epidemia de enfermedades crónicas, lo que no deja de ser cierto, pero culpa directamente a las industrias farmacéutica y alimentaria, así como a las agencias institucionales y a las regulaciones. Por ello, fomenta estilos de vida considerados como alternativos: desde el consumo de leche cruda, hasta suplementos nutricionales o dietas de desintoxicación contra todo tipo de patologías, incluido el autismo. Un trastorno, este último, al que sigue relacionando con la administración de vacunas, manteniendo vivo, o más bien zombificando, un viejo bulo sin fundamento científico que lleva décadas superado.

Vacunaciones obligatorias desde 1855

"En Estados Unidos hay vacunaciones obligatorias desde 1855, o sea, que viene de muy antiguo. Pero no se exige la vacunación por ser ciudadano de este país, sino porque te escolarizan, porque entras a formar parte de una guardería o de una escuela de primaria; de un grupo en el que el hecho de que no estés vacunado supone un riesgo muy importante de brotes", puntualiza Jaime Jesús Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología.

"¿Libertad individual? Hay una máxima que dice que no hay libertad sin responsabilidad", asegura este especialista, quien recuerda que "la libertad de uno termina donde empieza la de otro". "Esto es como si decimos que no haya reglas en la conducción. Que puedas circular por la derecha en lugar de por la izquierda si te da la gana, o que puedas ir a 190 kilómetros por hora", compara, y recalca que "cuando se vive en comunidad, hay que cumplir ciertas reglas".

"En el campo de la salud pública, no se pueden conculcar los derechos individuales. Cuando se prohíbe fumar en un espacio cerrado es porque tu humo me produce a mí cáncer, no porque tú vayas a tener cáncer. Pues aquí ocurre lo mismo. No se obliga a los niños de EE.UU. a vacunarse, sino solo a los que se van a escolarizar porque si no lo hacen otros niños inmunodeprimidos, o que por una enfermedad están más a riesgo, pueden contraer la enfermedad. Y eso, al final, es una conculcación de los derechos del más vulnerable", argumenta en una conversación mantenida con RTVE Noticias.

En esta misma línea, Francisco Álvarez, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), considera que relacionar vacunas con libertad es "una auténtica barbaridad". "Desde luego, en Estados Unidos, últimamente no se están haciendo bien las cosas. No se puede nombrar secretario de Salud a alguien así. En un país tan importante, donde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y el Comité Asesor de Vacunas (ACIP) tienen un gran prestigio, lo que no se puede hacer es cesar a todo el mundo y nombrar a responsables que en algunos casos son reconocidos antivacunas. Es como poner al zorro a vigilar las gallinas", declara a RTVE Noticias. "Lo que se está haciendo en Estados Unidos es lo que no debe pasar en otros países", opina.

El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr.

El secretario de Salud de EE.UU., Robert F. Kennedy Jr., comparece ante el Comité de Finanzas del Senado. M. SCHIEFELBEIN / AP PHOTO

Inexactitudes médicas, bulos y teorías conspirativas

La realidad sanitaria de EE.UU. muestra que los principales problemas —obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares...— requieren políticas públicas serias basadas en evidencia científica, en lugar de recetas simplistas que chocan con los consensos médicos y minan la confianza de la población hacia las instituciones de salud. No en vano, MAHA ha sido fuertemente criticado por la comunidad médica por difundir inexactitudes científicas, esparcir bulos y alimentarse de teorías conspirativas relacionadas con vacunas y salud pública. La American Medical Association ha declarado que la medida adoptada por Florida “socava décadas de progreso en salud pública”, incrementando el riesgo de enfermedades graves, discapacidad y mortalidad infantil.

Eliminando la obligación de la vacunación, aumenta el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles como sarampión, polio, tos ferina o varicela, exponiendo especialmente a recién nacidos, ancianos, pacientes inmunosuprimidos y comunidades con acceso limitado a atención médica. Para todos ellos, la vacunación funciona como una barrera protectora.

"Se trata de una decisión pésima que va a repercutir en los más débiles y en la gente con peor acceso a la información", valora para RTVE Noticias Carmen Cámara, de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). "En España, la vacunación no es obligatoria, porque confiamos en que la población se vacuna y la cobertura es buena. Cuando se obliga es porque existe una cobertura muy mala, como es el caso de Florida, y lo que va a hacer es empeorar aún más esta situación", agrega.

Esta inmunóloga subraya que "la vacunación es la única medida de salud que ha conseguido erradicar una enfermedad en el mundo, como ha pasado con la viruela", y cree que "si nos ponemos a dudar de este tipo de medidas, volveremos a la Edad Media". "Son discusiones absolutamente vacías, una situación que se debe en gran parte a las redes sociales, que tienen su lado bueno y su lado malo, pero dan voz a cualquiera. La realidad es que las vacunas son la mejor medida de salud que hemos tenido en la historia", enfatiza.

Más de 1.500 millones de muertes evitadas

No se trata de una opinión sin fundamento. Las vacunas están reconocidas como uno de los grandes logros de la medicina, si no el mayor. Junto con las medidas de higiene —principalmente, agua potable y saneamiento— y los antibióticos, no hay nada que haya salvado tantas vidas. Se calcula que han evitado más de 1.500 millones de muertes, gran parte de ellas infantiles. Cada minuto, las vacunas salvan a cinco niños de una muerte prevenible. Esto significa que, solo en un año, se evitan aproximadamente tres millones de fallecimientos infantiles.

Sin embargo, el éxito de las vacunas acarrea también su propia paradoja. No es casual que las posturas antivacunas se den casi exclusivamente en los países ricos, donde ya casi se han olvidado enfermedades como el sarampión, que sigue matando a decenas de miles de niños cada año en los países menos desarrollados.

Florida elimina la vacunación obligatoria.

Imagen de archivo de una manifestación antivacunas celebrada en Washington. GETTY IMAGES

A pesar de todo, los planteamientos del movimiento antivacunas apenas han encontrado arraigo en España, a diferencia de otros países cercanos como Francia, donde la desconfianza ronda aproximadamente el 40% de la población. "España ahora mismo es el país con las mejores coberturas vacunales de Europa, y seguramente de todo el mundo, sin que la vacunación sea obligatoria", afirma Carmen Cámara. "Aquí no se duda de las vacunas y somos un ejemplo clarísimo en este sentido", destaca con orgullo.

Sin embargo, esta situación privilegiada no significa que ya no exista riesgo. "Las vacunas pueden morir de éxito, porque nadie se acuerda de las enfermedades que previenen, pero siguen estando ahí, y si no protegemos adecuadamente a nuestros niños y a los adultos van a reaparecer, ocasionando graves complicaciones e incluso mortalidad", afirma Francisco Álvarez, de la Asociación Española de Pediatría, quien insiste en que "no podemos bajar la guardia, aunque tengamos coberturas maravillosas".

"Las vacunas son ciencia dura, por decirlo de alguna manera. Están muy contrastadas con ensayos clínicos, con datos constantes de seguridad y, en caso de que exista el mínimo problema, se retiran inmediatamente del mercado", comenta por su parte Jaime Jesús Pérez, de la Asociación Española de Vacunología. "Estos mensajes conspiranoicos en contra de las vacunas al final van en contra de la ciencia. Porque disponiendo de la herramienta como disponemos, ¿qué sentido tiene someterse al riesgo?", se pregunta este especialista.