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Festival de Cine de Málaga

Carmen Machi se mete en un campo de refugiados en 'La voluntaria'

  • La voluntaria (2022), participada por RTVE, llegará a los cines el próximo 10 de junio
  • La cinta se presenta en el 25 Festival de Málaga, donde compite en Sección oficial
  • Nely Reguera, directora de María (y los demás), habla sobre su nueva película

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Carmen Machi y el niño sirio con el que protagoniza 'La voluntaria' (2022)
Carmen Machi y el niño sirio con el que protagoniza 'La voluntaria' (2022)

Desde que estalló la ofensiva rusa contra Ucrania hace un mes, Europa ha acogida a más de tres millones de refugiados ucranianos. Es el doble de los que llegaron procedentes de Siria, a lo largo de todo 2015. Todos ellos huían -y aún huyen- del horror de la guerra, pero el trato hacia ellos ha sido diferente. Mientras unos han sido recibidos con los brazos abiertos, los otros malviven en campos de refugiados. Un limbo territorial en el que, siete años después, miles de personas siguen esperando un futuro que no llega.

Malakasa es uno de esos lugares. Situado a 40 kilómetros de Atenas, en el viven, entre contenedores y tiendas de campaña, 1.900 personas. La mayoría (un 43%) son niños como Ahmed, el protagonista de La voluntaria (2022), segundo largometraje de Nely Reguera (María y los demás, 2016). La cineasta barcelonesa presenta este viernes su película en el 25 Festival de Málaga, donde compite en Sección oficial. Una cinta que refleja algunas de experiencias que ella misma vivió como cooperante en ONGs y que reflexiona sobre las razones por las que muchas personas deciden ayudar a otros.

Una reflexión sobre el altruismo y los cuidados

“Quería hablar sobre lo que, a veces, se esconde detrás de esa necesidad de ir a cuidar a otros y cómo, puede resultar difícil ver los límites entre querer ayudar a los demás y ayudarse a uno mismo”, explica la directora. Esa ambigüedad atraviesa a Marisa, la protagonista de La voluntaria a la interpretada Carmen Machi. Una doctora recién jubilada que decide viajar a Grecia para ayudar en un campo de refugiados, pero cuyas cargas emocionales chocan con la labor real que supone el voluntariado.

'La voluntaria', clip exclusivo con Carmen Machi

Marisa quiere ayudar, pero, al mismo tiempo, también busca ayudarse a sí misma”, comenta Reguera. Cuando colaboraba en lugares como Malakasa, Reguera se encontró con muchas “Marisas”. Personas que realizaban esos voluntariados justo después de romper una relación, cuando se quedaban en paro o se jubilaban. “También he conocido a mucha gente que ha dedicado su vida a ayudar a los demás y que lo ha hecho de forma totalmente desinteresada, pero hay otros muchos que, como Marisa, aunque tengan buenas intenciones, inconscientemente, dejan que sus circunstancias condicionen su forma de ayudar”.

¿Qué pasa después de la jubiliación?

En el caso de Marisa, pesa el deseo de ser abuela, el hecho de haber dejado de ser una madre presente para sus hijos y, sobre todo, la sensación de haber dejado de ser útil. “Me interesaba reflejar también ese choque emocional que viven quienes de repente, pasan de ser un profesional con el que todo el mundo cuenta a alguien al que nadie parece necesitar. Por la experiencia que tengo con personas cercanas, esto es algo muy chocante. Creo que las jubilaciones, sobre todo en lo público, deberían suceder de otra manera”, comenta.

Carmen Machi se mete en la piel de una mujer que vuelca esos vacíos en Ahmed, un niño sirio de 9 años al que conoce en el campo y al que da vida Hamam Aldarweesh Almanawer. Ella ve él el nieto que no tiene, él ve en ella los padres que no tiene. Entre ambos surge una conexión inmediata que Reguera refleja en pantalla con una mirada tierna en la que se rompe cualquier barrera cultural y que apela emocionalmente al espectador. Acaso, ¿podríamos no implicarnos de la manera en que lo hace la protagonista cuando conoce a este niño?

Para Reguera eso es lo más complicado del voluntariado. “De entrada, es una situación muy difícil, te encuentras con personas en situación de desamparo, que arrastran mucho dolor. Las quieres ayudar, pero mientras ellos están en campos de refugiados en los que no saben cómo avanzarán sus vidas tras huir del horror, tú llegas allí desde una situación de privilegio. Eso, de partida, no establece una relación de igual a igual”, cuenta Reguera.

Reflejando sus ambigüedades, sin buenos, ni malos. Mostrando diferentes caras del voluntariado y las frustraciones del día a día que se deriven de sistemas viciados, Reguera plantea un relato sobre la cotidianeidad de una realidad dura, que no carga de dramatismo.

Mirada documental

Las escenas que nos brinda La voluntaria tienen la hondura del documental, una honestidad que ha logrado rodando en un escenario real, imbuida en la realidad del día a día de las cerca de 2.000 personas que viven ahí. “Quería rodar en un campo porque no teníamos la capacidad para reconstruir uno, pero porque también para poder reflejar la realidad tal como era. Además, gran parte del equipo era griego y muchos habían ayudado a refugiados”, cuenta Reguera.

También eligieron Malaka por sus dimensiones, que les permitía no interferir demasiado en la vida de quienes vivían allí. “Tuvimos que adaptarnos, ser pacientes y asumir que los tiempos no serían los planeados”, añade.

Nely Reguera y Carmen Machi durante el rodaje de 'La voluntaria'

Nely Reguera y Carmen Machi durante el rodaje de 'La voluntaria'

Por encima de todo, La voluntaria habla de la necesidad de ayudarse los unos a los otros, algo que va más allá del lugar en el que nos encontramos. Una propuesta que, como ya ocurrió con Mediterráneo (2021), de Marcel Barrena. “Ojalá esta película sirva para no olvidarnos de la realidad que aún viven miles de sirios y afganos y para reflexionar sobre cuál es nuestro papel en todo esto”.

Inevitable no pensar en la realidad que ahora se vive en Ucrania y en el trato desigual entre una crisis humanitaria y otra. “Me parece atroz lo que está ocurriendo en Ucrania y me alegra mucho ver como se está ayudando a los refugiados y que se les ponga todas las facilidades, pero me duele ver la diferencia de trato con los sirios, afganos… No deberíamos olvidar que todos son seres humanos”.