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Prostituciones, distintas realidades

  • En Europa, algunos países son “abolicionistas” y persiguen a usuarios y proxenetas; en otros, han regularizado el trabajo sexual
  • Actualmente el Código Penal español no prohíbe la prostitución, aunque sí castiga la explotación sexual y cierto proxenetismo

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Unas piernas de una prostituta en la calle de noche.
España podría seguir el modelo abolicionista de Francia para perseguir a clientes y proxenetas.

El tema, de cuando a cuando, vuelve a las calles. La prostitución se convierte, entonces, en el centro de las reivindicaciones de distintos colectivos. Hace unos días, numerosas organizaciones feministas pedían en Madrid una ley específica para su abolición. Bajo lemas como “señala al putero” o “sin clientes no hay trata”, se exige acabar con lo que se considera una práctica de violencia contra las mujeres, transformadas en mercancías y objetos sexuales.

"Siempre que un hombre prostituye a una mujer la está deshumanizando, porque está accediendo a su cuerpo a cambio de dinero. Eso es por definición cosificar a un ser humano: considerar que tú tienes derecho a acceder a su cuerpo a cambio de dinero”. Así lo explica Mónica Alario, experta en violencia y pornografía.

Una situación de alegalidad que favorece los abusos y la explotación

Por otra parte, muchas mujeres que ejercen la prostitución llevan años pidiendo derechos y que se reconozca el ejercicio de la prostitución como un trabajo. Para este colectivo, la situación de alegalidad en la que se encuentran favorece los abusos y la explotación laboral. Exigen, además, que si se toman decisiones, se las tenga en cuenta y se las escuche.

Se tiene que regular hablando con nosotras, sabiendo y conociendo nuestras demandas

“Las que nos dedicamos al trabajo sexual sabemos que si ponemos la abolición como una medida, lo que nos va a llevar es a mucha más clandestinidad… El trabajo sexual no va a desaparecer porque estamos hablando de mujeres que se dedican a esto, que es su opción laboral y, por tanto, su modo de vida. Es imposible que en un chasquido de dedos esto se solucione. Entonces, ¿qué es lo que nosotras decimos? Que se tiene que regular hablando con nosotras, sabiendo y conociendo nuestras demandas", afirma Valérie May, escort:

pasillos de un puticlub

Los clubs: uno de los lugares donde se ejerce la prostitución. EN PORTADA

La prostitución, su ejercicio, su posible regulación, su abolición son asuntos que, de forma recurrente, están sobre la mesa y son motivo de polémica. Lo fue la creación del Sindicato de trabajadoras sexuales Otras, en 2018. Y lo fue también el anuncio del presidente del Gobierno, en octubre pasado, de su intención de abolir la prostitución, o lo que es lo mismo, seguir el ejemplo de Francia, el llamado “modelo sueco”, donde se persigue a proxenetas y usuarios, y se ofrecen alternativas a las mujeres.

Precisamente ahí es donde nos encontramos, en los primeros pasos del Gobierno para convertirnos en un país “abolicionista”: este martes el Congreso ha aprobado admitir a trámite una propuesta de ley que plantea la modificación del artículo 187 del Código Penal para que se castigue de forma general el proxenetismo, sin exigir relación de explotación.

Las personas que recurren a las mujeres en situación de prostitución participan directamente del entramado que sostiene esta grave vulneración de los derechos humanos

También se recupera la figura de la “tercería locativa”, que penaliza a aquellos que, con ánimo de lucro y de forma habitual, cedan bienes inmuebles para favorecer el ejercicio de la prostitución; es decir, dueños de clubes, locales y pisos… Y también esta propuesta de ley persigue a los clientes, ya que, según recoge el propio texto, "las personas que recurren a las mujeres en situación de prostitución participan directamente del entramado que sostiene esta grave vulneración de los derechos humanos”.

Regulación, abolición o prohibición: un debate complejo

El debate sobre la prostitución está servido. Y de la escena política probablemente se vuelva a reflejar en las calles. Porque, frente a las posturas abolicionistas, hay también quienes aseguran que todas esas medidas contra proxenetas y clientes lo que harán es dejar a las mujeres que viven de la prostitución en situaciones mucho más vulnerables y desprotegidas.

Una mujer espera a los clientes en el interior de un prostíbulo.

Las medidas contra proxenetas y clientes podrían dejar a las mujeres que viven de la prostitución más desprotegidas. EN PORTADA

El asunto no es sencillo. En el fondo del debate sobre regulación, abolición o prohibición, se encuentra el viejo problema de hasta dónde los derechos individuales y hasta donde los colectivos. Y si existe un conflicto, cuál de ellos debe prevalecer.

La realidad parece mucho más compleja. Y esa realidad es la que hemos intentado mostrar en este En Portada: mujeres que se prostituyen y lo defienden como un trabajo, mujeres que han acabado prostituyéndose por necesidad, mujeres víctimas de redes de trata, mujeres que consiguieron salir de la prostitución después de historias de abusos.

Hablamos de contextos de prostitución por eso, porque hay muchas realidades, porque es un fenómeno muy complejo

Por eso decidimos hablar de "prostituciones", robándole la expresión y la explicación a una de las personas que participó en el documental, colaboradora de los proyectos de Hermanas Oblatas con mujeres en entornos de prostitución. "Más que de prostitución, yo creo que tendríamos que hablar de prostituciones porque hay muchas realidades, porque es un fenómeno muy complejo, porque hay muchas maneras de ejercer prostitución, y porque hay también multiplicidad de factores y de causas que hacen que una mujer acceda al mundo de la prostitución”.