Sobrevivir o informar, el dilema de la prensa asesinada en Gaza: "Nunca pensó en irse para entregarse al periodismo"
- RTVE Noticias habla con familiares de reporteros que han sido asesinados por el Ejército israelí
- Según RSF, Israel ha matado a al menos 220 periodistas en casi dos años de ofensiva en la Franja
Escribir una carta a título póstumo se ha convertido en una tarea obligada para quienes ejercen el periodismo en Gaza. Es una especie de crónica de una muerte anunciada. Una de las últimas cartas fue la que dejó Mariam Dagga, una de las pocas mujeres periodistas visuales que han cubierto la ofensiva israelí sobre la Franja. Fotógrafa y reportera, tenía 33 años y colaboraba como freelance con varios medios, entre ellos la agencia estadounidense The Associated Press (AP). Fue asesinada el pasado lunes 25 de agosto en un doble bombardeo perpetrado sobre el hospital Nasser, ubicado al sur del enclave.
"Siempre nos decía que como periodista tenía que estar sobre el terreno", explica a RTVE Noticias Rana Dagga, su hermana mayor. En su carta pedía a su familia y colegas no llorar en su funeral. "Hazme sentir orgullosa... alcanza el éxito y brilla", trasladó en otra misiva a su hijo Ghaith, de 13 años, que vive en Emiratos Árabes Unidos con su padre. A Ghaith, cuyo nombre en árabe significa "lluvia que cae después de un largo periodo de sequía", también le pide que cuando se case y tenga a una hija la llame Mariam en su honor.
Los periodistas en Gaza se están acostumbrando a dejar un testamento emocional con las instrucciones para que sus familiares afronten su marcha. Son cartas que simbolizan la imposibilidad de huir de balas y misiles israelíes. Mariam sentía ese destino cada vez más cerca al formar parte de un colectivo que está siendo blanco de los ataques del Ejército. Al menos 220 profesionales de la información han sido asesinados en estos casi dos años de ofensiva del primer ministro, Benjamín Netanyahu, sobre el territorio palestino.
Rana relata que su hermana quiso ser reportera desde los 17 años. Después se casó y se convirtió en madre e informadora. Una tarea nada fácil y mucho menos desde la reactivación del conflicto el 7 de octubre de 2023. Según AP, Dagga llevaba más de un año y medio sin ver a su hijo. "Estaba muy centrada en su trabajo y creía en esa tarea de tener que contar lo que ocurre al 100%", asegura Rana. Nunca quiso salir de Gaza y para poder entregarse en cuerpo y alma a esta profesión decidió sacar a su hijo para que al menos sobreviva. Ella se quedó para ser un testigo incómodo del periplo de las familias desplazadas, las aglomeraciones alrededor de la ayuda humanitaria, el dolor en los funerales, la situación de los hospitales, los niños heridos o la desnutrición. Una de sus últimas crónicas fue un monográfico sobre la hambruna, firmado junto con Lee Kheat.
Mariam Dagga, periodista palestina que trabaja como freelance para AP desde el comienzo de la guerra. Bashar Taleb / AFP
"Estamos devastados"
"Era firme defensora de la palabra y pasará a la memoria con su cámara al hombro. Siempre quería dar un paso más, conocer más, investigar más", dice su hermana. Se le entrecorta la voz y aún no han asimilado que ya no está. En estos 23 meses de ofensiva paraba poco con su familia. "Ahora estamos recibiendo cariño y apoyo de muchísima gente. Se la quería y sus compañeros la respetaban", señala Rana. Se produce un silencio e intenta disimular los sollozos. "¿Por qué ella?", se pregunta. Mariam escribía en árabe y en inglés, también hacía fotos y vídeos para contarle al mundo árabe y a Occidente lo que está pasando en Gaza. "Lo que me duele es que ha sufrido mucho. Se ha sometido a mucha presión, se ha enfrentado a la muerte en varias ocasiones, ha trabajado sin descanso. Amaba a su familia, pero amaba también a su profesión", concluye. Meses antes había sufrido la pérdida de su madre. Una madre, recuerda, que empujaba y animaba a no tirar nunca la toalla.
El pequeño enclave, de apenas 365 kilómetros cuadrados de superficie, se ha convertido en una ratonera en la que ponerse a salvo es misión imposible. Antes de la guerra era uno de los territorios más densamente poblados del mundo: 5.500 personas por kilómetros cuadrados. La población gazatí está siendo sometida a un férreo bloqueo por mar, tierra y aire desde 2007. La mitad de sus habitantes no han cumplido los 18 años y más del 70% de la población son refugiados o descendientes de familias que tuvieron que abandonar sus hogares como consecuencia de la ocupación en la primera guerra arabe-israelí en 1948.
Un contexto más que suficiente para motivar a Mariam a contarlo al mundo. "Se formó, se preparó y trabajó mucho para poder decir: 'Yo soy periodista'", dice con orgullo Rana. Insiste en la profesionalidad y la determinación de su hermana de documentar y demostrar las pruebas en sus reportajes e investigaciones. "¿Por qué la matan?", vuelve a cuestionar en voz alta. "Hemos llorado mucho tu muerte, te fuiste y nos dejaste con la peor de las noticias: tu abandono. Estamos devastados", susurra con voz desesperada, como si intentara hablarle. Julie Pace, editora ejecutiva y vicepresidenta sénior de AP, aseguró que Dagga trabajó en circunstancias "increíblemente difíciles para llevar historias de Gaza al mundo, en particular la cobertura del impacto de la guerra en los niños".
Rana denuncia que esta cacería contra los profesionales de la información no tiene parangón. Los periodistas se identifican porque saben que tienen que ser considerados una línea roja. "Nunca antes había sido tan peligroso ser informador", exclama. Dagga solía tener como base el hospital Nasser, a unos 20 kilómetros de la frontera con Egipto. Allí murió con otras 20 personas, incluidos otros cuatro colegas. Según las imágenes y el relato de funcionarios de salud y organizaciones de noticias, el Ejército atacó una escalera que ofrece vistas hacia Jan Yunis, donde los periodistas suelen reunirse para obtener información sobre la ciudad.
El mismo día que asesinó a Mariam, Israel también acabó con la vida de Hossam Al Masri, que trabajaba como periodista independiente para la agencia de noticias Reuters; Mohamed Salama, camarógrafo de la cadena catarí Al Jazeera; Ahmed Abu Aziz, que trabajaba como periodista para la Red Quds Feed; Moaz Abu Taha, reportero de la cadena estadounidense NBC; y Hasan Douhan, que murió por un disparo del Ejército israelí en la zona de Al Mawasi, en el sur de Gaza.
"La muerte de mi hermano solo me motiva a seguir"
Adil Abu Taha es el hermano mayor del reportero asesinado de NBC, Mouz Abu Taha. Tiene 34 años y también es periodista, desde 2014 ejerce de corresponsal de Al-Kufiya TV en Gaza y colabora con Al Jazeera Mubasher y Reuters. "Mi hermano era un aficionado a la fotografía ambiental antes de la guerra", explica a RTVE Noticias desde la Franja. Al comenzar el conflicto, comenzó a adentrarse en el mundo de los medios de comunicación. Mouz es el pequeño de los siete hermanos y Adil, que ha cubierto varias guerras en Gaza, se opuso a que ejerciese como profesional de la información. "No quería que fuese periodista. Yo he vivido el miedo y el peligro y no podía imaginar a mi hermano pequeño exponiéndose al horror. Pero no me hizo caso y se empeñó en documentar lo que ocurre", lamenta. Le llamaban de todos los medios, dice con orgullo Adil, y es ahora cuando es consciente del gran trabajo que hacía. "Yo mismo me sorprendo de todo lo que había conseguido", añade.
Adil y su hermano Mouz, el periodista asesinado el pasado 25 de agosto .jpg Foto cedida por Adil
"Voy a seguir. No tengo ninguna duda. La muerte de mi hermano solo me motiva a seguir", asegura con voz firme. Pide a la comunidad internacional que pare los ataques deliberados contra la prensa. De hecho, organizaciones defensoras de la libertad de prensa denuncian que durante estos casi dos años se les ha atacado pese a estar identificados, también han sido bombardeados sus lugares de trabajo y tiendas con familias enteras. "Solo pedimos seguridad y dejar de ser un objetivo. Queremos hacer nuestro trabajo", clama Adil. Recuerda que les están matando a todos porque Tel Aviv no quiere testigos de lo que está haciendo y hará en Gaza.
"No puedo hablar por el dolor y el hambre"
"Hemos demostrado estar dispuestos a jugarnos la vida para hacer nuestro trabajo y este es un momento clave porque Israel plantea la ocupación", denuncia. Hace unos días, Israel inició las primeras fases de su anunciada ofensiva en Ciudad de Gaza tras emitir alrededor de 60.000 órdenes de reclutamiento para soldados en la reserva. De hecho, el portavoz militar israelí, Effie Defrin, anunció el 20 de agosto que los soldados ya estaban en marcha y controlando las afueras del municipio.
Sumaya Al Masri es la hermana de Hossam Al Masri, periodista independiente para la agencia de noticias Reuters asesinado el 25 de agosto. Ella es incapaz de mantener una conversación telefónica. "La muerte está en todas partes", dice despacio. Apenas tiene fuerza y no se le escucha. "No puedo hablar por el profundo dolor y el hambre", dice. La llamada se corta.
Palestinos lloran la muerte de un periodista asesinado en un ataque israelí contra el Hospital Nasser en Jan Yunis. Rahim Khatib / DPA
AP y Reuters han pedido una investigación "inmediata" a Israel, pero el Ejército alega que una "cámara de Hamás" fue el objetivo de su ataque contra el hospital. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente los "horribles asesinatos". "Ponen de relieve los riesgos extremos que afrontan el personal médico y los periodistas en el desempeño de su vital labor en medio de este brutal conflicto", dijo. También pidió una "investigación rápida e imparcial".
Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras consideran que es urgente poner fin a esta masacre y a la estrategia de bloqueo informativo de Israel. "La comunidad internacional no puede seguir cerrando los ojos y debe reaccionar y acabar con esta impunidad. RSF pide al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se reúna de urgencia sobre la base de la resolución 2222 de 2015 acerca de la protección de los periodistas en tiempos de conflicto armado para detener esta matanza", ha denunciado su director general, Thibaut Bruttin.
La guerra de Israel es uno de los conflictos más letales para los trabajadores de los medios: al menos 220 periodistas han sido asesinados en Gaza, mientras que 18 informadores han muerto en la guerra en Ucrania.