Un año de la segunda huida de Puigdemont: de desaparecer entre la multitud a seguir pendiente de la amnistía
- El 8 de agosto de 2024 apareció fugazmente en Barcelona sin que fuera detenido a pesar de la orden que pesa sobre él
- El Supremo le ha denegado la aplicación de la amnistía por el delito de malversación, algo que ha recurrido al Constitucional
8 de agosto de 2024. El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont aparece fugazmente poco antes de las 9.00 horas en un escenario montado en el paseo de Lluís Companys de Barcelona, junto al Arco del Triunfo, donde da un breve discurso, en el que reivindica que, "a pesar de la represión", sigue ahí, al tiempo que se queja de que no le apliquen la ley de amnistía, que 365 días después sigue sin poder beneficiarse de la misma.
Era la primera vez que Puigdemont pisaba España desde que se marchara junto a varios 'exconsellers' a Bélgica en octubre de 2017, tras la declaración unilateral de independencia de Cataluña. Un año después, Puigdemont ha denunciando en X que "la maquinaria represora del Estado español no se ha detenido" y ha advertido que, "si me quieren encerrado e inhabilitado, mi debe es intentar hacer exactamente lo contrario".
Dos días antes, el 6 de agosto de 2024, el líder de Junts había viajado por carretera desde la ciudad belga de Waterloo, donde tiene su residencia desde que huyera la primera vez, con la intención de asistir al Pleno de investidura del socialista Salvador Illa en el Parlament catalán, tal y como había anunciado que haría.
Acudió a Barcelona aún a sabiendas de que podría ser detenido, dado que seguía pesando sobre él una orden de detención nacional, y dado que no se le iba a aplicar la ley de amnistía por el delito de malversación por el que está acusado por el 'procés'.
Un dispositivo de Mossos d’Esquadra, que estaba preparado para detenerle, le esperaba en el entorno del Parlament, a donde supuestamente iba a dirigirse el expresidente catalán tras su discurso, pero Puigdemont ni se acercó a la Cámara. Se le perdió la pista al bajarse del escenario.
Huyó de nuevo a Bélgica
Puigdemont se esfumó como por arte de magia ante los ojos de todos -Mossos, cámaras de televisión y simpatizantes-, y a pesar de que se puso en marcha una Operación Jaula en toda Cataluña, con 600 agentes, para darle captura, logró volver a huir una segunda vez.
Después de vagar por varios pisos de Barcelona, según relató semanas después en RNE el secretario general de Junts, Jordi Turrull, en la tarde del 8 de agosto de 2024, Puigdemont logró cruzar la frontera por carretera y regresó a Bélgica sin que le dieran "caza".
En su nueva huida, habría contado presuntamente con la ayuda de tres agentes de los Mossos d’Esquadra, que fueron detenidos y posteriormente imputados por ello. De hecho, el propietario del vehículo en el que el líder de Junts se fugó tras bajar del escenario donde pronunció su discurso era uno de estos tres agentes.
La titular del juzgado de instrucción número 24 de Barcelona, que investiga por un delito contra la administración pública a los tres mossos, prorrogó el pasado 16 de julio la causa, que finalizaba este mes de agosto, por un periodo de seis meses.
Por otra parte, hace solo tres días, los Mossos d'Esquadra levantaron la suspensión cautelar de empleo y sueldo que estaba vigente para dos de los tres agentes investigados por facilitar presuntamente la segunda fuga de Puigdemont. Según fuentes policiales, se dejaban en suspenso las medidas al cumplirse el periodo máximo establecido en este trámite administrativo.
El tercer agente investigado ya logró en enero pasado que se le revocase la suspensión cautelar de empleo y sueldo que se le impuso y que se la sustituyeran por un cambio de destino. Pese a levantarse las medidas cautelares, el expediente abierto por la División de Asuntos Internos (DAI) sigue a expensas de la resolución judicial del caso.
Una situación legal sin cambios
Un año después, la situación legal de Puigdemont no ha cambiado. Sigue sin poder beneficiarse de la ley de amnistía, a pesar de que el pasado mes de junio el Tribunal Constitucional (TC) avaló la norma gracias a la mayoría progresista, y sigue pesando sobre él la orden nacional de detención si vuelve a España.
También en junio, el Tribunal Supremo confirmó su decisión de no amnistiar el delito de malversación que pesa sobre Puigdemont, pero dejó la puerta abierta a que pudiera recurrir ante el TC.
De hecho, hace unas semanas, Puigdemont recurrió al alto tribunal, al que le solicitó que se le aplicara la ley de amnistía, así como que también se suspendiera la orden nacional de busca, detención e ingreso en prisión que pesa en su contra.
El expresidente catalán alegaba que se trataba de una media de privación de libertad "dictada sin condena previa" y cuyo cumplimiento "produciría efectos inmediatos, actuales, y sobre todo irreparables", ya que afectaba al "núcleo más esencial de los derechos fundamentales".
Asimismo subrayaba que la competencia para decidir sobre su amnistía era del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, dado que es diputado en el Parlament catalán y, por tanto, aforado. Es probable que este recurso no se resuelva hasta el otoño.
La relación entre Junts y el PSOE
Entre tanto, la relación entre Junts y el PSOE no pasa por su mejor momento. El propio Puigdemont ha calificado de "decepcionante" el grado de cumplimiento del acuerdo firmado con los socialistas en Bruselas para la investidura de Pedro Sánchez.
Y aunque Junts retiró su proposición no de ley de instar a Sánchez a someterse a una cuestión de confianza, los de Puigdemont avisaron de que su relación estaba en la "prórroga" y que no es indefinida. De hecho, son varias las votaciones en las que los diputados independentistas han votado en contra del Gobierno como toque de atención.
En concreto, los de Carles Puigdemont tumbaron el primer intento del Gobierno para aprobar la ley de amnistía en enero de 2024, aunque en marzo de ese año, terminarían apoyando el texto, y definitivamente en mayo tras el rechazo del Senado.
En septiembre de 2024, los diputados independentistas de Junts votaron en contra de la toma en consideración de una ley de sindicato de inquilino para regular el alquiler de temporada que fue impulsada por Sumar, por lo que evitó que se pudiera empezar a tramitar.
En enero de 2025, Junts rechazó, junto con los 'populares', el decreto de la subida de las pensiones y ayudas a transportes. Se trataba del decreto 'omnibus', con medidas que estaban ya en vigor y que decayeron con esa votación.
También en enero hizo caer el decreto que buscaba mantener el impuesto especial a las energéticas, aunque en este caso gracias también al voto en contra del PNV.
La última vez que Junts se ha posicionado en contra del Gobierno de Pedro Sánchez ha sido justo antes de acabar el último período de sesiones, cuando junto con el PP, Vox, Podemos, UPN y BNG, ha votado en contra del decreto 'antiapagones' en julio de 2025.
Es el decreto que aprobó el Gobierno en junio con el fin de fortalecer el sistema eléctrico tras el 'cero eléctrico' que dejó sin suministro a la Península Ibérica el pasado 28 de abril.
Está por ver también qué ocurrirá a partir de ahora con las reuniones mensuales que se venían produciendo en Suiza entre Junts y el PSOE para abordar los acuerdos alcanzados, después de que el principal interlocutor socialista hasta la fecha, Santos Cerdán, haya dejado el PSOE y esté en prisión preventiva por presunta corrupción.