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Análisis

Qué dice la ley internacional sobre el acceso al consulado español en Jerusalén y qué puede hacer Israel

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Qué puede hacer Israel respecto al consulado español en Jerusalén
Archivo de imágenes de Jerusalén

Israel no puede impedir legalmente la entrada a la embajada en Tel Aviv o al consulado de España en Jerusalén a los palestinos ni a ninguna persona en particular, tal y como ha anunciado su Ministerio de Exteriores, ya que según el derecho internacional es la propia delegación quien decide quién puede entrar. Sin embargo, como potencia militar ocupante, puede encontrar otras vías para que los palestinos no puedan llegar hasta las delegaciones diplomáticas para hacer gestiones, como obtener un visado.

"Quién decide quien entra en una delegación consular son los jefes de misión diplomática u oficina consular", ha explicado a RTVE.es José Enrique Conde, doctor en Derecho y profesor de derecho internacional. "Las convenciones de Viena sobre relaciones diplomáticas y consulares, de 1961 y 1963 respectivamente, establecen que Israel tiene deber de protección, y puede abusar negando el acceso", añade.

"Israel puede hacerlo a la fuerza y por las bravas, otra cosa es lo que diga el derecho", asegura por su parte Jesús A. Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). 

Fuentes consultadas por RNE han asegurado que el consulado aún no sabe cómo pretende Israel hacer efectiva esta medida.

El ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, ha anunciado en redes sociales que Israel cortará cualquier conexión de la embajada española con los palestinos e impedirá al consulado de España en Jerusalén prestarles servicios, como represalia por el reconocimiento del Estado palestino y por las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno español y líder de Sumar, Yolanda Díaz.

Israel puede dificultar el acceso de los palestinos

Según explica el Ministerio de Exteriores en su página web, el Consulado General de España en Jerusalén cubre las demarcaciones de la propia ciudad, Cisjordania y la Franja de Gaza (es decir, que presta servicio a los territorios palestinos ocupados y sus habitantes) y ejerce la representación diplomática de España ante la Autoridad Palestina. El cónsul actual es Alfonso Lucini Mateo.

El consulado es el encargado dar servicio a los palestinos con nacionalidad o residencia en España, o que quieren obtener un visado. Además, bajo su paraguas actúa la Agencia Española de Cooperación (AECID) en los proyectos que tiene en los territorios ocupados palestinos.

El Convenio de Viena sobre Relaciones Consulares de 24 de abril de 1963 establece que entre las funciones consultares se encuentran "proteger en el Estado receptor los intereses del Estado que envía y de sus nacionales, sean personas naturales o jurídicas, dentro de los límites permitidos por el derecho internacional", así como "extender pasaportes y documentos de viaje a los nacionales del Estado que envía, y visados o documentos adecuados a las personas que deseen viajar a dicho Estado". 

Así mismo, el Artículo 31 establece que los locales consulares "gozarán de inviolabilidad". 

No obstante, sería posible, para la potencia militar ocupante, obstaculizar físicamente la llegada de los palestinos hasta el consulado, situado en el barrio de Sheij Jarra, en Jerusalén Este. Por ejemplo, impidiéndoles el paso por los puestos de control militares instalados en Cisjordania, o alegando razones de seguridad para limitar los accesos a los alrededores de la sede consular. El cónsul español podría considerar que estos motivos de seguridad son infundados y suponen una intromisión en la actividad diplomática.

"Son tantas las violaciones del derecho internacional de Israel a lo largo historia que una más no les va a detener", recuerda Núñez. "Más allá de lo que diga el derecho, si el gobierno israelí tiene voluntad política de castigar a España, tiene medios para dificultar o impedir el funcionamiento del consulado".

José Enrique Conde subraya que "la afectación no va a ser tanto sobre España o el consulado como tal, sino una vez más sobre la población palestina, es una vuelta de tuerca sobre esta gente, o los que podrían tener algún tipo de lazo con España".

Por otra parte, según el Artículo 2, el establecimiento de relaciones consulares entre Estados se efectuará por "consentimiento mutuo" por lo que, confirma el profesor Conde, Israel podría decidir mutuo acuerdo, si Israel no seguir manteniendo relaciones consulares, forzando así el cierre de la misión española en Jerusalén. 

Escalada en la reacción al reconocimiento al Estado palestino

Conde explica que el anuncio de Katz es "poco frecuente en el ámbito de las relaciones diplomáticas y el derecho internacional", pero cree que se trata más bien de una "provocación".

Después de haber llamado a consultas a la embajadora israelí en Madrid, Rodica Radian-Gordon, como protesta por el reconocimiento del Estado palestino, el siguiente paso sería la ruptura de relaciones, algo a lo que Israel, de momento, no parece estar dispuesto.

"Esto conecta de manera directa con la decisión del Gobierno español de reconocer a Palestina", considera Jesús A. Núñez. "Cabe preguntarse si israel no se ha dado cuenta que de todos los Estados que reconocen a palestina, más de 140, hay 120 que también reconocen a Israel y tienen relaciones plenas. ¿Eso significa que hay 120 países antisemitas que al mismo tiempo mantienen relaciones con Israel? Es una inconsistencia absoluta. El gobierno israelí intenta frenar la dinámica que pueda animar a otros países a seguir esa senda".

Un consulado en zona ocupada

La ubicación del consulado es además simbólica. Otros países tienen todas sus delegaciones diplomáticas (embajadas y consulados) en Tel Aviv, o sus consulados en Jerusalén Occidental. En cambio, la sede consular española está en el barrio de Sheij Jarrah, en Jerusalén Este, zona considerada internacionalmente como territorio ocupado por Israel desde 1967.

Pese al reconocimiento de Palestina como Estado, España no tiene previsto abrir embajada en Cisjordania (como ha anunciado, por ejemplo, Colombia), por lo que la representación diplomática más alta en esa zona seguirá siendo la del consulado. La sede consular en Jerusalén es considerada por los palestinos de facto como una embajada.

Israel también podría intentar evitar las relaciones con la Autoridad Nacional Palestina, pero eso es también difícil. La ANP tiene representación en Madrid, y hay diversas vías de comunicación, también a través de terceros países.