Ucrania: entre el plan de paz de Trump, el de los europeos, y Putin
- La semana de intensas negociaciones diplomáticas ha terminado sin resultados y con desavenencias claras
- Directo: sigue la última hora de la guerra en Ucrania
"Una paz justa y duradera", así llevan definiendo los mandatarios europeos el objetivo de toda negociación para acabar con la guerra en Ucrania. Pero, ¿qué significa para Europa justa y duradera? Justa significa que el agresor, el invasor, en este caso Rusia, no salga recompensado, y duradera quiere decir que ambas partes respeten el acuerdo, y se piensa sobre todo en que Rusia no intente de nuevo ganar por las armas territorio ucraniano. Y aquí, en esos conceptos de "justa y duradera", es donde radica el escollo que impide llegar a un acuerdo de paz cuando vamos camino de cumplir cuatro años de guerra, desde el 24 de febrero de 2022.
El plan de Trump, los deseos de Moscú
"El plan de paz que propone el gobierno de Estados Unidos es la lista de los deseos de Moscú", así cuentan unos senadores estadounidenses que definió en privado la propuesta de la Casa Blanca para Ucrania, nada más y nada menos, que el Secretario de Estado, el responsable de Exteriores, Marco Rubio. Obviamente Rubio en público lo negó.
Los antecedentes de Donald Trump y el contenido que se ha conocido del plan hacen verosímil la afirmación de los senadores, ya que desde que volvió a la presidencia en enero Trump ha dado un giro de casi 180 grados a la política de los Estados Unidos y de sus aliados respecto a Rusia y, en concreto, respecto a la invasión de Ucrania.
Trump ya no habla de Rusia como un agresor, sino de una guerra con dos actores igualmente responsables; sacó al presidente ruso, Vladímir Putin, del ostracismo diplomático occidental y lo trata como a un igual, y relega a un segundo plano al presidente de Ucrania, el país invadido, Volodímir Zelenski, a quien ya no trata como una víctima, hasta el punto de reprocharle a él que aún no se haya puesto fin a la guerra. En el Despacho Oval le montó una encerrona humillante, mientras que recibió en casa, en Alaska al presidente ruso con, literalmente, alfombra roja.
Veamos los aspectos de la propuesta que Washington pretendía que el presidente ucraniano aceptara en cuestión de días, antes del jueves pasado, un plazo fallido.
No se ha hecho público oficialmente ningún plan de paz, pero el medio Axios publicó los 28 puntos de la propuesta "de Trump" y en seguida saltan a la vista las concesiones a Rusia que son hasta ahora líneas rojas para Ucrania, una derrota, una claudicación: Ucrania debería ceder todo el Donbás (las dos provincias del este: Lujansk y Donetsk), incluidas las partes que Rusia no ha conquistado por las armas. También debería incluir en su Constitución que no entrará en la OTAN, y la OTAN comprometerse a no aceptar a Ucrania. Además Ucrania debería reducir su ejército, de algo más de 800.000 actualmente a 600.000, y celebrar elecciones en un plazo de 100 días.
Más concesiones a Moscú: en cuanto se firmara el acuerdo de paz, se levantarían las sanciones contra Rusia, el país volvería a la comunidad económica internacional y al G7, que sería G8, del que se la expulsó en 2014 como castigo a la anexión de Crimea, y se dictaría una amnistía. Recordemos que sobre el presidente ruso, por ejemplo, pesa una orden de detención del Tribunal Penal Internacional, una corte que no reconocen Rusia ni los Estados Unidos.
Estas propuestas no casan con el concepto europeo de paz justa, ya que al agresor se le compensa y no castiga tras su agresión. Tampoco se considera duradera porque no especifican "garantías de seguridad", es decir, cómo se le asegura a Ucrania que no volverá a sufrir una agresión por parte de Rusia.
Lo que ese plan del gobierno Trump impone a Ucrania se parece más a lo que se hace con el enemigo derrotado más que con un aliado víctima. Dictar la Constitución y restringir la capacidad militar es lo que se hizo con Alemania y Japón tras la Segunda Guerra Mundial. Algunos analistas occidentales lo han comparado con el acuerdo de Munich de 1938, por el que Alemania, Reino Unido, Francia e Italia le concedieron a Hitler una parte de Checoslovaquia, los Sudetes, sin contar con Checoslovaquia; e incluso hay quien considera que es peor que las condiciones impuestas a Alemania en Versalles en 1919 tras la Primera Guerra Mundial.
Según varias fuentes citadas por medios internacionales, Washington amenazó al presidente ucraniano con retirar su ayuda, si no aceptaba este plan. Es el plan que discutieron en Ginebra el domingo pasado delegaciones de Estados Unidos, Ucrania y Europa.
Las enmiendas de ucranianos y europeos
Oficialmente tampoco se ha publicado nada sobre las negociaciones, pero también ha habido filtraciones. La contrapropuesta europea (de Alemania, Francia y el Reino Unido) la conocemos por la agencia Reuters. Según esa información, los europeos fueron punto por punto y reescribieron la propuesta de Washington. Por ejemplo, Ucrania se compromete a no recuperar por las armas los territorios ocupados por Rusia militarmente, y se propone una negociación sobre intercambio de territorios. Eso supondría que de momento, y a la espera de esas hipotéticas negociaciones, la línea del frente se congelaría y lo ocupado por Rusia así seguiría. Sería una paz, volviendo al lema europeo, menos "injusta".
La puerta de entrada de Ucrania a la OTAN se deja abierta al consenso de los miembros de la Alianza, y se aclara que en este momento no existe. Otra modificación importante es que se establece que, si Rusia incumpliera el acuerdo de paz y volviera a agredir a Ucrania, los Estados Unidos responderían con la filosofía del artículo 5 de la OTAN, que la agresión a un socio es la agresión a todos, ergo, que Rusia tendría una respuesta militar por parte de EE.UU. Esa sería la garantía de seguridad para Ucrania y para una paz duradera.
El documento europeo filtrado matiza también el regreso de Rusia a la comunidad internacional, esta no sería automática, sino paulatina. Y se cambia el plazo de 100 días par celebrar elecciones en Ucrania por “lo antes posible”.
Unión Europea, dinero ruso y soberanía nacional
Las coincidencias más destables de ambos planteamientos, siempre según lo filtrado, son el ingreso de Ucrania en la Unión Europea, proceso de negociación que ya está en marcha desde el año pasado.
Un punto importante en ambos casos son los activos económicos rusos, reservas del Banco Central de Rusia, congelados, unos 260.000 millones de euros, cuyo destino lleva debatiéndose desde casi el inicio de la invasión. La decisión de congelar esas reservas rusas se tomó como castigo a la invasión de Ucrania, la mayoría está en la Unión Europea, en euros, y en el Reino Unido, en libras esterlinas. Solo 5.000 de esos 260.000 millones de euros están en los Estados Unidos en dólares. El debate es si y cómo usar ese dinero ruso para financiar Ucrania.
En el "plan de paz de Trump", 100.000 millones de dólares (unos 86.000 millones de euros) irían al "esfuerzo liderado por los EE.UU." para reconstruir e invertir en Ucrania, y los EE.UU. recibirían el 50% de los beneficios. Además Europa tendría que aportar otros 100.000 millones de dólares, y los fondos congelados en Europa irían a un instrumento de inversión conjunto de Estados Unidos y Rusia. Los Estados Unidos sacan beneficio del plan, igual que ya ocurrió previamente para convencer al presidente para que los EE.UU. siguieran ayudando a Ucrania. Sí, a cambio de obtener beneficios de la extracción de minerales raros. La política exterior de Donald Trump no la guían los valores, las consideraciones de lo justo y lo injusto, sino la transacción, el "qué saco yo, Estados Unidos, de esto".
En la contrapropuesta europea que hemos conocido, en cambio, leemos: "Se reconstruirá completamente Ucrania y se le compensará financieramente contando para ello con los activos soberanos de Rusia, que seguirán congelados hasta que Rusia compense por los daños en Ucrania". La gestión y beneficio de esos fondos para los Estados Unidos desaparecen del texto europeo.
Un coincidencia en ambos documentos es el primer punto, redactado de forma idéntica: "Se confirmará la soberanía de Ucrania". La duda razonable es si se puede hablar de soberanía cuando se asume que se han cambiado sus fronteras por las armas.
El 'mediador' Witkoff
Además de una diplomacia dictada por la transacción y no los valores, la de Trump sorprende, o tal vez ya no, porque no la lleva el titular de Exteriores, Marco Rubio, sino dos empresarios ajenos a la carrera y la política diplomáticas, pero que tienen una relación muy personal con el presidente. Uno es su yerno, Jared Kushner, que ya en la primera presidencia Trump tuvo un cargo diplomático, y a quien se atribuye parte del mérito del alto el fuego en Gaza este año, y de los Acuerdos de Abraham, hace cinco años.
El otro es su amigo y compañero de golf, Steve Witkoff, empresario millonario, como Trump, del sector inmobiliario. Tanto Kushner como Witkoff comparten la tesis de Trump, que su experiencia negociando con socios internacionales, entre ellos, rusos y árabes, les da mayores habilidades mediadoras que la carrera diplomática.
"Que lo felicite por el acuerdo sobre Gaza y le diga que es un hombre de paz", este es el consejo que, según un audio que logró la agencia Bloomberg, Steve Witkoff dio a Yuri Ushakov, asesor del presidente Putin, el 14 de octubre. Esa conversación telefónica revela varias cosas, la más llamativa es que el mediador de los Estados Unidos aconseja a la parte rusa, otra es lo ya asumido, que la manera de acercarse a Donald Trump es adulándolo, y una tercera es que Trump tiene prisa por lograr algún tipo de acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. Quiere un plan de paz ya, el que sea.
Lo que hizo Witkoff con el asesor ruso imaginamos que se parece a lo que hicieron los mandatarios europeos con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, tras aquella emboscada del presidente Trump y su vicepresidente, JD Vance en el despacho Oval, el pasado febrero; pero hay un matiz importante, los europeos son aliados de Ucrania, hasta ahora los Estados Unidos no lo eran de Rusia. Hasta ahora.
Michael McFaul, embajador de los Estados Unidos en Rusia con el presidente Barack Obama, y muy activo en redes sociales, lo resumió así: "Yo asesoré muchas veces al presidente sobre cómo dirigirse a los rusos, nunca aconsejé a los rusos sobre cómo dirigirse a Obama".
Lo que dicen en Moscú
El periódico en inglés Moscow Times ha analizado los informativos de las cadenas de televisión rusas, que siguen siendo la fuente de información mayoritaria para la población, y ha constatado que las noticias sobre las negociaciones de paz no tienen relevancia y se hacen eco de la versión oficial del Kremlin. Por ejemplo, el presentador del Primer Canal dijo que había "un alud de desinformación que se debía en parte a la histeria de los agitadores de la guerra europeos, a quienes se ha marginado en las negociaciones y están haciendo todo lo posible para que el plan [de Trump] descarrile".
Leyendo artículos publicados por la prensa moscovita esta semana el patrón se repite: consideración positiva del plan de Washington y acusación contra los gobiernos europeos de querer prolongar la guerra. Así mismo, atribuyen la filtración de la conversación de Steve Witkoff a una operación de los europeos: "Unas filtraciones utilizadas para intentar desacreditar a Witkoff, sugiriendo que es un agente del Kremlin. Algunos congresistas han reaccionado con indignación, exigiendo su destitución. El presidente Trump, por su parte, ha mantenido la calma públicamente, afirmando que Witkoff solo estaba llevando a cabo negociaciones estándar".
"La tensión se siente especialmente en Occidente, donde los líderes europeos intentan desesperadamente mantener la guerra en Ucrania" escriben en el oficialista Komsomolskaya Pravda, y también "Zelenski, aunque presionado, no sigue órdenes de Washington, sino de Londres, donde están sus intereses financieros. Por lo tanto, Kiev intenta evitar aceptar el plan de Trump", y "Europa ha aceptado financiar a Ucrania, aumentar su gasto en defensa y cumplir con las demandas comerciales de EE.UU. El plan de Trump busca presionar a Ucrania para llegar a un acuerdo favorable a Rusia".
Más extractos: "Zelenski quería verse con Trump, si lo acompañaban líderes europeos. El cálculo es obvio: planeaban un giro de 180º en Trump, que volviera a decir eso de que 'Putin lo había decepcionado'", "la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha expresado su frustración, sugiriendo que cualquier acuerdo de paz debería limitar al ejército ruso, no al ucraniano. Sus declaraciones reflejan la desesperación y el nerviosismo que se siente en algunos sectores europeos".
Más: "Es evidente que el presidente de EE.UU. está dispuesto a negociar de manera constructiva y realmente intenta llevar a cabo conversaciones honestas. Además, parece que Washington tiene prisa. ¿Qué ha llevado a la Casa Blanca a actuar rápidamente? EE.UU. está claramente en contra del robo de activos". 'Un articulista sentencia, y advierte, "la principal concesión de Rusia sería detener las hostilidades, lo que implica que no habrá más concesiones".
Esquemática y reduccionistamente esta es la visión publicada en Moscú: Trump y Putin son los buenos; los europeos, los malos; y Zelenski, alguien corrupto, débil con ínfulas y títere de los europeos.
¿Y qué ha dicho el presidente Putin? No lo ha explicitado, pero Rusia no tiene prisa por terminar con la invasión que inició en febrero de 2022. El jueves el mandatario ruso aseguró que seguirán adelante hasta que los ucranianos se retiren del Donbás que los rusos aún no han conquistado. Un tono parecido al del presidente Trump cuando insiste en que es Ucrania quien debe tener prisa por acabar con la guerra, porque lleva las de perder. Aunque lleve resistiendo más de lo que nadie previó.
Con las gafas de Anna Bosch