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El apagón causó más miedo que cambios: las reacciones de la ciudadanía, según nos habéis contado

DatosRTVE lanzó una encuesta para conocer si el apagón del 28 de abril había influido en la población. Los resultados, en pocas palabras: la vida sigue (casi) igual. No ha habido grandes giros en los hábitos cotidianos, pero sí pequeños actos de cautela: radios, paquetes de pilas, linternas, una despensa algo más llena, dinero en metálico y el móvil bien cargado por si el país vuelve a irse a negro.

El gran apagón un mes después: ¿cuánto ha cambiado a la vida de la ciudadanía?
JOSÉ Á. CARPIO / CRISTINA POZO | DatosRTVE

Hace un mes, un apagón sin precedentes dejó sin suministro eléctrico a toda la península ibérica. El acontecimiento, más propio de una película apocalíptica que de una mañana de lunes, despertó entonces muchas inquietudes que retomamos 30 días más tarde. En DatosRTVE nos preguntamos: ¿ha cambiado algo en nuestro día a día después de este episodio? Para averiguarlo, lanzamos una encuesta online a la que han respondido más de mil personas.

Es evidente que el apagón supuso un notable impacto. En retrospectiva, hizo sentir miedo a uno de cada tres ciudadanos, según han reconocido las personas que han respondido al formulario. Es cierto que no suscitó temor a la mayoría, pero tratándose de una emoción colectiva ante una situación de crisis, es una señal digna de no pasar por alto. Como mínimo, indica que hay un grupo relevante de personas que vivieron la experiencia asustadas, y eso puede influir en su percepción de seguridad, su confianza en las instituciones y su preparación para futuros eventos similares.

Tres de cada cuatro encuestados se encontraban en su casa (41,3%) o en el trabajo (32,3%) cuando tuvo lugar el corte que dejó sin suministro eléctrico a la península ibérica. Estas proporciones de la encuesta elaborada por DatosRTVE son similares a las de que elaboró el CIS tras el apagón. Sin embargo, los encuestados por el Centro de Investigaciones Sociológicas manifestaron haber sentido miedo en menor proporción (21,5%) que los que han respondido a RTVE. Al final de esta noticia se pueden leer las características de esta encuesta y sus limitaciones.

Ante la falta de electricidad, la mayoría (62,1%) la echó de menos para realizar tareas domésticas, como cocinar, mantener refrigerados medicamentos o alimentos, etc., según la encuesta del CIS. Lo siguiente que más echaron en falta fue el teléfono (55,5%) e internet (26,3%), muy por delante de otras necesidades como pagar con tarjeta (9,8%) o repostar combustible (7,4%).

Radio, pilas y linternas, el 'kit' básico tras el apagón

¿Cómo se prepararon los ciudadanos tras el apagón? Principalmente, comprando radios no enchufables para mantenerse informados (22,6%), pilas para alimentar este y otros aparatos eléctricos (18,7%), como las linternas (que ha comprado o piensa comprar el 15,9% de los encuestados).

No obstante, como se ve en la siguiente tabla, hay casi un 40% que no se han sentido urgidos a comprar nada especial como consecuencia del apagón, y en torno a un 20% afirma que ya dispone de "todo lo necesario".

La radio fue el principal medio de comunicación al que recurrieron los ciudadanos, el que informó y redujo la incertidumbre hasta que regresó la luz. Según el CIS, el 62,1% la escuchó en algún momento y, de estos, uno de cada tres estuvo pendiente de la radio "prácticamente todo el tiempo hasta que se restableció la electricidad". Radio Nacional fue la emisora que más se escuchó.

Radios, pilas y linternas son artículos primarios que responden bien a las necesidades de un apagón de unas 8-14 horas en mitad de la jornada, como fue el del pasado 28 de abril, en primavera, con luz natural hasta las 21:00 horas, y con un tiempo suave. Son menos las personas que han comprado o pensado adquirir bienes para una interrupción del suministro eléctrico más prolongada: agua (12,9%), alimentos (12,8%), cargadores y baterías portátiles (12%), camping gas para cocinar alimentos sin electricidad (11,6%) o velas (10,2%).

Los jóvenes compraron más y hubo mucho 'por si acaso'

Al comparar estas respuestas con el perfil demográfico de las personas que han participado en la encuesta, se ve que hay más hombres que afirman que tienen todo lo que necesitan (22%) que mujeres (17,3%), y que ellas se han preocupado más de aprovisionarse con artículos básicos: comida, agua, linternas e incluso aparatos de radio.

Obviamente, son las personas que reconocen haber sentido miedo por el apagón las que se han lanzado en mayor proporción a comprar, desde velas o medicamentos hasta hornillos y navajas. Incluso los que afirman sentirse poco preocupados se han aplicado un 'por si acaso' y también han aprovechado para aprovisionarse con algunos productos.

Destaca también que han sido los menores de 45 años los que se han sentido más empujados a comprar determinados productos. Los mayores de 60 años son los que más consideran (29%), con bastante diferencia, que cuentan con todo lo necesario.

Más dinero en el bolsillo y más batería en el móvil

Esas han sido las acciones inmediatas después del apagón. Pero parece ser que, al margen de esa reacción inicial de aprovisionamiento, el apagón no ha supuesto un cambio significativo en nuestro día a día. Siete de cada diez (71,5%) afirman que no han cambiado ninguno de sus hábitos.

Entre los que sí han tomado medidas, las más mencionadas son llevar más dinero en efectivo (18,7%) y procurar que la batería del móvil esté lo más cargada posible (16,5%), lo mismo que con el depósito de combustible (un 7,9%, casi los mismos que quienes se esfuerzan en "comprar más alimentos que no necesitan cocinarse", como latas, conservas, etc., con un 7,7%).

Quienes tuvieron miedo han modificado (algo) sus hábitos

Sentir miedo o inquietud no siempre se traduce en acción y, según los resultados de la encuesta de DatosRTVE, el apagón no ha supuesto un antes y un después para la mayoría de la gente. La preocupación que despertó ha sido, para muchos, una emoción pasajera sin repercusiones.

En cuanto a la turbación vivida hace un mes, la mayoría de los que lo vivieron con miedo (un 53%) asegura que ha mantenido sus hábitos diarios, un porcentaje que se dispara hasta el 81% entre quienes no sintieron aprensión aquel día. Esas diferencias llegan a duplicarse cuando se habla de llevar más dinero en efectivo (29% frente a 13%), tener el móvil bien cargado (28% frente a 11%), comprar latas u otros alimentos sin cocción o tener el depósito de combustible lleno posible (15% frente a un 4%).

A cuatro de cada diez entrevistados les preocupa "mucho" o "bastante" que se produzca un nuevo apagón. Si se cruza esta creencia con los cambios en los hábitos, se observa que quienes temen que el corte de suministro se repita sí han variado algunas de sus costumbres, muy por encima de aquellos que no están preocupados por que ocurra otro apagón.

Apenas hay diferencias entre hombres y mujeres. Ellas, no obstante, intentan en mayor medida tener dinero encima (20% frente a 17%) y el móvil con batería (19% frente a 13%). Lo mismo ocurre al analizar el tamaño por municipios: en los más grandes les preocupa más el metálico y el teléfono; por el contrario, en los más pequeños, quedarse atrapado en un ascensor inquieta menos que en las ciudades.

Por edades, los veteranos, los mayores de 60 años, son los que menos han cambiado sus hábitos. De hecho, son los más despreocupados en cuanto al dinero en efectivo o a tener batería en el móvil. Por otro lado, las personas de entre 30 y 44 años son las más preocupadas por tener el depósito lleno y por conseguir alimentos sin cocción.

A la mayoría no le preocupa un nuevo apagón

El apagón, sus efectos y la investigación sobre su origen concentraron el interés informativo durante algo más de una semana. Un mes después, es un suceso que sigue bajo lupa pero, entretanto, se ha aparcado el debate público sin que aún se tenga una explicación definitiva de sus causas.

Por otra parte, pese a lo extraordinario del suceso, la percepción semanas después del apagón parecería indicar que no fue para tanto. Seis de cada diez encuestados (61,3%) dicen que el apagón les afectó relativamente poco o nada, por el 38,7% que afirma que les afectó mucho o bastante.

¿Salimos más preparados del apagón masivo del 28 de abril? La respuesta corta es que no, según los propios encuestados. El 52% se siente igual de preparado que antes del apagón para afrontar otro corte indefinido, y se deduce más bien indiferencia antes que los deberes listos del preparacionista ideal. El 36% sí se considera más preparado y casi el 12% reconoce que no lo está.

Al tratar de perfilar de forma más certera esta percepción, se observa que los adultos menores de 30 años son quienes creen estar ahora más preparados, así como quienes sintieron miedo por el apagón. Las mujeres y quienes viven en localidades más pobladas también manifiestan sentirse relativamente algo más preparados si se repitiese una nueva desconexión de la electricidad.

Aprovechando los campos abiertos de la encuesta, la población ha aprovechado para volcar frustraciones y reflexiones a partes iguales. Desde críticas al Gobierno a pedir subidas de sueldo, pasando por procurar depender menos de Internet o incluso cambiar de país. También ha habido quien ha hecho un gran trabajo de introspección ("Intento valorar más lo que tenemos") y de pensar más en los demás ("Me he planteado también aprender lenguaje de signos").

El apagón no ha producido grandes cambios de hábitos en la población

Ficha técnica

Esta noticia se ha elaborado a partir de una encuesta online elaborada por DatosRTVE y abierta entre el 16 y el 23 de mayo de 2025. La muestra definitiva es de 1.409 encuestados, de los que el 43% son hombres y el 55% son mujeres, de edades comprendidas entre los 18 y los 89 años. Han respondido personas de las 50 provincias españolas, además de Ceuta. El 84% de los participantes en la encuesta residen en localidades mayores de 10.000 habitantes.

En todo caso, la muestra de esta encuesta no es proporcional ni fue seleccionada con un método científico. Los datos provienen de un formulario web abierto, difundido a través de los medios de RTVE y sus redes sociales, lo que significa que cualquier persona podía responder de forma voluntaria. El objetivo de esta consulta era extender las preguntas a más población, para tener una visión más amplia. En ese sentido, no se garantizó que hubiera una representación equilibrada de distintos grupos de edad, género, zonas geográficas, etc. Hay que subrayar, por tanto, que los resultados no reflejan de manera precisa la opinión de la población española.

DatosRTVE ha filtrado los cuestionarios recibidos para eliminar a las personas menores de edad o que no han informado de su edad, así como a personas que viven en el extranjero. También se han limpiado o recategorizado respuestas con erratas y contradictorias para que no afectaran a los resultados globales.

Los datos de la encuesta están disponibles en Github para su reutilización.