La relación entre Israel y España se tensa mientras en la UE germina la idea de limitar el acuerdo comercial
- Netanyahu reprocha a Sánchez sus "amenazas genocidas" tras aprobar nueve medidas contra Tel Aviv
- Más de 64.000 personas han muerto en Gaza desde el comienzo de la guerra con Israel, según Hamás
Las relaciones diplomáticas entre Israel y España han alcanzado esta semana un pico de tensión sin precedentes después de las medidas anunciadas por el Gobierno de Pedro Sánchez por los ataques en Gaza, unas sanciones que han derivado en un cruce de acusaciones entre ambos países. Paralelamente, la Unión Europea se ha mostrado abierta a limitar parte del acuerdo comercial con el Estado hebreo, cuya ofensiva militar en la Franja deja decenas de miles de muertos.
La escalada, aunque ha estado presente en los casi dos años de guerra, tuvo un punto de inflexión el lunes. Ese día, en una comparecencia institucional, Sánchez calificaba de "genocidio" la ofensiva israelí en Gaza, que deja más de 64.000 muertos palestinos y una fuerte hambruna ante el bloqueo de la ayuda.
El presidente del Gobierno afirmó que España "no tiene bombas nucleares, ni portaaviones, ni grandes reservas de petróleo" para "detener" la ofensiva, pero eso "no significa" que no deje de "intentarlo". En este sentido, anunció nueve medidas en contra de Israel, muchas de ellas reclamadas por su socio de coalición Sumar. Entre ellas, la aprobación "urgente" del embargo de armas a Israel, o del tránsito de barcos o aviones para las fuerzas armadas israelíes, la entrada de personas implicadas en crímenes contra la humanidad del enclave o el apoyo a la ayuda humanitaria y a la Autoridad Palestina, que gobierna solo en Cisjordania.
El Ejecutivo del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó de pleno las acusaciones y, como respuesta, acusó al Ejecutivo de España de "antisemita" y de querer tapar sus "casos de corrupción". A su vez, prohibió entrar en su país a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y a la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ambas de Sumar por, según dijo, su "apoyo al terrorismo" contra los israelíes.
El Ministerio de Exteriores español respondió que eran consideraciones "calumniosas" y llamó a consultas a la embajadora de España en Tel Aviv, lo que supone la retirada temporal de la diplomática y un posible paso previo a la ruptura de relaciones entre dos países.
Cruce de reproches entre Gobierno, socios y oposición
Sumar aplaudió el paso dado por Sánchez contra el Gobierno de Netanyahu y Díaz dijo que el veto de Israel era "un orgullo". Otros socios de la coalición fueron más fríos: Podemos aseguró que no creían en las medidas "hasta que no las vieran" y ERC lamentó "que al PSOE le costaran tanto estas cosas".
Este sábado, Óscar López, ministro de la Función Pública, ha remarcado que "se pueden condenar los ataques de Hamás y el genocidio en Gaza", al igual que se puede estar "en el lado correcto de la historia". Y, en esa línea, ha añadido: "Se puede decir que hace un siglo hubo un genocidio y que ahora hay otro. Se llama coherencia, se llama apostar por los derechos humanos".
Desde el PP, Alberto Núñez Feijóo afirmó que lo que está ocurriendo con la población en Gaza es "inadmisible", pero pidió a Sánchez que se desmarcase de Hamás y actuase "de forma ecuánime". Mientras, Vox criticó que el Gobierno se haya "aliado", a su parecer, con dicha organización islamista palestina.
Todo ocurrió en el mismo día en el que se produjo un atentado en Jerusalén, con cinco muertos, entre ellos un melillense, más una decena de heridos.
Apoyo de Von der Leyen y reacción de EE.UU.
Moncloa llevó sus propuestas el martes al Consejo de Ministros, donde fueron aprobadas (a excepción del embargo de armas a Israel, que debe ser tramitado por real decreto). España ya rescindió en abril de 2025 un importante contrato de compra de balas con Israel, que había provocado gran tensión en el Gobierno de coalición; y en junio canceló otro contrato millonario para la compra de misiles antitanque.
En la comparecencia se anunciaron los nombres de los ministros israelíes a los que no se permitiría la entrada en España: el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y el de Hacienda, Bezalel Smotrich. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que Israel tiene derecho a "defenderse" y a tener un Estado, pero que, de igual forma, también Palestina "tiene derecho" a tener un Estado propio, algo que España ya reconoce desde mayo de 2024 y que en su momento provocó que el Ejecutivo hebreo llamara a consultas a su embajadora.
Esta semana, mientras las tensiones entre Madrid y Tel Aviv se elevaban, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, propuso en el debate sobre el estado de la Unión la suspensión parcial del acuerdo comercial con Israel y sanciones a varios de sus ministros. Un día después, el Parlamento Europeo aprobó una resolución no vinculante sobre Gaza que también pedía limitar dicho acuerdo. Algo más simbólico que real, como reconoció Von der Leyen, pues será "difícil obtener mayorías" para que la medida salga adelante.
Al otro lado del Atlántico también llegaron los ecos de las medidas anunciadas por Sánchez. La tarde del miércoles, un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. se mostró "profundamente preocupado" por las sanciones españolas, al considerar que "envalentonan a los terroristas" y acusó al Gobierno de España de "dar la espalda a Israel". El propio Albares tuvo que salir al paso el jueves en una entrevista en TVE, donde minimizó esas declaraciones y negó que hubiera "un choque" con el Gobierno del presidente Donald Trump.
Netanyahu acusa a Sánchez de "flagrantes amenazas genocidas"
El cruce de acusaciones siguió el jueves desde Israel. En un mensaje publicado en su cuenta de X, el Gobierno de Netanyahu retomó las palabras de Sánchez del lunes sobre la ausencia de "bombas nucleares" de España y las calificó de "flagrante amenaza genocida" contra el Estado de Israel.
El Ministerio de Exteriores español rechazó ese mismo día "cualquier forma de antisemitismo" y reclamó "el cese inmediato de la violencia sin fin en Gaza". Este viernes, el ministro convocó a la encargada de negocios de la Embajada de Israel en España "para rechazar tajantemente las falsas y calumniosas declaraciones de la oficina del Primer Ministro de Israel". También el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, afeó a Netanyahu la acusación con "el exterminio que está llevando a cabo" Israel en la Franja, a la vez que la ministra de Defensa, Margarita Robles, criticó que el primer ministro israelí "tergiverse" las declaraciones del presidente.
Preguntado el titular de Exteriores por cuál sería el siguiente paso si la escalada continúa, Albares respondió que la retirada definitiva de la embajadora en Tel Aviv, algo que espera que no llegue a suceder.
También el viernes, Israel anunció que no acudiría al Mobile World Congress en Barcelona por los "sentimientos antiisraelíes" de España.
Todo ello ha ocurrido en un contexto de alto voltaje: las reacciones se han sucedido también esta semana por el mencionado atentado en Jerusalén, las protestas propalestinas que afectan a la Vuelta ciclista y las acusaciones de la Global Sumud Flotilla de haber sido atacada en dos ocasiones en su viaje a Gaza. También Israel ha levantado ampollas en Catar, país que negocia la paz y donde esta semana se ha producido un ataque en Doha que dejó cinco muertos de Hamás.
Las negociaciones entre Israel y Hamás siguen estancadas mientras Gaza se muere por las bombas y el hambre. La organización terrorista islamista mantiene decenas de rehenes israelíes en la Franja, de los más de 200 que secuestró en 2023 en el ataque a israel del 7 de octubre que dejó 1.200 muertos. Netanyahu sigue su ofensiva, ya con más del 40% del enclave controlado por su Ejército y con el punto de mira ahora en Ciudad de Gaza, donde ha dado un ultimátum para que la población se vaya.