Ismaila, Driss y Diacouba: el viaje de tres menores migrantes no acompañados de Canarias a la Península
- Salieron de Senegal, Gambia y Guinea Conakry cuando tenían 16 y 17 años rumbo a las Islas Canarias
- Soñaban con ser futbolistas pero, tras aterrizar en la Península, se preparan para ser cocinero, pintor y albañil
El Gobierno ha iniciado esta semana el proceso de reubicación de menores migrantes no acompañados solicitantes de asilo desde Canarias hacia la Península. No son las primeras. Ismaila Diatta (Senegal, 21 años), Driss Fary (Gambia, 18 años) y Diacouba Diakite (Guinea Conakry, 20 años) también alcanzaron las costas canarias tras una dramática travesía de más de una semana sentados y apretados en un cayuco a merced del mar.
Les cuesta hablar de este primer viaje desde las playas de Gambia y Senegal hasta tocar tierra europea en La Gomera, Lanzarote o Fuerteventura. Ismaila y Diacouba tenían 17 años, Driss apenas había cumplido los 16. Cada uno llegó en una embarcación diferente, a una isla distinta, entre el 10 de febrero de 2022 y el 9 de junio de 2024. Los tres querían ser futbolistas.
Solo en lo que va de 2025, han llegado a Canarias más de 2.800 menores migrantes no acompañados, que se suman a los cerca de 5.500 que ya acogía el archipiélago a comienzos de año.
La situación de estos menores en Canarias es crítica, con un número de llegadas que supera la capacidad del sistema de acogida de la comunidad autónoma. Ismail, Diacouba y Driss también volaron rumbo a la península entre 2022 y 2024 tras pasar unos meses por los recursos de acogida de Tenerife y La Gomera. Han estado en centros de Madrid, Alcalá de Henares, Cartagena, Soria y Albacete. En muy poco tiempo han comprendido que el fútbol es un sueño inalcanzable. Mientras aprenden y mejoran su español, se preparan para ser cocinero, pintor y albañil.
Ismaila Diatta: "Era un vuelo de turistas"
Ismaila tiene 21 años y es natural de Ziguinchor, capital de la región de la Casamance, segunda ciudad de Senegal y principal puerto del país. Tiene ocho hermanos y habla francés, español, wolof, mandinga y diola.
Ismaila Diatta tiene 21 años y es de Senegal. Llegó a Canarias con 17 años. BERGUÑO FERNÁNDEZ
Recuerda perfectamente el día que salió desde la vecina Gambia en una embarcación precaria: "El 2 de febrero de 2022, junto a otras 89 personas". Ismaila tenía 17 años y llegó a La Gomera después de ocho días sin poder levantarse, sin comer durante los cuatro últimos. "Unos gritaban, otros lloraban y otros vomitaban". Su padre pagó 700.000 francos CFA (algo más de 1.000 euros al cambio) por el viaje.
Isma desembarcó en territorio europeo el 11 de febrero de 2022 y tardó tres días en recuperarse del viaje y poder caminar de nuevo. Durante tres meses estuvo en un centro para inmigrantes sin decir que era menor. Acabó en un avión comercial lleno de pasajeros donde incluyeron un grupo de ocho jóvenes africanos, entre los que iba él, con destino a Madrid. Otros fueron a Bilbao y un tercer grupo a Barcelona.
Ismaila posa con un balón en la Misión Emmanuel de Tres Cantos, Madrid. BERGUÑO FERNÁNDEZ
No sabe muy bien cuándo llegó a Madrid. Echa cuentas y le sale que fue en marzo de 2022. Estuvo en un hotel en Atocha (el Far Home, de dos estrellas) durante cinco meses y de ahí se fue a Francia a visitar a su hermano. El 13 de junio de 2022 alcanzó la mayoría de edad y no tenía donde quedarse. Tuvo la suerte de ser acogido en la Misión Emanuel de Dani y Lola, en la carretera de Colmenar, donde aprendió "puntualidad y respeto", se sacó la ESO y el "título oficial de cocinero" estudiando en Alcobendas.
Isma ha sido responsable de esta casa familiar de acogida y ha conseguido trabajo como cocinero en un restaurante de Tres Cantos. Quiere independizarse, pero los precios de las habitaciones son más altos que su sueldo. Tiene permiso de residencia en vigor. Su sueño ya no es ser futbolista, es poder emanciparse.
Driss Fary: "Nos llevaron de Barajas a Cartagena"
Driss enseña su pasaporte de Gambia, donde pone que nació el 1 de enero de 2007. Tiene 18 años. Sonríe al otro lado de la videollamada cuando dice que es del Real Madrid. Llegó a Canarias con 16 años el 19 de noviembre de 2023. Driss salió en patera desde Kartong, en la costa sur de Gambia, a 111 kilómetros de su Tabanani natal.
Driss Fary tiene 18 años y es de Gambia. Llegó a Canarias con 16 años. ACCEM
Recuerda que el barco "era muy grande, seríamos unas 150 personas". Y además de él, "éramos cinco personas sin un adulto, todos de Gambia". No sabe lo que costó su pasaje porque lo pagó uno de sus hermanos mayores. Él es el tercero de seis hermanos. La traductora de ACCEM —la ONG que le está acompañando en el proceso de integración— explica que "el padre trabaja en la construcción y sus dos hermanos mayores son costureros".
Del viaje en cayuco lo que más recuerda es que se les acabó la comida y que murió mucha gente. "Cuando moría alguien, lo tiraban al mar. En el barco había cinco personas que mandaban". Dice que la travesía duró 15 días y en su expediente consta que llegó a Canarias el 19 de noviembre de 2023. Vino con heridas en la cara y en el brazo. No podía andar. Tuvieron que sacarle del barco e ingresarle en el hospital durante dos días. Había algo en el cayuco que le golpeó y le hirió. "Todavía me duele la espalda", explica.
Driss posa con un balón en Albacete. ACCEM
Durante los cinco meses de estancia en Tenerife pasó del centro de inmigrantes Las Raíces a un centro de menores cuando se dieron cuenta de su edad. Aterrizó en Barajas el 26 de abril de 2024. "En el avión éramos todos chicos de Las Raíces. Cuando llegamos al aeropuerto nos recogieron en una furgoneta y nos llevaron directos a Cartagena (Murcia)", recuerda Driss.
En el Centro de Atención, Emergencia y Derivación (CAED) de Cartagena estuvo seis meses, hasta octubre de 2024, fecha en la que recaló en uno de los pisos que gestiona ACCEM en Albacete. Driss quiere ser pintor de brocha gorda y está aprendiendo español, un nuevo idioma que se sumará al francés, el mandinga y el bambara que habla perfectamente. "También un poco de inglés", apunta desde el otro lado de la pantalla.
"Le gusta estudiar y aprender", dice María, la trabajadora social de ACCEM, antes de explicar que "entró como usuario de Ayuda Humanitaria y desde el 1 de enero de 2025 está en acogida. Ahora mismo no trabaja porque está formándose en alfabetización".
Driss está muy feliz en España y cada vez tiene más claro que no podrá dedicarse al fútbol. "Voy a trabajar de pintor para ayudar a mi familia", comenta en un español con un fuerte acento africano, al tiempo que confiesa echar de menos a los suyos y el sabor del cuscús y el chakri gambiano que ni los mejores espaguetis con tomate pueden hacerle olvidar.
Diacouba Diakite: "En el avión todos éramos africanos"
Diacouba Diakite nació hace 20 años en Conakry, capital de Guinea Conakry. Llegó a Tenerife siendo menor de edad el 9 de junio de 2024 después de ocho días de infierno en el océano. El cayuco de este guineano salió desde Senegal. "Lo pasé muy mal, éramos como 250 personas y había otros tres chicos de mi edad que ahora están en Francia. Llevábamos leche y cuscús, pero se estropeó con el agua y comíamos un dátil al día".
Diacouba Diakite tiene 20 años y es de Guinea Conakry. Llegó a Canarias con 17 años. ACCEM
Diacouba es del Barça y se quedó huérfano de padre y madre con 14 años. Su madre falleció de una enfermedad y a su padre, que era taxista, lo mataron en una manifestación. Vivió con una amiga de su madre hasta que llegó a Canarias. Durante tres meses, hasta el 26 de julio de 2024, vivió en Las Raíces. Ese mismo día llegó en avión a Madrid y ACCEM se hizo cargo de él en el centro de Alcalá de Henares.
"En el avión todos éramos africanos. Era muy cómodo", explica con ayuda de la traductora. "Me dieron el billete y no me dijeron que iba a Madrid, pero lo sabía porque otros ya habían ido y se oían rumores de que a nosotros también nos llevaban".
Diacouba comparte un piso de transición a la vida independiente con otros seis jóvenes migrantes en Albacete. ACCEM
Como Ismaila y Driss, Diacouba soñaba con ser futbolista, "pero hay que tener suerte y ahora quiero trabajar en la construcción", dice rebajando el tono y poniéndose un poco más serio. También, como a los otros dos protagonistas de esta historia, le preguntaron si tenía familia, amistades o conocidos en algún lugar de Europa. Pero Diacouba no tiene a nadie.
Después de Alcalá de Henares, al cumplir los 18 años, se fue a Soria, donde estuvo acogido en un albergue para personas sin hogar hasta que el 19 de marzo entró en el sistema de protección integral que se prolongará hasta el 7 de marzo de 2026. Diacouba tiene siete meses por delante para encontrar trabajo y aprender a manejarse en español igual que lo hace ya en francés, wolof, mandinga y bambara.
A sus amigos en Guinea Conakry les dice que no vengan en patera, que él lo pasó muy mal. Pero al preguntarle si quiere volver a su país vuelve a reírse y, sin descruzar los brazos, le dice a la traductora que desde que ha llegado a España "le han tratado muy bien" y que "no le cuestan las normas".
Una ley de obligado cumplimiento
El Ministerio de Inclusión ha puesto sobre la mesa 750 plazas que se irán habilitando para acoger a los menores procedentes de Canarias con la colaboración de distintas entidades especializadas en la atención e integración de estos jóvenes. Forman parte de una planificación más ambiciosa, ya que el Consejo de Ministros ha aprobado una declaración de emergencia con 40 millones de euros para crear 1.200 plazas de acogida en la Península.
La medida responde al auto del Tribunal Supremo que ordenaba al Estado hacerse cargo de alrededor de mil menores solicitantes de asilo, al tratarse de una competencia estatal. Además, se ha aprobado un Real Decreto que regula el procedimiento de reubicación, estableciendo que los menores que lleguen a zonas en situación de contingencia migratoria deberán ser trasladados en un máximo de 15 días.