Enlaces accesibilidad

El Banco de España vuelve a elevar su previsión de crecimiento para este año y la deja en el 3,1%

  • Mejora por segunda vez en dos meses su previsión de crecimiento este 2017
  • El crecimiento se moderará hasta el 2,5% en 2018 y el 2,2% en 2019
  • La tasa de paro media bajará y será del 17,3% este año y del 15,4% en 2018
  • Pese a todo, España no cumplirá con el déficit ni este año ni el que viene

Por
Imagen de archivo del Banco de España
Imagen de archivo del Banco de España

El Banco de España ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento hasta el 3,1% para este año, tres décimas de lo que había señalado en abril, según las proyecciones difundidas este martes. De esta forma, vuelve a aumentar su previsión de crecimiento para el país por segunda vez en dos meses: cree que la economía española crecerá en 2017 casi igual que en 2015 y 2016 -cuando el PIB se expandió un 3,2%-. Además, el organismo ha mejorado la tasa de paro media para este año, que bajará hasta el 17,3%, ha insistido en que el país no cumplirá con los objetivos de déficit comprometido con Bruselas ni este año (acabará en el 3,2%, una décima más) ni los dos siguientes.

La previsión del crecimiento económico para este año del Banco de España -avanzada hace una semana por su gobernador, Luis María Linde, en el Senado- es más optimista que el de la Comisión Europea, que el pasado mes de mayo señaló que espera un aumento del PIB del 2,8% para este año, lo mismo que la OCDE. El FMI es menos optimista y en abril estimó que la economía española crecerá este 2017 un 2,6%.

También es mejor la estimación del organismo que la del Gobierno, que de forma oficial aún prevé un crecimiento económico del 2,7% este año. Sin embargo, el Ejecutivo ya ha señalado en varias ocasiones que modificará la previsión al alza. La última, este mismo martes, cuando la secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Irene Garrido, ha afirmado que será "prudente". El pasado lunes, el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, aseguró que "va a ser muy difícil que la economía crezca menos de un 3%" en el conjunto de 2017.

El crecimiento se desacelerará en 2018 y 2019

El avance del PIB, según el Banco de España, se seguirá apoyando en la demanda nacional, para la que, no obstante, se prevé una prolongación de la desaceleración observada en 2016. El motivo, entre otros, la moderación progresiva que tendrá el consumo de los hogares "por el menor dinamismo de las rentas reales (...) en un contexto de niveles de inflación más elevados (...) y de ausencia de rebajas impositivas". Por su parte, la demanda exterior neta continuaría ejerciendo una contribución positiva.

El supervisor ve una prolongación de la "actual fase expansiva" de la economía española basada, a su entender, en la corrección de los desequilibrios macrofinancieros: en especial la mejora de la competitividad y el menor endeudamiento del sector privado.

Pero el cambio de la política presupuestaria del Gobierno -que ya no será expansiva- y la expectativa de que la laxitud de las condiciones monetarias no sea mayor hará que se modere el ritmo de crecimiento. El organismo cree que el crecimiento "podría desacelerarse" hasta el 2,5% en 2018 (también tres décimas más de lo previsto en abril de este mismo año) y el 2,2% en 2019.

Más empleo y menos población activa

En cuanto al empleo, el Banco de España prevé que mantenga "ritmos de crecimiento elevados, aunque cada vez menores a lo largo del horizonte de proyección, en consonancia con la previsión de una cierta suavización del ritmo de avance del producto y de unas tasas de crecimiento muy modestas de la productividad aparente".

Así, el empleo crecerá un 2,9% este año, tres décimas más que la previsión anterior, y lo mismo que lo hizo el año pasado. Sin embargo se moderará al 2,3% en 2018 (cuatro décimas más que la estimación previa) y al 1,8% en 2019, el mismo pronóstico que hace dos meses.

Además, el supervisor advierte de que la población activa continuará descendiendo en los próximos tres años "por el envejecimiento de la población". Estos dos factores unidos harán que la tasa de paro baje y se sitúe en el 17,3% este año (dos décimas menos de lo estimado en abril), en el 15,4% en 2018 (seis décimas menos) y en el 13,8% en 2019.

España no cumplirá con el déficit, que bajará del 3% en 2018

En cuanto al déficit público, el Banco de España estima que se situará en el 3,2% este año, una décima más que el objetivo comprometido con Bruselas, pero 1,3 puntos por debajo de la cifra de 2016 (cuando acabó en el 4,5% con ayudas bancarias), debido a la mejora del ciclo económico, en un contexto en que la orientación de la política fiscal sería neutral "tras el sesgo expansivo del último bienio".

La corrección del desequilibrio presupuestario continuará en los dos próximos años, de modo que el déficit público se situará a partir de 2018 por debajo del 3%, si bien el país no cumpliría con lo pactado con sus socios europeos al ser del 2,6% y del 2,2% en 2018 y 2019, respectivamente.

Respecto al incremento de precios, el organismo espera que la ralentización del IPC observada desde el mes de marzo, relacionada con la evolución del componente energético, se prolongue a lo largo del resto del año. De este modo, tras crecer un 2% de media anual en 2017, algo inferior a lo previsto anteriormente, la tasa de IPC se situará en el 1,3% en 2018 y el 1,6% en 2019.

Riesgos a la baja para la economía española

La autoridad monetaria destaca que los riesgos en torno a la senda de evolución del PIB se encuentran predominantemente orientados a la baja y, en su mayor parte, tienen su origen en la esfera internaciona. Así, apunta a una intensificación de las tendencias proteccionistas que han comenzado a despuntar en algunos ámbitos y que tendrían consecuencias negativas sobre las exportaciones españolas fuera de la zona euro.

Además, a esta variable se podría sumar "eventuales perturbaciones financieras", que incluyen una combinación de políticas en Estados Unidos que condujera a un "tensionamiento monetario mayor y más rápido" de lo esperado, una "hipotética corrección desordenada" del elevado nivel de endeudamiento de la economía china y la "incertidumbre" sobre las negociaciones entre el Reino Unido y la UE por el Brexit.