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Cómo prevenir los problemas de salud mental: "No dependen en absoluto de la fuerza de voluntad"

  • El "código postal" influye más que el "código genético" a la hora de sufrir un problema mental
  • Dormir bien, comer sano, hacer ejercicio y contar con una red de apoyo, pilares de la prevención
Día Mundial de la Salud Mental
La herencia genética, el entorno ambiental y el azar son factores que pueden originar una enfermedad mental. GETTY IMAGES

Los problemas de salud mental se pueden prevenir. Psiquiatras, psicólogos, familiares e investigadores consultados por RTVE Noticias coinciden en el diagnóstico. Se pueden y se deben prevenir. Además, es una urgencia, una de las mayores prioridades de nuestra sociedad.

Según un estudio de la agencia Ipsos hecho público este jueves, la salud mental se ha convertido en el principal problema de salud para los españoles, por encima incluso del cáncer. Estos datos confirman la tendencia con la que se va superando en cierta medida el tabú y el estigma que rodea las enfermedades mentales. Aunque aún queda mucho camino por recorrer.

¿A qué llamamos problema de salud mental?

La salud mental es un espectro que abarca la forma de pensar, sentir y actuar, y que varía de persona a persona según sus experiencias, su historial familiar y sus propios factores biológicos.

Podríamos definir los problemas de salud mental como esos trastornos que pueden afectar a los pensamientos, comportamientos, sentimientos y estados de ánimo de una persona hasta el punto de dificultar las tareas cotidianas o afectar negativamente a su calidad de vida.

La ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) son los problemas de salud mental más comunes y pueden presentarse a cualquier edad. Pero tiene que ser un profesional sanitario el que diagnostique y elabore un tratamiento específico según las necesidades de la persona.

Cartel en una manifestación ciudadana con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.

La OMS estima que más de mil millones de personas sufren problemas de salud mental en el mundo. ARCHIVO EUROPA PRESS / RICARDO RUBIO

"Los problemas de salud mental constituyen una de las epidemias de nuestro siglo", dice el Informe del Sistema Nacional de Salud (SNS) 2023 en su introducción antes de reconocer que se han de "prevenir, afrontar y saber manejar". Según el documento, el 34% padece alguna enfermedad mental. Una cifra nueve puntos por encima del 25% que apunta la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando dice que "una de cada cuatro personas tiene o tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida".

La OMS estima que son más de mil millones de personas las que sufren problemas de salud mental en el mundo. Esto provoca que las sociedades hayan dejado de preguntarse únicamente cómo tratar la enfermedad y que trabajen cada vez más en la prevención, en cómo evitar que aparezca.

El estigma y el "autoestigma"

Los problemas de salud mental no son culpa de nadie y, de hecho, todo el mundo se enfrenta a ellos en algún momento de su vida. Que necesitemos ayuda con la salud mental no implica que hayamos cometido algún error o que nos pase algo malo. Aunque puede resultar difícil, pedir ayuda es una de las mejores formas de recibir apoyo para enfrentar el problema.

Una de las barreras más persistentes para la prevención y la recuperación es el estigma social, alimentado por la creencia errónea de que un problema de salud mental obedece a una debilidad de carácter.

Nel González Zapico, presidente de la Confederación Salud Mental España que agrupa a más de 360 asociaciones de todo el país, lo confirma. "Efectivamente, uno de los numerosos mitos que rodean a la salud mental es que son un castigo o culpa de la persona o de las familias. Este es uno de los muchos estereotipos que contribuyen al estigma".

La culpabilización se disfraza a menudo del dañino mensaje de que solo hay que "echarle más ganas" o "poner más de tu parte". La decana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, Timanfaya Hernández, es taxativa al respecto. "La salud mental no depende en absoluto de la fuerza de voluntad", dice esta experta en Psicología Sanitaria y Forense. Hernández apunta que esta idea estigmatizante solo sirve para "generar un sentimiento injusto de fracaso".

El estigma tiene consecuencias devastadoras. El doctor Gabriel Rubio, Jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, advierte que "cuanto más estigma tiene una enfermedad, el paciente más se retrae y le cuesta más pedir ayuda por si se la diagnostican." Pero Rubio sube la apuesta y asegura que es aún peor el fenómeno del autoestigma que explica como "el creer que lo que piensa la gente de ti es verdad", y con la experiencia de las miles de personas que han pasado por su consulta, asegura que "esto es demoledor para el paciente".

"En algunos países como Japón el estigma asociado al suicidio y la esquizofrenia es tan alto que, en los informes médicos, se obvian estas palabras para no generar más estigma del que ya hay", explica el doctor Gabriel Rubio.

El código genético y el código postal

¿Qué es lo que provoca los problemas de salud mental? La psiquiatría y la neurociencia actual señalan que la etiología de los problemas mentales es compleja.

El doctor Rubio subraya que, si bien "existen variables genéticas" en trastornos como la esquizofrenia o la depresión bipolar, "no hay un gen concreto que sea el responsable de la depresión bipolar o de la depresión, sino que hay muchos genes que se pueden activar por distintos factores ambientales".

Y es en el análisis de esos factores ambientales donde la perspectiva individual se rompe dando paso a una visión comunitaria. La subdirectora asistencial de San Juan de Dios en España, Cristina Molina, lo resume con precisión en las jornadas sobre salud mental con participación de RTVE: "En salud mental es muy importante el código genético, pero también el código postal, porque hay una clara evidencia sobre el impacto socioeconómico".

El Jefe de Psiquiatría del hospital madrileño, el doctor Rubio, ejemplifica esta realidad comparando zonas con mayor y menor renta en la región de Madrid: "Hay más personas con trastornos mentales en la zona de Vallecas que en Alcobendas. El nivel de pobreza influye. Y el barrio donde vives, también". El psiquiatra observa que en áreas de Madrid con mayor vulnerabilidad, como Usera, Vallecas o Villaverde, "la prescripción de benzodiacepinas (tranquilizantes) es muy superior al del resto de áreas sanitarias de la capital".

Nel González Zapico incide en que los determinantes sociales como la pobreza, la violencia o la discriminación "influyen directamente en el bienestar de las personas, y eso nada tiene que ver con la individualidad, sino con lo colectivo".

Estudio sobre prevención

Si el ambiente y el estilo de vida influyen, las intervenciones preventivas tienen un enorme potencial. Un estudio publicado en Molecular Psychiatry por investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas IDIBAPS y del Centro de Investigación Biomédica en Salud Mental CIBERSAM identificó qué porcentaje de los casos de un trastorno mental pueden atribuirse a un factor de riesgo concreto.

La reducción de las adversidades infantiles podría evitar hasta uno de cada tres casos de esquizofrenia. Además, mitigar el estrés laboral permitiría prevenir uno de cada cinco casos de depresión, mientras que la lucha contra el abuso infantil podría evitar uno de cada seis casos del mismo trastorno.

Pero el impacto va más allá. Medidas de estilo de vida como hacer más ejercicio físico tienen el potencial de evitar uno de cada seis casos de Alzheimer. Incluso el control de la salud metabólica, como la disminución del exceso de grasas en sangre, podría prevenir uno de cada diez casos de depresión. Estas cifras no son solo estadísticas; son una invitación urgente a modificar nuestro entorno social y nuestros hábitos.

La clave reside en identificar y modificar estos factores. El doctor Óscar Marín, director del Centro de Trastornos del Neurodesarrollo del King’s College de Londres, recuerda en una entrevista de RNE que el cerebro humano "tarda en formarse desde la gestación hasta la segunda década de vida", con periodos críticos como "los primeros mil días" y la adolescencia, donde las agresiones ambientales pueden alterar su desarrollo. Por ello, lo que sucede en la infancia y adolescencia es vital: "Cada vez se le da más importancia a las experiencias traumáticas de niños y niñas en su infancia y adolescencia".

La importancia de la detección precoz

La medicina actual busca prevenir la discapacidad y el sufrimiento al reducir los factores de riesgo de las enfermedades graves. Ya se ha logrado reducir la mortalidad asociada con las enfermedades cardiovasculares a partir del control de la presión arterial, la reducción de la obesidad, la práctica de actividad física o la disminución del consumo de alcohol y tabaco. En el caso del cáncer, con la detección temprana, con la autoexploración o con la búsqueda de vacunas.

En psiquiatría, siguiendo este modelo preventivo, pretenden identificar marcadores biológicos y datos clínicos que permitan establecer etapas de los principales trastornos con el fin de plantear el tratamiento más adecuado.

La doctora Ana González-Pinto, directora científica del CIBERSAM, señala que, "aunque la psicosis tiene más de 200 genes candidatos el cerebro es muy moldeable y el ambiente va a influir, de ahí que se promuevan hábitos de vida saludable".

El beneficio de la detección temprana es incuestionable: "En todas las enfermedades, también en las mentales, cuando el diagnóstico es más precoz, la evolución es mejor," asegura el doctor Rubio. Esto implica la necesidad de sistemas de apoyo accesibles y de formación en entornos clave. En este sentido, el psiquiatra destaca que "cada vez es más y más importante la educación y la formación que reciben los niños y niñas en el colegio".

Este punto de vista comunitario coincide con la visión de la psicóloga Timanfaya Hernández que insiste en que la salud mental "no es algo que tenga que ver sólo con lo individual, sino con algo que también es colectivo y comunitario".

Cómo prevenir los problemas de salud mental

La decana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, Timanfaya Hernández, establece tres pilares para el bienestar psicológico, que actúan como diques contra el desbordamiento. En primer lugar el autoconocimiento, "el saber cuáles son nuestros límites personales". Un segundo paso estaría compuesto por las rutinas del autocuidado entre las que se incluye el mantener horarios regulares de sueño reparador, una alimentación equilibrada y la práctica de actividad física moderada. Por último, aunque no por ello menos importante, estaría la red de apoyo, o lo que es lo mismo, "tener familiares, amigos, vecinos o grupos de referencia con quien poder establecer una comunicación", esto es especialmente importante porque cuesta expresar cómo nos sentimos.

La Asociación Americana de Psiquiatría agrupa estos comportamientos de estilo de vida saludable que explicaba a RTVE Noticias Timanfaya Hernández en cinco categorías: actividad física, nutrición, prácticas de atención plena, sueño reparador y conexiones sociales, a las que suma el evitar las sustancias nocivas.

Incluso para quienes ya tienen un diagnóstico, el estilo de vida tiene un impacto clínico directo. La doctora González-Pinto pone como ejemplo que "el ejercicio físico mejora no sólo la salud cardiovascular, también los síntomas de depresión en pacientes con trastorno bipolar".

La respuesta social y comunitaria

Si la principal barrera para la recuperación es el estigma, la principal solución debe ser la integración. El presidente de la Confederación de Salud Mental de España, Nel González Zapico, aboga por un modelo comunitario de atención que se desarrolle en un entorno normalizado, "evitando la institucionalización, conforme a lo establecido en la Ley General de Sanidad." Esto incluye poner en marcha "programas de rehabilitación y tratamiento psicológico" junto con "apoyos y programas de integración en el ámbito del empleo, la vivienda y el ocio".

La barrera laboral es quizás la más crítica, ya que afecta directamente la posibilidad de una vida plena. Las personas con discapacidad psicosocial registran las menores tasas de empleo. Por ello es imperativo impulsar el empleo digno y de calidad, con apoyos y recursos que fomenten la autonomía.

La salud mental "se cuece ahí," es decir, en los entornos laborales, familiares y educativos. La solución, por tanto, nunca será una única medida, sino un compromiso transversal de la sociedad y las administraciones.

"La salud mental debe estar presente en todas las políticas, no es solo cuestión de política sanitaria," insiste Cristina Molina. Y González Zapico, lo reafirma: "deben ser un amplio conjunto de ellas y deben ser parte integral y transversal de las políticas que, en general, establezca y desarrolle la Administración."

Prevenir los problemas de salud mental requiere comprender que el bienestar psicológico es un derecho y una responsabilidad colectiva. Es hora de dejar de preguntar al enfermo qué le pasa y empezar a preguntar a la sociedad qué está haciendo para cuidarse y para ayudar a cuidar.