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Un 2023 de alto voltaje político llega a su fin: 'superaño' electoral con la amnistía como protagonista

  • Las elecciones del 28M y el adelanto de las generales al 23J marcan un año electoral de máxima polarización
  • La amnistía ahonda en el abismo existente entre PSOE y PP y la crispación se traslada a la calle

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Resumen del año político 2023: Sánchez y Feijóo se saludan en el Congreso de los Diputados
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

El guion de este 2023 político marcaba este mes de diciembre en el calendario con la fecha de las elecciones generales, pero si a algo se ha acostumbrado España es a la sorpresa, el sobresalto, los giros, la incertidumbre y los acontecimientos abruptos constantes en política, y la mayor y más relevante cita política se adelantó a julio. Ese giro imprevisto lo cambió y revolucionó todo.

Si hubiese que resumir el 2023 en un titular (muy largo) sería algo así como Pedro Sánchez cae de pie (otra vez) y consigue comerse las uvas en La Moncloa, el PP reina en las comunidades y los ayuntamientos (atado a Vox), Sumar se come a Podemos y los independentistas consiguen colocarse como pieza clave en el tablero nacional, con la amnistía como la clara e indiscutible palabra política del año.

También habría que añadir a este resumen lo que no solo no cambia, sino que empeora: una crispación y polarización política asfixiante que parece cronificarse en España y que ha pasado de las instituciones a la calle, invadiendo cada espacio; y un Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que, tras cinco años caducado, sigue sin renovarse en una situación completamente inédita. La reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo de la pasada semana deja un nuevo intento para esta renovación con la mediación de la Comisión Europea.

Como será de intensa y farragosa la vida política española que en este resumen del año político algo tan excepcional e histórico como una moción de censura a un presidente del Gobierno- la que protagonizó Ramón Tamames en marzo presentada por Vox- se queda en este resumen final como mera e irrelevante anécdota.

El año que acaba dará paso a un nuevo 2024 que no apunta a aburrido en lo político y otra vez con los partidos metidos en campaña para las elecciones gallegas, adelantadas al 18 de febrero; las vascas, aún sin fecha; y las europeas, del 6 al 9 de junio. Arranca una legislatura incierta en la que cada votación penderá del hilo independentista y al presidente del Gobierno no le queda otra en el nuevo año: si quiere pisar 'tierra firme' de nuevo debe recurrir a su 'manual de resistencia'.

Resumimos algunas claves políticas de este 2023:

Primera gran cita del año: elecciones del 28M

La cita con las urnas del 28 de mayo, unas elecciones mastodónticas en las que se jugaba el futuro de doce comunidades autonómicas y miles de ayuntamientos, dio un vuelco a la política española y marcó el devenir de todo lo que estaba por llegar en 2023.

El PSOE asistió perplejo a una noche de escrutinio en la que el PP ganó las elecciones municipales y casi cada comunidad pintada de rojo socialista se tornaba en azul PP. El partido de Sánchez defendía nueve de esas doce comunidades y solo consiguió mantener tres: Castilla-La Mancha (con mayoría absoluta de Emiliano García-Page), Asturias y Navarra. Tras esas elecciones, el PP mantenía su feudo en la Comunidad de Madrid con una aplastante mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso y la Región de Murcia, y extendía su amplio poder territorial arrebatando al PSOE la Comunidad Valenciana, Extremadura, Islas Baleares, Aragón y La Rioja, y en su gran mayoría gracias a sus pactos de gobierno con Vox. En Cantabria el PP también le quitaba el poder al PRC.

El 'tsunami' del PP de Alberto Núñez Feijóo parecía imparable y el líder 'popular' vendió el resultado como "el primer paso para un nuevo ciclo": "El cambio es imparable. De aquí a La Moncloa", aseveró en una noche que dejó otras lecturas claras: Ciudadanos decretaba su 'muerte política' y Vox le sustituía como partido llave del PP; y Podemos se seguía desangrando electoralmente hasta ser irrelevante.

Sánchez da un volantazo: elecciones generales en julio

No habían pasado ni 24 horas de esa noche electoral triunfante para el PP cuando Sánchez gira el volante y cambia el rumbo de absolutamente todo. Las elecciones que tocarían ahora en diciembre se celebrarían el 23 de julio. Recogía el guante de un PP que había basado toda la campaña del 28M en la premisa de "derogar el sanchismo" y se lo jugaba al todo o nada asumiendo en primera persona el resultado fatal para el PSOE del 28M. Y le salió bien la jugada, otra vez.

No dejó a Feijóo disfrutar del triunfo de ese primer duelo electoral de ambos y el PP se adentró en una larga campaña electoral inmerso en el cierre de múltiples pactos de Gobierno con Vox por toda España. Esta alianza entre la derecha y la extrema derecha le dio a Sánchez un lema de campaña que repitió cada día y en cada acto durante meses: con PP y Vox España entrará en un "túnel tenebroso del tiempo" hacia la involución. El miedo a la ultraderecha fue la máxima en la campaña del PSOE.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se presentaban como claro tándem electoral en campaña, mientras que Alberto Núñez Feijóo renegaba de Santiago Abascal al tiempo que su partido firmaba pactos con Vox en una relación ambivalente y muy compleja que se mantiene hasta la fecha.

De la investidura fallida de Feijóo a la fructífera de Sánchez

El PP, que llegó a decir en campaña que iba a por la mayoría absoluta, vio como la noche del 23J los números se le quedaban cortos. En el relato electoral de este 2023 en las sedes de Génova y Ferraz se intercambiaban los ánimos. El PP ganaba las elecciones pero, calculadora en mano, todo se le torcía; y el PSOE perdía los comicios, pero la suma empezaba a cuadrar.

Así las cosas, llegó un verano lento, que se le hizo muy largo a un PP que no conseguía amarrar más apoyos que los de Vox, UPN y CC, con 172 votos. Llegó a hablar con Junts para un apoyo poco menos que imposible, y su esperanza se topó con el 'no es no' constante del PNV y la negativa también rotunda de los diputados socialistas a los que llamó Feijóo a la rebelión contra su líder. El 29 de septiembre Feijóo salió del Congreso de los Diputados tras su investidura fallida vestido ya casi como líder de la oposición.

La pelota pasaba al siguiente candidato, Pedro Sánchez, que sí consiguió armar una mayoría parlamentaria que le dio la mayoría absoluta y le hizo presidente del Gobierno el 16 de noviembre. PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y CC votaban a favor de Sánchez y se cerraba así un capítulo que se iniciaba el 23 de julio en las elecciones generales. Sánchez sumaba otro nuevo trofeo y volvía a hacer historia en España como el primer presidente que gobierna sin ganar en las urnas.

El 20 de noviembre Sánchez daba a conocer su nuevo Gobierno de coalición con Sumar marcado por la continuidad y una apuesta fuerte por su núcleo duro con cuatro vicepresidentas (Nadia Calviño, Yolanda Díaz, Teresa Ribera y María Jesús Montero), el 'superministro' de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, y con Pilar Alegría como la nueva portavoz del Gobierno.

Sánchez debe elegir ahora- ya lo tiene decidido, aunque no anunciado- quien sustituirá a Calviño como máximo responsable de la vital área económica del Ejecutivo, tras la elección de la vicepresidenta, pieza esencial en todos los gobiernos de Sánchez, como presidenta del Banco Europeo de Inversiones.

Amnistía, la protagonista política de 2023

¿Cómo consiguió Sánchez armar esa mayoría para mantenerse en La Moncloa? La respuesta está en una sola palabra: amnistía. En verano comenzó a sonar el agua de la amnistía en un río del que el PSOE no soltó prenda durante semanas. Sánchez, que ya en la pasada legislatura tuvo que pactar con ERC, EH Bildu y PNV, se veía obligado a meter en la ecuación a un nuevo actor, Junts, que vendía caro el apoyo: la amnistía a los encausados del 'procés'.

Tras semanas de secretismo, el PSOE fue construyendo el relato de los beneficios de este paso trascendental. Y en esto sigue en el final de este 2023: explicar por qué el 'no' tajante a la amnistía por inconstitucional tan solo un día antes de votar el 23J se convertía en un 'sí' definitivo a la excepcional medida de gracia. "Hacer de la necesidad, virtud", dijo Sánchez en una intervención en Ferraz ante su sede en la que dejó claro que la disyuntiva estaba entre transigir con la condición de los independentistas o llevar a España a un Gobierno de Feijóo "con Abascal de vicepresidente".

"En política como en la vida hay que optar entre soluciones ideales o posibles, cuando no tienes la mayoría absoluta", dijo en su primera entrevista como presidente concedida a RTVE. La amnistía ya es una realidad que ha iniciado su trámite parlamentario y que augura unos primeros meses de 2024 más que intensos en el Congreso y en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta. Tanto ERC como Junts han dejado claro que ellos lucharán por que la amnistía "sea el primer paso hacia el referéndum de autodeterminación".

Y en las vueltas que da la vida política Sánchez ha terminado el año anunciando reuniones con los líderes de Junts, Carles Puigdemont, y ERC, Oriol Junqueras, cuando en la campaña electoral llegó a definir al expresident, huido de la justicia española, como "mera anécdota".

Con quien sí se ha reunido ya en los últimos días de diciembre es con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una nueva era de relaciones normalizadas y con el que pactó relanzar la mesa de diálogo en los primeros meses de 2024. Cataluña parece que va a seguir marcando el paso en 2024.

La crispación se traslada a la calle por la amnistía

Los pactos entre PSOE con ERC y Junts con la amnistía como principal condición, y con la presencia de verificadores para vigilar el cumplimiento de sendos acuerdos, ha calentado la calle en los últimos meses del año con manifestaciones pacíficas convocadas por el PP que gritan contra la amnistía por ser un "fraude" y un "caso de corrupción política", pero también con episodios violentos en las sedes del PSOE, con el epicentro en Ferraz, donde los días previos y posteriores a la sesión de investidura de Sánchez se produjeron concentraciones jaleadas por Vox y con presencia de grupos de extrema derecha que ondean banderas preconstitucionales, ponen en cuestión la legitimidad del mandato de Sánchez, increpado hasta los constantes gritos "hijo de puta".

La amnistía ha prendido como la pólvora en medio de una situación ya muy enconada y bronca en lo político con plenos parlamentarios en los que se roza o se llega al insulto a diario, varios cara a cara de Sánchez y Feijóo (este año en el Senado y ya en esta legislatura en el Congreso) a cara de perro y con descalificaciones personales y campañas electorales enfangadas al máximo entre gritos de 'que te vote Txapote', acusaciones de compra de votos y sombra de dudas hasta en el voto por correo. El año acaba con una denuncia del PSOE contra el líder de Vox, Santiago Abascal, por un delito de odio por decir: "Habrá un momento en que los españoles querrán colgar a Sánchez de los pies".

Puentes casi rotos entre Sánchez y Feijóo

Aunque el año ha terminado con esa posibilidad de entendimiento para la renovación del CGPJ con la supervisión de la Comisión Europea y con el acuerdo para eliminar el término 'disminuido' de la Constitución, durante este 2023 se ha evidenciado la distancia sideral que separa a PSOE y PP en prácticamente todo.

Los duelos parlamentarios de Sánchez y Feijóo han escenificado su falta de entendiento y su único debate electoral el 11 de julio solo sirvió para asistir a un duelo televisivo repleto de reproches, ataques e interrupciones. Sánchez y Feijóo se han estrechado la mano además en este 2023 en dos reuniones el 30 de agosto y el 9 de octubre, ambas en el marco de la ronda de consultas que uno y otro realizaron para sus investiduras. En el primer encuentro Feijóo llegó a proponer al socialista que le diera su apoyo para gobernar en una legislatura de dos años.

Más allá del abismo que les separa en torno a la amnistía, el acuerdo en Pamplona entre PSOE y EH Bildu para quitar la alcaldía a UPN y dársela al partido abertazale a través de una moción de censura ha echado más leña al fuego en el que se ha convertido la relación PSOE-PP.

Sumar se come a Podemos, pero la guerra continúa

Otro foco político de este año ha sido la relación más que difícil entre Sumar y Podemos y que ha acabado el año con la ruptura entre ambas formaciones y la marcha de los de Ione Belarra al Grupo Mixto. Ha sido una separación lenta y con momentos de máxima tensión, con el veto de Yolanda Díaz a Irene Montero, primero como integrante de la lista electoral para las generales y después como ministra de Igualdad en el nuevo Gobierno de coalición, como máximo punto de fricción.

Al final del anterior mandato de Sánchez el gobierno casi se convirtió en un tripartito con tres almas, la del PSOE, la de Sumar y la de Podemos, y la parte 'morada' fue eliminada en el nuevo Consejo de Ministros. Sánchez reconoció que el "momento más delicado del Gobierno" fue la crisis vivida en el Ministerio de Igualdad por la rebaja de penas producida por la aplicación de la ley del 'solo sí es sí', convertida en otra de las grandes polémicas de este año.

La guerra entre Sumar y Podemos con su pugna por un electorado común ya seguro se va a dar en las elecciones europeas de 2024 con Montero postulándose como candidata y está por ver cómo quedan estas plataformas electorales a la izquierda del PSOE en el País Vasco y en Galicia.

Acaba, por tanto, un año muy tenso e intenso en lo político, que da el relevo a un 2024 que no apunta a más tranquilo. Las batallas electorales del año que viene y la tramitación de la ley de amnistía no permitirán bajar los ánimos. Nunca es descartable, además, nuevas sorpresas políticas.