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Análisis

La guerra contra las drogas de Trump en el Caribe y Pacífico: sin tropas sobre el terreno, pero gran tensión diplomática

  • Los presidentes de Venezuela y Colombia han acusado a Trump de querer derrocar sus Gobiernos
  • Los expertos señalan que "Trump va a usar tácticas no convencionales para tratar de reducir el tráfico de drogas"
La guerra contra las drogas de Trump en el Caribe y Pacífico
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la cubierta del portaaviones USS George H.W. Bush, frente a la costa este de Estados Unidos, el 5 de octubre de 2025 Alex Wong/Getty Images

Mientras Donald Trump se empeña en apagar fuegos al otro lado del Atlántico, parece que quiere encenderlos a apenas unos miles de kilómetros de su país. El presidente estadounidense ha declarado el "conflicto armado" al narcotráfico: su Ejército ha bombardeado nueve supuestas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, frente a las costas de Venezuela y Colombia, matando a al menos 32 personas. Trump incluso ha autorizado a la CIA a realizar "operaciones terrestres" en Venezuela y ha amenazado al presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Los métodos de esta nueva guerra contra las drogas son diferentes, según señalan los expertos. Dudan de que Washington despliegue tropas sobre el terreno y añaden que los ataques forman más parte de una política interna contra el consumo de drogas dentro de Estados Unidos, que de la política exterior del país.

Trump acusa a Maduro de ser el líder del Tren de Aragua, la organización criminal más poderosa de Venezuela, y el venezolano ha asegurado que Estados Unidos quiere derrocar a su Gobierno: "¿Hasta cuando golpes de Estado de la CIA?", señaló durante una retransmisión del canal estatal Venezolana de Televisión.

La tensión se ha desatado entre ambos países. También con Colombia. Los dos últimos ataques ordenados por Trump, esta misma semana, han sido en la costa pacífica colombiana; los primeros en estas aguas. Y han sido la guinda del pastel. En esta guerra, también dialéctica y diplomática, Trump ha llegado a calificar al presidente de Colombia, Gustavo Petro, como "líder del narcotráfico", "matón" y "un mal tipo que produce mucha droga". Además, anunció a través de su cuenta en Truth Social el fin de la ayuda económica a Colombia por la inacción de Petro en la lucha contra el narcotráfico. Petro respondió a Trump a través de X: le llamó "grosero e ignorante", y aseguró que él ni era un hombre de negocios, ni un narcotraficante. También dijo que EE.UU. quería "un golpe de Estado" contra él. La crisis diplomática se desató y Petro llamó a consultas a su embajador en Estados Unidos, Daniel García-Peña.

Las alarmas han empezado a sonar. Organizaciones de derechos humanos han denunciado los ataques, juristas han cuestionado si se adhieren a las leyes de la guerra y diversas organizaciones han pedido explicaciones, como el Centro para los Derechos Constitucionales de EE.UU.

Despliegue militar y "conflicto armado no internacional"

Antes del primer ataque, el 2 de septiembre, Estados Unidos ya había comenzado a desplegar un gran operativo militar en aguas del mar Caribe, el más grande en la región desde su intervención en Panamá en 1989. El objetivo: combatir al narco y "luchar contra la inundación de drogas" en Estados Unidos, según aseguró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

Washington y Caracas intercambiaron amenazas, acusaciones e intimidaciones. Y entonces llegaron los ataques a las narcolanchas en las costas venezolanas. Trump, después de declarar al Gobierno de Maduro y a toda su gente como parte del cártel más grande del país, notificó al Congreso de que Estados Unidos estaba en un "conflicto armado no internacional" con ciertos cárteles de drogas y organizaciones terroristas, incluidas varias vinculadas con Venezuela.

"Se trata de una iniciativa que se lleva a cabo por política interior, por el consumo interno [de droga en Estados Unidos], y también por política exterior: llamar la atención acerca del poder norteamericano y de su capacidad de influencia y presión, también militar, en el Caribe", explica a RTVE Noticias el catedrático emérito de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Alcalá, Carlos Jiménez Piernas. "Para Estados Unidos, el Caribe ha sido siempre considerado como una especie de mar interior", ilustra.

El crimen organizado, el nuevo terrorismo

Esta decisión supone un "cambio drástico" en la política narco de Trump, ya que ha pasado a calificar los actos relacionados con el crimen organizado como delitos de terrorismo, lo que "abre la puerta a poder combatir [al narcotráfico] de la misma forma que al terrorismo yihadista", según señaló a RTVE Noticias el doctor en Relaciones Internacionales, Manuel Gazapo Lapayese.

Tras el último ataque en las costas pacíficas de Colombia, el secretario del Departamento de Guerra (antes denominado de Defensa) de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó en su cuenta de X la muerte de tres supuestos narcoterroristas a los que comparó con miembros del Al Qaeda.

"Los ataques son una señal muy clara de que la Administración Trump va a usar tácticas no convencionales para tratar de reducir el tráfico de drogas en las Américas", explica el director senior del Centro de América Latina del Atlantic Council, Jason Marczak. Sin embargo, cuestiona la eficacia de estos ataques para reducir la entrada de estupefacientes: "La Administración [Trump] ha dicho que se está enfocando en el tráfico de drogas ilícitas que se mueve a través del Caribe, incluyendo drogas como el fentanilo. Sin embargo, no hay información pública sobre qué tipo de drogas se han interceptado o en qué cantidad".

Marczak añade que en este tipo de ataques, donde se bombardea la embarcación, "queda muy poca evidencia, entonces es imposible saber el nivel de reducción en el tráfico de drogas que queda como resultado de los nueve ataques".

Guerra contra las drogas, pero sin tropas sobre el terreno

La enemistad entre Trump y Maduro es histórica: el republicano ha llegado a ofrecer hasta 50 millones de dólares por información que pueda llevar a la captura del venezolano. El presidente de Estados Unidos también ha asegurado que tanto Maduro como su gente son unos "lunáticos" y ha afirmado que Venezuela solo envía drogas y narcotraficantes a su país. "Y no lo vamos a tolerar", declaró Trump.

Motivado por los estragos que el auge del fentanilo provoca en Estados Unidos (solo en 2024, más de 48.000 personas murieron por sobredosis de esta droga), Trump se ha lanzado en su cruzada personal contra las drogas. Sin embargo, los expertos consultados por este medio dudan que su guerra implique un despliegue de tropas en suelo venezolano. "Trump ha mostrado repetidamente su resistencia a enviar tropas terrestres estadounidenses a guerras extranjeras", indica Marczak, que añade que "aun así es posible imaginar la posibilidad de un ataque con misiles en territorio venezolano".

El catedrático Jiménez Piernas —miembro también del IELAT (Instituto de Estudios Latinoamericanos)— coincide: "No creo que vaya producirse un despliegue de tropas de EE.UU. en suelo venezolano. Otra cosa es que se pudiera llevar a cabo alguna acción puntual de comandos o intervención limitada en el espacio y tiempo". La semana pasada, Trump reconoció que había autorizado a la CIA a realizar operaciones encubiertas en Venezuela.

Improbable escalada bélica

Tanto Maduro como Petro han denunciado los ataques de Trump a las embarcaciones. Maduro las ha calificado de "ilegales" y Petro ha llamado a Estados Unidos "asesino" y ha asegurado que está cometiendo "ejecuciones extrajudiciales". Pero, aparte de las denuncias, "la capacidad de maniobra política y jurídica [de Colombia y Venezuela] en las circunstancias actuales es muy escasa", según explica Jiménez Piernas.

La respuesta política de ambos países es "quejarse, protestar, manifestar su disgusto y tratar de conseguir apoyo, ayuda y alianzas de otros Estados interamericanos", añade el catedrático, algo que, "está complicado, aparte de Cuba y Nicaragua". En cuanto a la respuesta judicial, "podrían pedir al Consejo de Seguridad [de Naciones Unidas] que tome cartas en el asunto al entender que se trata de una situación que pone en peligro la paz y seguridad en la región", señala Jiménez Piernas. Pero, según explica, sería una acción de muy corto recorrido, ya que "Estados Unidos tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad y pararía cualquier iniciativa que el Consejo pudiera tomar en su contra".

"No creo que se vaya a producir ninguna escalada bélica. Aunque fuera de forma simbólica, provocar a Trump militarmente sería una imprudencia mayúscula por parte de Venezuela y Colombia", opina el catedrático. El director del Centro de América Latina del Atlantic Council añade que también sería una imprudencia por parte de Trump y una "escalada [militar] importante", especialmente si decide desplegar tropas sobre el terreno.

Aumenta la tensión entre EE.UU. y Venezuela: Maduro amenaza con declarar al país "en armas" ante una posible agresión

El catedrático recuerda que la información acerca de estos ataques es "muy confusa" y que es probable que ambas partes (Estados Unidos y Venezuela) estén llevando a cabo "campañas de desinformación y propaganda". Jiménez Piernas recalca que no se sabe exactamente en qué punto del océano se han producido los ataques (por lo tanto se desconoce si Estados Unidos ha violado la soberanía territorial de Colombia y Venezuela), ni la bandera de los buques, ni la nacionalidad de sus ocupantes.

Parece que la posibilidad de una escalada de violencia hacia una guerra tradicional es improbable y que esta situación se acerca más a un pulso que Trump quiere ganar. "Petro provocó a Trump con su discurso durante la Asamblea General de la ONU en septiembre (...) Maduro está aprovechando las bravuconadas y las acciones de Trump en beneficio propio, con su mensaje nacionalista (...) Y Trump, aparte del consumo interno y el tema del narcotráfico, también busca meter miedo a otros Gobiernos, como el de Panamá, que está muy preocupado por el tema del Canal", explica Jiménez Piernas.

El catedrático descarta que estas acciones sean un eco de los años de los golpes de Estado patrocinados por la CIA en Latinoamérica durante la Guerra Fría: "Creo que son otros tiempos. Trump busca ventajas económicas y estratégicas, hacer valer el músculo militar americano y recuperar protagonismo en la región".