EE.UU. y Venezuela, claves de una crisis que se ha disparado en el segundo mandato de Trump
- La tensión entre ambos escala tras semanas de amenazas y el despliegue militar de EE.UU. en el Caribe
- El último capítulo de los desencuentros es el ataque de EE.UU. a un barco de Venezuela con 11 muertos
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha llegado a un punto crítico. Tras semanas de advertencias y amenazas cruzadas, incluido un despliegue militar sin precedentes de Washington en el Caribe, el Gobierno de Donald Trump afirma que ha atacado una embarcación cargada de drogas procedente de Venezuela. Ninguno de los 11 tripulantes —todos "narcoterroristas" según Washington— ha sobrevivido. La Casa Blanca asegura que detrás de ellos está Nicolás Maduro, a quien acusan de dirigir el Tren de Aragua.
"Esta mañana temprano, bajo mis órdenes, las fuerzas militares estadounidenses han llevado a cabo un bombardeo cinético contra narcoterroristas claramente identificados del Tren de Aragua", ha informado Donald Trump en su red Truth Social, en una publicación acompañada de un vídeo en el que una pequeña embarcación es alcanzada por una fuerte explosión. "Que esto sirva de aviso a cualquiera que esté pensando en introducir drogas en los Estados Unidos", ha dicho el mandatario.
Venezuela ha acusado a Washington de crear las imágenes con Inteligencia Artificial y ha culpado la secretario de Estado, Marco Rubio, de "alentar la guerra". "Venezuela no es ninguna amenaza", ha dicho el ministro de comunicación venezolano, Freddy Ñáñez, tras conocer el ataque. En un mensaje publicado en su canal de Telegram, ha insistido en que Rubio quiere "manchar de sangre" las manos de Trump y que "sigue mintiéndole" y "luego de meterlo en un callejón sin salida, ahora le da como 'prueba' un video con IA".
Desde el primer mandato del republicano (2017-2021), la relación entre Trump y el presidente venezolano se ha caracterizado por una crisis constante: acusaciones mutuas, medidas de presión económicas e intimidaciones. Caracas ha denunciado reiteradamente lo que considera "acciones hostiles" por parte de Washington, mientras que EE.UU. sostiene que el Gobierno de Maduro —que considera ilegítimo y califica de "dictadura"— representa una amenaza.
En RTVE.es te contamos las claves de esta espiral de tensión que ha llevado al despliegue de buques de guerra y a la movilización de miles de venezolanos para defender su territorio.
La vuelta de Trump a la Casa Blanca
Donald Trump lleva apenas nueve meses en su nueva etapa al frente de la Casa Blanca, pero su política hacia Venezuela ha seguido una trayectoria aún más agresiva y militarista que durante su primera estancia en el Despacho Oval, marcando una escalada sin precedentes.
El mismo día de su toma de posesión, el 20 de enero, firmó un decreto que mencionaba al Tren de Aragua para designarlo, junto a otros grupos, como organización terrorista. Sin embargo, según Maduro, a quien EE.UU. acusa de dirigir el narcotráfico en Venezuela, esa organización "es historia", ya que "no existe" en el país desde 2023, cuando se dio por desmantelada.
Asimismo, poco después, la Administración estadounidense revocó la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 600.000 venezolanos, privándoles así de un programa humanitario que protege temporalmente de la deportación y otorga permisos de trabajo a personas provenientes de países en crisis.
La política de mano dura se intensificó en marzo. Trump invocó una ley de 1789 para acelerar las deportaciones de presuntos miembros del Tren de Aragua, y el 17 de marzo, cientos de venezolanos sin condena firme fueron deportados a El Salvador, donde fueron recluidos en una megaprisión. Maduro calificó estos hechos como "secuestros" y aseguró que los deportados no tenían vínculos con la organización mencionada.
Una semana después, el 24 de marzo, Trump anunció aranceles del 25% a cualquier país que compre petróleo venezolano, una medida presentada como castigo por enviar a EE.UU., "de forma deliberada y engañosa", a "decenas de miles de delincuentes de alto nivel y de otros tipos". Días más tarde, el republicano notificó a los socios de la petrolera estatal venezolana, PDVSA, —entre ellos la española Repsol— que sus permisos para exportar crudo y derivados de Venezuela quedaban cancelados.
Estados Unidos duplica la recompensa para capturar a Maduro
La presión estadounidense escaló a un nivel personal contra el líder venezolano. El Departamento de Justicia de EE.UU. elevó a principios de agosto la recompensa por información que lleve a la captura del presidente Nicolás Maduro a 50 millones de dólares, duplicando la cifra anterior.
Maduro fue acusado por Estados Unidos por narcotráfico y terrorismo durante el primer mandato de Donald Trump, en 2020, y el pasado enero ya se aumentó la recompensa de 15 a 25 millones de dólares.
Según la Casa Blanca, el presidente venezolano utiliza organizaciones terroristas como Sinaloa y el Cartel del Sol para introducir drogas letales y violencia. Por su parte, el Gobierno de Maduro repudió la "patética" recompensa y la calificó como una "burda operación de propaganda política" y "la cortina de humo más ridícula".
Despliegue militar de EE.UU. en el Caribe
Apenas dos semanas después, el 21 agosto, la crisis dio un salto con el mayor despliegue militar estadounidense en la región desde la intervención en Panamá en 1989. Estados Unidos movilizó a más de 4.000 militares, entre ellos unos 2.000 marines, además de aviones, barcos y lanzamisiles para patrullar aguas cercanas a Venezuela. Washington justificó la operación como una medida para combatir a los carteles del narcotráfico y aseguró contar con el apoyo de países como Argentina, Paraguay y Ecuador.
Tras el despliegue, Venezuela acusó al Gobierno norteamericano de violar el Tratado de Tlatelolco de 1967, que declaró a América Latina y el Caribe como zonas libres de armas nucleares. En ese sentido, exhortó a Estados Unidos a alejarse del territorio y de las costas venezolanas, así como a ocuparse de los "terribles problemas" de la nación norteamericana.
La Misión Permanente de Venezuela ante Naciones Unidas denunció en una comunicación "la escalada de acciones hostiles y amenazas del Gobierno de los Estados Unidos de América", y aseguró que el despliegue en el Atlántico de buques como "el USS Lake Erie, un crucero lanzamisiles, y el USS Newport News, un submarino (de propulsión) nuclear de ataque rápido", representa "una grave amenaza a la paz y la seguridad regionales".
Caracas, además, anunció un despliegue de buques de "mayor porte" en aguas territoriales del Caribe para combatir el narcotráfico.
Venezuela convoca jornadas de alistamiento para defender al país
En respuesta a lo que calificó como "la más grande amenaza vista en el continente en los últimos 100 años", Maduro convocó jornadas de alistamiento nacional y aseguró que 8,2 millones de personas están registradas en la milicia para "defender al país".
En una rueda de prensa, el mandatario venezolano indicó que el reclutamiento "va a ser continuo" y "permanente".
Maduro advierte con declarar en armas a Venezuela
El 1 de septiembre, el presidente de Venezuela advirtió de la posibilidad de declarar "en armas" a su país en caso de que enfrente una agresión extranjera. Según Maduro, ocho barcos militares con 1.200 misiles y un submarino nuclear de EE.UU. "apuntan" a su país, lo que calificó como una "una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal".
Maduro, además, consideró que es una situación "comparable" con la crisis de 1962, cuando la extinta Unión Soviética trató de instalar misiles nucleares de alcance medio en Cuba, lo que provocó una crisis con EE.UU. que puso a las dos superpotencias al borde del conflicto atómico.
Días antes, el mandatario venezolano pidió al secretario general de la ONU, António Guterres, interceder en el despliegue estadounidense. En una misiva, expresó su "profunda preocupación" por lo que considera una "escalada" de las "agresiones" por parte de EE.UU., de las que, dijo, su país ha sido "objeto" desde "hace años".
Reunión de urgencia de la Celac: "Las tropas están listas para invadir"
El Gobierno de Colombia, que tiene la Presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), convocó de urgencia el 1 de septiembre una reunión de cancilleres para tratar el despliegue de buques de guerra estadounidenses.
Tras el encuentro virtual, durante el que el canciller venezolano, Yvan Gil, afirmó que 4.200 tropas "entrenadas" de EE.UU. están "listas y preparadas para invadir" su territorio, los ministros de Exteriores pidieron mantener a la región "como una tierra de paz".
Asimismo, la canciller colombiana, Rosa Villavicencio, expresó en la Celac su rechazó a las "amenazas militares" al considerar que "inevitablemente terminan generando implicaciones negativas para la seguridad humana, el comercio, el turismo y las economías de todos nuestros países" Para Villavicencio, "proteger la zona de paz" de la región "no implica negar nuestras diferencias internas ni minimizar la gravedad del crimen organizado transnacional", pero hay otras maneras de enfrentar esa situación.
EE.UU. ataca un barco "narcoterrorista" procedente de Venezuela
La tensión ha llegado este martes a su punto álgido cuando Estados Unidos ha anunciado el ataque y la destrucción de un barco atribuido a la organización criminal del Tren de Aragua al que ha identificado como "narcoterrorista" y procedente de Venezuela. En la acción, han muerto 11 personas.
"Operan bajo el control de Nicolás Maduro, responsable de asesinatos en masa, tráfico de drogas, tráfico sexual y actos de violencia y terrorismo en Estados Unidos", ha dicho Trump al confirmar el ataque.
El gobierno venezolano ha respondido acusando al secretario de Estado, Marco Rubio, de utilizar un vídeo creado con inteligencia artificial como "prueba" falsa del incidente, calificando la acción como una mentira que ha metido al presidente Trump en "un callejón sin salida". "Basta ya Marco Rubio de alentar la guerra e intentar manchar las manos de sangre al presidente Donald Trump. Venezuela no es una amenaza", ha dicho.
Posible ataque militar a Venezuela
Tras el ataque de este martes, que la Casa Blanca enmarca en su ofensiva contra el tráfico de drogas, han crecido la tensión y las conjeturas sobre una posible escalada militar. Sin embargo, Rubio, ha dicho que no va "a especular sobre lo que pueda suceder en el futuro".
"No voy a especular sobre lo que pueda suceder en el futuro", ha respondido el secretario de Estado de EE.UU. a la prensa. En todo, ha insistido en que su país va a enfrentar "a los carteles de la droga dondequiera que estén y dondequiera que operen contra los intereses de EE.UU." Así, operaciones como la de este martes continuarán "mientras esos barcos estén en la región y mientras el presidente esté en la Casa Blanca".