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Claves de la semana

La confianza en las instituciones durante la pandemia: de la crisis del Reino Unido a la percepción en España

  • La crisis que atraviesa el gobierno de Boris Johnson tiene moraleja: hace falta credibilidad para liderar en la pandemia

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El primer ministro británico, Boris Johnson, en una visita a un centro de vacunación el pasado 16 de diciembre.
El primer ministro británico, Boris Johnson, en una visita a un centro de vacunación el pasado 16 de diciembre.

La imposición de un certificado COVID para discotecas y eventos multitudinarios le ha costado al primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, la mayor rebelión interna en el Parlamento desde que llegó al poder. Esta semana, 101 diputados conservadores (de un total de 361) votaron en contra de la imposición de certificados COVID-19 para entrar en ciertos espacios cerrados, una medida que fue aprobada gracias al apoyo de la oposición. Eso después de que la popularidad del 'premier' británico se haya hundido tras los escándalos de las fiestas privadas sin restricciones en Downing Street, en plena pandemia, en diciembre de 2020, e incluso antes.

Cada vez hay más dudas sobre el liderazgo de Boris Johnson. Los medios de comunicación del Reino Unido han criticado la incoherencia de un gobierno que aumenta las restricciones a los ciudadanos y luego él mismo incumple. Y mientras la variante ómicron galopa en el país, se notifican cifras diarias de contagios que superan el máximo de toda la pandemia y se apremia a la vacunación masiva de dosis de refuerzo para paliar el posible impacto sanitario, el Ejecutivo británico ha perdido la autoridad moral para imponer más restricciones.

"Lo que decimos es que la gente debe ser cautelosa y reflexionar sobre sus actividades en el periodo previo a las Navidades", se limitó a responder Johnson al ser cuestionado por la necesidad de reducir los contactos en los días previos a las fiestas navideñas.

Esta situación pone en evidencia la importancia de transmitir credibilidad todo el tiempo por parte de las instituciones, en especial los gobiernos, en la comunicación de una crisis tan larga como la del coronavirus, que dura ya dos años, y en la que se tiene que gestionar sucesivas oleadas de contagios, convencer a los ciudadanos de que adopten las medidas preventivas necesarias y, al mismo tiempo, combatir las corrientes subterráneas de la desinformación.

1. La confianza en los gobiernos y los medios de comunicación

Los ciudadanos buscan información en la que confiar y que dé respuestas sobre la pandemia. Sobre el papel de gobiernos y medios de comunicación, el Instituto para el Estudio del Periodismo de Reuters realizó una encuesta para conocer a través de qué fuentes se informaba la población acerca de la crisis del coronavirus. Los datos, publicados en mayo, apuntaban que la mitad de los encuestados creía que los medios de comunicación hacían un buen trabajo al explicar cómo funcionan las vacunas y cómo vacunar a la población, casi siempre en mayor medida que la opinión sobre los respectivos gobiernos.

Sin embargo, también en la mayoría de los países la gente suele pensar que los medios han exagerado más los riesgos de vacunarse que los gobiernos. De hecho, España es el país entre los analizados en el que la mayoría de los encuestados opinaba que los medios de comunicación han exagerado en este aspecto.

Los resultados obtenidos en los ocho países estudiados también sugieren que usar los medios de comunicación como fuente de información sobre el coronavirus reducía de forma significativa que los ciudadanos creyesen en afirmaciones falsas sobre las vacunas, como que estas alteran el ADN y producen infertilidad o cáncer. Y, por el contrario, había mayor tendencia a dar por buenos estos argumentos en quienes se informaban de la pandemia por aplicaciones de mensajería móvil como WhatsApp y Telegram.

2. ¿Y en España? Confiamos sobre todo en la ciencia y los sanitarios

En casi todos los países, los medios de comunicación son la fuente más utilizada para informarse sobre la pandemia, según el mismo estudio del Instituto Reuters. En España también es así, la principal fuente de los españoles son los medios de comunicación (el 70 % ha recurrido a ellos), muy por delante de científicos, médicos y expertos sanitarios (27 %), las autoridades sanitarias (24 %) y el Gobierno de la nación (18 %).

Sin embargo, una cosa es qué fuentes de información se siguen y otra la confianza que se tiene en ellas. Y a la hora de abordar los desafíos que supone el coronavirus, quienes gozan de la mayor estimación son los servicios de salud (hospital, centro de salud), como se observa en la última ronda de la encuesta COSMO-Spain, coordinada por el Instituto de Salud Carlos III. En los últimos meses, ha mejorado la confianza en el Ministerio de Sanidad hasta igualar a la del Gobierno central, pero los ciudadanos tienen en mayor consideración a entidades que consideran más próximas, como los centros de salud, los centros educativos, y en esta pandemia se ha sentido más afinidad con los gobiernos autonómicos que con el del Estado.

3. Los bulos de la pandemia en 2021 giraron alrededor de la vacuna

Si algo contribuye a la desconfianza de la población es la mala información, o dicho sin rodeos, la desinformación. En un escenario de incertidumbre y, a la vez, con exceso de datos, como es el caso de la pandemia, los ciudadanos dudan de dónde pueden encontrar la información más fiable. Surgen así las noticias falsas, como explica a continuación el equipo de VerificaRTVE.

El año 2021 ha estado repleto de bulos relacionados con la COVID-19. Los temas objeto de desinformación han ido cambiando coincidiendo con la evolución de la pandemia, aunque si hubiera que indicar un hilo conductor, este sería el de las vacunas. Sembrar dudas sobre su composición o sobre sobre su composiciónlos efectos adversos de las vacunas siguen siendo asuntos recurrentes para la desinformación a día de hoy. Otra constante ha sido la manipulación de estadísticas sobre efectos adversos o el número de contagios. De igual manera, las variantes delta y ómicron hicieron emerger nuevas afirmaciones falsas sobre la gravedad de las nuevas cepas.

En primavera, las dudas con respecto a las citas de vacunación y las convocatorias dudosas que llegaban en forma de mensaje a los móviles hicieron necesario clarificar cómo citaba cada comunidad autónoma. Con la llegada de la tercera dosis en octubre, surgen también las llamadas falsas para la tercera dosis de la vacuna, con lo que volvió a ser necesario explicar cómo se realizaba este proceso para informar a la población.

También hemos visto escenas manipuladas y acusaciones falsas de montaje con el objetivo de apoyar o sustentar todas las teorías negacionistas o promovidas por grupos antivacunas. Ahora, en los últimos meses del año, la desinformación se centra en los temas de actualidad relacionados con la pandemia: la implantación del pasaporte sanitario y la supuesta peligrosidad de los efectos en las vacunas en los niños. La desinformación no descansa.

4. Las medidas de prevención que menos han gustado

El estudio COSMO-Spain sobre el comportamiento y las actitudes de la población relacionadas con la COVID-19 también pregunta sobre el grado de acuerdo con las medidas adoptadas. Actualmente, el levantamiento de las restricciones en el ocio nocturno es la que menos aceptación tiene y la que más es la recuperación de la libertad de movimiento entre provincias, una vez que decayó el estado de alarma el pasado mes de mayo.

En una escala del 1 al 5, donde el 1 es "nada de acuerdo" y el 5, "totalmente de acuerdo", por encima del punto medio de la escala está el apoyo a que las decisiones estén en manos de las comunidades autónomas (3,9), el fin del toque de queda, la libertad de movimiento entre países (3,3) y la mascarilla obligatoria en exteriores (3,2), según la ronda octava de este estudio, realizada el pasado mes de octubre.

Aunque no es la más impopular ahora, que se mantenga la libertad de movimiento entre países siempre ha estado entre las medidas con menos apoyo desde que se hace el estudio. El punto de aceptación más bajo se registró entre enero y mayo de este año, coincidiendo con la tercera ola de contagios.

5. Las razones de los no vacunados

España tiene una cobertura de vacunación muy alta, pero todavía hay ciudadanos que rechazan inmunizarse contra la COVID-19. El ISCIII ha hecho públicos esta semana los datos de un estudio preliminar para conocer sus motivos.

Impermeables al discurso oficial de organismos de salud internacionales, de gobiernos e instituciones políticas y de los medios de comunicación, el 72 % arguye que las vacunas "se han desarrollado muy rápido, no son seguras o están en fase experimental", mientras que casi la mitad de los encuestados afirma que "son malas para la salud" y que están preocupados por "sus efectos secundarios". Apenas el 12 % rechaza los pinchazos porque cree que el virus no existe o que hay una conspiración detrás.

La encuesta del ISCIII concluye también que las personas que no se vacunan tienen menor percepción del riesgo, tienen menos conocimientos sobre el virus y cumplen menos con las medidas de prevención frente al virus. Por ejemplo, solo el 64 % usa la mascarilla cuando está recomendada frente al 95 % de la población en general, mientras que solo el 15 % evita las reuniones sociales o familiares frente al 69 % de la población general.

Posdata: un nuevo vistazo al mapa europeo del pasaporte COVID

Si el pasaporte COVID es la llave de acceso a los espacios interiores de hostelería, restauración y ocio en muchas comunidades autónomas, también lo es para entrar en otros países. Para aquellos que están planificando un viaje a algún país europeo, la mayoría de los destinos son accesibles con el certificado que acredite estar vacunado con la pauta completa, haber pasado la enfermedad en los últimos seis meses o tener una prueba negativa tipo PCR o test de antígenos antes del viaje. Pero en otros países piden además una prueba negativa y otra documentación oficial.

La información actualizada puede consultarse en el siguiente mapa, y todos los detalles, en la noticia enlazada a continuación.