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La austeridad cotiza a la baja en Europa

  • Los partidos pro-recortes, penalizados en las últimas elecciones
  • La victoria de Hollande podría reforzar las medidas de crecimiento 
  • El resultado en Grecia supone un desafío para la eurozona 

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Los resultados de las elecciones en Francia y Grecia parecen apuntar a un giro hacia las políticas de crecimiento en Europa, por contraposición a las medidas exclusivamente centradas en la austeridad defendidas por la canciller alemana, Angela Merkel.

También en Reino Unido, que celebró elecciones municipales el pasado jueves, los conservadores de David Cameron, que ha preferido reducir los servicios públicos antes que aumentar los impuestos a la City, han sufrido un duro castigo, salvo en Londres, donde conservan la alcaldía.

A esto hay que sumar que Holanda celebrará elecciones anticipadas tras la crisis cacusada por las medidas restrictivas, y que en Italia los electores pueden usar las municipales para protestar contra el plan de ajuste de Mario Monti.

¿Cambio de tendencia?

¿Se trata de un cambio de aires en Europa, un alejamiento de las soluciones basadas exclusivamente en el ahorro? "La distancia entre los políticos y los votantes se está ampliando, eso es lo que se ve en Grecia y en Francia", ha declarado a Reuters Steen Jakobsen, economista jefe del Saxo Bank en Copenhague.

"Claramente, los votantes en Europa han empezado a enviar este mensaje: 'No estamos dispuestos a hacer las reformas'", añade el economista, quien considera este resultado "preocupante".

En el Daily Telegraph, su viceeditor Benedict Brogan pronostica que la victoria de Hollande, junto a otros factores como "las protestas en España", "introducirá cambios de largo alcance en la dinámica de la política europea".

Desde Estados Unidos, tanto el New York Times como el Washington Post dan por hecho que hay un nuevo escenario europeo. En el último de estos diarios, Anthony Faiola  puede contener incluso una lección para EE.UU., que este año también celebra elecciones presidenciales.

"El probable candidato republicano, Mitt Romney, ha abogado por recortar el déficit más rápidamente que Obama. Pero el resultado de estas políticas en Europa (...) puede hacer más difícil ese argumento", escribe Faiola.

El efecto Hollande

Por su parte, los partidos que se dicen socialdemócratas, y que están en minoría entre los gobiernos europeos, han recibido la victoria del PSF en Francia como un balón de oxígeno.

El primer ministro belga, Elio Di Rupo, ha pedido ya "una estrategia ambiciosa de relanzamiento". El canciller federal de Austria, Werner Faymann, cree que es una oportunidad para introducir una tasa a las transacciones financieras. "Veo una gran oportunidad para mantener un debate en dirección de un impuesto sobre las transacciones financieras, es decir, sobre nuevos ingresos para poder invertir", ha manifestado Faymann.

Desde Irlanda, el líder del Partido Laborista, Eamon Gilmore, ha calificado la victoria de Hollande de "evento muy significativo" para Europa. Y en Italia, otro de los países acosados por la deuda y los recortes, el ministro de Industria, Corrado Passera, espera que a partir de ahora Europa dé "pasos concretos" para generar crecimiento y elabora una agenda de inversión en infraestructuras y tecnología. Por su parte, Stefano Fassina, portavoz económico del Partido Democrático (PD), ha declarado a La Stampa que abre la vía para cambiar "políticas económicas equivocadas". 

Los líderes conservadores del sur de Europa festejan en secreto la victoria de un socialista en Francia

También hay quienes creen que la victoria de Hollande ha sido celebrada mucho más por los gobiernos conservadores del sur de Europa, asfixiados por los recortes y por el descontento ciudadano. Narciso Michavila, presidente de la consultoría GAD3, ha señalado a la agencia Reuters que a "Rajoy le tocó ayer la lotería" a pesar de que en público hubiera apoyado a Sarkozy. "Si puede haber una relajación de los recortes será buen para él y para Portugal", apunta.

Oxígeno para España y Portugal

El Gobierno de centro-derecha de Pedro Passos Coelho ha sido inflexible en la aplicación de una estricta cura de austeridad a cambio de un rescate financiero de 78.000 millones de euros. Sin embargo, los ajustes no han hecho sino ahondar en la peor recesión que atraviesa el país luso desde los años 70.

"La razón es simple: ayudará a España a convencer a todos los países de que el ajuste presupuestario no debería ser tan rápido", opina también Miguel Murado, un analista independiente basado en Madrid, que califica de "ironía" que los líderes conservadores festejen en secreto el éxito de un socialista en Francia. 

La realidad es que los programas de ajuste no están siendo bien acogidos por los ciudadanos, que no dudan en aprovechar su oportunidad de castigar en las urnas las políticas proausteridad. Angela Merkel lo ha sufrido este domingo en los comicios regionales de Schleswig Holstein, donde ha perdido siete décimas con respecto a 2009 y no podrá repetir coalición con los liberales, que han caído más de seis puntos.

En Rumanía, el segundo país más pobre de la UE, tampoco perdonaron al primer ministro Miahi Razvan Ungureanu que redujera los salarios y aumentara los impuestos al consumo, y solo dos meses después de su investidura, el líder conservador tuvo que ceder su puesto al socialdemócrata, Victor Ponta.

Otro de los damnificados fue el centroderecha danés, que perdió los comicios generales el pasado septiembre tras once años en el poder. En total, hasta ahora, doce líderes europeos han pagado la crisis económica en las urnas.

Antes de enfrentarse a las elecciones del land de Schleswig-Holstein, Merkel se ponía la venda antes de la herida y hablaba de "agenda del crecimiento".  Ahora se verá obligada a "cohabitar" en el eje franco-alemán con un presidente a priori menos partidario de meter la tijera.

La cumbre europea informal de mayo y la oficial de finales de junio, así como la negociación del presupuesto de la UE para 2014-2020, ofrecerán al nuevo presidente francés la oportunidad de promover su agenda pro-crecimiento.

Sin embargo, es dudoso que Merkel se apee de su política de "déficit cero" para los estados del sur de Europa, que tantos apoyos le reporta entre el electorado alemán. La prensa germana vaticina que Hollande tendrá que traicionar sus promesas electorales y "volver a la realidad".

El desafío de Grecia

Es en Grecia donde se juega el cariz de la política económica de los 27 y el futuro inmediato de la eurozona. El país que paga la enorme deuda acumulada (170% del PIB) con dinero de la UE ha votado mayoritariamente a los partidos que se oponen a las condiciones bajo las que se obtiene ese mismo dinero.

Así lo ha advertido Alexis Tsipra, candidato de la Coalición de la Izquierda Radical griega (Syriza), que ha cuadruplicado su apoyo electoral en las elecciones del domingo y se ha convertido en el segundo partido del país con un programa contrario a las condiciones del rescate.

"Los pueblos europeos no pueden comprometerse con rescates bárbaros. No pueden legitimar un futuro indigno. Los dirigentes europeos, y sobre todo la señora Merkel, deben entender que la política de austeridad ha sufrido una clara derrota".

El resultado electoral en Grecia rompe los planes de la UE, que apostaba por una reedición de la coalición entre Nueva Democracia y PASOK, los dos partidos tradicionales que firmaron el memorandum con la troika (UE-FMI-Banco Mundial).

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, sugirió incluso que Grecia tendría que "afrontar las consecuencias", es decir, abandonar el euro, si no elegía un gobierno que se sometiera a las condiciones de los prestasmistas.

La salida de Grecia, sin embargo, parece poco probable a medio plazo, porque debilitaría a toda la eurozona y podría disparar la especulación contra otros estados con problemas de deuda, entre ellos España.