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Las garantías adicionales que exigen varios países ralentizan el segundo rescate a Grecia

  • Helsinki logra que Atenas garantice los 1.400 millones que aportará
  • Holanda, Austria, Eslovaquia, Eslovenia y Estonia piden también el mismo trato
  • Atenas pide a Bruselas que lance un mensaje claro y positivo a los mercados
  • Alemania: el acuerdo entre Atenas y Helsinki no fue aprobado por la zona euro

Ver también:Ver también: Especial crisis de deuda soberana de Europa

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El segundo rescate a Atenas, por valor de 159.000 millones de euros y acordado el pasado 21 de julio, no acaba de concretarse. En parte porque varios países han pedido garantías adicionales a cambio de su participación en el plan de ayuda, algo que recoge el pacto alcanzado hace ahora un mes y que ya ha logrado Helsinki.

Para que esta nueva aportación no tuviera problemas en ser apoyada por nadie, entonces se introdujo una cláusula en la que se permitía a los Estados miembros que así lo desearan buscar garantías adicionales para sus préstamos. "Según proceda, se establecerá un acuerdo de garantía para cubrir el riesgo derivado para Estados miembros de la zona euro por sus garantías al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF)", se puede leer en el pacto.

Helsinki ha asegurado todo lo que va a prestar a Atenas

Así, y el mismo día en el que Angela Merkel y Nicolas Sarkozy se reunían para intentar estabilizar los mercados, y marcar una política económica común, Finlandia firmaba un acuerdo bilateral con Grecia por el cual Atenas depositará en las arcas del Estado finlandés una cantidad que, sumada a los intereses que producirá, cubrirá todo el monto del préstamo garantizado por Helsinki, que asciende a unos 1.400 millones de euros.

Tras conocerse el pacto, ahora son Holanda, Austria y Eslovaquia los que han demandado un acuerdo similar. Y Eslovenia y Estonia también lo han sugerido.

Desde hace varios días, funcionarios de los ministerios de Finanzas de la eurozona se reúnen en Bruselas para abordar específicamente este tema. Lo único que quiere la Comisión Europea es que los países no impongan demasiadas condiciones, obstáculos o garantías para tener listo el rescate lo antes posible.

Grecia pide respaldo a Bruselas

Pero la presión sigue aumentando y todas estas peticiones, que pueden complicar la aplicación de la ayuda financiera, han obligado a Atenas a solicitar este domingo a la Unión Europea (UE), al Banco Central Europeo (BCE) y al Eurogrupo una solución "política" y un "mensaje claro" a esas peticiones de garantías. Esta petición aparece en una carta del ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, dirigida al comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn; al presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, y al presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Junker.

"La cuestión es eminentemente política y en esos términos debería ser afrontada, para que se comuniquen siempre mensajes claros y positivos tanto a los mercados como a las sociedades europeas", pide en su misiva Venizelos, también vicepresidente del Gobierno griego, quien agrega que "las soluciones técnicas son fáciles de encontrar, bajo la condición de que la credibilidad y la eficacia del programa no se vean afectadas".

Atenas recuerda que el segundo rescate es vital para la eurozona

Sobre el plan de ayuda acordado por los líderes de la UE en una reunión de urgencia y que aún debe ser aprobado por los 17 parlamentos de la eurozona, solicita su "inmediata y completa aplicación". Pero también ha dejado claro que el compromiso "no está en duda porque tiene una importancia vital para la eurozona", recalcó Venizelos, quien agregó que la crisis de la deuda "no solo afecta a Grecia, sino también a IrlandaPortugal, y a otros estados con mayor dimensión económica y a la zona euro en su conjunto", subraya Venizelos.

Para Venizelos, se han de enviar mensajes claros no solo por la situación económica de Grecia, sino de toda la eurozona, que se puede ver afectada por las diferencias entre sus socios.

Por lo pronto, Alemania ha subrayado que cualquier acuerdo bilateral, como el de Helsinki y Atenas, debe ser validado por el resto de países de la zona euro.  El Ejecutivo germano ha dicho que un acuerdo de esa naturaleza no puede cerrarse en detrimento de los restantes miembros de la zona del euro.