El Gordo, un pueblo de Cáceres con nombre de premio de Navidad, donde nada es lo que parece y casi todo es posible
- En 2012 el Gordo del sorteo cayó en este municipio extremeño donde no hay administración de lotería
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En la localidad cacereña de El Gordo nada es lo que parece. Uno piensa que está en Toledo porque no existe indicación de cambio de región y resulta que está en Cáceres. No en Castilla - La Mancha, sino en Extremadura.
A la derecha de la carretera que lleva al pueblo hay una enorme industria de carne de caza en mitad de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Porque aquí es posible cazar y proteger, la producción industrial y la vida rural.
Industria y naturaleza
Antes de entrar al casco urbano, un cartel señala cómo llegar a la planta alemana donde se fabrica la munición que utilizan las armas de guerra en Ucrania y Gaza. No quieren hablar de lotería con la prensa "por protocolo". Nos acercamos hasta allí y el aparcamiento está repleto de coches de trabajadores. Hay vallas y una barrera con garita en la entrada. Seguimos buscando historias de suerte, de la buena. Parece que no es nuestra guerra. Aunque lo sea.
Un nido de cigüeña corona la torre del reloj en el ayuntamiento de El Gordo, Cáceres. S.R. / J.C.
El INE dice que la última vez que contaron los habitantes de El Gordo les salieron 363. Y cabrían en las 80 habitaciones del hotel de cuatro estrellas que forma parte de su complejo turístico en la isla artificial del embalse de Valdecañas. Es otra de las paradojas en un pueblo que sigue creciendo y donde parece que también la vivienda comienza a ser un problema.
Si vas mirando el GPS del coche tienes la sensación de que acabarás en el fondo del agua, como las casas de Talaverilla, el pueblo que se anegó para construir este paraíso donde habitan grullas y cigüeñas. Donde se juega al golf, se practican deportes acuáticos y en el que Félix Rodríguez de la Fuente rodó uno de los capítulos de su mítica serie El hombre y la Tierra en los 70. Aquí, en El Gordo, donde nada es lo que parece y donde es posible una cosa y la contraria.
España vaciada y aumento de población
Su alcalde, Pedro J. Gutiérrez, ahonda en las paradojas de su municipio: "Tenemos 44 niños en el pueblo, un porcentaje bastante alto para lo pequeñitos que somos". Hasta ludoteca tienen los críos. "Realmente somos de los pocos pueblos que estamos aumentando población. Hace diez años éramos menos", asegura el edil extremeño confirmando, otra vez, que aquí lo de la España vaciada no acaba de encajar, aunque lo sea.
Pedro J. Gutiérrez es el alcalde de El Gordo, Cáceres, desde junio de 2025. J.C. / S.R.
Son cientos los coches que toman el desvío de la A5 para comprar un décimo en El Gordo para ver si les toca el Gordo, aunque aquí no hay administración de lotería. Ojo, que en España tenemos 4.143 establecimientos de este tipo. Pero es que ni siquiera cuentan con uno de los 6.738 puntos de venta mixtos autorizados por la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE). Nada. Aún así, se puede comprar con recargo en algunos de los establecimientos del pueblo que cuenta con tres bares, un hostal, una farmacia y algunos comercios.
Venta de lotería sin punto de venta
Janette Sarro, propietaria del bar Capricho Gourmet que comparte Plaza de la Constitución con la farmacia, la iglesia y el ayuntamiento, nos confirma que lleva vendidos más de 10.000 euros en lotería de Navidad y queda la semana final, que es cuando más gente se acerca a El Gordo a que les toque el Gordo.
El bar de Janette Sarro es uno de los establecimientos de El Gordo que tiene lotería. S.R. / J.C.
Y es que el Gordo ya ha tocado en El Gordo. Fue hace 13 años, en 2012, justo el último sorteo extraordinario en el que Hacienda no pidió su parte a los premiados. Cayeron 1,2 millones de euros en tres décimos que compartieron sendas familias con unos amigos de Alcalá de Henares. Una de esas familias fue la de Janette. Sus padres, Ramiro y Pili, regentaban por entonces el bar Oasis, junto a su Capricho Gourmet. Ese 22 de diciembre invitaron al pueblo, que se bebió y se comió todo el establecimiento. De regalo, adelantaron su jubilación y bajaron la persiana para siempre.
Ramiro y Pili, agraciados hace 13 años con el Gordo en El Gordo, se llaman Antonio y Silvina.
Pero esto es El Gordo. Y aquí nada es lo que parece. Ramiro en realidad se llama Antonio y el nombre de Pili es Silvina. ¿La explicación? Pues que el cura que bautizó a Antonio se llamaba Ramiro y, como era su primer bautizo, pidió registrarle en el libro de la parroquia con su nombre. De modo que civilmente es Antonio y por la iglesia es Ramiro. Lo de Silvina, a la que todos llaman Pili, tres cuartos de lo mismo. Su madrina llegó a la pila del bautismo y dijo que nada de Silvina, que eso sería en el ayuntamiento, que ella la iba a poner Pilar. Y dicho y hecho. Esto es El Gordo. Aquí nada es lo que parece.
Paraguayos en la plaza de España
Tan es así, que en la Plaza de España, donde hay una réplica del dolmen de Guadalperal, vive una familia de argentinos y dos de paraguayos. Hilario Santa Cruz y Mercedes Salcedo salen corriendo del coche y se meten rápido en casa para refugiarse de la lluvia. Vienen de trabajar. Son de Itauguá, a 25 kilómetros de Asunción, la capital de Paraguay, aunque dicen que les tocó la lotería cuando llegaron a España ahora hace cuatro años. Hilario es cocinero, pero trabaja en mantenimiento. No olvidemos que esto es El Gordo. Llega su hija a comer. Viene del instituto de Navalmoral de la Mata, como el resto de los jóvenes del pueblo que se desperdigan por las calles bajo el chispear de la lluvia.
A los paraguayos Hilario Santa Cruz y Mercedes Salcedo les tocó el Gordo "viniendo a El Gordo", aseguran.
"A mí me tocaron diez euros jugando a la raspadita de la ONCE", confiesa triunfante Mercedes cuando le preguntamos por el mejor premio que le ha tocado en la vida. Luego cae en el trasfondo y vuelve a repetir con contundencia que "el Gordo ha sido venir a vivir a El Gordo, y si nos toca la lotería, vamos a comprar aquí una casita", asegura rotunda. Le hacemos ver que es complicado que les toque porque nos acaban de decir que no juegan a la lotería de Navidad. Pero esto es El Gordo y aquí todo es posible. Como que una pareja de vecinos te desee en guaraní, bajo la lluvia, en un rincón de Extremadura, que nos sonría el Gordo de la lotería.
Por cierto, el dolmen de Guadalperal es conocido como el Stonehenge español. Es uno de los más importantes conjuntos megalíticos funerarios y los expertos creen que tiene entre cuatro y cinco mil años de antigüedad. Pero esto es El Gordo y esta joya de la cultura antigua sólo es visible cuando baja el nivel de las aguas del embalse de Valdecañas. Porque, recuerden, aquí nada es lo que parece y todo es posible. O casi.
Vista aérea del Dolmen de Guadalperal, conocido como el Stonehenge español, en El Gordo, Cáceres. ARCHIVO EFE
Antes de dejar el municipio que comparte nombre con el primer premio de la lotería de Navidad, encontramos a José Antonio Pablos y Auxiliadora Igual, Jose y Auxi. Son pareja y llevan 25 años juntos pero no se han casado. Aprovechamos la presencia del alcalde para preguntarle si en los seis meses que lleva al frente del municipio ha oficiado alguna boda.
Y claro que sí. Esto es El Gordo. "La mayoría de la gente viene al Ayuntamiento a poner quejas o a pedir cosas, pero una vez vino un vecino a dar las gracias". El consistorio le había abierto el camino para que pudiera recoger sus olivas. "¿Por qué no aprovechan para casarse ahora que el alcalde tiene práctica?", preguntan los periodistas. "Porque nos quitan la paga", aseguran los vecinos entre risas sin saber que esto es El Gordo, que aquí nada es lo que parece y que en este rincón mágico de gente maravillosa es posible una cosa y también la contraria.
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