'Gaza: expediente Genocidio': cómo documentar y demostrar el peor de los crímenes contra la humanidad
- En Portada emite un documental sobre el desafío legal de recopilar y probar si la ofensiva israelí es o no un genocidio
- Investigadores, periodistas e instituciones dentro y fuera de Israel aportan pruebas, contexto y datos clave
- Sigue en directo la última hora de la masacre en Gaza y aniversario del ataque de Hamás
“Nunca entendí realmente el concepto de genocidio hasta que lo he vivido en primera persona”, confiesa Maha Hussaini, periodista palestina y activista de derechos humanos. “Puedo confirmar que es un genocidio porque cualquier cosa que hagas es una lucha por sobrevivir: desde el primer trago de agua que bebes por la mañana hasta que pones el móvil debajo de la almohada al acostarte por si acabas sepultada entre los escombros”, continúa, para concluir que se siente “todo el tiempo un objetivo por el único motivo de ser palestina”.
La angustia de Maha Hussaini resuena muy alejada de la discusión internacional sobre si la ofensiva israelí en Gaza, que acaba de cumplir dos años, es o no un genocidio. Solo lo aclarará el veredicto de la Corte Internacional de Justicia, donde Sudáfrica demandó a Israel por genocidio a finales de 2023. Pero la decisión va para largo y es imprevisible.
Maha Hussaini, periodista palestina y activista, durante un momento de la entrevista hecha por videollamada EN PORTADA
Nunca se ha condenado a un Estado por el peor crimen que puede cometer la humanidad. "Demostrar que un crimen se ha cometido con la intención de destruir a un grupo humano es un gran desafío porque, a menudo, quienes cometen un genocidio confunden o camuflan su intención diciendo que lo hacen en defensa propia o que están tratando de ganar una guerra, y la tarea del tribunal es aclarar la verdadera intención”, afirma William Schabas, uno de los más destacados expertos legales en genocidio y profesor en la Univesersidad de Middlesex en Reino Unido. Schabas no alberga dudas: “Este es el caso más claro de genocidio que hemos tenido porque muchas declaraciones públicas hechas por altos funcionarios israelíes o ministros del Gobierno son una evidencia que demuestra la intención genocida”.
Aviso a Israel
Schabas no cree que los 15 jueces que forman la Corte decidan antes de 2027 si hay o no intención genocida por parte de Israel. Pero el tribunal sí ordenó a Israel cumplir unas medidas provisionales para impedir la matanza de civiles en Gaza y prevenir actos de genocidio. "Los jueces ya reconocieron en enero de 2024 el daño irreparable que podría estarse ya cometiendo sobre los palestinos en Gaza, basándose en la Convención contra Genocidio, pero Israel no ha cumplido esas medidas", afirma a En Portada Francesca Albanese.
La relatora de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados fue de las primeras altas instituciones en recopilar pruebas y denunciar que Israel estaba cometiendo un genocidio.
Francesca Albanese, relatora de la ONU para los Territorios Ocupados Palestinos EN PORTADA
Suyos son tres extensos informes que documentan por qué es un genocidio y por qué está ocurriendo. “El genocidio es un medio para conseguir un fin e Israel está cometiéndolo en Gaza como parte integral de su intención de llevar a cabo una limpieza étnica”, asegura Albanese. Su vehemencia y pasión a la hora de hablar de lo que está ocurriendo ha convertido a la jurista italiana en una figura venerada y vilipendiada. Este verano, EE.UU. la sancionó y vetó su entrada al país alegando “parcialidad” y un “descarado antisemitismo”. “He perdido la cuenta de cuántas personas han sido acusadas de ser antisemitas, incluidas personas judías. ¿Por qué lo hacen? Para acallar a las voces críticas”, se defiende Albanese.
La Comisión Especial de Investigación de la ONU concluyó hace unas semanas que Israel ha incumplido cuatro de las cinco cláusulas de la Convención contra el Genocidio de 1948 sobre Gaza. Su presidenta, Navi Pillay, y el trabajo de dos años de ardua investigación también ha sido tildado de antisemita.
“Preferiría que nuestros críticos nos dijeran dónde nos hemos equivocado, qué prueba es falsa y por qué”, cuenta Pillay en una entrevista en Ginebra.
Documentar e investigar un plan genocida
Los informes de la ONU no constituyen pruebas para los jueces de la Corte Internacional de Justicia, pero sí pueden consultarlos o ser usados por las partes para respaldar el caso. Como ocurre con las investigaciones de Forensic Architecture encargadas por Sudáfrica. Este equipo interdisciplinar de arqueólogos del presente recibe a En Portada en la Universidad de Goldsmith, en Reino Unido. Su director, el israelí Eyal Weizman, explica el propósito de Israel sobre una cartografía interactiva alimentada con datos de destrucción, evacuaciones o bajas civiles en la Franja de Gaza.
"El genocidio no es un crimen de guerra, ni tampoco es una suma de crímenes, sino que todos se relacionan de alguna manera en el espacio”, afirma Weizman. “¿Qué quería hacer el perpetrador, el Ejército israelí, en un momento determinado? En algún lugar hay un plan o existe un mapa que se parece muchísimo al mapa que estamos viendo”, continúa Weizman, mientras explica a TVE ‘Cartografía de un Genocidio’, una investigación de más de 800 páginas que Sudáfrica usó como prueba en la Corte Internacional de Justicia.
Eyal Weizman, director de Forensic Architecture, durante un momento de la entrevista en la Universidad de Goldsmith, en Londres EN PORTADA
Weizman continúa activando y desactivando capas en los mapas y avanzando una línea del tiempo para mostrar cómo "los palestinos han sido empujados hacia el sur, a una zona donde no llueve, estéril, condenándolos a una especie de muerte lenta". Su cartografía también documenta el paisaje lunar de lo que Israel denomina ‘zonas de amortiguamiento’, una tierra de nadie “levantada sobre las ruinas de las vidas de los palestinos”, asegura. “El 82% del territorio de Gaza se considera ‘zona de amortiguamiento’, prosigue, y "la destrucción en esa zona es total, Israel lo está destruyendo de una forma que influirá en cómo podrá ser reconstruido”.
Esa destrucción puede verse en primer plano en las decenas de vídeos publicados por soldados israelíes en sus redes sociales y recopiladas por el historiador de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Lee Mordechai. “Al principio de la guerra tomé la decisión de que quería saber qué se estaba haciendo en mi nombre y comprender el precio que la otra parte está pagando para que yo esté a salvo”, cuenta en Jerusalén sobre el inicio de todo. El resultado es un extenso repositorio de pruebas y análisis de asuntos clave como el número de civiles gazatíes que ha matado el Ejército de Israel, imágenes satelitales de la destrucción de la Franja hasta convertirla en un lugar invivible o la deshumanización de los palestinos por parte de soldados o políticos israelíes.
El historiador de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Lee Mordechai, durante un momento de la entrevista EN PORTADA
Su investigación seguirá abierta y actualizándose hasta que termine la guerra y es un contundente repositorio de hechos y datos, con versión en inglés y hebreo porque “quería decirle a los israelíes: ‘Mirad, esto es lo que está ocurriendo'". El profesor Mordechai reconoce que en “las primeras versiones de mi investigación, hablaba de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, pero, en un momento dado, en febrero o marzo de 2024, llegué a la conclusión de que es un genocidio”.
Hablar de genocidio en Israel
“A día de hoy, usar el término genocidio en Israel es algo que se considera muy radical, muy antisocial y, diría incluso que antisemita”, asegura Yuli Novak, directora de la organización israelí B’tselem, que lleva tres décadas denunciando las violaciones de los derechos de los palestinos por parte de Israel en los territorios ocupados.
Hace tres meses publicaron ‘Nuestro Genocidio’, una extensa investigación cimentada sobre datos y testimonios del sufrimiento de los palestinos en estos dos años de guerra. Novak enumera, casi sin respiro, que su informe concluye que “ha habido una matanza masiva que supone el 3% de la población gazatí, se han destruido ciudades enteras, lugares a los que no podrá regresar una población a la que se ha forzado a marcharse”. La investigación de B’tselem intenta explicar cómo es posible que estuviera sucediendo algo así en Israel. “El 99% de los israelíes no han oído hablar de nuestro informe”, reconoce Novak, que lo justifica aclarando que “desde el 7 de octubre hemos visto un auge de deshumanización de los palestinos y una clara incitación al genocidio en el discurso israelí, tanto de los políticos como en los medios”.
La directora de la ONG israelí B’tselem, Yuli Novak EN PORTADA
“Hay mucha incitación contra los palestinos. No hay personas inocentes en Gaza, o todos son de Hamás, es algo que oyes una y otra y otra vez”, reconoce Oren Persico, periodista en ‘The Seventh Eye’, una publicación que vigila y analiza la calidad democrática de los medios informativos en Israel. No es el único problema. Persico señala que “la mayoría de los periodistas de los grandes medios israelíes se autocensuran y la mayoría de los grandes medios no te dan los hechos sobre lo que pasa en Gaza, las cifras, no te dan la historia humana, el contexto”.
Una guerra con pocos testigos
Israel impide el acceso a Gaza a cualquiera que pueda convertirse en un observador que documente las consecuencias de su ofensiva sobre el terreno. Al margen de lo que graban los gazatíes con sus móviles, solo los periodistas palestinos están informando de lo que ocurre en la Franja y se han convertido en único testigo y objetivo a batir por los soldados israelíes. Alrededor de 250 informadores han muerto por ataques de Israel en dos años de guerra.
El periodista de Al Jazeera, Anas Al Sharif, atiende a En Portada por videollamada 5 semanaS antes de ser asesinado en un ataque israelí EN PORTADA
“Desde el primer mes de esta guerra, el Ejército israelí me ha enviado muchas amenazas, pero, mientras el mundo no se mueva no voy a parar, aunque puedan matarme en cualquier momento”, contaba a En Portada Anas Al Sharif desde el lugar donde murió alcanzado por proyectiles israelíes un mes después. Israel le había señalado como colaborador de Hamás, y cumplió sus amenazas.
“Cada foto, cada reportaje puede servir algún día como prueba ante los tribunales internacionales”, afirma la periodista palestina Maha Hussaini. De hecho, uno de sus reportajes sobre cómo una familia se hizo pasar por muerta durante tres días para evitar que los soldados israelíes les remataran fue citado por Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia. En ausencia de periodistas de otros países, Hussaini comparte una reflexión que deja en el aire: “En el resto del mundo se habla a menudo Gaza con cifras, como el número de muertos o los heridos, pero cada una de esas cifras es una persona, un nombre, un sueño, una historia. ¿Qué registro quedará para las generaciones futuras, o los tribunales, o los historiadores?”.