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Análisis

El PSOE eleva el tono contra Feijóo por el caso Montoro mientras negocia la financiación de Cataluña

  • Los socialistas no consiguen cerrar, de momento, la brecha por la "financiación singular"
  • Las noticias en torno al presunto fraude de Montoro dan oxígeno al PSOE con sus propios casos de corrupción
Cristóbal Montoro se da de baja como afiliado del PP
Imagen de 2017 del exministro de Hacienda con el PP Cristóbal Montoro. Fernando Alvarado / EFE
ESTRELLA MORENO (ANALISTA POLÍTICA)

Creen en el PSOE que el caso Montoro, el presunto y grave fraude del exministro de Hacienda del PP con Aznar y con Rajoy y 27 de sus colaboradores, les da oxígeno. Que opaca, veremos por cuánto tiempo, lo suyo, lo de Koldo-Ábalos-Cerdán.

Ya no ocupa la primera página de los periódicos y los informativos, dicen. Ahora ese dudoso honor les toca a Montoro y al PP. Y ante tan grave indicio de delito, el presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, se ha limitado, 24 horas después, a colgar un equidistante post en X, antes Twitter: "Lo que se tenga que investigar, que se investigue". Y eso, tras la renuncia voluntaria de Montoro a la militancia en el PP: raquítico consuelo el del PSOE.

Y es que parece gravísimo que Montoro, el ministro de Hacienda en dos gobiernos del PP, pusiera a su servicio la Administración del Estado que él dirigía para aprobar rebajas fiscales hechas a su medida y para su beneficio. Que ponía el Estado a su servicio y no al de los ciudadanos. Los tribunales, que llevan desde 2018 investigando, dirán.

Y también se habla mucho de Hacienda, en este caso de lo que está negociando el PSOE sobre la llamada 'financiación singular' de Cataluña. "España se rompe" o "esto es un golpe de Estado" son algunos de los titulares que resumen las críticas del PP a esa todavía inexistente financiación singular de Cataluña pactada entre Pedro Sánchez, Oriol Junqueras y Salvador Illa.

De las reuniones bilaterales de esta semana solo ha salido un capítulo de intenciones que hará inviable que Cataluña recaude en 2026 la totalidad del IRPF. Es decir, buenas intenciones, ante la necesidad que tiene el Gobierno Sánchez del apoyo de ERC. Una evidencia indiscutible de un gobierno en precario, en minoría.

Pero que el PP hable, otra vez, de que se rompe España, además de ser una matraca facilona y recurrente, es un titular que asusta con facilidad a los ciudadanos. Si a esto se suma el hipotético "golpe de Estado" del que ha hablado Aznar es para salir corriendo del susto. Pero no, no lo hagan.

Miremos atrás

El presidente Sánchez necesita de ERC y de Junts —la reciclada CiU— para gobernar, sí. En realidad, el plan de apoyos parlamentarios buscado por Pedro Sánchez tras las últimas elecciones generales no tienen nada de novedoso. Son una copia del plan de gobernabilidad del PP en 1996.

Ese año, por primera vez, el PP ganó las elecciones generales en la recuperada democracia. José María Aznar venció a Felipe González pero... en minoría. Así que el presidente in pectore dijo que "hablaba en catalán en la intimidad". Eso fue muy pocos días después de que los suyos gritaran a voces en la calle Génova: "Pujol, enano, habla en castellano".

Y se impuso la realidad, la necesidad. Aznar encargó a su hombre de máxima confianza, Rodrigo Rato —que después estuvo en la cárcel por otros motivos—, que se pusiera a ello. Que, con intimidad, con mucha reserva y ya fuera en catalán o en castellano, negociara el apoyo de la todopoderosa CiU, ahora Junts. ¡Y lo consiguió! Convergencia i Unió dio su sí a la investidura de Aznar. Por cierto, Rato lleva años señalando a Equipo Económico, el despacho del exministro de Hacienda y al propio Cristóbal Montoro, de un presunto tráfico de influencias para perjudicarle. Ahora el exvicepresidente se personará en la causa.

Pero, utilizando el lenguaje del actual de los 'populares': ¿el PP "pagó un precio, un chantaje" por ceder a la Generalitat de Cataluña el 30% del IRPF a cambio de sus votos? ¿Fue el resultado de un chantaje el Gobierno de Aznar? No, definitivamente, no. Fue el resultado de una negociación política PP-CiU. Fue el camino que permitió a Aznar llegar a la Moncloa. Y España no se rompió. Es decir, lo mismo que ahora hace Pedro Sánchez.

Es por eso más difícil entender que en estos días el expresidente Aznar hable de "golpe de Estado" para referirse a la "financiación singular" de Cataluña olvidando su pasado. Y, además, que lo haga cuando todavía ni está desarrollado ese plan que Junts critica con vehemencia.

Es por eso difícil entender que la actual dirección del PP, que su presidente, que Feijóo, lance la ya manida expresión de que "se rompe España". Afortunadamente, nuestro país es sólido, no se va a romper por mucho que lo digan.

Y los dirigentes 'populares' lo saben. Parecería que su único objetivo es utilizar el temor que difunden entre los ciudadanos para que voten las siglas del PP, para "echar a Sánchez de la Moncloa".

El objetivo es incuestionable, claro. ¡Quieren gobernar! ¿Y qué partido no quiere? Es el sentido democrático de la existencia de los partidos. ¿Pero, de verdad, para conseguirlo vale todo?

"Singularidades financieras"

Todos deberíamos reflexionar, incluidas todas las comunidades autónomas, las del PP y las del PSOE, ya que, según María Jesús Montero, esa "financiación singular" de Cataluña sería trasladable a cualquier autonomía que la pidiera. Por cierto que Canarias y Baleares ya disponen de sus "singularidades financieras" dentro del régimen común y sin que nada tenga que ver con el sistema de Euskadi o de Navarra que van por otro carril.

De la negociación Gobierno-Generalitat nos queda una pregunta pendiente: ¿por qué no estuvo la vicepresidenta y ministra de Hacienda en la reunión? La ministra de los dineros. ¿Su candidatura a la Junta de Andalucía condiciona su trabajo de vicepresidenta y ministra de Hacienda? Si es así, el presidente Sánchez se lo tiene que hacer mirar. Me parece.