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Los inversores estadounidenses lideran la inversión extranjera en las grandes ligas europeas de fútbol

  • El capital norteamericano se hace con el 20% de la propiedad de los clubes de las grandes ligas europeas
  • El nuevo modelo de gestión basado en la multipropiedad convive con las protestas de algunas aficiones

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Principales transacciones de clubes de fútbol en el mundo
Los grandes traspasos de equipos de fútbol. Ocho de los diez más caros, con sociedades de EE.UU.

Poco o nada queda en el Manchester United, nacido en 1878 con la denominación Newton Heath LYR Football Club y creado por el departamento de carga y mantenimiento de la compañía ferroviaria Lancashire and Yorkshire. En sus comienzos, jugaba sus partidos en el desaparecido estadio North Road contra otros departamentos y empresas ferroviarias con una indumentaria verde y oro, colores de la compañía, hasta que en 1902 adoptó su denominación actual, y en 2005 su propiedad quedó en manos de un inversor estadounidense.

En 1902, el capitán Harry Stafford se reunió con cuatro empresarios británicos para evitar la liquidación del equipo y poder saldar la deuda de 2.670 libras esterlinas, apuesta que asumió el magnate cervecero John Henry Davis, quien se convertiría en el primer presidente del recién nombrado Manchester United tras su correspondiente desembolso de 500 libras esterlinas a cambio de participar directamente en el funcionamiento del club, momento en el que se adoptó la indumentaria actual.

A partir de ahí, el club inglés creció para convertirse en un histórico del fútbol mundial, hasta que la llegada del magnate estadounidense Malcom Glazer colocó la bandera estadounidense en la propiedad del club con una inversión que le impulsó hasta hacerse con la presidencia del club hasta su fallecimiento en 2014, y ser relevado en el puesto por sus hijos Joel y Avram Glazer; esta corporación está presente también en en Crytal Palace, Augsburgo alemán, Ado Den Haag neerlandés y SK Beveren belga.

Este movimiento sentó los cimientos para el desembarco del capital estadounidense en las grandes ligas europeas, una constante a lo largo de los últimos años con inversiones millonarias en clubes de la Premier como el Chelsea, Everton, Liverpool; Milan, Roma, Inter del Calcio; Olympique de Lyon en la Ligue1, y presencia en equipos de la Liga EA Sports como el RCD Mallorca, Sevilla FC y Atlético, y también de la Liga Hypermotion como el Leganés, recién ascendido a Primera, el Alcorcón o el Real Zaragoza.

Según un reciente estudio realizado por Football Benchmark, los diez principales desembolsos con participaciones mayoritarias en clubes europeos han sido protagonizadas por inversores estadounidenses, con siete corporaciones y presencia en casi una treintena de clubes a lo largo y ancho del continente europeo con la fórmula de la multipropiedad como estandarte, con ejemplos de grandes éxitos como los de City Football Group, grupo inversor copropietario del Manchester City, Girona FC y Palermo.

El atractivo de la multipropiedad

Lejos queda ya el recuerdo de Mohamed Al Fayed, propietario de los almacenes Harrods como propietario del Fulham londinense en 1996, actualmente en propiedad del multimillonario estadounidense-pakistaní Sahid Khan, también dueño de los Jaguars de Jacksonville de la NFL; o del ruso Abraham Abramovich, propietario del Chelsea desde 2003, ahora en manos de Tod Boehli, copropietario del equipo de béisbol Los Ángeles Dogers además de participaciones en los Lakers (NBA).

Uno de los aspectos destacados en el desembarco del dólar en el fútbol europeo es la apuesta por la multipropiedad de los dueños de clubes, como es el caso de Génova y Everton, propiedad del Grupo 777 Partners, o como los casos citados anteriormente, como dueños de franquicias de diferentes deportes con una audiencia potencial cada vez más global, y el impacto económico de la gestión de los derechos televisivos y su explotación comercial.

Pero no es oro todo lo que reluce, tanto en lo que afecta a la respuesta de los aficionados en con respecto a la marcha de sus equipos, tal como se ha demostrado en las recientes protestas de los aficionados del histórico Standard de Lieja belga, preocupados por el impago de los salarios de sus nuevos propietarios, la empresa estadounidense 777 Partners, quien acumula hasta 16 denuncias por fraude o deudas impagadas en Estados Unidos por unos 350 millones de dólares.

El pasado viernes 31 de mayo, sus socios fundadores, Josh Wander, su hermana Mollie y Steven Pasko, renunciaron a sus cargos en la Junta Directiva tras una reestructuración interna de la compañía para afrontar "varios desafíos operativos" y trabajar para "seleccionar las vías más rentables para sus inversiones", tal como publicó el diario económico Financial Times.

Ya en mayo de 2021, los hinchas del Manchester United forzaron el aplazamiento del encuentro de la Premier ante el Liverpool, en protesta por la gestión de los dueños del club, la familia Glazer. Unos 200 aficionados colapsaron el estadio Old Trafford y otros 700 se personaron en el hotel de concentración de su equipo.

Crecimiento exponencial

La creciente popularidad del fútbol en Estados Unidos, denominado soccer, ha hecho crecer este deporte a nivel planetario, lo que representa alrededor del 1,5 al 2% del PIB global”, afirma Carlos Cantó, profesor de Negocios Deportivos y CEO de SPSG Consulting, especializada en deportes y entretenimiento.

“Obviamente, el fútbol americano en Estados Unidos es extremadamente importante. Más o menos, el 35% del dinero que se invierte en derechos de prensa se destina a eventos de fútbol, clubes de fútbol y, al fin y al cabo, a la industria del fútbol”, añade.

Existe potencial de crecimiento y los inversores expertos en negocios quieren estar ahí para aprovecharlo. La liga más rica de Europa, la Premier League inglesa, recauda unos 7 mil millones de dólares, ligeramente por encima de la NHL en Estados Unidos y muy lejos de los 19 mil millones de la NFL.

Los inversores estadounidenses son los que tienen la mayor cantidad de equipos bajo sus alas. La presencia de dinero estadounidense ha aumentado de menos del 2% en propiedad de clubes de las cinco principales ligas europeas en 2005 a casi el 20% en 2023, según un estudio de Bloomberg.

El sistema de "promoción" del fútbol europeo, en el que los equipos de menor clasificación pueden ascender a ligas más élite, ofrece otro atractivo para estadounidenses como Jordan Gardner, cuya compra de un equipo danés en 2019 terminó siendo una gratificante oportunidad de inversión, según Marketplace. "Puedes comprar el equivalente a un equipo de béisbol AAA y llevarlo al equivalente de las ligas mayores", dijo Gardner. Si se "hace correctamente", puede resultar "financieramente lucrativo".

Premier League a la cabeza

Como recoge el estudio realizado por la consultora KPGM, poseen hasta una quinta parte de los 60 clubes que componen las máximas divisiones de Inglaterra (Premier League), Italia (Serie A) y Francia (Ligue 1), con la Premier como principal foco de los inversores de Estados Unidos.

El Manchester United es propiedad de la familia Glazer, dueños los Tampa Bay Buccaneers de la NFL. El Liverpool está en manos de Fenwway Sports Group, empresa matriz de los Boston Red Sox de la MLB, con LeBron James entre sus accionistas con un 2%. El Arsenal está manejado por Stan Kroenke, quien controla también Los Angeles Rams (NFL), Denver Nuggets (NBA), Colorado Avalanche (NHL), Colorado Rapids (MLS), Colorado Mammoth (NLL), además de dos equipos más de Esports (LA Gladiators y LA Guerrillas).

El atractivo mercado italiano

Italia tampoco escapa del capital que llega del otro lado del Atlántico con la llegada de los cuatro propietarios norteamericanos entre 2018 y 2020. La Fiorentina fue el primer club del Calcio en caer bajo el paraguas financiero estadounidense tras la llegada de Rocco Commisso, nacido en Calabria y criado en Estados Unidos, dueño del histórico New York Cosmos en el que jugaron Pelé y Beckenbauer.

El A.C. Milan tampoco escapa al capital estadounidense, con la llegada primero del grupo de inversión Elliot Management y su reciente traspaso a Red Brid Capital. La Roma fue adquirida por Dan Friedkin Group por casi 600 millones de euros en 2020, apenas un mes antes de que el Grupo Krause se hiciera con el 90% del Parma de la Serie A.

Otro histórico, el Inter de Milán, fue adquirido el pasado mes de mayo por el fondo de inversión Oaktree tras el impago del préstamo a tres años concedido por Oaktree a las sociedades holding del Inter, que vencía el 21 de mayo de 2024 con un saldo total de aproximadamente 395 millones de euros, según comunicó el propio fondo.

Los bajos precios en promedio de los clubes italianos con respecto a sus homólogos europeos, un tercio de lo que cuestan los ingleses y la mitad de los españoles, necesitan un capital inicial mucho menor para una compra. Además, 60 millones de habitantes y 30 millones de aficionados suponen un gran mercado al que dirigirse", publicó Proyecto de Reportaje de Investigación de Italia (IRPI, por sus siglas en inglés), organización independiente de periodismo transnacional con sede en ese país.

La historia de la propiedad extranjera en el futbol italiano empezó con AS Roma en 2011, cuando un grupo de inversionistas estadounidenses liderados por el empresario Thomas DiBenedetto adquirió el 60% de las acciones del club por poco más de 100 millones de euros.

Presencia creciente en Francia y España

La inyección de dinero estadounidense también alcanza a la Ligue1 francesa, con el Olympique de Marsella en manos del antiguo dueño de Los Ángelkes Dodgers Frank McCourt, quien llegó en 2016 después de comprarle dicho porcentaje a la francesa Margarita Louis-Dreyfus;

RedBird Capital Partners, con su fundador Gerry Cardinale, como cabeza visible, es el propietario del Tolouse francés tras hacerse con el 85% de las acciones aprovechando el descenso del equipo a la Ligue2, y tiene entre sus socios a los dueños de los New York Yankees (MLB) o los Dallas Cowboys (NFL).

LaLiga también tiene algunos ejemplos del desembarco de inversión estadounidense, y en algunos casos como RCD Mallorca y CD Leganés, de forma mayoritaria. Robert Sarver, propietario de los Phoenix Suns, se convirtió en el máximo accionista del Mallorca a través de Liga ACQ Legacy Partners al asumir una ampliación de capital por valor de 20 millones de euros mientras el mexicano Jeff Luhnow, empresario del grupo estadounidense Blue Crow Sport, se hizo hace dos años con el 92,6% del CD Leganés, equipo recién ascendido a Primera División.

Además, Ares Management invirtió 120 millones en el Atlético para entrar minoritariamente en su accionariado y Amber Capital se hizo hace unos meses con el 51% del Real Zaragoza, club que preside Jorge Mas, empresario de Florida que comparte parte de la propiedad del Inter de Miami con David Beckham. Iván Bravo y el fondo de inversión Best Navy se hicieron con la propiedad del Alcorcón, equipo de la Liga Hypermotion, por 14 millones de euros.

Los europeos han perdido poder sobre el fútbol europeo, pero no han perdido poder”, afirma Raphael Le Magoariec, analista de Geopolítica de los Estados del Golfo y del deporte en la Universidad François Rabelais de Tours. “El fútbol europeo se rige ahora por una lógica de mercado, lo que significa que son los propietarios quienes ahora dominan el fútbol europeo y, en particular, los propietarios de los grandes clubes europeos quienes dominan el fútbol europeo.

Y así, entre estos grandes clubes europeos, todavía hay clubes dominados por europeos que intentan proteger sus intereses frente a los nuevos inversores, en particular los inversores del Golfo, que, a diferencia de los fondos americanos, son mucho más precisos en términos de deporte. Quieren construir proyectos que puedan ganar la Liga de Campeones, que es realmente el Santo Grial. Y entonces, siguiendo esta lógica, están muy interesados en el deporte, a diferencia de los fondos de inversión estadounidenses, que en realidad están un poco estancados y están presentes en Europa por otros intereses, más económicos”.

* Investigación realizada por Pilar Requena (RTVE), Guillaume Woelfle (RTBF), John Robbiani (RSI), Georg Döller (ZDF), Derek Bowler (EBU), Lili Rutai (EBU) y Belén López Garrido (EBU) para la Red de Periodismo de Investigación de la UER (EBU Investigative Journalism Network).