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Análisis

El ataque anunciado por EE.UU., un "toque de atención" a Venezuela y un "cambio drástico" en su política contra el narco

  • La acción se produce tras un importante despliegue de fuerzas navales estadounidenses cerca de las costas venezolanas
  • Supone un cambio drástico en las tácticas habituales contra el narcotráfico
El ataque anunciado por EE.UU., un "toque de atención" a Venezuela y un "cambio drástico" en su política contra el narco

La escalada de tensión entre Washington y Caracas ha entrado en una nueva etapa. El presidente Donald Trump ha presumido de haber matado a 11 "narcoterroristas" en un ataque a una pequeña embarcación que, según su versión, había partido desde Venezuela cargada de droga. Tras días de advertencias y amenazas cruzadas, la Casa Blanca ha empleado las fuerzas que desplegó hace unas semanas en el Caribe en una acción sin precedentes que refleja un cambio en su modo de proceder en lo que a la lucha contra el narcotráfico se refiere.

Trump ha dicho que los 11 tripulantes de la lancha —a los que no ha identificado— pertenecían al Tren de Aragua, una organización que, según el mandatario, opera bajo control del líder venezolano, Nicolás Maduro, algo que este niega. El ataque, catalogado como "letal" por Washington, se produce en mitad de un importante despliegue de fuerzas navales estadounidenses cerca de las costas venezolanas y dista de las tácticas contra el narcotráfico que usan normalmente sus fuerzas armadas, que consisten en interceptar las embarcaciones, incautar la droga y detener a los sospechosos.

Una "escalada inédita"

"Normalmente, este tipo de operativos se manejan con intervenciones policiales u operaciones de carácter bilateral, no con bombardeos procedentes de una flota militar compuesta por un submarino de propulsión nuclear, el crucero lanzamisiles USS Lake Erie y otras naves de guerra", explica a RTVE.es el doctor en Relaciones Internacionales y director institucional de UNIVERSAE, Manuel Gazapo Lapayese, que cree que supone una "escalada inédita tanto en la lucha de EE.UU. contra el tráfico de drogas, como en las tensiones" entre ambos países.

Venezuela asegura que el vídeo del ataque compartido por Trump en su red social Truth Social ha sido creado con inteligencia artificial, una acusación que no ha sido avalada por fuentes independientes. Aseguran que han recurrido a Gemini, el asistente de Inteligencia Artificial de Google, y que apunta a que el vídeo es falso. Sin embargo, Verifica RTVE ha utilizado esa misma herramienta y el resultado es el contrario: "No hay elementos concluyentes que demuestren que el vídeo está generado con inteligencia artificial". También se ha realizado la comprobación con las herramientas Perplexity y ChatGPT.

"Sería extremadamente arriesgado para Washington inventar una operación militar de la nada, ya que una farsa así podría desenmascararse y volverse un escándalo monumental", argumenta Gazapo.

Ahora bien, el investigador sénior no residente de CIDOB Mariano Aguirre insiste en "poner en espera" el anuncio de Washington. "Trump y su Gobierno se caracterizan por hacer constantes anuncios espectaculares que luego no se concretan o no eran tal como los habían contado", argumenta a este medio, apuntando a la falta de detalles en la información brindada por la Casa Blanca. En su anuncio, el presidente republicano ha hablado de que la embarcación contenía "mucha droga", sin especificar cuánta ni quiénes la portaban.

"Los narcos no son idiotas. Me parece raro que una lancha se lance sabiendo que está el Caribe lleno en este momento de navíos de guerra de los Estados Unidos", añade el analista.

"Que esto sirva de aviso a cualquiera que esté considerando importar drogas a Estados Unidos", ha sostenido Trump que, en febrero designó al Tren de Aragua y a otros cárteles como "entidades terroristas globales" y, según informó en New York Times, en agosto dio permiso al pentágono para atacarlos, aunque hasta ahora no habían pasado a la acción. El reciente ataque es un "cambio drástico" en las prácticas habituales de EE.UU., apunta Gazapo Lapayese, que señala que "tipificar los agravios del crimen organizado como delitos de terrorismo abría la puerta a poder combatirlos de la misma forma que al terrorismo yihadista. Y eso es lo que ha ocurrido".

La relación con Maduro y el despliegue en el Caribe

Mientras tanto, Maduro acusa a EE.UU. de camuflar sus intenciones y le señala por querer quedarse con las riquezas naturales de su país. "Vienen por el petróleo venezolano, lo quieren gratis", ha defendido el mandatario, que considera que el relato de Washington sobre que el narcotráfico en Venezuela "contamina" Estados Unidos es "un cuento que nadie les cree". "Ese petróleo no le pertenece a Maduro, y menos a los gringos, les pertenece a ustedes", ha sentenciado el mandatario, que en las últimas semanas ha desplegado tropas en su frontera y ha convocado jornadas de alistamiento para defender al país ante la escalada de tensión.

"El elemento político siempre puede estar presente, teniendo en cuenta quién es el presidente de Venezuela y lo que implica. Pero el tema del petróleo, desde luego no tiene base, porque Maduro estaría encantado de venderle el petróleo que pudiera a EE.UU.", argumenta a RTVE.es el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Burgos, Juan Tovar Ruiz, que insiste en que Trump ha puesto como uno de sus objetivos principales la lucha contra el tráfico de drogas y que, en ese marco, este último movimiento "no es extraño".

Sí es "particular" que haya utilizado fuerzas militares y que las haya enviado al Caribe. La justificación es que en este caso es que "interpretan que Maduro podría estar detrás de este grupo de narcotraficantes", una acusación que el líder venezolano niega, ya que asegura que el Tren de Aragua "es historia" ya que "no existe" en el país desde 2023, cuando se dio por desmantelado.

A mediados de agosto, EE.UU. llevó a cabo el mayor despliegue militar estadounidense en la región desde la intervención en Panamá en 1989. Con el argumento de combatir a los cárteles latinoamericanos, Washington movilizó en el Caribe a más de 4.000 militares, incluidos 2.000 marines, ocho barcos de guerra con 1.200 misiles, aviones y un submarino nuclear de ataque para patrullar aguas cercanas a Venezuela. Caracas les acusó de violar el Tratado de Tlatelolco de 1967, que declaró a América Latina y el Caribe como zonas libres de armas nucleares e instó a EE.UU. a abandonar sus posiciones.

La lucha contra el narco, la "guerra buena" de Trump

Desde su regreso al Despacho Oval, Trump ha llevado a cabo una política hacia Venezuela más agresiva que en su primera etapa en la Casa Blanca y ha ligado la lucha contra el narcotráfico a su política migratoria de mano dura. Además, ha elevado el tono contra Maduro y ha ofrecido hasta 50 millones de dólares por cualquier información que conduzca a su arresto.

"Las deportaciones, en este caso de venezolanos, se unen con una lucha contra el crimen que Trump muestra a su electorado como la guerra buena", expone Aguirre. El presidente se muestra a sus votantes como "un presidente de paz, que no se implica en conflictos armados", pero que sí que lo hace en esta guerra contra el crimen internacional organizado que sí conecta con la base social del presidente, reacia a la participación en misiones internacionales que impliquen fuerzas en el terreno.

En marzo, el líder republicano alegó vínculos con distintos cárteles y deportó a cientos de venezolanos sin condena firme a El Salvador, donde ingresaron en una megaprisión símbolo de la lucha contra las maras en el país caribeño. Desde Venezuela calificaron el traslado de "secuestro" y defendieron que los presos trasladados no tenían vínculos con la organización mencionada.

Este "golpe", dice Gazapo Lapayese, refuerza la imagen de Trump en el plano interno, ya que "está cumpliendo su promesa de frenar el flujo de narcóticos —como el fentanilo— hacia EE.UU. y puede "sacar rendimiento político" de cara a las elecciones de medio mandato. Además, "el éxito de una operación 'quirúrgica' sin bajas propias le permite presumir de eficacia militar, lo cual podría consolidar el apoyo doméstico a su estrategia de 'cero tolerancia' al narco-terrorismo.

Según el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, el ataque es el inicio de una campaña contra los carteles de la droga "controlados por el Gobierno de Venezuela".

Una actitud cada vez más hostil hacia Maduro

En las primeras fases de su mandato, Trump manejó las relaciones con Venezuela de una forma "ambigua" —por ejemplo, con la negociación de un intercambio de prisioneros—, pero recientemente "ha adoptado una actitud cada vez más hostil hacia el Gobierno de Maduro", asegura Aguire. Esto refleja una "continuidad" con respecto a su primera presidencia, cuando barajó "la opción de intervenir militarmente" —dirigido por su exasesor de seguridad Nacional John Bolton, "un fuerte intervencionista"— algo que el analista ve ahora poco probable.

Coincide con Tovar Ruiz, que no cree que la finalidad de EE.UU. con este ataque sea avanzar hasta conseguir un cambio de régimen en Venezuela. "Para eso necesitas muchísimo más apoyo militar, salvo que tuvieran apoyo interno, que no parece que exista", explica el profesor, que sería "bastante contradictorio con lo que Trump ha defendido siempre en política exterior". "Va ir más a sus intereses y a dejarse de este tipo de operaciones", sostiene.

"Políticamente siempre ha habido críticas porque a nivel ideológico y político (Maduro) es totalmente antitético, pero, de momento, más allá de la tensión, creo no irá más allá de un toque de atención, no veo que ahora mismo se plantee una cuestión a gran escala, un cambio de régimen ni nada parecido", añade.

Ahora bien, como señala Gazapo Lapayese, "si estas acciones se repiten, sí podría afirmarse que Trump busca asfixiar al régimen, forzar una transición y una reconfiguración geopolítica del escenario regional". El reciente ataque es "una acción audaz y simbólica por parte de Washington, pero que conlleva un riesgo alto: rompe con la práctica tradicional, eleva al máximo la confrontación bilateral y abre interrogantes sobre la legitimidad, la pertinencia y las consecuencias de emplear poder militar en operaciones contra el crimen trasnacional", resume.