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Análisis

Gaza eclipsa la guerra en Ucrania: Rusia sale beneficiada por la atención a Oriente y el posible desvío de armas

  • Ucrania teme que Gaza la desvíe del foco mediático y de la agenda de política internacional
  • Las imágenes del asedio a Gaza benefician a Rusia para su crítica hacia Estados Unidos por su alianza con Israel

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Un militar ucraniano inspecciona la antigua posición de las tropas rusas, ahora denominada posición 'X', en el área de Zaporiyia
Un militar ucraniano inspecciona la antigua posición de las tropas rusas, ahora denominada posición 'X', en el área de Zaporiyia

Está más alejada de los focos, pero la guerra en Ucrania no se ha detenido. Las tropas de Moscú y de Kiev combaten despacio, en posiciones ofensivas y defensivas, sobre una tierra quemada que teme la dureza del invierno. A Ucrania le ha robado protagonismo la reactivación del connflicto palestino-israelí. "Evidentemente, distrae la atención mediática, la atención de la opinión pública y también la atención de los líderes", explica la profesora de la Universidad Complutense de Madrid e investigadora en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI-UCM), Ruth Ferrero-Turrión.

Es un hecho que el conflicto se encuentra paralizado. Sobre el terreno de batalla, tanto Ucrania como Rusia no pueden llevar a cabo maniobras de gran nivel que conlleven bajas en las tropas. Moscú avanza en algunas áreas del frente y Kiev ataca con drones Crimea. "Viendo los avances tecnológicos en reconocimiento con drones e identificación de acumulación de tropas, dificulta que se lleven a cabo acciones de carácter ofensivo a gran escala", argumenta el analista y politólogo ucraniano Viktor Savkiv.

De hecho, el ministro de Asuntos Exteriors de Ucrania, Dmytro Kuleba, recordó el martes la crudeza del frente en tiempos de frío: "Nos estamos preparando para el peor invierno de la historia". La expectativa sobre la contraofensiva ucraniana, mientras en Oriente Medio se reabren las heridas de la historia.

La guerra en Ucrania está resultando más larga de lo que se esperaba. "Creo que el conflicto en Oriente Medio beneficia a Vladímir Putin, porque Estados Unidos y Europa, que han estado apoyando a Ucrania, ahora tienen que poner los ojos sobre Israel. Para Washington es más importante Tel Aviv que Kiev", explica por su parte la periodista, escritora y traductora rusa, Daría Gavrilova. Por otro lado, opina que lo que ocurre en Gaza rompe la unanimidad entre la opinión pública europea. Y eso abre el escenario a una nueva pregunta: "¿Cuánto tiempo vamos a seguir apoyando a Ucrania? ¿Realmente es algo que interesa a nuestro país?", se pregunta Gavrilova.

Los analistas coinciden en que no poner el foco en Ucrania hace daño la moral de su población y beneficia al Kremlin. "Se puede cuestionar la narrativa que se había instalado y que intentaba plantear el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que la suya es una guerra existencial para las democracias, que no es un conflicto producido por la disolución de la Unión Soviética, no tiene un carácter regional y, por lo tanto, todo el mundo tenía que poner toda la carne en el asador", alega Ferrero-Turrión. Y ahora, la guerra en Gaza

Desvío de la agenda política y ayuda militar

La gran pregunta de muchos analistas es hasta qué punto la atención a Oriente beneficia a Rusia. "La reactivación violenta de Palestina le viene bien a Moscú porque se produce un claro desvío de la agenda política", argumenta el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús Núñez Villaverde. De ahí que el propio Zelenski, el pasado mes de octubre, visitara por primera vez la OTAN desde el inicio de la ofensiva rusa contra su país, después de pedir que el conflicto palestino-israelí no eclipsase la situación en su país. Allí recibió promesas de que la situación en Israel "no afectará" al suministro de armas por parte de la alianza militar. "El Gobierno ucraniano insiste en que la situación bélica está estancada si no recibe más armas. Hay un temor a que baje el apoyo militar y que aumente la presión para que lleguen a algún tipo de acuerdo con cesiones territoriales", matiza Núñez Villaverde.

"Hay una sensación de que se nos presta menos atención, muchos enviados especiales que estaban cubriendo la invasión rusa ahora están en Oriente Medio", confiesa Savkiv. Una situación que podría suponer un problema a medio largo plazo en lo que a la ayuda militar se refiere. "Estados Unidos y los países de la Unión Europea tienen una capacidad de producción de cierto armamento por el que podríamos competir con el Gobierno de Benjamín Netanyahu", dice el analista ucraniano.

Estados Unidos y los países de la Unión Europea tienen una capacidad de producción de cierto armamento por el que podríamos competir con Netanyahu

Ocurriría, por ejemplo, con los proyectiles de alta precisión como Excalibur. "¿Los necesita Israel? Sí. ¿Estados Unidos será capaz de producirlos en tiempo real para nosotros y para Israel?", preguntaba el diplomático y exministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Pavlo Klimkin, en una entrevista en la radio pública Suspilne. También alegaba que en unos meses les llegarán los esperados F-16 que Israel ya tiene y "los sistemas de suspensión de determinadas municiones son los mismos. ¿Somos potencialmente un competidor?", volvía a preguntarse. Y ante esta cuestión, no se pueden obviar las reticencias de los republicanos en Estados Unidos a los paquetes de ayuda a Zelenski.

La palabra 'paz' cobra más fuerza

La cita electoral en ciernes por la carrera hacia la Casa Blanca, alega la investigadora en la UCM, podría obligar a la UE a aumentar el apoyo de tipo miliar a Kiev. A finales de octubre, decenas de líderes apoyaron en Malta una conferencia de paz para Ucrania. Tras casi dos años de conflicto, la palabra 'paz' va cobrando más fuerza y rompe con el consenso sobre la resistencia ucraniana. "Estas voces empiezan a ser mucho más contundentes de lo que hemos escuchado hasta ahora", argumenta la profesora. "Cada vez hay más voces autorizadas que están planteando y están poniendo encima de la mesa que efectivamente es momento de negociar", concluye.

Núñez Villaverde coincide en que estas conclusiones cobran más peso, y esto se debe "al cansancio de parte de algunos gobiernos occidentales de apoyar a Kiev". Entrar en negociaciones, considera el analista, implicaría hablar del reparto del territorio. "Para Zelenski renunciar a parte de su territorio tendría, evidentemente, un coste enorme", afirma. Rusia tampoco está militarmente en condiciones de derrotar a corto plazo a Ucrania, le interesa "algún tipo de acuerdo que le garantizara quedarse con parte de los territorios conquistados en estos dos años de guerra", analiza el codirector de IECAH.

Sin embargo, más allá de lo militar, las imágenes del asedio a Gaza benefician a Rusia para reafirmar la crítica hacia Estados Unidos por aliarse con Israel. "Lo aprovecha para hacer el efecto espejo con las potencias occidentales y decirles que son unos hipócritas porque no están cumpliendo con el Derecho Internacional", considera Ferrero-Turrión. La opinión pública puede reprochar a EE.UU. y a Europa "la dejación de determinados valores democráticos", añade.

El tablero en Oriente Medio

"A medida que Washington va cometiendo errores y va mostrando su apoyo a Tel Aviv al margen de los crímenes de guerra que está llevando a cabo, mejora la imagen de Rusia. Demuestra cómo Occidente utiliza una doble vara de medida en las sanciones a Putin y, sin embargo, ninguna sanción a Netanyahu", argumenta el analista del IECAH. Por otro lado, si Occidente plantea la guerra en Gaza como una lucha contra el terrorismo, Moscú sigue siendo un actor fundamental en términos de cooperación en este sentido.

El conflicto palestino-israelí se ha reactivado en un mundo ya marcado por la guerra en Ucrania o la inestabilidad en el Sahel y en otras regiones, por lo tanto, va a acentuar aún más la división del mundo en dos bloques. Se reafirma la idea de un nuevo orden mundial y la polarización a nivel global. Estados Unidos y Europa, por un lado, Rusia y China en el otro extremo. Núñez Valverde puntualiza que la novedad en este nuevo escenario es el papel de China, que, "hasta hace muy poco, no existía en Oriente Medio".

El intercambio de fuego en Oriente ha hecho dar un paso al líder chino, Xi Jinping, y a Putin a postularse como "pacifistas y mediadores interesados en que se llegue a una solución para criticar a Estados Unidos, que aparece como belicista". Los bombardeos sobre Gaza les sirven para sacar pecho, añade, para mostrar que "son mejores que Joe Biden y que están dispuestos a hacer algo para frenar la masacre", concluye.

Se reafirma la idea de un nuevo orden mundial y la polarización a nivel global.

Además, el tablero en Oriente Medio ha ido afianzando nuevas alianzas. Es importante estar pendiente del tono y los movimientos de Hizbulá y otras milicias apoyadas por Irán, que suponen una clara amenaza para Israel y que se postulan al lado de Hamás. Además, Ucrania, que ahora buscaba apoyos en América Latina y en los países árabes, en este nuevo contexto, que tambalea las relaciones internacionales, lo tiene más difícil.

Se resienten las relaciones entre Israel y Rusia

"A medida en que la crítica va contra Israel, evidentemente también va contra Estados Unidos, que es su principal respaldo. Deteriora más la imagen y queda señalado como cómplice de todos estos crímenes", explica Núñez. De ahí que lo que queda desmantelado es el discurso de Occidente en estos países y queda retratado su apoyo a Kiev.

Finalmente, ante este escenario se resiente la relación entre Rusia e Israel. Más de un millón y medio de ciudadanos israelíes proceden de las antiguas repúblicas soviéticas. Hay vínculos estrechos en el pasado que tienen difícil encaje con las tensiones geopolíticas actuales. La Unión Soviética fue el primer país en reconocer oficialmente al país judío en 1948 y Tel Aviv no ha condenado la invasión rusa de Ucrania desde el 24 de febrero de 2022. "Netanyahu ha mantenido siempre una posición ambigua, por miedo a que Rusia utilice su influencia con Irán para desestabilizarle, ya sea en las proximidades a Israel o dentro del propio país", argumenta el politólogo ucraniano Viktor Savkiv.

Sin embargo, Putin ha ido tejiendo nuevas alianzas. Aún no se ha demostrado, pero nadie descarta, coinciden los analistas, los contactos entre el Kremlin y Hamás. Lo cierto, dicen, es que si Netanyahu continúa recrudeciendo su ofensiva en Gaza, Putin podría marcar distancia y aferrarse a la política del doble rasero de Occidente y demostrar que efectivamente sus valores en defensa de Ucrania "son un espejismo".