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La OCDE eleva dos décimas la previsión de crecimiento y de la inflación de España este año, hasta el 2,6%

  • El avance del PIB español se ralentiza respecto al 2024, pero sigue a la cabeza de las principales economías desarrolladas
  • Los aranceles y las políticas antiinmigración de Trump contrarrestan el impulso de la inversión del sector tecnológico en IA
La OCDE eleva dos décimas la previsión de crecimiento y de la inflación de España este año, hasta el 2,6%
Vista de un trabajador en Valladolid, en agosto de 2024 EFE/Nacho Gallego

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que la economía española crezca un 2,6% este año, dos décimas más que lo que calculó en su anterior proyección publicada en junio. La revisión al alza de 0,2 puntos es la misma para la inflación en España, que casualmente también se situará en el 2,6%, según el informe provisional de perspectivas económicas.

La variación del producto interior bruto (PIB) estimada para 2025 por el organismo internacional coincide con la del Banco de España, que la elevó también al 2,6% la semana pasada. El Gobierno, por su parte, es algo más optimista y espera un 2,7%.

Si ampliamos la perspectiva temporal, el OCDE también ha sumado una décima al PIB estimado para 2026, hasta el 2%, cuando anticipa igualmente que España alcance el objetivo del 2% de inflación marcado por el Banco Central Europeo (BCE).

La inflación subyacente (resultado de excluir los precios de la energía y los alimentos no elaborados, más volátiles) se proyecta en el 2,3% para 2025, sin cambios respecto a la estimación de junio, y en el 1,9% en 2026, esto es, una corrección a la baja de una décima.

El documento, que lleva por epígrafe "Encontrar el equilibrio adecuado en tiempos de incertidumbre", arroja un crecimiento global en ralentización durante estos dos años respecto a 2024. La media global se espera en el 3,2% este año y en el 2,9% en 2026, una proyección ligeramente más positiva de lo estimado antes, pero en todo caso inferior al 3,3% del ejercicio pasado.

En el caso de España, la tendencia descendente es más patente al pasar del 3,2% de aumento del PIB en 2024 al 2,6% estimado este año y el 2% el siguiente. Al respecto, desde el Gobierno apuntan que esta proyección no recoge la última revisión de los datos del Instituto Nacional de Estadística, que elevó tres décimas el crecimiento de 2024, hasta el 3,5%, por un mejor dato de inversión. "España volverá a liderar el crecimiento entre las economías avanzadas en 2025, a pesar del contexto de incertidumbre geopolítica y comercial. La previsión de crecimiento de España en 2025 triplica la proyección para el conjunto de la zona del euro y duplica la de la Unión Europea", han destacado fuentes del Ministerio de Economía.

En términos generales, la OCDE relaciona ese cambio de ritmo con el aumento de los aranceles de Estados Unidos y la "aún elevada incertidumbre" política, lo que puede frenar la inversión y el comercio una vez se pase el efecto de las medidas tomadas para anticiparse al cambio en el comercio global.

Con todo, las previsiones de España superan a la media de la eurozona y las principales economías desarrolladas, como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia o Japón.

Alemania, Francia e Italia, por debajo del 1% de crecimiento

La OCDE ha mejorado en dos décimas la previsión de crecimiento de la zona euro este año, pero ha empeorado en la misma medida la del 2026. El avance del PIB conjunto se sitúa así en el 1,2% y 1%, respectivamente, niveles superiores al 0,8% del año pasado.

Según sus cálculos, Alemania ha remontado la recesión de 2024 (-0,5%) y avanzará al 0,3% este año y al 1,1% el siguiente. En ambos casos, el cómputo es un poco más pesimista que antes del verano (-0,1 puntos porcentuales).

En cambio, el informe recoge pocas novedades para Francia e Italia, que crecerán un 0,6% cada una en 2025. Se prevé que la economía francesa apriete el acelerador en 2026, hasta el 0,9%, pero la perspectiva Italia se ha visto ligeramente empeorada y repetirá en el 0,6%, si se cumplen estos pronósticos.

En todo ello, influirán las condiciones crediticias más favorables, como consecuencia de la bajada de los tipos de interés, que pueden compensar "en cierta medida" los efectos negativos de la incertidumbre geopolítica y un comercio global más hostil por los aranceles estadounidenses.

Los aranceles lastran el impulso de la inversión en IA de EE.UU.

El crecimiento de Estados Unidos también se frena al pasar del 2,8% del año pasado al 1,8 % en 2025 y al 1,5 % en 2026, según las previsiones de la OCDE, que observa que los efectos de los aranceles y de la caída de la inmigración neta por las políticas de Donald Trump serán superiores a las "fuertes" inversiones del sector tecnológico.

Por su parte, el informe prevé que China crezca el 4,9 % en 2025 y el 4,4 % en 2026 (en declive desde el 5% del año pasado), a medida que entren en vigor los aranceles más elevados y se desvanezca el apoyo fiscal.

La OCDE reconoce que el crecimiento global ha sido más "resistente" de lo esperado a principios de 2025, especialmente en los mercados emergentes. La reacción para anticiparse a los aranceles más altos avivó la producción industrial y el comercio, al tiempo que las fuertes inversiones relacionadas con la inteligencia artificial han jugado a favor del PIB estadounidense. En China, el apoyo fiscal ha compensado en cierto modo los "obstáculos" comerciales y la debilidad de su mercado inmobiliario.

El informe dedica varias líneas a analizar el aumento de esos obstáculos, los aranceles de Estados Unidos, que han alcanzado en agosto un tipo efectivo global del 19,5%, el más alto desde 1933.

"Los efectos completos de los aranceles aún no se han dejado sentir"

"Los efectos completos del aumento de los aranceles aún no se han dejado sentir, ya que muchos cambios se están introduciendo gradualmente y las empresas están absorbiendo inicialmente algunos aumentos arancelarios a través de los márgenes, pero son cada vez más visibles en las decisiones de gasto, los mercados laborales y los precios al consumo", aclara el equipo técnico.

En cuanto a la inflación, la tendencia es al descenso en la mayoría de los países del G-20, a medida que se modere el crecimiento económico y se alivien las presiones del mercado laboral. Se prevé que la tasa general disminuya del 3,4 % en 2025 al 2,9 % en 2026 de media, mientras las economías avanzadas mantendrán una subyacente en el 2,6 % y el 2,5 % cada año.

Señales dispares en el mercado laboral

La evolución del mercado laboral está siendo desigual en el mundo, según la OCDE, que reporta "signos de debilitamiento" y aumentos en las tasas de desempleo en algunas economías como Estados Unidos, India, Francia, Alemania, Canadá y Australia. Además, la menor demanda se refleja en algunos de esos países en una caída gradual de la ratio de puestos vacantes por número de desempleados.

Pero el informe destaca al mismo tiempo que el paro sigue "muy bajo" en el conjunto de la OCDE en términos históricos, con descensos en España, Corea, Turquía, Brasil e Italia. Y la media de horas trabajadas por empleado también ha disminuido en mercados laborales como el español, el japonés, el francés o el canadiense.

"La previsión es que el crecimiento del empleo siga siendo compatible con incrementos de la productividad", ha señalado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, respecto al caso español en unas declaraciones remitidas a los medios de comunicación.

Preocupación por activos con valor "sobrevalorado" y riesgos fiscales

En el capítulo de riesgos, la OCDE advierte que las condiciones de los mercados financieros se han relajado en los últimos meses y han dado lugar a acciones con precios "boyantes", más concesiones de crédito y bajos diferenciales de los bonos corporativos (esto es, la diferencia de rentabilidad entre un bono corporativo y uno gubernamental de vencimiento similar).

"Sin embargo, el valor de los activos parece sobrevalorado y existe una creciente preocupación por los riesgos fiscales futuros", previene, y más tarde menciona en concreto los bonos estadounidenses y franceses.

Los analistas observan también el impacto que puedan tener en el futuro los aranceles, la inflación, un aumento del riesgo de los mercados financieros y la volatilidad de las criptomonedas, entre otros riesgos.

Por todo esto, la OCDE recomienda a los países encontrar "formas de cooperar dentro del sistema comercial mundial" para alcanzar una política más "transparente y predecible". Y a los bancos centrales, les insta a continuar vigilantes para lograr la estabilidad de los precios y reducir los tipos de interés cuando la inflación subyacente se acerque al objetivo.

"Mantener la independencia de los bancos centrales preservará la credibilidad de las políticas y reducirá la volatilidad y la persistencia de la inflación", añaden, unas líneas que pueden leerse bajo la luz de las presiones de Donald Trump para controlar la Reserva Federal.