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El descuento del combustible, una medida de urgencia, pero insuficiente: "No va a contener la subida de la gasolina"

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El descuento del combustible, una medida de urgencia, pero insuficiente: "No va a contener la subida del precio de la gasolina"
Los expertos aseguran que una rebaja fiscal sería más efectiva y los usuarios notarían mayor ahorro.

Han pasado más de dos meses desde que entró en vigor la rebaja de 20 céntimos por litro de combustible dirigida a todos los conductores. Aunque la medida ha supuesto cierto alivio para sus bolsillos, el precio de la gasolina ya "se ha comido" este jueves el total de la rebaja del Gobierno y es 23 céntimos más cara que cuando se aprobó esta ayuda. En este contexto, los expertos señalan que este mecanismo, aunque fue efectivo como medida de choque, no lo es a largo plazo y no va a frenar la escalada de precios del carburante.

El primer día de junio, el Ejecutivo anunció que iba a prorrogar esta medida tres meses más, hasta el 30 de septiembre, con lo que acumularía seis meses desde el 29 de marzo, cuando se puso en marcha dentro del Plan Nacional para paliar los daños económicos de la guerra de Ucrania.

No obstante, la medida no solo podría extenderse en el tiempo, sino también en forma y fondo. Ese mismo día, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, abrió la puerta a ajustarla en función de la renta y hacerla más eficaz para familias más vulnerables. Mientras tanto, los expertos insisten en que hay alternativas más eficaces y permanentes, como una rebaja de los impuestos del carburante o bonificar directamente el transporte público.

¿Es eficaz la rebaja del Gobierno?

Yo no creo que esté funcionando. A mí me parece insuficiente y, además, no considero que sea una medida oportuna”, nos explica Emilio González, profesor de Economía de la Universidad de Comillas e ICADE.

El precio de la gasolina está subiendo cada vez más por tres factores: falta oferta de petróleo, hay menos gasolina refinada que antes se importaba de Rusia y la evolución del cambio entre euro y dólar ha subido un 40% en 2022, teniendo en cuenta que el petróleo, el gas y la gasolina se pagan en esa moneda, tal y como apunta el experto.

Por tanto, "la rebaja de 20 céntimos en ningún momento va a contener la subida del precio de la gasolina", ya que el encarecimiento se debe a factores más extensos que irán evolucionando según el progreso de la guerra en Ucrania. González indica que el único efecto que ha tenido ha sido intentar poner "un pequeño colchón económico" para que los usuarios sigan consumiendo, pero que ha perdido efecto mientras los carburantes se encarecían. Por ello, para el experto, la medida “es un contrasentido” a nivel económico y medioambiental.

Tampoco cree que sea efectiva Yolanda Moratilla, profesora de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Comillas, que señala a RTVE.es que habría sido más eficaz una ayuda dirigida exclusivamente a los transportistas, lo que habría evitado, en parte, el encarecimiento de los productos y alimentos que todos consumimos. No obstante, si se busca una medida conjunta, Moratilla habría optado por reducir los impuestos sobre los hidrocarburos, actualmente "muy altos" y un recurso con el que el Gobierno ha ingresado cantidades extra a medida que la gasolina y el diésel subían de precio y la demanda se mantenía constante, asegura.

“Creo que habría estabilizado mucho más los precios” y que los usuarios habrían notado un mayor alivio que la bajada de 20 céntimos por litro de combustible, matiza.

Una medida de urgencia, pero que no funciona a largo plazo

Para algunos expertos, no ha sido una mala opción si se contempla como una medida de urgencia, es decir, un mecanismo de reacción para paliar el problema a priori, pero poco efectivo a largo plazo. “No era algo que fuera a funcionar en el futuro, y eso se sabía. No es sostenible porque es imposible que podamos fijar un ratio de precio por litro y que siempre sea el mismo”, y si el combustible se encarece, como ha ocurrido en las últimas semanas, la rebaja tendría que hacerlo también en la misma medida, nos explica Víctor Fermosel, profesor de EAE Business School.

De hecho, este jueves, el precio de la gasolina ha absorbido este jueves el total de la rebaja del Gobierno y es 23 céntimos más cara que cuando se aprobó esta ayuda. Esto supone una pérdida de poder adquisitivo para los usuarios en este ámbito.

Por ello, al igual que Moratilla, recomienda una rebaja de impuestos del combustible, como han hecho en Portugal, Irlanda y Polonia, “porque por mucho que suba el precio de la gasolina, la rebaja es proporcional a ese incremento”, indica el profesor. Esta rebaja fiscal sería para todos los conductores por el hecho de combatir una inflación disparada que están sufriendo todos los hogares.

Además, ayudas especiales a empresas y autónomos que realmente lo necesiten, siempre y cuando repercuta en un beneficio para toda ciudadanía, el consumidor final, y no en una escalada de precios en cadena. “De poco me vale que se ayude a un sector si luego no está dispuesto a ayudar al resto”, señala Fermosel, “y si lo vamos a hacer solamente para mejorar las cuentas de resultados de ciertas empresas, no tiene sentido”.

Otra alternativa: bonificar el transporte público

Esta situación podría ser una oportunidad para cambiar la cultura del transporte en las grandes ciudades. “Deberíamos reducir la demanda de gasolina”, explica González, para quien la solución está en bonificar el transporte público (autobuses, metro, tranvía y cercanías), abaratándolo e incentivando que cada vez más población lo utilice a diario. Pone el ejemplo de Alemania, que ha reducido a 9 euros el precio del abono mensual de transporte público durante los próximos tres meses para potenciarlo como alternativa al vehículo privado, evitando así el gasto en gasolina y beneficiando la economía doméstica.

Para el experto, aplicar un descuento a gasolina y diésel no es una medida consecuente con los objetivos de descarbonización del Gobierno, su apuesta por energías limpias y reducir emisiones de cara a 2030. “Si el Gobierno tiene objetivos de transición energética lo que no puede hacer es subvencionar el consumo de hidrocarburos porque se supone que lo que tenemos que hacer es reducirlo”, señala González.

Además, esto podría hacer la medida más equitativa. Según el último Informe Anual del Banco de España, la actual rebaja beneficia más a los hogares con mayor renta por el hecho de que suelen tener más de un vehículo por familia, gastan más carburante y, por tanto, se benefician en mayor medida del descuento. Sin embargo, bonificar el transporte público podría ser una medida más justa con las rentas más bajas, que son las que lo utilizan en mayor medida porque su situación económica no les permite coger tanto el coche y afrontar el encarecimiento del combustible.

En esta línea, el pasado lunes, la minsitra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, pidió bajar el precio del abono transporte a 10 euros en todas sus modalidades. Además, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, también se mostró partidaria el 6 de junio de bonificar el transporte público, beneficiando así a "colectivos que más lo necesitan" como estudiantes, trabajadores y pensionistas, porque "no es correcto seguir subvencionando sin un sesgo de renta".

¿Rebaja fiscal especial para familias más vulnerables?

Hacer que la medida sea más eficaz para las familias con rentas más bajas, este parece ser el objetivo actual del Gobierno. En una entrevista a RNE el 1 de junio, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, indicó que el Gobierno está estudiando modificar la medida para que beneficie más a los consumidores más vulnerables. "Ahora de lo que tenemos que hablar es de si posible precisarla mucho mejor, dirigiéndola a las rentas que verdaderamente lo necesiten o que estén mucho más expuestas porque son más vulnerables", apuntó entonces el ministro.

Esta tendencia, según Garzón, intentaría incluirse en el nuevo real decreto que tiene que aprobar el Ejecutivo para prorrogar el descuento, en principio, hasta el 30 de septiembre, pero que si no da tiempo se implantaría mediante "otra fórmula".

Pero, ¿podría aplicarse una rebaja de impuestos especial para rentas más bajas? Fermosel indica que “va a ser muy complicado” porque no es fácil determinar muchas veces las rentas de cada hogar y establecer el límite, hasta dónde llegar. Además, entra en juego la rapidez, y aunque podría hacerse tomando como referencia la declaración de la renta, no sería eficaz porque toma la referencia del ejercicio anterior y, además, tardaría tiempo en aplicarse.

En este caso, la ayuda tiene que ser inmediata”, señala el profesor, y “si se burocratiza tanto, es imposible encontrar la solución porque la gente necesita el dinero ahora y no dentro de dos años”.

¿Cuándo dejará de subir el precio de gasolina y diésel?

La incertidumbre aún está muy presente y todo dependerá del avance de la guerra y el comportamiento de la demanda, tal y como apuntan los expertos. Aunque la OPEP ha acordado aumentar la oferta de crudo, esto tardará en llegar al mercado y la estabilización de precios dependerá del sentimiento de la demanda, las medidas que se sigan tomando contra Rusia y la evolución del dólar frente al euro.

En la segunda mitad del año cabría esperar que el precio del petróleo alcance un máximo, siempre y cuando el avance de la guerra de Ucrania tienda hacia el final del conflicto. No obstante, este es solo uno de los escenarios posibles.

¿Cuál sería la situación si no se hubiera aplicado la rebaja?

Es un escenario complicado de prever, pero todos los indicadores económicos parecen indicar que la situación habría sido la misma y los precios de la gasolina habrían llegado a los mismos valores. “El precio estaría igual porque se trata de precios internacionales”, insiste González, y si no se hubiera aplicado el descuento del Gobierno “simplemente, se consumiría lo mismo o algo menos” porque sería algo más caro para el bolsillo del ciudadano.

Cabe recordar que el precio de la gasolina no se debe únicamente a la evolución del precio del petróleo, sino a la de la relación del euro y el dólar, la oferta de crudo y el valor de las gasolinas refinadas (ahora con menos oferta y, por tanto, más caras). En este escenario, la evolución de la guerra en Ucrania es un factor fundamental.

Por ello, tampoco es fácil pronosticar escenarios de cara al futuro, aunque sí se divisan tareas que las economías deberán afrontar. “Hay que buscar otros proveedores de lo que ya no importamos de Rusia y, al mismo tiempo, Rusia debe encontrar otros países a los que vender sus materiales”, indica Fermosel, que pronostica un tránsito lento donde, seguramente, habrá países terceros como India que saldrán ganando.