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La financiación de los hogares y las empresas ha mejorado, según el Banco de España

  • Según el informe la mejoría se debe a la reducción de los tipos de interés acometida por el Banco Central Europeo
  • El endeudamiento de las empresas disminuye un punto porcentual y se sitúa en el 62,6%, su nivel más bajo desde 2001
La financiación de los hogares y las empresas ha mejorado, según el Banco de España
Monedas y billetes de euro. GETTY
RTVE.es

Según el "Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas", publicado por el Banco de España (BE), la financiación de las familias y las compañías ha mejorado entre septiembre de 2024 y marzo de 2025. En el caso de los hogares esto ha sido gracias a la bajada de los tipos de interés llevada a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) durante los últimos meses.

Según los datos aportados por el informe, durante el periodo de tiempo analizado, en el mercado inmobiliario español la edad media de los nuevos hipotecados ha descendido en siete meses respecto al periodo de tipos de interés alto, que tuvo lugar entre julio de 2022 y septiembre de 2023. Por su parte, la renta media de las familias a las que han sido concedidas las hipotecas es 84 euros inferior. Además, el porcentaje de hipotecas con un solo prestatario ha aumentado un 2,4% frente al 44,8%.

Asimismo, las hipotecas de tipo fijo han subido un 2,2% y ya suponen el 63,95% del total y el número de prestamos hipotecarias para la adquisición de vivienda habitual se ha mantenido estable alrededor del 89%.

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Luces y sombras

A pesar de la mejora en algunos indicadores, el grado de accesibilidad a la vivienda en propiedad a través de la financiación hipotecaria apenas ha progresado. En este periodo ha crecido solamente un 0,3% en el primer trimestre de 2025, reflejando el estancamiento durante el periodo de endurecimiento de los tipos de interés. Sin embargo, la renta per cápita de los ciudadanos ha aumentado y los costes de financiación han bajado, pero el indicador apenas ha cambiado debido al aumento del precio de la vivienda.

La lacra financiera de los hogares se ha visto aliviada con la mejora en las rentas y la reducción del precio de la deuda, descendiendo hasta el 2,4%, lo cual supone 0,2% menos que en los últimos tres meses de 2024. El BE prevé que siga descendiendo hasta situarse en torno al 2,1% a mediados de 2026.

Por su parte, los índices que miden la vulnerabilidad de los hogares se ha situado cerca de sus mínimos desde principios del siglo XXI. Además, la calidad de la cartera de créditos disponibles ha mejorado. La demanda de préstamos ha aumentado durante los primeros meses de 2025, sobre todo en lo concerniente a la compra de vivienda. Este fenómeno se ha debido a la bajada de los tipos y a las expectativas favorables respecto al mercado de la vivienda y la mayor confianza de los consumidores.

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Concesión de créditos

Las pautas para conceder créditos han permanecido estables y los bancos creen que no van a variar. Aunque se conceden más créditos, la calidad de estos no ha descendido entre septiembre de 2024 y marzo de 2025. De hecho, los préstamos dudosos se han reducido un 6,4% y aquellos en vigilancia especial han descendido un 12,3%.

En general, la mejora ha sido generalizada en todos los indicadores, especialmente en la adquisición de propiedades. Por otro lado, en consumo han aumentado levemente los préstamos denominados como dudosos. A pesar del alza en el número de créditos ha aumentado, la ratio de endeudamiento de las familias no ha variado en los primeros tres meses de 2025, situándose en el 67,8% de la renta bruta disponible.

Sin embargo, entre enero y marzo de este año, se ha reducido el ahorro de las familias, posicionándose en el 12,8%, pero sigue estando por encima de los registros históricos. Por su parte, la riqueza de las familias españolas se ha incrementado un 2,5% intertrimestral debido a la subida del precio de la vivienda. También tiene que ver en el aumento de la riqueza de las familias la revalorización de los activos financieros.

Las empresas reducen su endeudamiento

Por su parte, las empresas han reducido su nivel de endeudamiento, su carga financiera y sus indicadores de vulnerabilidad, que se encuentran en mínimos desde comienzos de siglo. A pesar de esto, desde el tercer trimestre de 2024 han mostrado un pequeño deterioro.

Asimismo ha aumentado el riesgo crediticio de las empresas. Este se mide a partir de las probabilidades que existen de que una compañía no abone sus deudas. Este índice ha pasado de 2,14% durante el tercer trimestre de 2024 al 2,53% en el primer trimestre de 2025. Sin embargo, sigue manteniéndose 25 puntos por debajo del promedio del año 2022.

También se ha producido una leve subida de las probabilidades de impago de créditos en el sector de la construcción, las actividades inmobiliarias y entre grandes empresas. También ha habido un ligero repunte de este índice en el sector del comercio y la hostelería. Por otro lado, los préstamos denominados como dudosos o en vigilancia especial han disminuido un 4,7% y un 11,6% respectivamente en el espacio temporal analizado por el BE.

Durante este periodo las empresas también han mejorado su oportunidad para acceder a los préstamos bancarios. Debido a esto, la demanda de créditos por parte de las empresas ha aumentado entre enero y marzo de 2025 tanto para pequeñas y medianas empresas como para las grandes. Es el cuarto trimestre consecutivo en el que se registra un alza de la demanda de préstamos. Por su parte, las entidades crediticias esperan que la demanda siga creciendo de manera moderada.

En cuanto al endeudamiento, la ratio ha disminuido un punto porcentual y se ha situado en el 62,6% del PIB, su nivel más bajo desde 2001.

Por otro lado, el estudio también ha reflejado que los márgenes sobre las ventas y el valor agregado bruto (VAB) han registrado, por primera vez desde finales de 2022, una evolución descendente. Se han registrado caídas moderadas en el sector de la industria, la energía, el comercio, la hostelería y la restauración. El crecimiento de las ventas ha insuficiente para compensar los mayores costes de producción y laborales. El sector de la construcción es el único que se libra del descenso.