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Reproches, tono bronco y falta de acuerdos: así han sido los encuentros previos entre Feijóo y Sánchez

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Así han sido las reuniones previas de Sánchez y Feijóo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en una reunión previa en La Moncloa

Han pasado diez meses desde la última vez que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se reunieron de forma oficial. Fue en la Moncloa, para abordar la situación de crisis abierta en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tras la dimisión de su entonces presidente, Carlos Lesmes. La relación entre ambos no pasaba por su mejor momento y el encuentro se saldó con pocos avances, y los que se consiguieron no fueron finalmente materializados.

Pese al tiempo transcurrido, el contexto de entonces no difiere mucho del actual. Feijóo y Sánchez se han reunido este miércoles en el Congreso, en un encuentro previsto para hablar de la investidura del líder del PP y del que se partía con pocas expectativas.

Los populares no se rinden en su intento de conseguir los cuatro votos necesarios para investir a Feijóo y, después de llamar a los socialistas “incómodos” con el escenario de que Sánchez sea presidente gracias a “un fugado de la Justicia” -en referencia al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont-, han vuelto a pedir al PSOE una abstención para que gobierne la lista más votada. A su juicio, es “la mejor solución” para intentar amarrar la investidura y piden a los socialistas “responsabilidad” para no ir a unas nuevas elecciones.

Este escenario, sin embargo, es impensable para el PSOE, que enmarca la reunión dentro de la “absoluta normalidad institucional”. Con esta cita, la intención de Ferraz es que "el PP abandone el insulto diario" y "adopte una senda más constructiva para el país y los españoles y españolas".

En ningún momento los socialistas se han planteado rechazar la convocatoria, sobre todo teniendo en cuenta que Feijóo es el candidato que el rey Felipe VI ha propuesto para la investidura, si bien parece muy complicado que la misma termine en acuerdo teniendo en cuenta las diferencias personales entre ambos líderes, pero también el desenlace de las pasadas reuniones y el cruce de reproches al que asistimos desde hace meses.

Dos reuniones desde que Feijóo llegó a la Presidencia del PP

El último encuentro, celebrado el pasado 10 de octubre de 2022, duró tres horas y se saldó con un principio de acuerdo para “avanzar” en la renovación del Consejo General del Poder Judicial, cuya situación de bloqueo calificaron entonces de “muy grave”.

Sin embargo, y tras 17 días de negociaciones "discretas" entre ambas formaciones, el 27 de octubre el PP dio por suspendidas las conversaciones ante la reforma del delito de sedición, que consideraban una "incongruencia insalvable". El Gobierno entonces lamentó que Feijóo sucumbiese a las presiones de la "derecha más extrema".

Previamente, el líder del PP y el secretario general del PSOE se reunieron también en La Moncloa con motivo de la llegada de Feijóo a la Presidencia de los populares. Fue en abril de 2022, también duró tres horas y surgió a iniciativa de Sánchez para volver a tejer “consensos básicos" entre ambos partidos tras la salida de Pablo Casado.

Las dos partes destacaron que fue una reunión “muy cordial” y que hubo “buena disposición”, si bien en las ruedas de prensa posteriores se lanzaron reproches mutuos de "falta de concreción" y "mínima documentación" para definir los asuntos a tratar y allanar posibles acuerdos. Asimismo, tanto el PSOE como el PP expresaron su deseo de tener una relación "constante y permanente" a partir de entonces, algo que no se ha materializado durante este último año y medio.

Los broncos debates en el Senado y el ‘cara a cara’ previo al 23J

Estos han sido los únicos dos encuentros oficiales entre ambos líderes, aunque en este tiempo se han sucedido los ‘cara a cara’ en el Senado, el único escenario parlamentario donde ambos líderes pudieron debatir durante la pasada legislatura, ya que el presidente del PP no tenía acta de diputado sino de senador por designación autonómica de Galicia.

El cruce de reproches ha sido la norma en dichos debates, principalmente a cuenta de los “pactos” con EH Bildu o la “utilización del terrorismo”, la ley del ‘solo sí es sí’ o las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania. En total, seis encuentros en los que ha habido más desacuerdos que consenso y en los que, entre otros calificativos, Feijóo tildó a Sánchez de ser un “mal presidente” y un “chamán”; y el líder socialista al popular de “mentiroso” y de tener “poca solvencia y mucha mala fe".

Aunque si hay un ‘cara a cara’ que se recordará, ese será el celebrado con motivo de las elecciones generales del 23J. Y no lo hará por la abundancia de propuestas y la cordialidad entre los dos líderes, sino por el tono bronco, los ataques y las continuas interrupciones.

Una nueva oportunidad en el Congreso

Este miércoles, Feijóo y Sánchez tenían una nueva oportunidad de enmendar las relaciones con el encuentro en el Congreso, si bien apenas ha durado una hora y ha finalizado con un nuevo desencuentro entre ambos.

El líder del PP ha llegado respaldado por las urnas, después de ganar las elecciones generales del 23J, si bien aún no cuenta con los apoyos suficientes para ser investido presidente. A día de hoy, tendría amarrados 172 votos a favor -tras el ‘sí’ de UPN, Coalición Canarias y Vox- y tan solo necesitaría otros cuatro para salir elegido en la primera votación, pero el resto de formaciones ya han rechazado prestarle su apoyo.

Paralelamente, el PSOE ha iniciado ya las conversaciones con sus socios habituales, en previsión de que la investidura de Feijóo no salga adelante, y a su vez negocia con "discreción" con los independentistas, cuyo apoyo es imprescindible en un hipotético intento posterior de Sánchez.

En caso de no salir adelante la votación de Feijóo y que ningún otro candidato consiga los apoyos suficientes para formar gobierno, el país se vería abocado a unas nuevas elecciones generales el próximo 14 de enero, con una campaña electoral de tan solo una semana de duración que arrancaría la víspera del día de reyes.