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Un informe del BCE concluye que el uso del dinero en efectivo aumenta en tiempos de crisis

  • Según el banco central, el pago con tarjetas físicas se desplomó entre el 41% y el 42% durante el apagón
  • Otros casos analizados son la pandemia del Covid-19, la invasión rusa de Ucrania y la crisis de deuda griega
RTVE.es

El Banco Central Europeo (BCE) concluye que el uso del efectivo aumenta durante episodios de crisis "cuando la estabilidad se ve amenazada". El banco central ha estudiado diversos casos como la pandemia del Covid-19, la invasión rusa de Ucrania, el apagón en la península Ibérica del 28 de abril de 2025 o la crisis de deuda soberana griega.

El informe asegura que, "independientemente de la naturaleza" del momento de crisis, su alcance geográfico o el grado de digitalización, la demanda y el uso de efectivo aumenta. Por ejemplo, en el caso de la pandemia, se produjo un acaparamiento preventivo de dinero físico debido a la incertidumbre. En el caso de la invasión rusa a Ucrania se localizó un aumento rápido de la demanda en los países vecinos. Por su parte, el apagón en la península, "puso de manifiesto el efectivo como un método de pago indispensable cuando fallan las infraestructuras digitales".

Según explica el informe, estos casos resaltan la existencia de un patrón recurrente. La población, ante momentos de incertidumbre, recurre a la divisa física como reserva de valor en la que pueden confiar ya que ofrece "un medio de pago resistente". El efectivo proporciona un "seguro social" y un refugio contra la "inestabilidad sistémica", además de empoderar "a los usuarios" al ofrecer anonimato a la hora de realizar pagos que no quedan registrados.

El apagón del 28 de abril ha puesto de relieve la importancia de llevar dinero en efectivo

Cuando falla la infraestructura digital

¿Qué pasa con el dinero cuando fallan las infraestructuras digitales? Esta situación se vivió en la península ibérica el 28 de abril de 2025 cuando ésta se vio afectada por un prolongado apagón que también afectó a zonas del sur de Francia.

Aquel día, a las 12.33 hora peninsular española, la red eléctrica ibérica perdió sincronismo con la red europea y se separó. Este suceso provocó un apagón prácticamente total en la Península que afectó a más de 50 millones de personas. El BCE estima que el pago con tarjetas físicas se desplomó entre un 41% y 42% en las zonas afectadas frente a las no perjudicadas. Por su parte, el comercio electrónico nacional cayó un 54%, lo cual supuso un descenso del 34% del consumo total nacional ese día.

Se estima que las pérdidas directas del producto interior bruto (PIB) oscilan entre 400 millones y 1.600 millones de euros. El apagón convirtió al efectivo en la única opción de pago, "ya que los billetes existentes seguían funcionando perfectamente incluso cuando los sistemas digitales y muchos cajeros automáticos no funcionaban". Durante el día del apagón, la retirada de efectivo de los cajeros se desplomó en las zonas afectadas, pero en las que no sufrieron las consecuencias, las retiradas de efectivo aumentaron significativamente.

Por otro lado, cuando se restableció la electricidad, se produjo un fuerte aumento en los retiros, "superando con creces los niveles típicos". Según datos de la encuesta realizada por el BCE para este informe, "el 39% de los españoles mantuvo reservas de efectivo en casa por precaución". Asimismo, el aumento de la retirada al día siguiente se explica como "efecto de reabastecimiento" después de gastar más efectivo de lo normal "y un posible aumento en reservas cautelares".

Otros episodios

La pandemia del Covid-19, que comenzó a principios de 2020, provocó un auge "extraordinario y sostenido" en la demanda de efectivo. Según el informe, a finales de 2020, la emisión de billetes en la eurozona había crecido en más de 140 mil millones de euros, un aumento de más de 85 mil millones (130% más) en comparación con el crecimiento anual medio antes de la pandemia, de 55 mil millones. Este ascenso tuvo lugar a pesar de la disminución de las compras del día a día debido al confinamiento, problemas de salud o los pagos realizados a través de Internet.

La invasión rusa de Ucrania, por su parte, provocó "un aumento significativo" del efectivo en países cercanos al conflicto. En estas naciones, una de las principales preocupaciones eran los posibles ciberataques rusos contra las infraestructuras digitales o el riesgo geopolítico de la guerra. Todos estos factores amplificaron "la necesidad percibida de una reserva de valor tangible y confiable".

En el caso de la crisis de deuda soberana griega (2009-2018), "la incertidumbre del mercado" provocada por la inestabilidad política y el "ajuste macroeconómico", ocasionó una gran demanda de billetes en el país mediterráneo. Desde finales de 2014 hasta mediados de 2015, la emisión total diaria de billetes en Grecia se situó muy por encima de los niveles esperados.