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Goirigolzarri: la inyección pública se hará con entrada en el capital, no con préstamos

  • El Gobierno preveía dar apoyo a través de préstamos del FROB al 10%
  • El presidente cree que se ha hecho un ejercicio "responsable y transparente"
  • La aportación pública, en función de la participación de otros accionistas
  • Asegura que no se requerirán inyecciones adicionales

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Goirigolzarri presenta el plan de recapitalización de Bankia

"Hemos hecho un ejercicio serio, responsable y transparente". Así ha valorado el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, la revisión de Bankia y de su grupo matriz -Banco Financiero y de Ahorro (BFA)- que ha llevado a solicitar al Estado 19.000 millones de euros adicionales para sanear sus cuentas. El máximo responsable de la entidad ha explicado que esa inyección pública no llegará en forma de préstamos reembolsables, como los utilizados hasta ahora para ayudar a las entidades financieras a través del FROB, sino que se realizará a través de aportaciones de "capital puro".

"No estamos hablando de ayudas ni estamos hablando de aportaciones a fondo perdido, sino de aportación de capital, que será  de la responsabilidad de los gestores sacarle valor", ha especificado  Goirigolzarri.

Esto significa que la inyección del Estado se hará en forma de entrada en el capital de Bankia y que ese dinero público se recuperará en función de cómo evolucione el valor de esas acciones, un valor que dependerá de la gestión que haga la entidad y que se materializará cuando el Estado salga de la entidad al vender su participación, algo que el Gobierno calcula ocurrirá antes de tres años.

"Aquí no hay que devolver nada"

El pasado mayo, cuando el ministro de Economía presentó el segundo decreto de la reforma financiera -en el que se elevan las provisiones para cubrir el riesgo de los activos inmobiliarios 'sanos'-, Luis de Guindos señaló que las aportaciones al sistema financiero a través del FROB "no suponen la concesión de ayudas públicas", porque la devolución de los  fondos exigirá el pago de un interés, "el doble de lo que está pagando el  Tesoro a esos plazos".

Así, el Gobierno había planeado apoyar la reestructuración bancaria mediante el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, con lo que -según la práctica realizada hasta ahora- esas aportaciones tenían que ser devueltas a un tipo de interés cercano al 10% en cinco años. La entrada como accionista sólo se contemplaba como último recurso.

Sin embargo, el presidente de Bankia ha sentenciado este sábado: "Estamos hablando de capital y tenemos la convicción de crear valor para  el accionista, ya sea el Estado o el resto de inversores, pero aquí no hay que devolver nada, lo que hay que hacer es crear valor de esos 19.000 millones".

A preguntas de los periodistas, Goirigolzarri ha reconocido que es consciente de que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) está prácticamente sin recursos, pero está seguro de que el Estado logrará la financiación, pues se trata de un plan "consensuado" con el Banco de España y el Ministerio de Economía.

No necesitará más inyecciones

En su primera rueda de prensa desde que fue nombrado presidente el pasado 9 de mayo, Goirigolzarri ha asegurado que esa solicitud es la definitiva y que no se necesitarán nuevas inyecciones porque con ella se conseguirá "una entidad solvente y segura", que se ha fijado mantener el core capital -es decir, el capital de máxima calidad- en un 9,5% de su total de activos, por encima de lo exigido por las instituciones europeas e internacionales.

Goirigolzarri ha señalado que los planes de saneamiento y recapitalización elaborados por la nueva dirección dotan al grupo "de una capacidad financiera que permite enfrentarse al futuro. La entidad cuenta con un punto de ventaja competitiva extraordinaria: su base de clientes (...), de cuya explotación dependerá que se pueda crear una franquicia sólida, eficiente, rentable y libre".

Una vez identificadas las necesidades de saneamiento, se llevará a cabo el plan de recapitalización. Ahí, ha explicado el máximo responsable de Bankia, el primer paso será la conversión de la participación del FROB en acciones de BFA, algo que se prevé ocurrirá en junio, antes de la Junta General de Bankia.

La participación o no de los accionistas decidirá la cantidad final

Después, a mediados de julio, se producirá la inyección de 19.000 millones de euros en la matriz, lo que se llevará a cabo a través de una ampliación de capital de BFA suscrita en su totalidad por el Estado a través del FROB. "Primero, se utilizará en la recapitalización de BFA y, luego, otra parte bajará a Bankia; la parte de Bankia será del entorno de 12.000 millones, donde se hará una ampliación de capital con derecho preferente de suscripción, pero -en todo caso- el Estado asegurará su colocación", ha indicado Goirigolzarri.

La ampliación de capital con derecho preferente para los accionistas actuales se realizaría en el último trimestre de 2012, según el máximo responsable de Bankia.

Esa cantidad de 12.000 millones de euros es el máximo: el desembolso público sólo alcanzará esa cifra si los actuales accionistas de Bankia no acuden a la ampliación de capital. "La aportación final del Estado dependerá de la participación de los accionistas, porque hay derecho preferente", ha advertido el presidente de la entidad.

Si los accionistas no suscriben la ampliación de capital, por un lado, ellos verán diluido su peso dentro de la entidad (pasarían de tener el 55% del total del capital de Bankia a sólo el 10%, o menos, si el precio de la acción sigue cayendo) y, por otro, el Estado -a través de BFA- estaría obligado a entrar para asumir lo que no se ha cubierto.

En caso de que ninguno de los accionistas minoritarios acuda a la ampliación, BFA tendrá que suscribir la totalidad de los 12.000 millones de la ampliación, cifra que ya está contemplada en los 19.000 millones solicitados. Para Goirigolzarri, ese escenario es "extremo" y no será necesario suscribir toda la ampliación. No ha querido precisar, en cualquier caso, si el dinero sobrante será devuelto al Estado.

En la actualidad, Bankia presenta pocos atractivos para el pequeño accionista, ya que el valor de sus acciones se ha depreciado un 60% desde su salida a Bolsa. Al cierre del mercado del pasado jueves, cada título de Bankia valía 1,57 euros (el viernes, el valor estuvo suspendido en Bolsa por la CNMV), frente a los 3,75 euros con los que se estrenó en el parqué en julio de 2011.

Además, este viernes, la agencia de calificación Standard & Poor's ha rebajado la nota de Bankia hasta la de 'bono basura', dentro de la revisión a la baja que ha realizado a varias entidades españolas.

Justificación de la labor de Rodrigo Rato

Ante las preguntas de los periodistas sobre si se podría producir una depuración de responsabilidades por la gestión de la anterior dirección y, en concreto, del expresidente Rodrigo Rato, Jose Ignacio Goirigolzarri ha justificado la labor de su predecesor.

"No he venido aquí a depurar responsabilidades", ha advertido Goirigolzarri, quien ha señalado que su único objetivo "es crear valor para el accionista y mirar al futuro".

Según Goirigolzarri, la revisión al alza de las necesidades de saneamiento no se debe a "nada oculto". "No ha aparecido nada", ha especificado el presidente de Bankia, más allá del propio "deterioro del valor de los activos, en primer lugar, por la evolución económica y, en segundo lugar, por los cambios regulatorios".

Rato tuvo que llevar a cabo su gestión "en un entorno regulatorio tremendamente convulso, en una situación económica tremendamente convulsa y con el reto de un proyecto de gran dificultad, la integración de una serie de cajas, y con la dificultad adicional de sacar a Bolsa una participación en Bankia. La dirección tuvo que enfrentarse a un momento muy complejo y con unos objetivos tremendamente demandantes", ha justificado Goirigolzarri.

La mayor inyección pública en banca de la historia

Las explicaciones del nuevo presidente de Bankia llegan al día siguiente del consejo de administración de Bankia que analizó y aprobó los planes de saneamiento y recapitalización elaborados por el nuevo equipo gestor encabezado por Goirigolzarri, de los que se deduce  la petición al Estado de 19.000 millones de euros adicionales para sanear sus cuentas.

Esa cantidad, unida a los 4.465 millones que ya recibió del FROB, sitúa la inyección pública en casi 23.500 millones de euros, la mayor de la historia en una entidad bancaria, que supera la suma de todas las ayudas públicas realizadas hasta ahora en el sistema financiero español.

Además, también aumenta la estimación que había realizado hasta ahora  el Ejecutivo sobre cuánto dinero podría tener que llegar a inyectar en  el sistema financiero y que el propio ministro de Economía había cuantificado en un máximo de 15.000 millones  de euros. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esa cantidad  calculada por De Guindos se refiere al apoyo que podrían necesitar los  bancos para cumplir con el decreto de mayo, mientras que los 19.000  millones pedidos por Bankia y su matriz servirán para cumplir esos  requisitos y también los marcados en las anteriores reformas de la  normativa.

El consejo de administración de este jueves también reveló una corrección en las cuentas de la entidad del año pasado: en lugar de obtener unos beneficios de 309 millones de euros, como se aseguró en febrero, el grupo sumó unas pérdidas de 2.979 millones. El principal 'agujero' del grupo se localiza en la matriz de Bankia, el Banco Financiero y de Ahorro (BFA), que había valorado su participación en Bankia en 12.000 millones de euros, cuando su valor real en términos de mercado es de menos de 1.500 millones.

Más de 10.000 millones para cubrir el 'agujero del ladrillo'

Esa enorme revisión se produce al reconocer el valor real de mercado de las participadas integradas en Bankia, y de los créditos y activos inmobiliarios de la entidad.

En este último capítulo, hasta ahora, Bankia había cifrado en 8.745 millones de euros las provisiones que debía reservar para cumplir las exigencias marcadas en los dos últimos decretos del Gobierno y cubrir los riesgos de su implicación en el sector del 'ladrillo'.

Pero esa cantidad se ha quedado corta y, según ha detallado este sábado José Ignacio Goirigolzarri, el nuevo análisis de su cartera inmobiliaria eleva el coste hasta 10.100 millones de euros, casi 4.000 millones de euros más de lo reconocido hasta ahora.

Según ha explicado Goirigolzarri, 7.100 millones servirán para cumplir los requerimientos de provisiones adicionales impuestos a los activos inmobiliarios por los decretos de febrero y marzo del Gobierno. Los restantes 3.000 millones de euros se deben a ajustes en la cartera inmobiliaria: por un lado, la reclasificación como créditos a promotores de algunos que no figuraban como tal y que, al cambiarlos, han tenido que someterse a las condiciones de los decretos del Gobierno sobre el 'ladrillo', y por otro, la revisión a precios de mercado de la valoración de activos inmobiliarios.

Así, el máximo responsable de Bankia ha explicado que Bankia ha tomado una cartera de 13.000 millones de créditos hasta ahora considerados sanos, y los ha pasado al lado de los dudosos o subestándar, lo que obliga a aumentar su cobertura en aplicación de las exigencias del Gobierno.

Con el saneamiento que ha decidido acometer, Goirigolzarri ha advertido que también estarían cubiertos los posibles agujeros que detecten los consultores y auditores independientes que analizarán todo el sistema bancario español en las próximas semanas.

Con estas provisiones, Goirigolzarri ha explicado que la cobertura de los créditos dudosos y subestándar será del 53%, mientras que la de toda la cartera inmobiliaria estará en un 48,9%.

La corrección del resto de su cartera de créditos -distintos a hipotecas y préstamos a promotores- le lleva a necesitar 5.500 millones de euros en provisiones para cubrirse ante un eventual escenario económico adverso. En un momento en el que se especula con la posibilidad de que el  Ministerio de Economía decida endurecer también los créditos  hipotecarios particulares, Bankia ha decidido sanear también esta  cartera, e incluso algunos créditos al consumo, además de préstamos para  empresas.

Así, en total, la cartera crediticia global del grupo BFA-Bankia necesitará 15.600 millones de euros que se convertirán en provisiones, 15.400 de esos millones corresponden a Bankia.

Se venderán participaciones en empresas

Aparte, requiere 3.900 millones de euros para actualizar al valor del mercado las participaciones que el grupo tiene en diversas empresas, como Iberdrola, Mapfre o NH Hoteles, que que estaba sobrevalorada.

En palabras del presidente de Bankia, esa cartera "es muy importante ponerla a precio del mercado porque en un futuro, previsiblemente y según se recogerá en el plan estratégico que presentaremos en junio, se dará un proceso de desinversión y, para que de él no se deriven necesidades nuevas, había que ponerla a precio actual de mercado".

Por último, la revisión de las necesidades de capitalización también recoge los 2.700 millones de euros adicionales que se utilizarán para amortizar unos activos fiscales que estaban indebidamente contabilizados en el balance de 2011.

Así, 15.600 millones de la cartera crediticia, más los 3.900 millones de la cartera de participadas, más los 2.700 millones de nuevas amortizaciones suman 22.200 millones de euros brutos, que quedan en 19.000 millones al restar el pago de impuestos.