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Coronavirus

Los centros de salud de Madrid vuelven a alzar la voz por la falta de médicos: "No aguantamos más"

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Un sanitario toma la temperatura de una mujer en un centro de salud de San Fernando de Henares.
Un sanitario toma la temperatura de una mujer en un centro de salud de San Fernando de Henares.

“Abandono”, “desgaste”, “fatiga”. Las mismas palabras se repiten entre médicos y médicas de atención primaria en la Comunidad de Madrid. Y es que la mayoría de los casos de coronavirus son leves y se atienden desde los centros de salud. Esas mismas consultas a pie de calle se ocupan de la medicación de los mayores y enfermos crónicos, de las dolencias de los niños y, en definitiva, de la salud de los vecinos. Ante el aumento del trabajo y la falta de personal, los profesionales aseguran: “Así no podemos seguir, no aguantamos más”.

“Me considero un médico curtido, he vivido mucho y he trabajado en países del tercer mundo, pero una presión como esta reconozco que no la he vivido nunca”, cuenta a RTVE.es Salvador Casado, médico de familia en Collado Villalba. “Nos sentimos abandonados. La respuesta es siempre la misma, nos dicen que están haciendo lo que pueden, pero no dan soluciones”, lamenta Sara García de Francisco, también especialista de Medicina Familiar en un barrio del sur de la capital.

Amyts llama a la huelga indefinida

“Los ciudadanos de Madrid se merecen otra cosa. La atención primaria está absolutamente abandonada”. Alicia Martín, presidenta de atención primaria de Amyts desgrana a RTVE.es los motivos que han llevado al sindicato a volver a poner una huelga indefinida encima de la mesa de la Consejería de Sanidad.

"Hemos decidido la fecha del 10 de marzo, independientemente de como sigan las cifras del coronavirus. Se garantizarán las vacunaciones y la atención de la mejor manera posible, pero esto no tiene demora. La situación es tan insostenible, que los primeros que pierden si no se garantiza la calidad asistencial son los pacientes", alega Martín, después de que el sindicato haya esperado algunas semanas para que la epidemia mejorara en la región.

En septiembre de 2020, desconvocaron el paro tras llegar a un acuerdo con el Gobierno madrileño, con mejoras retributivas, organizativas y de refuerzo del personal. El sindicato pide que, al menos, se cubran sin demora las plazas vacantes: médicos de baja, jubilados y otras situaciones que dejan sin ocupar puestos de la plantilla estructural, explica Martín. "El resultado de las vacantes son 600 médicos de familia y casi 200 de pediatría. Si le sumamos el déficit de 600 profesionales que teníamos de antes, nos faltan unos 1.500 médicos", enumera, y lamenta que el presupuesto se canalice en otras inversiones, como en el hospital de pandemias Enfermera Isabel Zendal.

Los motivos para la huelga vuelven a ser los mismos que hace unos meses. “No se puede atender a una persona en tres minutos. No se puede tener a profesionales en unas condiciones laborales demenciales”, resume la portavoz de Amyts, al pedir al Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso que se siente a hablar y cumpla con las mejoras a las que se comprometieron.

Madrid se defiende por el "déficit de médicos de familia en España"

Frente a las "promesas incumplidas” de las que les acusa Amyts, la Consejería de Sanidad responde a RTVE.es que en estos meses se han puesto en marcha diferentes iniciativas para mejorar la organización de las consultas, así como unidades de apoyo COVID para el seguimiento de contactos y más recursos telemáticos. Todo con el objetivo de agilizar las consultas de los pacientes, descargar la presión de la atención primaria y reducir la burocracia.

“En un contexto generalizado de déficit de médicos de familia en España, desde la Gerencia Asistencial de Atención Primaria se ha hecho un gran esfuerzo por ampliar la plantilla de profesionales en los centros de salud desde la pandemia, cerca de 1.500 contrataciones, de las cuales 73 son médicos de familia”, apuntan.

Según los datos publicados en el portal de la Comunidad de Madrid, antes de la pandemia, en febrero de 2020, la autonomía contaba con 4.990 puestos entre médicos de familia y pediatras de atención primaria. La mayoría de ellos eran fijos (3.786 profesionales), el resto, interinos y eventuales. Tras la emergencia sanitaria y según la misma fuente, hasta diciembre de 2020, se han creado 286 plazas de facultativos en atención primaria, esto es, un 5% de incremento. En este caso, más de la mitad de los nuevos puestos son interinos y eventuales.

Precisamente, entre el total de más de 5.200 plazas de médicos en los centros de salud de la Comunidad de Madrid se encuentran las 800 vacantes que, según denuncia Amytis, permanecen desiertas. Para el sindicato, además de estas, faltan estructuralmente otras tantas para poder dar un buen servicio a la ciudadanía. Por eso hablan de una carencia de 1.500 facultativos.

¿Un problema presupuestario?

Si bien el sindicato reconoce que la Gerencia de Atención Primaria “está intentando hacer todo lo que puede” para mejorar la situación, considera que los obstáculos vienen de más arriba, de las Consejerías de Hacienda y Sanidad: “La atención primaria en toda España es un desastre porque necesita más presupuesto”, reconoce la portavoz de Amyts, Alicia Martín. “Pero si nos ceñimos a Madrid, tenemos una de las peores situaciones de todo el país”.

Acudimos al portal del Ministerio de Sanidad para cotejar esa información con los datos disponibles más recientes, del año 2018. Las comunidades con mayor gasto sanitario público por habitante protegido son el País Vasco (1.734 euros) Navarra (1.688 euros), el Principado de Asturias (1.683) y Extremadura (1.663). Las comunidades con menor gasto sanitario público son Andalucía (1.264 euros), la Comunidad de Madrid (1.289 euros), Cataluña (1.492 euros) y Comunidad Valenciana (1.493 euros).

Con ese presupuesto, el porcentaje del gasto sanitario que se destina concretamente a la atención primaria en Madrid es también el más bajo entre las autonomías, un 11,48 % del total, frente a otras como Andalucía y Castilla-La Mancha, arriba de la tabla, con un porcentaje en torno al 17%.

Con impacto en la salud

Para los profesionales de atención primaria, la falta de recursos que denuncian se traduce en una mala salud tanto de la plantilla como de la población. “La lista de pacientes es infinita, inabarcable: hay días que puedes llamar a 60 personas. Es muy difícil organizar el trabajo cuando falta tantísima gente de la plantilla. Pero no se cubren muchos puestos, siempre nos dicen que no hay suplentes y los pocos que vienen al día siguiente renuncian porque no aguantan”, relata la médica Sara García.

En su centro, se acumulan a menudo las bajas de compañeros, algunas “muy prolongadas” y otras más recientes por la COVID-19, porque las vacunas han tardado en llegar más de lo deseado. Además, la carga de trabajo no ha cesado, aunque la incidencia del coronavirus haya bajado en las últimas semanas. “Quizás diagnosticamos menos casos nuevos de COVID, pero todavía estamos viendo las secuelas de esta ola: neumonías, seguimientos… Además, nosotros no notamos que atendamos a menos personas, porque que las diabetes, las cardiopatías y los cánceres siguen existiendo”.

Según cuenta Salvador Casado, cada vez son más los compañeros médicos y de enfermería que recurren a las pastillas “para aguantar el tirón” y después del “duelo” que todavía llevan por lo vivido en las residencias durante los peores meses de la pandemia. “Si tenemos así de quemada a la gente que cuida, ¿cómo va a ser el cuidado que ofrezcamos?”, se pregunta.

Desde Amyts alertan también de una fuga de talento, que puede poner en jaque al sistema en los próximos años. “Hay interinos que llevan 10 años trabajando y a lo mejor cobran 600 euros menos que su compañero de la consulta de al lado. La gente lógicamente se marcha, porque nuestros hijos no comen de vocación”, afirma Martín, preocupada también por el elevado porcentaje de médicos que se jubilarán en los próximos años. “Si dejamos que la atención primaria se muera, no habrá nada que limite el acceso a los hospitales y nadie que trabaje en la prevención. Se saturará el sistema solo”, advierte la representante sindical.

Una reforma pendiente

Amyts pide volver a esa atención primaria “de calidad” que fue “la envidia de todo el sistema sanitario de la Comunidad Económica Europea” en sus inicios. Pero muchos hablan también de cambios y reformas.

“El modelo de atención primaria era capaz de dar respuesta al 90% de los problemas de la población. Ahora, si la infradotamos, volvemos atrás y todo lo que me llegue lo tendré que derivar al hospital. Eso a la larga es más gasto porque el sistema hospitalario gasta más recursos que la atención primaria”, valora Salvador Casado quien, no obstante, cree que además es necesario tomar "decisiones políticas poco populares", como acabar con las consultas ilimitadas para ciudadanos sanos, como ya ocurre en otros países europeos.

En cualquier caso, el especialista considera que la actual situación solo beneficia al sector de la medicina privada. "Es como en las novelas de Agatha Christie: ¿Quién es el asesino? Quién gana algo con todo esto. Mientras peor funcione la atención primaria pública, mejor le viene a la medicina privada", comenta.

Pero antes de llegar a grandes reformas, los profesionales de atención primaria piden soluciones. Si la huelga será el camino, en cualquier caso, es todavía una incógnita. “Ya tenemos la imagen de que no estamos haciendo nada y hay que atender a los pacientes. No he hecho huelga hasta ahora porque creo que es empeorar la situación, pero es verdad que ya no sabemos qué más podemos hacer”, reflexiona Sara García de Francisco, preocupada por la frustración que percibe en los ciudadanos, pese a todo su esfuerzo.