Un mes de incógnitas tras el apagón, con la sobretensión en el centro de las investigaciones
- Las pesquisas se dirigen a esclarecer qué es lo que causó este incremento de la tensión y a qué puntos de la red afectó
- Gobierno y Red Eléctrica esperan tener listo el informe final en un plazo máximo de tres meses
Se cumple un mes del mayor apagón de la historia reciente de España y las investigaciones sobre lo que sucedió aquel 28 de abril siguen su curso. Las piezas del rompecabezas ya se conocen y están sobre la mesa, aunque ahora hay que encajarlas y establecer la relación causal de los hechos, que quedará plasmada en el informe que tanto el Gobierno como Red Eléctrica esperan tener finalizado en un plazo máximo de tres meses, según adelantó la semana pasada la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen.
Después de cuatro semanas, las principales líneas de investigación apuntan a una situación de sobretensión en el sistema eléctrico peninsular "cuya causa y consecuencia están todavía por concretar".
Las pesquisas se dirigen a esclarecer qué es lo que causó esa sobretensión y a qué puntos de la red afectó exactamente, además de determinar otros aspectos como si las instalaciones se protegieron para evitar problemas debido a esa sobretensión, o si funcionaron los cortafuegos.
"Ahora mismo la principal hipótesis es una sobretensión, que se produce cuando el sistema tiene mucha producción y baja demanda, que es algo que estaba pasando en ese momento, y pudo ser un agravante", declara a RTVE.es Alejandro Labanda, experto en energía y director de transición ecológica de beBartlet, quien no obstante deja claro que "tuvieron que coincidir varios sucesos que se produjeron de manera excepcional, además de algún tipo de agravante que provocase que se escalara hasta un apagón completo".
Subestación eléctrica que da servicio a la ciudad gallega de Ferrol. EFE / KIKO DELGADO
Hipótesis descartadas
Otras hipótesis están ya prácticamente descartadas, como la del ciberataque, que se tratase de un problema de cobertura -aquella mañana, había suficiente generación para hacer frente a la demanda-, o que tuviese que ver con el mallado de red, el entramado de conexiones entre las subestaciones que permite el transporte de la electricidad por todo el territorio. Tampoco parece probable que se relacionase con una fluctuación en la demanda o en la generación, ya que el sistema energético disponía de una reserva suficiente para poder actuar.
También se ha recalcado que no fue un problema de inercia. Según la ministra Aagesen, el sistema eléctrico peninsular contaba en los momentos previos al apagón con un nivel de inercia "acorde a las recomendaciones" que establece la red de operadores europeos -Entso-E-, y que incluso lo superaba. El nivel aconsejado es de 2 segundos y, según los cálculos de Red Eléctrica, este alcanzaba los 2,3 segundos justo antes del incidente.
A grandes rasgos, el nivel de inercia en una red eléctrica está relacionado con la capacidad del sistema para resistir cambios bruscos en la frecuencia ante perturbaciones, y depende principalmente de la cantidad de generadores síncronos rotando, ya que su masa en movimiento almacena energía cinética que estabiliza la red. Las plantas de gas, las nucleares, las termosolares o las hidroeléctricas tienen generadores que rotan a la misma frecuencia que la red, por lo que aportan inercia al sistema eléctrico.
Menor inercia implica mayor vulnerabilidad a variaciones bruscas de frecuencia, lo que puso en el punto de mira desde los primeros momentos del apagón a las energías renovables, especialmente la fotovoltaica y la eólica, puesto que no funcionan con masas giratorias, por lo que no aportan inercia (aunque algunas pueden simularla mediante inercia sintética o el uso de compensadores síncronos, tecnologías que en España y en los países de la Europa continental no se han implantado aún de manera generalizada).
"Se había especulado mucho durante estas últimas semanas de que esta inercia estaba por debajo, y no es cierto", asegura a RTVE.es Pedro Fresco, director de AVAESEN, la patronal valenciana de las renovables. "Es muy posible que haya energías renovables dentro de la concatenación de eventos que se ha producido, pero eso no quiere decir que la desconexión de las renovables sea la causa, sino que probablemente sea la consecuencia", defiende.
Este experto energético opina que "incluso asumiendo la hipótesis de que hubiese un exceso de generación renovable en algunos puntos de España, al final hay muchas posibles soluciones, y la mayoría de ellas no pasan por tener más generación de energía tradicional, sino por disponer de los mecanismos que permiten ser más robustas y más estables a las redes con una alta penetración de energías renovables".
En este sentido, Fresco cree que muchas de las lecciones que se podrán extraer del apagón estarán relacionadas "con un sistema eléctrico que está evolucionando hacia el 100% renovable basado fundamentalmente en fuentes intermitentes". "Además de una mayor interconexión con el resto de países europeos y un mayor almacenamiento, sabemos que quizá más adelante se va a comenzar a pedir a muchas centrales eólicas y fotovoltaicas que aporten inercia sintética al sistema y a la red, que ya lo podrían hacer pero no lo están haciendo porque la regulación no se lo reclama", puntualiza.
Central eléctrica situada en la Comunitat Valenciana. GETTY IMAGES
Dos oscilaciones interárea previas
La pasada semana también se ha conocido que se detectaron dos oscilaciones en el sistema eléctrico europeo aproximadamente treinta minutos antes del apagón. En el caso concreto de la primera oscilación, se descubrió dentro de España, pero también en otros países como Francia o el sur de Alemania. "Seguimos analizando si estas dos oscilaciones pudieron tener relación o no con lo que ocurrió media hora más tarde", ha asegurado Sara Aagesen.
Estas oscilaciones se conocen como "interárea", y repercuten con mayor fuerza en los extremos del sistema. "España está integrada en el sistema eléctrico europeo, que es un sistema síncrono desde Estambul hasta los países nórdicos, aunque nos encontramos en un extremo, débilmente interconectados con el resto a través de Francia, y eso exacerba el impacto de este tipo de variaciones que son normales, pero que en los extremos pueden tener valores mayores y pueden generar esas dificultades de operación", explica Alejandro Labanda.
No obstante, como aclara a RTVE.es el divulgador sobre el mundo de la energía Marcial González, "estas dos oscilaciones se amortiguaron justo antes del apagón, así que parece que en el momento del apagón no estaban provocando ninguna perturbación".
Pérdida de generación por 2,2 GW
Otro de los hechos que se ha conocido en los últimos días es que el 28 de abril, poco después de las 12:30 horas, se iniciaron tres eventos de pérdida de generación, con plantas de generación desconectándose de la red, por un acumulado de 2,2 gigavatios (GW) en las provincias de Granada, Badajoz y Sevilla -entre las 12:32:57 horas y las 12:33:17 horas-, tras los que se detectó esa situación de sobretensión en el sistema eléctrico peninsular que precedió al fallo masivo.
"Aún no se conoce de dónde vienen, aunque se trata de nudos que llevaban arrastrando desde hace tiempo problemas de sobretensiones y esta vez, por algún tipo de inestabilidad, se agravaron y provocaron esa pérdida de generación súbita", comenta Marcial González. "Esa pérdida de generación en tres etapas originó una caída de la frecuencia y una pérdida de sincronismo con Francia, que provocaron que el sistema español se desconectase del sistema francés, lo que dio comienzo al colapso de tensiones que todos conocemos", añade.
Después de las tres pérdidas de generación, se activaron los mecanismos de deslastre de carga -una medida de emergencia del sistema eléctrico que consiste en ir desconectando cargas para intentar equilibrar generación y demanda-, pero no se consiguió frenar la caída de la frecuencia y esta acabó provocando el desplome masivo.
"En muy poco espacio de tiempo cayeron 2,2 gigavatios, que son como dos reactores nucleares, en tres plantas de generación eléctrica que seguramente sean renovables -Granada, Sevilla y Badajoz-. En la primera caída de generación sí que responde el sistema y es capaz de recuperarlo, pero luego en las dos siguientes, no; y aunque Red Eléctrica quita demanda del sistema con los famosos deslastres, no es capaz de igualar generación con demanda, y es por eso que no se queda como un apagón regional, sino que se extiende al conjunto del sistema", describe Alejandro Labanda.
¿Se puede volver a repetir?
Sobre si se puede volver a repetir un apagón de similares características, estos expertos coinciden en apuntar a que se trata de "algo posible, pero muy poco probable". Especialmente en el momento actual, en el que el sistema está operando de manera reforzada, aplicando ciclos combinados de gas en los lugares de la red donde se han detectado mayores tensiones, para blindar la estabilidad y tener mayor capacidad de reacción ante posibles variaciones bruscas. El inconveniente es que este refuerzo repercute directamente en el bolsillo de los consumidores, ya que la electricidad generada con gas es mucho más cara que la de las renovables.
"Es complicado que en una frase se pueda devolver la confianza a la población, pero yo quiero transmitir que el sistema eléctrico europeo sigue siendo muy fiable, y sigue teniendo unos grandísimos profesionales trabajando detrás", asegura el doctor en Ingeniería Eléctrica Marcial González, quien subraya que "debemos tener la misma sensación de seguridad que teníamos antes del apagón, porque las probabilidades son las mismas".
"¿Se puede volver a repetir? No creo que sea posible. Creo que lo que ha ocurrido es algo muy excepcional, porque la red eléctrica europea tiene unos estándares de calidad elevadísimos, y además hay mucho conocimiento aplicado para que no suceda algo así", concluye Alejandro Labanda.