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Año 2015, últimos meses de Barack Obama en la Casa Blanca y consigue su gran logro diplomático: el pacto con Irán, con límites a su programa nuclear, a cambio de levantar sanciones económicas. El Donald Trump de 2018 aseguró que era el peor acuerdo de la historia y lo rompió unilateralmente, restableció las sanciones, e impuso mano dura contra el régimen iraní, que respondió enriqueciendo más uranio.

Pero el Trump de 2025 parece otro: quiere hablar, exige un acuerdo del que podría sacar pecho en medio de la vorágine arancelaria y de los intentos de acabar con la guerra en Ucrania, de momento sin éxito.

En el otro lado, ha ocurrido parecido: en menos de un mes, el líder supremo ha pasado de decir que a un acuerdo con EE.UU. sería "deshonroso" a estar abierto a recibir inversiones estadounidenses. Los expertos coinciden: "Hay presión económica", subraya este exdiplomático iraní. El rial iraní no deja de caer, explica esta investigadora de la universidad de Oxford. O lo que es lo mismo, aumentan los precios y el desempleo. El descontento económico se suma a la falta de libertades: una olla a presión interna. Muchos iraníes quieren el fin del régimen, con aliados también debilitados, como Hamás, Hizbulá, los hutíes o el huido Bachar Al Asad.

En este contexto, Trump mete presión: amenaza con bombardear Irán si no hay pacto. Lo que en otro momento llevó años negociar, él lo quiere ya.

Foto: EFE/EPA/ABEDIN TAHERKENAREH

Washington y Pekín se adentran en una guerra abierta por la hegemonía mundial. Los aranceles impulsados por Trump empujan la rivalidad entre las dos potencias a un terreno desconocido.

Una lucha que amenaza el actual orden mundial. De un mundo globalizado e interconectado a otro fragmentado y partido en áreas de influencia que compiten salvajemente entre sí. Con una China en ascenso y un Estados Unidos en declive y repliegue en la esfera internacional. Un cambio de paradigma que conlleva grandes riesgos, `pero también oportunidades.

Ante la incertidumbre, los distintos Estados mueven ficha y se replantean sus alianzas, sus mercados... Nadie quiere salir perdiendo en este nuevo e imprevisible desorden mundial.

Foto: REUTERS/Kevin Lamarque

El vicepresidente estadounidense, JD Vance, ha acudido de forma extraordinaria a Groenlandia tras el interés del presidente, Donald Trump, de incorporar este territorio a la soberanía estadounidense. Desde la base estadounidense de Pituffik, Vance ha dicho que "Groenlandia es un territorio fundamental para la seguridad de Estados Unidos, y ahora mismo es extremadamente vulnerable".

El vicepresidente estadounidense ha añadido que "les va a ir mejor si forman parte de nuestro paraguas de seguridad en lugar de Dinamarca". Vance ha señalado que Rusia, China y otros países están muy interesados en los pasajes árticos y en sus minerales y por ello "tenemos que asegurarnos de que Estados Unidos es líder en el Ártico porque si no somos nosotros serán otras naciones las que lo hagan".

Foto: Jim WATSON/POOL/AFP

El hombre más poderoso de Arabia Saudí, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, fue acusado por la CIA hace siete años de planear el asesinato y desmembramiento del periodista Kashoggi. Líderes de todo el mundo condenaron el crimen y Estados Unidos prometió que el príncipe pagaría por ello. Pero quienes ayer le repudiaban, hoy se sientan a su lado y confían en él como mediador en conflictos. Ciudades de Arabia Saudí se han convertido en escenario de cumbres y reuniones de paz. Un intento del régimen saudí por diversificar su economía, muy dependiente del petróleo, mejorar su reputación y atraer inversiones extranjeras.

Foto: El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se reúne con el príncipe de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, en Riad (EFE/EPA/SERGEI SAVOSTYANOV / SPUTNIK / KREMLIN)

Conversamos con Eric Frattini, periodista, escritor y experto en asuntos vaticanos, sobre todo lo que se mueve dentro y fuera de la Santa Sede mientras el papa Francisco permanece ingresado, cuando se cumplen 12 años de su papado. Frattini nos habla de espionaje, relaciones diplomáticas y el rito del cónclave, sobre el que ha asesorado a la película que lleva el mismo nombre y que acaba de ganar un Óscar y cuatro Bafta.