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Envejecimiento, gasto militar, cambio climático y deuda obligan a los países de la OCDE a aumentar los impuestos

  • La mayoría suben el de sociedades y las cotizaciones sociales, mientras se aplican tipos específicos, como el de la banca
  • Al mismo tiempo, se extienden ayudas fiscales para el acceso al acceso a la vivienda o la transición ecológica
Gasto militar, envejecimiento, cambio climático y deuda obligan a los países de la OCDE a aumentar los impuestos
Dos mujeres hablan en la calle en Pedreña, Cantabria, en agosto de 2025 EFE/ Román G. Aguilera

Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se han visto obligados en 2024 a aumentar su recaudación de impuestos, dados los "elevados niveles de deuda" y necesidades "emergentes" relacionadas con el cambio climático, el envejecimiento de la población y, en algunos casos, el aumento del gasto en defensa.

Así lo recoge su informe anual sobre las reformas fiscales en 86 jurisdicciones, publicado este jueves, que subraya que esta incremento de los ingresos necesarios se ha registrado en Estados "de todos los niveles de renta", con distintas estrategias: aumentos del impuesto sobre el valor añadido (IVA), el impuesto de sociedades (IS) o el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), más tradicionales, pero también específicos al tabaco o la contaminación.

Suben los impuestos de sociedades y se introducen específicos a la banca

Se han introducido, a su vez, recargos temporales o específicos sobre los impuestos excesivos. El impuesto a la banca, por ejemplo, se ha introducido o ha aumentado en más de 10 países, entre ellos, España, pero también Bélgica, Hungría, Irlanda, Israel o Países Bajos.

Además, por segundo año consecutivo, la tendencia de los países de la OCDE es a aumentar el impuesto de sociedades (hay más jurisdicciones que sí lo han hecho que no), aunque eso convive con incentivos fiscales a la inversión y, especialmente, a la investigación y desarrollo, las tecnologías limpias y los sectores estratégicos.

Entre las reducciones, la OCDE señala las introducidas por España, Portugal y Eslovaquia para apoyar a las pymes. La reforma española supone una estructura escalonada de forma que las empresas con ingresos netos inferiores al millón de euros tributarán al 17% los primeros 50.000 euros (en lugar del 23% de antes) y al 20% el resto. El estándar además se bajará gradualmente del 24% este año al 21% en 2028.

El envejecimiento empuja las cotizaciones sociales

El envejecimiento de la población y el aumento del gasto sanitario han empujado a la mayoría de países a aumentar las cotizaciones sociales obligatorias, aunque con reducciones en a base para sectores específicos de la sociedad.

Sobre España, recoge el ajuste de la cotización a la seguridad social como consecuencia del aumento del salario mínimo interprofesional (SMI) de 2024 y recuerda que en 2025 ha entrado en vigor la nueva cotización solidaria, de entre 0,92% y el 1,17% para los salarios más altos (base máxima de 59.000 euros) con el objetivo de sostener las pensiones del baby boom.

Además, para aumentar sus ingresos o mejorar la progresividad de los impuestos, la mayoría de los países han aumentado los tipos máximos del IRPF y sobre el capital, si bien se han generalizado también las desgravaciones a trabajadores jóvenes, familias y personas mayores.

En el caso español, la OCDE subraya que se han aumentado dos puntos, hasta el 30%, el tipo impositivo marginal máximo sobre las rentas de ahorro de más de 300.000 euros.

Por otro lado, en 2024, los países analizados han tendido a recortar los impuestos sobre bienes inmuebles y reducir su base imponible. "La mayoría de las medidas tenían por objeto aliviar la carga fiscal de los hogares, hacer más asequible la vivienda, simplificar los sistemas de impuestos sobre bienes inmuebles y fomentar la inversión", señala el informe, que menciona también algunas subidas en Irlanda o Reino Unido, entre otros.

Fin a las ayudas fiscales por la pandemia, pero el IVA reducido se queda

La OCDE remarca que en 2024 se dan por terminadas las ayudas y desgravaciones aplicadas por la pandemia y el periodo de inflación por la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania. No obstante, en algunos casos sí se ha mantenido el uso de tipos de IVA reducido, con "objetivos más específicos", como los alimentos, la energía, la salud, la vivienda y los cuidados.

Al margen de subidas concretas del IVA para aumentar los ingresos en algunos países (hasta el 22% en Estonia, el 25,5% en Finlandia o el 17% en Luxemburgo, por citar los europeos), el impuesto al consumo se utiliza también para desincentivar comportamientos y apoyar las políticas de salud pública.

Así, 16 países aplican ya o han anunciado aumentos en la carga fiscal de los productos derivados del tabaco. España, Irlanda, Polonia e Islandia, por ejemplo, los han dirigido ahora a los cigarrillos electrónicos.

Impuestos a combustibles, incentivos a la sostenibilidad

Por último, los impuestos se consolidan como una estrategia central de los países para la transición ecológica, una vez superada la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania. Y es que, en 2024 no solo se ha certificado el abandono de las desgravaciones temporales a los combustibles, sino que se han aplicado tipos especiales.

Sobre todo los gobiernos de los países de ingresos altos han combinado la fijación de precios del carbono con incentivos fiscales específicos, a través de IVA de productos y servicios sostenibles, desgravaciones del IRPF por transporte sostenible o, como se señalaba antes, menos impuesto de sociedades para inversiones limpias.

"España mejoró la generosidad de sus normas de amortización para las inversiones en diversos vehículos eléctricos e hidrógenos y su infraestructura de recarga", señala el informe, que recoge otras reformas para avanzar en la descarbonización del transporte en Irlanda o Bélgica.