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La "difícil" tarea de acabar el mes cobrando cerca del salario mínimo: "Vas siempre reduciendo cosas, la comida también"

  • Desde el año 2018 el SMI ha aumentado un 61%, desde 735 euros hasta los 1.184
  • La mayor subida del salario mínimo se produjo en 2019, cuando el Gobierno realizó un incremento del 22%
Subsistir con ingesos equivalentes al salario mínimo:  "Siempre vas reduciendo cosas, la comida también”
Trabajadora revisando una caja registradora GETTY
ANDRIY ILKIV

“Es un poco difícil llegar a fin de mes, sobre todo cuando hay niños en casa. Yo tengo a mis dos hijos y también a mi hermano, que estudia, pero no trabaja”, señala Isabel Ferrón a RTVE.es. Ella lleva una década trabajando a jornada completa en una residencia de mayores, cobra el salario mínimo interprofesional que, tras la última subida aprobada, se sitúa en 1.184 euros al mes en 14 pagas.

Esta subida del SMI fue acordada hace unas semanas entre el Ejecutivo y los sindicatos, un incremento del 4,4%, 50 euros más al mes y que beneficiará a unos 2.5 millones de trabajadores que perciben el salario mínimo.

Mes a mes con poco más de lo mínimo

Los numerosos gastos a los que tiene que hacer frente Isabel acaban rápido con sus ingresos. A los 700 euros que paga de alquiler hay que añadir otros 135 para el logopeda al que asiste su hijo pequeño debido a problemas de dicción.

Aparte de su sueldo, recibe una pensión de 400 euros de su exmarido para la manutención de los niños. Con poco más de 1.500 euros mensuales paga la vivienda, las necesidades de sus hijos y su hermano, la ropa, la comida, la luz, la electricidad, el agua y todos los gastos extraordinarios que van surgiendo.

“Vas siempre reduciendo cosas, la comida también”, explica. El padre de los niños regenta una pequeña frutería, de ahí, asegura, consiguen frutas y verduras y, como es para los niños, no le cobra, lo cual supone un ahorro. “Solo compro lo principal, carne y aceite..., intento ajustar el presupuesto cada mes y lo estiro todo lo que puedo”.

Por otro lado, explica que, a veces, se ve en la obligación de recurrir a sus amistades para poder llegar a fin de mes. Además, comenta lo complicado que es equilibrar una alimentación sana, especialmente para su hijo pequeño, con un presupuesto limitado. “Siempre tienen que ser cosas muy malas, baratas, bollos…” explica Isabel y sentencia “no tengo para un buen bocadillo o un buen sándwich”.

La rutina de personas como Isabel dificulta compaginar la vida familiar y laboral. A pesar de todo, busca mejorar su situación profesional, y actualmente está estudiando un grado medio para ser auxiliar administrativo.

El caso de Isabel no es excepcional. Otro ejemplo es Arturo que, con 22 años, subsiste con el SMI. Trabaja como administrativo en el sector del transporte internacional de mercancías. Está empleado en una pequeña empresa de transporte aéreo en el aeropuerto de Madrid.

Explica a TVE que no tiene que hacer frente a un alquiler porque vive con sus padres. Añade que la subida del SMI le vendrá bien para sus gastos. "Pago 165 euros por el coche y 65 euros por el gimnasio". Esos 50 euros “dan la capacidad para ahorrar un poco más”.

Aumento del salario mínimo en los últimos años

La mayor subida del SMI se produjo en el año 2019, cuando el Gobierno realizó un incremento del 22%, pasando de 735 a 950 euros.

“El incremento del 4% es más normal teniendo en cuenta las subidas que ha habido los últimos años”, explica a RTVE.es María Begoña Cueto Iglesias, profesora de la Universidad de Oviedo y miembro de la comisión asesora para el SMI del año 2024.

Además, añade que “la subida del salario mínimo ha contribuido a reducir la pobreza”. También destaca que, gracias al favorable contexto de crecimiento económico, las sucesivas subidas, no han destruido empleo, “quizás en algunos colectivos, pero ha sido un efecto pequeño”. 

Iglesias cree “que estamos en un momento de cambio digital, de revolución digital, automatización y digitalización”. Afirma que habrá que valorar cómo el aumento de los costes laborales (subida del SMI) podría incentivar la adopción de tecnología que permita un “incremento de la productividad”. Según Iglesias, estas tecnologías pueden o no ayudar a las pymes a ganar productividad o competitividad.

A pesar de sus declaraciones, no todos están de acuerdo con esto, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) afirma que la “subida del SMI ha comprometido la creación de 350.000 puestos de trabajo en las microempresas”.

Vivir por debajo del SMI

Por otro lado, muchas personas viven mes a mes con unos ingresos por debajo del SMI. Es el caso de Soraya. Tiene dos trabajos de media jornada y al mes gana poco más de 1.100 euros. Para ahorrar algo, tiene que hacer “mucho, mucho esfuerzo y hay meses que puedo guardar 50 euros, 20 o 30. Si me surge un gasto extra ya se va todo”, afirma a RTVE.es.

Además, añade que a la hora de hacer la compra mira qué precios son más asequibles "para ahorrar céntimo a céntimo todo lo que se pueda". Asegura que los "precios son prohibitivos" y que los sueldos no suben al mismo ritmo que los costes. Tampoco puede hacer frente a los gastos inesperados. "No cuento con un colchón de ahorros, vivo día a día". Aclara que su cuenta bancaria no está a cero, pero si tiene que hacer frente a un imprevisto "es un fastidio".

Este es también el caso de José María, que está jubilado y recibe una pensión de 873 euros mensuales. Explica a RTVE.es que, debido a su situación económica, se le hace difícil llegar a fin de mes con lo que cobra. Asegura que intenta vivir con unos 20 euros al día, 600 euros mensuales, sin tener en cuenta el gasto fijo que suponen cuotas como la de la comunidad de vecinos o el teléfono, que ronda entre los 200 y los 300 euros al mes. Cuando se jubiló en 2020 tenía 14.000 euros en el banco y ahora solo le quedan 3.000. “Cada año, tengo que ir cogiendo algo de lo que tenía ahorrado”.

"Tengo muy claro lo que puedo gastarme, pero es imposible. Un día se te rompe la lavadora, otro la cafetera o se estropea el termo", añade José María.

“Todo está a un precio abusivo”

La compra de alimentos o el pago de la factura de la luz son gastos recurrentes, pero ¿cómo afecta la variación de su precio a la gente que vive ya con lo mínimo?

Soraya afirma que, si bajara el aceite, ayudaría a su economía doméstica “porque todo lo que sea ahorro me viene bien”. Además, añade que el “aceite es de uso diario en casa, al igual que la leche, los huevos o las patatas”, y añade: “Todo está a un precio abusivo”.

José María, preocupado, admite que “si me suben la luz poco me va a quedar, porque han subido montones de cosas”. Además, debido a su apurada situación económica, señala que “ve bastante negro” el futuro: “En el momento que se me acaben los ahorros, voy a acabar casi en la pobreza absoluta”.

A Isabel, por su parte, le preocupan sus facturas. Hasta ahora, su recibo de la luz era de 70 euros, pero, desde el 1 de marzo, el IVA ha subido del 10% al 21%. Intranquila, explica que no descarta quedarse sin pagar alguno de sus recibos. "De momento me han salido las facturas más o menos, pero si tengo que pagar más…". Con su salario mínimo, explica que con lo caro que está todo es imposible ahorrar algo: "No, no me queda nada" a final de mes.

Vivir con dignidad

Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, denunciaba este mismo jueves que los salarios en España son "muy moderados", pues la mediana salarial se sitúa en los 1.599 euros al mes, un sueldo que, a su juicio "no permite vivir con dignidad a nadie".

Durante su comparecencia en la Comisión de Trabajo del Congreso, ha dedicado unos minutos a admitir que a pesar de los esfuerzos del Gobierno, los sindicatos y las empresas, los sueldos en España son "susceptibles de mejora".

"Con todo el respeto, 1.599 euros al mes no permiten vivir con dignidad a nadie teniendo que pagar el precio de una renta de alquiler en cualquier ciudad de nuestro país", ha aseverado Díaz durante su intervención inicial. Unas palabras con las que, a buen seguro, están de acuerdo Isabel, José María o Soraya. Los tres sobreviven con menos de esa cifra.