La instrucción de Peinado contra Begoña Gómez que sigue sorprendiendo
- El juez trocea los presuntos delitos de Gómez, ya que sólo el de la supuesta malversación puede hacerse con jurado popular
- Feijóo apuesta por la inmigración "culturalmente próxima" y el Gobierno y toda la izquierda le han acusado de racista
Sin duda, de los tribunales el caso que más titulares ha acaparado estos días ha sido la nueva citación de Peinado a Begoña Gómez, la mujer del presidente Sánchez. Una más y esta vez en sábado, al juez le tocaba guardia. No es que sea ilegal hacerlo en fin de semana pero sí es inusual. Una citación para comunicar a Gómez que, si llega a juicio, será ante un jurado popular.
Finalmente, Begoña Gómez no se presentó en los juzgados de Plaza de Castilla. Su defensa pidió el archivo de la causa. Tampoco acudieron a la citación del juez los otros dos investigados: su asistente Cristina Álvarez y el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín.
Para que el procedimiento pueda desarrollarse así, Peinado ha troceado los presuntos delitos en los que habría incurrido Gómez, ya que sólo el de la supuesta malversación puede hacerse con jurado popular. Hay expertos en tribunales que han mostrado su sorpresa ante la decisión del juez, a estas alturas, de dividir la instrucción.
Y ante esta investigación judicial tengo un par de preguntas. ¿Fue malversación de dinero público que Mariano Rajoy, siendo presidente del Gobierno, tuviera a cargo de Moncloa a su padre dependiente atendido 24 horas por médicos en la sede oficial de la Presidencia? No, no lo fue. Así lo consideró el Tribunal Supremo que archivó la querella contra el entonces Presidente presentada por la asociación El Defensor del Paciente y el partido Soberanía.
¿Fue malversación que la mujer de Rajoy se llevara de compras e hiciera cargar con los paquetes al asistente contratado por el Gobierno para ella? Francamente, no me parece.
Por lo mismo, comentan algunos juristas, tampoco sería delito que la asistenta oficial de Begoña Gómez le ayudara con algunos correos electrónicos personales. Habría que darle unas vueltas a estas situaciones que son usuales en la vida normal.
Pues ante el nuevo paso del juez Peinado vimos desde Nueva York, donde asistía a la Asamblea de la ONU, al presidente Sánchez impasible y firme en la defensa de la inocencia de su mujer y de su hermano. Es más si el objetivo era doblegarle parece que se ha conseguido el efecto contrario. El presidente ha aprovechado para reafirmarse en su intención de presentarse a las Generales del 2027. Aunque seguro que más allá de las apariencias la procesión va por dentro.
Felipe VI expone en la ONU una visión del mundo opuesta a la de Trump
Y de las cuitas judiciales a la intervención del rey también en la ONU. Un discurso de Estado con mayúsculas, sin duda. Las palabras de Felipe VI han sido absolutamente opuestas a la posición que, 24 horas antes y desde el mismo atril, había lanzado el presidente de los EE.UU.
El rey poco menos que ha subrayado que si no existiera la ONU habría que inventarla. Todo lo contrario que Trump, quién prácticamente había pedido la demolición de Naciones Unidas y de Gaza.
Ante más de 150 países que apoyan la creación del Estado de Palestina —solo otros 40 más o menos no se han pronunciado o están en contra— el jefe del Estado español llegó a decir que exigía al Gobierno de Israel que acabe con "la masacre en Gaza, que son actos aberrantes".
La verdad, en mi opinión, no cabe duda de que entre lo dicho por Felipe VI y las amenazas de Trump, cualquier persona con un poco de sentido común y de humanidad estará con el rey.
Dos cualidades, el sentido común y la humanidad, de las que no dan muestra la derecha extrema y la extrema derecha españolas que se han lanzado a degüello en las redes contra Felipe VI. Un motivo más para estar del lado del discurso del Jefe del Estado.
'Genocidio', palabra tabú para Génova
Esta vez el rey tampoco ha usado la palabra genocidio. Tengo para mí que por cumplir con el papel de moderador que le otorga la Constitución. O a lo mejor para no poner en un aprieto a Alberto Núñez Feijoo que ha hablado de masacre para referirse a la guerra en Gaza.
Pero en el PP hay división ya que se abre paso quienes van más allá. Los presidentes de Andalucía, Castilla y León y Galicia, aunque a regañadientes, han pronunciado la palabra tabú para Génova: genocidio. Pero la dirección nacional del PP les ha afeado el gesto y se mantenía en que si es o no genocidio lo tienen que decir los tribunales.
Y es que Génova está entre la espada y la pared conscientes de que al otro lado está la presidenta de Madrid. Ayuso no ha dudado, una y otra vez, en apoyar incondicionalmente al Gobierno de Israel. Es más, ha evitado, ante las preguntas de los periodistas, dar su opinión sobre el discurso del rey en la ONU. Hay silencios que son atronadores.
Pues aquí no se acaban los temas de controversia. Queda otro. El presidente del PP ha apostado por la inmigración "culturalmente próxima". El Gobierno y toda la izquierda a la izquierda de los socialistas le han acusado de racista. Creen que con sus declaraciones Feijóo ha asumido la política xenófoba de Vox. La polémica está servida. La seguiremos.